martes, 13 de septiembre de 2016

LA CUECA

 
LA ZAMACUECA
E
s un género musical y danza de parejas sueltas, un hombre y una mujer. Los bailarines, que llevan un pañuelo en la mano derecha, trazan figuras circulares, con vueltas y medias vueltas, interrumpidas por diversos floreos.


La Cueca es un baile de fiesta, los contertulios llevan en gran parte la responsabilidad de la alegría, mientras la cantora, la guitarra y el arpa rasgan, comienza el acompañamiento de golpes acompasados, el tamborileo sobre la caja de la guitarra o el arpa.

El huaso avanza hacia la joven que más le agrada y le ofrece el brazo, ella se levanta, acompañándolo en un breve paseo a lo largo de la sala. Terminado el paseo se colocan frente a frente, pañuelo en mano, y empieza el baile animado por la concurrencia. (Para agrandar imagen de la derecha, hacer clic sobre ella).

Los pasos iniciales son muy medidos, tranquilos, vacilantes. Los pañuelos se mueven suavemente y, sugiriendo el giro insinuante de la Cueca, el huaso persigue a la china que le huye, y empleando el pañuelo como si fuera un suave lazo, la rodea sin tocarla y la trae porfiadamente a su lado. Ella se le acerca con elegancia y coquetería levantando ligeramente la falda con la mano izquierda, mientras que con la derecha mueve con gracia el pañuelo y huye nuevamente.

El huaso comienza el zapateo y suele parecer una competencia de habilidades consigo mismo hasta que llega la última vuelta y el abrazo y rodilla en tierra.

Musicalmente, la Cueca, como la mayoría de las formas musicales folclóricas chilenas, tiene un ritmo de 6/8 y está basada integralmente en dos frases musicales que se responden  la una a la otra. Se compone de 48 compases, pudiendo mantener también 52, precedidos por una introducción a voluntad de los cantantes. La danza empieza y termina con el canto.

No tiene necesariamente un motivo amoroso. Se baila «bajo denominaciones más o menos diferentes» desde Chile, Colombia, pasando por Perú y Bolivia, hasta la Argentina, teniendo distintas variedades, tanto en el ritmo como en la coreografía, según las regiones y las épocas, «lo único que les diferencia es el color local que van adquiriendo en distintos sitios, así también como el número de compases que varía de unas a otras».



Su origen está cuestionado y existen diversas teorías o corrientes sobre su origen y evolución, dentro de las que se consideran posibles influencias amerindias y españolas —sin que la falte a través de esta última el elemento árabe—.

La cueca fue oficialmente establecida como la danza nacional de Chile el 6 de noviembre de 1979.



Antecedentes:

La zamacueca, de Manuel Antonio Caro (1873).

La cueca tendría su origen en la zamacueca y esta, a su vez, en los bailes españoles jota —con elementos típicos de la jota aragonesa, como el baile en pareja, y de la jota andaluza, como el zapateo— y fandango:

Bailan siempre el fandango sólo dos personas, que no se tocan jamás, ni siquiera con la mano. Pero cuando se observan los desafíos que una a otra se hacen, ya retirándose, ya acercándose de nuevo; cuando se advierte cómo la mujer, justamente en el instante en que pareciera que va a ser vencida, se escurre de pronto del hombre victorioso con renovada vivacidad; cómo la persigue aquél y cómo lo persigue ella; luego cuando se comprende que en todas sus miradas, sus gestos y las posiciones que adoptan, expresan las variadísimas emociones que los inflaman por igual.

Según el músico y compositor chileno José Zapiola Cortés, la zamacueca, origen de la actual cueca, habría llegado a Chile procedente de Perú entre 1824 y 1825.

VER: Cueca: Si no sabe, aprenda




Con el tiempo, adquirió características propias y, posteriormente, hacia el final de la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana (1839), junto con las tropas chilenas del Ejército Unido Restaurador, el baile volvió a Perú como «chilena» —sin embargo, en 1879, al inicio de la Guerra del Pacífico, la «chilena» fue rebautizada por el músico y escritor peruano Abelardo Gamarra con el nombre de «marinera»—.

