viernes, 18 de mayo de 2018

HISTÓRICA RENUNCIA DE LOS OBISPOS EN CHILE

Remezón en la iglesia chilena: todos los obispos presentan su renuncia al Sumo Pontífice Francisco, en el Vaticano, el 18 de mayo del 2018.

Esto se da luego de la histórica cita de los religiosos con el Sumo Pontífice en el Vaticano.

Declaración de los obispos

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"Todos los obispos presentes en Roma, por escrito, hemos puedo nuestros cargos en las manos del Santo Padre para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros", afirmó el secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile Fernando Ramos al dar a conocer las conclusiones tras las citas en la Santa Sede.

Desde Roma, Fernando Ramos, obispo auxiliar de Santiago, da a conocer los alcances de la serie de reuniones con Francisco sobre los casos de abuso sexual al interior de la Iglesia chilena.


"Todos los obispos presentes en Roma, por escrito, hemos puedo nuestros cargos en las manos del Santo Padre para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros", afirmó el secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile Fernando Ramos al dar a conocer las conclusiones tras las citas en la Santa Sede.

En el comunicado emitido por los obispos, se indica que "en primer lugar, agradecemos al Papa Francisco por su escucha de padre y su corrección fraterna. Pero especialmente, queremos pedir perdón por el dolor causado a las víctimas, al Papa, y al Pueblo de Dios y al país por nuestros graves errores y omisiones".

"Gracias también a Mons. Scicluna y al Rev. Jordi Bertomeu por su dedicación pastoral y personal, así como por el esfuerzo invertido en las últimas semanas para intentar sanar las heridas de la sociedad y de la Iglesia de nuestro país", se añade.

“Gracias a las víctimas, por su perseverancia y su valentía, a pesar de las enormes dificultades personales, espirituales, sociales y familiares que han debido afrontar, tantas veces en medio de la incomprensión y los ataques de la propia comunidad eclesial. Una vez más imploramos su perdón y su ayuda para seguir avanzando en el camino de la curación y cicatrización de las heridas", se indica.

De igual manera, se precisa que "en segundo lugar, queremos anunciar que todos los obispos presentes en Roma, por escrito, hemos puesto nuestros cargos en las manos del Santo Padre, para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros".

"Nos ponemos en camino, sabiendo que estos días de honesto diálogo han sido un hito dentro de un proceso de cambio profundo, conducido por el Papa Francisco. En comunión con él, queremos restablecer la justicia y contribuir a la reparación del daño causado, para re-impulsar la misión profética de la Iglesia en Chile, cuyo centro siempre debió estar en Cristo", se agrega.

"Queremos que el rostro del Señor vuelva a resplandecer en nuestra Iglesia y a ello nos comprometemos. Con humildad y esperanza les pedimos a todos que nos ayuden a recorrer este camino", se expresa.

Por último, los obispos indican que "siguiendo la recomendación del Santo Padre, imploramos a Dios que en estas difíciles y esperanzadoras horas, nuestra Iglesia sea protegida por el Señor y la Virgen del Carmen".


La decisión de los obispos se dio al finalizar las reuniones con el papa en Roma, luego de que el cardenal Charles Scicluna le entregara a Francisco un informe detallado sobre los abusos sexuales en la Iglesia chilena y cómo las autoridades eclesiásticas ayudaron a encubrir estos delitos.


La visita del papa Francisco a Chile siempre
iba a ser tensa,  pero  ha encontrado un nivel 
de  oposición   sin   precedentes   con  varios 
ataques incendiarios contra iglesias católicas 
antes    de   su llegada el lunes y protestas de 
chilenos   hartos    de    abusos   sexuales  de 
sacerdotes   y  de maniobras para ocultar los 
casos.

Francisco   llega   a   un  país donde en torno 
al    60%    de    la   gente se declara católica, 
pero    la    Iglesia    ha  perdido la influencia 
y     autoridad    moral    de    las que disfrutó 
debido    a     escándalos    sexuales,     a    la 
secularización y a un clero   desconectado de 
la realidad.
El historial de abusos sexuales de la iglesia católica en Chile: más de 80 denuncias y un centenar de víctimas.

Un total de 80 religiosos han sido denunciados en Chile por abuso sexual: cuatro obispos, 66 sacerdotes, un diácono, dos consagrados y seis hermanos maristas. Más de una veintena de los casos corresponde a directores o profesores en colegios católicos.

El reciente reportaje de un medio catalán sobre cómo la Congregación de Hermanos Maristas silenciaba las denuncias por abuso sexual ha vuelto a remecer el mundo católico. La investigación de los presuntos delitos sexuales cometidos por seis religiosos -dos de ellos ya fallecidos- se inició luego de la denuncia contra Abel Pérez Ruiz, acusado de abusar de 14 menores.

Los casos de sacerdotes y católicos vinculados a casos de abuso sexual se han mantenido en privado por la Iglesia. De hecho, solo el 2011, luego de las denuncias contra Fernando Karadima, el episcopado subió a su página una lista con los condenados, un total de 18 presbíteros sancionados por la justicia civil o canónica. En 2016, la lista llegaba a 32 y decidieron retirar la nómina.


Abuso sexual encubierto.