La cueca tuvo gran éxito en la segunda mitad del siglo XIX, siendo conocida en diversos países latinoamericanos sencillamente como «chilena». Esta danza ingresó a Argentina por Cuyo, donde fue conocida como «cueca», mientras que en las provincias del noroeste argentino y en Bolivia fue llamada «chilena».

Por medio de los marineros y aventureros chilenos, la cueca llegó a las costas de los estados mexicanos de Guerrero y Oaxaca, donde ha sido conocida como «chilena», así como al sur de California durante el auge de la fiebre del oro, a mediados del siglo XIX.

Pese a estar presente durante gran parte de la historia de Chile, recién en 1979 se oficializó la cueca como danza nacional a través un decreto publicado en el Diario Oficial el 6 de noviembre de ese año. Diez años después, se declaró al 17 de septiembre como Día Nacional de la Cueca.

En su versión más difundida, la de la zona Central de Chile, los instrumentos tradicionalmente empleados para tocar cueca son el acordeón, el arpa, la guitarra, el guitarrón chileno, el pandero, el piano, el tormento y, a veces, la vihuela y la batería.

La cueca no solo es bailada a lo largo de Chile, sino también por miembros de las comunidades chilenas en el extranjero, donde se llevan a cabo campeonatos de esta danza.

Tipos de cueca chilena

La cueca se desarrolló a lo largo del país adquiriendo características propias en cada región. Así, según la ubicación geográfica, presenta diferencias que llevan a distinguir las siguientes variaciones respecto de la cueca tradicional.

Hay 17 tipos de cueca, entre los cuales están:

• Cueca brava o cueca chilenera: Cantada en lotes de cantores, en tonos de tenor primero o segundo, con una serie de reglas y tradiciones que hacen que sea exclusiva ya que por tonalidades, dominio de instrumentos y otros, se requiere de ciertas cualidades técnicas para poder cantarla.
• Cueca campesina: Se acompaña con guitarra afinada por transporte.
Es lenta y menos picaresca, la mujer casi no mira al hombre hasta el final del baile. Se bailan 3 pies y, a veces, se termina con un vals.
• Cueca chilota: Es muy saltada y zapateada para entrar en calor, y la mujer busca al hombre, que es más indiferente que en el centro de Chile. Su principal diferencia radica en que los pasos son más cortos y además la voz del cantante tiene más importancia que el sonido de los instrumentos musicales.
• Cueca chora: Cantada al unísono en tonos de barítono, en un estilo musical impuesto por los Parra en los años 1960.
• Cueca cómica.
• Cueca criolla: Es característica de las provincias de la Zona Central de Chile. Se bailan tres pies y tiene gran picardía.
• Cueca larga.
• Cueca nortina: Su principal cambio es que la música sólo es tocada, no cantada, con trompetas, tubas, bombo y cajas. Es rápida y muy rítmica por parte de los varones, valseada, no zapateada ni saltada. Generalmente se bailaun pie y luego un trote o un cachimbo.
• Cueca porteña: Es igual a cualquiera, pero varía la expresión; es más desenfrenada.
• Cueca robada.
• Cueca valseada.
• Cueca patagónica o de la Patagonia.

También es importante mencionar algunas danzas derivadas de la cueca, llamadas «variantes». Entre estas se encuentran:

• La cardita.
• La cueca ligera.
• La ingeniera.
• La porteña (no confundir con la cueca porteña).
• El perseguidor (variante de la porteña).

Entre las más conocidas cuecas chilenas se encuentran:

• Adiós, Santiago querido (Segundo Zamora, 1915-1968).
• Aló, aló (Mario Catalán Portilla, 1913-1979).
• Chicha de Curacaví (Petronila Orellana, 1885-1963), 1967.
• El guatón Loyola (Alejandro Gálvez), 1954.
• El marinero (Segundo Zamora).
• Esa chiquilla que baila (Rosa Vasconcelos).
• La consentida (Jaime Atria), 1961.
• La huillincana (Liborio Bórquez, Cuncuna).
• La rosa con el clavel (Jorge Martínez Serrano), 1962.
• La violeta y la parra (Jaime Atria), 1971.
• Los lagos de Chile (Petronila Orellana), 1965.
• Quítame la vida (Segundo Zamora y Jorge Novoa).

Larga, popular y brava: la historia de la cueca
Su origen es aún parte del debate, pero el mayor consenso es su base española y el aporte de la zamacueca peruana, que llegó a los salones del país en el siglo XIX. Hay cuecas para todos los gustos. Un baile popular que tiene sus derivaciones y cada vez más exponentes.
Fue justo hace 60 años cuando le pegaron en una riña un puñete al Guatón Loyola, por dársela de encacha’o. Y hace no muchas décadas, Roberto Parra contó cómo mataron al chute Alberto “por lonyi y aniña’o”.

Los personajes, escenarios y paisajes del país  han sido retratados por la cueca. De la cordillera al mar. De norte a sur, incluyendo su flora y fauna. Es más, la historia de Latinoamérica cabe en una cueca. Puede ser en una cueca larga, nortina, porteña, campesina, chilota, chora o brava. Bien avivada, zapateada y escobillada.

VER:   Campeones de cueca Chile.



La cueca está en la cultura y es la gran protagonista de las Fiestas Patrias Chilenas. Pero aún hay dudas sobre su origen.

El político e historiador Benjamín Vicuña Mackenna (1831-1886) propagó la teoría de su origen africano. Particularmente de la danza “lariate” de Guinea. Le fue mal. Pablo Garrido la menciona en Biografía de la cueca, pero cada investigación posterior la descarta. Vicuña Mackenna citaba al viajero francés Jullien Mellet, quien en 1814, en plena Reconquista Española, vio bailar la “zamacueca negra” en Quillota. 

“No hay consenso todavía de su origen”, dice el musicólogo Juan Pablo González. Sin embargo, comparte la teoría más aceptada: su origen español, específicamente de la tradición arábigo-andaluza. La cueca tendría semejanzas con los cantos moros que se desarrollaron en España tras la ocupación árabe entre los siglos IX y XVI.

“Es la teoría más documentada. Pero no descarto el componente afro, una cultura muy presente en el continente a inicios del siglo XX”, agrega el director del Instituto de Música de la U. Alberto Hurtado. Estudiosos del tema, como  Samuel Claro,  Fernando González Marabolí, Humberto Allende, se inclinan por esta versión.

La otra teoría retrocede hasta mediados del 1800. Es cuando la zamacueca peruana alcanza mayor popularidad. Y donde más se bailaba era en el barrio de negros de Malambo, en Lima. La zamacueca habría llegado a Chile por medio de partituras para ser interpretada en salones de baile, ya que su soporte de interpretación es el piano. También se le conocerá como “chilena”, “zamba” y “marinera”.

De los salones pasó al campo, donde se le llama definitivamente cueca. Y se suma, además del canto, el baile.

Otra versión del origen peruano es de José Zapiola (1802-1885). El militar y compositor la hace llegar del Perú hacia 1824  a través de los sones de las bandas del Ejército de ese país. Tesis apoyada por los estudiosos Eugenio Pereira Salas y Carlos Lavín. Pero 40 años después, tras la Guerra del Pacífico, la cueca vuelve al país con el nombre de “marinera”. En fin.

Las derivaciones de sus nombres son también otra historia. La más reproducida es la de Pedro Humberto Allende, quien dice que la cueca viene del término “gallina clueca”.

Más definido es el origen de sus canciones. “Sin duda, el cancionero tradicional es de raíz española y latinoamericana. Eso es indiscutible”, señala el músico y compositor Mario Rojas, quien homenajeará sobre el escenario en estos días  a Luis Hernán Araneda “El Baucha”, fallecido el sábado pasado. El fundador de Los Chileneros, cuyo grupo masificó la cueca brava con el disco La cueca centrina, de 1967.

Pero antes que “El Baucha”, antes que los hermanos Roberto y Eduardo Parra, el antecedente de la cueca urbana, chora y brava son las fiestas de La Chimba en el Santiago colonial. Baile que quiso ser prohibido por las autoridades eclesiásticas en 1829, por promover el placer carnal.

BARRIOS POPULARES

“Un pie está constituido de tres cuecas. Cada una de un minuto y medio. El baile parte cuando comienza el canto”, dice Mario Rojas.

“En Chile hay varios que bailan la cueca. Entre ellos puede citarse al Chilote Campos, que ha pasado su vida bailándola; la cueca para él ha sido una especie de evangelio”, anota Antonio Acevedo Hernández en su antología La cueca, donde recoge sus orígenes y letras. El libro data de 1953 y  acaba de ser reeditado por ediciones Tácitas. “Es la primera antología que toma la cueca como valor literario”, dice el editor Miguel Naranjo.

Acevedo Hernández rescata las cuecas más diversas: picarescas, amorosas, populares, cultas, de los trabajadores de las oficinas salitreras, las cuecas del Centenario, entre otras. En su lista de entrevistados está la folclorista Margot Loyola, considerada, junto a Violeta Parra, una de las grandes recopiladoras del canto chileno. “Dar una definición es difícil”, dice Loyola. “Creo que el baile es tan hermoso y dinámico, del alma chilena, que en la acción toma formas anímicas insospechadas por los danzadores”, agrega. 

Para Juan Pablo González, los mejores letristas de cuecas son Mario Catalán y Las Hermanas Orellana. Para Mario Rojas, el integrante de Los Chileneros, Nano Núñez, y también Efraín Navarro.

En los años 40 aparece un grupo que será sinónimo de cueca campesina tradicional: Los Hermanos Campos. Nuevos compositores llegarán con el desarrollo de la cueca en la ciudad en la década del 60.

Los artistas se instalarán sobre todo en el barrio de Estación Central, donde la terminal de ferrocarriles conecta el campo con la metrópolis. También en lugares como el Matadero, la Vega Central, los conventillos de Mapocho y quintas de recreo en barrios bravos, con la figura presente del “Roto chileno”.

El género ganará fuerza y presencia con las canciones de Segundo Zamora, María Esther Zamora, Pepe Fuentes, el mencionado Catalán y las grabaciones de Los Perlas, Los Chileneros y Aparcoa.

Tras el Golpe Militar de 1973 el exilio rediseña el escenario. “La dictadura transformó la cueca en baile uniformado”, dice el actor y cuequero Daniel Muñoz. Un símbolo será para los familiares de detenidos desaparecidos la llamada “Cueca sola”, donde una mujer baila en círculo en la ausencia del familiar que no vuelve.

No por nada la aprobación formal de la cueca quedó registrada como baile nacional en el Diario Oficial, el 18 de septiembre de 1979. Así, el régimen busca apropiarse del concepto del huaso chileno, estableciendo las diferencias de clase social entre el patrón y el trabajador, cuyo territorio de mayor expresión es el rodeo.

“Estos señores pitucos no son de este planeta, les va a tiritar la jeta cuando les salga el cuco...”, escribió Roberto Parra en su libro inédito Décimas del Golpe, que se encuentra en la Biblioteca Nacional. El autor de La Negra Ester será el mentor de la cueca chora, cuyo repertorio incluye historias carcelarias, de prostíbulos y circenses. En  el pasado quedarán las canciones al copihue, la lavandera y la Cordillera de los Andes.

A mediados de los 90, la cueca se populariza entre las nuevas generaciones con el grupo Los Tres. En su disco La Yein Fonda (1996) rescatan el repertorio de Roberto y Eduardo Parra, así como las canciones de Pepe Fuentes y Segundo Zamora, a quienes también invitan a sus presentaciones.

A inicios del siglo XXI la cueca vive un nuevo aire y los ambientes populares son rescatados junto al menú de comida típica chilena.  La cueca es aceptada y promovida y atraviesa las clases sociales con la presencia del roto, el cuico y el guachaca... Todos en la misma fila, bajo el mismo parrón.

Además, esta danza habría recibido fuertes influencias amerindias y africanas[cita requerida] —a través de la influencia española, podría añadírsele el elemento árabe de la zambra (del árabe hispánico zámra, y este del árabe clásico zamr, 'tocata')—.

En cuanto al nombre «zamacueca», en uno de los idiomas africanos[¿cuál?]
, la palabra «zamba», o samba, significa
'baile', mientras que la palabra «cueca» hace alusión al «estado de agresividad que toma la gallina luego de poner sus huevos frente al macho»; también es posible tomarla como una parodia del cortejo entre el gallo y la gallina: los pañuelos podrían simbolizar las plumas o las crestas, dentro de una coreografía que se caracteriza por ser de «pareja suelta interdependiente», tal como lo indica el investigador Carlos Vega.

Para referirnos al estilo, debemos fijarnos en el modo de bailar. Tipos hay varios, pero en cuanto a los estilos, «hay tantos como parejas que la bailen». Generalmente se pueden encontrar desplazamientos y argumentos que aducen a«una  pantomima amorosa y equilibrada».

Corporalmente la mujer se muestra erguida y realiza más movimientos estilísticos que el hombre, aunque con pasos «cortos, caminados, valseados, escobillados, zapateados con rebote y a veces a pequeños saltos».[cita requerida] En Bolivia tiene dos partes iguales, mientras que en Chile tiene solamente una con estructura diferente.

En México existe el género musical denominado «chilena», que nació de la mezcla entre la música traída por los marineros chilenos y las tradiciones mestizas de la región suriana. Surgió específicamente en lo que hoy comprende el estado de Guerrero y muy pronto se expandió por toda la zona que se conoce como la Costa Chica, que comprende los estados de Guerrero y de Oaxaca, y constituye por sí misma una región cultural dentro del complejísimo y disímil pero interconectado territorio cultural de Guerrero-Oaxaca.

Tonalidad y ritmo

Según dicen Salas y Pauletto, la tonalidad «más común» de las cuecas es la menor; no obstante ello, «se encuentran algunas en tonalidad mayor». «En cuanto a la medida se emplean el 3/4 o 6/8».

La cueca argentina

La cueca ingresó a Argentina desde Chile por Cuyo como «zamacueca» y posteriormente como «cueca chilena»; en Cuyo, esta danza conservó el nombre de «cueca», mientras que en las provincias del noroeste y en Bolivia, se denominó «chilena». Su presencia se documenta en Cuyo aproximadamente en 1840 y en la provincia de Buenos Aires en 1850.

La cueca cuyana es esencialmente cantada, con acompañamiento de guitarra —antiguamente también se usó el arpa—, y puede llegar a tener una extensión de 40 o 48 compases.

También existe la «cueca norteña», o «chilena» a secas para los habitantes del noroeste argentino, que ingresó a Jujuy a través de Bolivia directamente desde Perú —donde se llamó «chilena» hasta 1879; desde entonces, ha sido denominada marinera— y en el último cuarto del siglo XIX alcanzó Salta y Tucumán.

Esta cueca presenta diferencias musicales y coreográficas con la actual «cueca» chilena; musicalmente posee la bimodalidad de la antigua zamacueca, pero en modo menor.

Entre las más famosas «cuecas cuyanas» se encuentran:

• Cochero 'e plaza (Hilario Cuadros)
• La del Parral (Hilario Cuadros y Benjamín Miranda)
• Las dos puntas (Osvaldo Vicente Rocha y Carlos Montbrun Ocampo, 1946)
• Los sesenta granaderos (Hilario Cuadros y Félix Pérez Cardozo)
• Póngale por las hileras (Félix Dardo Palorma)
• Vinito patero (Coletti y Alberto Rodríguez)

Tipos de cueca argentina

• Cueca cuyana
• Cueca norteña (llamada «chilena» en el NOA)
• Cueca riojana
• Cuequita

La cueca boliviana

En general, se puede afirmar que es una danza que se baila tanto en acontecimientos sociales como en escenarios. En el último caso, también cambia el vestuario según el tipo de cueca representada: la mujer viste de chola chuquisaqueña o potosina usando una pollera relativamente larga y botas; mientras tanto, en Tarija las polleras son más cortas y la chaqueña utiliza un falda larga floreada. El varón se viste con un pantalón, camisa, chaleco y sombrero.

La cueca en Tupiza (Sud Chichas) también es alegre y saltada, la mujer viste pollera corta y sombrero
alón blanco, el varón viste pantalón camisa, poncho colorado y sombrero alón blanco. La cueca también se baila en el carnaval de Oruro y en la fiesta del Gran Poder.

VER: Campeones regionales de cueca Carabineros de Chile 2013






Entre las cuecas bolivianas más populares y de renombre se encuentran:

• Así es Tarija (Huáscar Aparicio)
• Como extraño a mi tierra (Ernesto Mealla)
• El regreso (Matilde Casazola)
• Huérfana Virginia (Simeón Roncal).
• La bolivianita (Huáscar Aparicio).
• La caraqueña (Nilo Soruco).
• La de Moto Méndez (Nilo Soruco; cantada por Tamara Castro)
• La tarijeñita (Rigoberto Rojas Suárez; cantada por Los Fronterizos).
• Morir cantando (Hugo Monzón).
• Rojo, amarillo y verde (interpretada por Juan Enrique Jurado)
• Viva mi patria Bolivia (Apolinar Camacho; reconocida como el segundo himno nacional).

Tipos de cueca boliviana

• La cueca chapaca (tarijeña) y la cueca chaqueña son más saltadas, rápidas y coquetas, y ambas se caracterizan por
su elegancia y gallardía.
• La cueca chuquisaqueña es de carácter "valseado"; la disposición en filas entre damas y caballeros, el rigor de los
tiempos, la mirada altiva, el atuendo de rigor y taco alto, la pollera plisada debajo de las rodillas, la blusa bordada
adornada de volados, la mantilla de seda y el pañuelo blanco, son algunos de los detalles que componen la
expresión más antigua y mejor preservada hasta nuestros días de las danzas coloniales de salón de la vieja ciudad
de La Plata, actual ciudad de Sucre.
• La cueca cochabambina es de características más populares y sencillas.
• Las cuecas orureña y paceña son similares en su estructura: ambas tienen modos menores melancólicos, son
bailadas en fiestas, chicherías y acontecimientos como "presteríos" y otros.
• La cueca potosina combina partes tristes con alegres y es bailada muy elegantemente, aunque con atuendos distintos de la chuquisaqueña; por ejemplo, la pollera plisada es más larga y no usa el taco alto.

La cueca en México

En los estados mexicanos de Guerrero y Oaxaca, existe un baile y música característicos llamado «chilena». Su nombre se debe a algunas importantes tradiciones musicales sudamericanas que llegaron por medio de quienes migraban desde Chile y Perú y que pasaban por los puertos de Acapulco (Guerrero), Puerto Ángel, Huatulco y Puerto Minizo (Oaxaca) durante el auge de la fiebre del oro de California.

Aunque la «chilena» lleva en su nombre un indicio de sus orígenes, se trata de un género que nació de la mezcla de la música traída por los marineros chilenos con las tradiciones mestizas de la región suriana de México.

En Otros estados de la República Mexicana y en Estados Unidos, la «chilena» llegó a implementarse como un género musical más, debido a las migraciones en masa de varios pobladores de las regiones de la costa a las zonas antes mencionadas, durante la época de los 1980 y los 1990.

Actualmente, en México se baila, interpreta, disfruta, cultiva y desarrolla la «chilena» con bastante fuerza, en la región de la Costa Chica de los estados de Guerrero y Oaxaca; tiene una presencia algo más fuerte en este último, donde se interpretan y componen «chilena» en otras regiones, sobre todo en la Sierra sur o Sierra de Miahuatlán,
aunque con estilos particulares y distintas dotaciones instrumentales.

También en la Sierra Norte Zapoteca y la Sierra Mixe se interpreta la «chilena» y también se componen aunque no en mucha cantidad.

Más recientemente también se ha ido introduciendo en la variedad o dotación de banda de viento en las regiones de la Mixteca Alta de Guerrero y de Oaxaca, esto con la reciente introducción y desarrollo de las bandas de viento en esa región que han ido modificando su repertorio y dotación por la hegemonía de la banda de viento sinaloense.

La «chilena» tradicional se tocaba con instrumentos de cuerda. Esta instrumentación ha ido cediendo lugar a las bandas de alientos, características de gran parte del estado de Oaxaca. Sin embargo, se conserva el conjunto chilenero original en algunas regiones, y existen algunos movimientos que buscan revitalizarlo.


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