“El grave error de la Iglesia católica en el caso Karadima no fue que el caso existiera, algo que la Iglesia no podía evitar porque ocurrió, sino la forma en la que reaccionó la Iglesia”, indicó Marta Lagos, de Latinobarómetro.

“Los líderes de la Iglesia chilena confiaban en que el Vaticano diera su veredicto... no querían ser ellos los que acusaran a Karadima. Por el contrario, en cierto modo hubo una tapadera y ocultamiento del caso”.

Las víctimas dicen que el obispo Juan Barros conocía los abusos, pero no hizo nada, una acusación que Barros rechaza.



Juan Barros (círculo)

Fueron parte del círculo íntimo del ex párroco: Andrés Arteaga, Horacio Valenzuela, Tomislav Koljatic y Juan Barros.

Según la versión de Cruz, también fue cómplice del sacerdote Fernando Karadima en la violación del secreto de confesión. Eso ocurrió en 1987, cuando el denunciante aún no asumía públicamente su condición homosexual y, bajo la reserva del sacramento de la confesión, había compartido con Karadima su secreto. El entonces párroco del El Bosque utilizó esa información para exigirle obediencia, sometiéndolo a un permanente abuso de poder. Bajo esta presión, le impedía reunirse o socializar con seminaristas o sacerdotes que no fueran de su círculo de la Parroquia de El Bosque.

Por mantener en el seminario vínculos con personas ajenas al grupo de Karadima, el 25 de octubre de 1987 Cruz fue sometido a un ejercicio de “corrección fraterna”. Era una especie de juicio y humillación pública presidida por Karadima, con una docena de participantes de su círculo íntimo, entre los que estaba Juan Barros. En este episodio de grave abuso de poder, Cruz fue veladamente amenazado con hacer público su secreto de confesión. Así recordó ese día:

“En el juicio estaba Karadima, delante de todos ellos diciendo ‘Juan Carlos, tú tienes tejado de vidrio por todo lo que tú sabes. Tú tienes amistades particulares, pero yo no te voy a decir nada ahora, quiero que hablen todos los que están aquí’. Y habló cada uno (…). Después que hablaron, yo dije ‘pido perdón’. Casi me arrodillé y era horrible: él al medio de todos, en semicírculo, y yo en una silla abajo. Un tribunal (…). Entonces, que él me dijera ‘acuérdate de lo que yo sé’, delante de todos… Se me venía el mundo encima. Ahí sí que yo me quería matar”.


Sin embargo, la ONG norteamericana Bishop Accountability ha estrado trabajado en un listado de religiosos chilenos que han enfrentado estas acusaciones. El documento será presentado por la directora Anne Barret Doyle este miércoles.

 45 religiosos han sido condenados en Chile -ya sea penalmente o por el Vaticano- por abusos sexuales. 34 de ellos cometieron abusos contra menores de edad y otras 11 causas se mantienen pendientes de resolución, además de otros seis casos cerrados por traslado o fallecimiento del denunciado. De hecho, en tres causas los religiosos se suicidaron antes o tras ser acusados.

También se registran 18 casos en que la justicia decretó sobreseimiento, la prescripción del delito o la absolución por falta de pruebas.

Se trata de un total de 80 religiosos en Chile: cuatro obispos, 66 sacerdotes, un diácono, dos consagrados y seis hermanos maristas. También existe el caso de la monja Isabel Margarita Lagos -Sor Paula- quien falleció en 2012, tras ser removida como superiora de Las Ursulinas, luego de que la denunciaran al Vaticano por abuso sexual contra alumnas.

Los casos donde se probó la veracidad de las acusaciones suman más de un centenar de víctimas de abuso sexual. El listado no incluye a sacerdotes que fueron denunciados como encubridores o quienes han sido sancionados por otras faltas, como abuso de poder. A la vez, en Argentina, una reciente investigación realizada por Telam detectó 62 denuncias por abuso sexual desde 2002.

Se estima que más de una veintena de los casos en Chile corresponde a directores o profesores en colegios católicos, en su mayoría sacerdotes diocesanos: la Congregación Salesiana, los Hermanos Maristas y la Orden de la Merced acumulan 14 denuncias por delitos sexuales. A la vez, el movimiento de Schöenstatt registra una denuncia contra Francisco Basáñez Méndez, ex vicerrector del Santuario Nacional de Maipú.

Aunque el Opus Dei es una de las agrupaciones que no registra casos conocidos de abuso contra menores, los Legionarios de Cristo suman la situación de John O’Reilly, quien fue condenado a cuatro años de libertad vigilada por abusos sexuales reiterados contra una menor del colegio Cumbres. También existen denuncias y condenas contra sacerdotes extranjeros que llegaron a Chile.

Además de Santiago, San Felipe, Copiapó, Rancagua y Punta Arenas son las ciudades que registran más casos, con cuatro religiosos denunciados cada una.


Juan Carlos Cruz.
Juan Carlos Cruz por renuncia de obispos: "Esto cambia las cosas para siempre".


"Inédito y bien", escribió en Twitter uno de los denunciantes de Fernando Karadima.

Cruz, al igual que James Hamilton y José Andrés Murillo, se reunió con Francisco antes de que este se citara con los obispos. "Más de dos horas y media duró mi reunión de hoy con el Papa. 

Estoy conmovido. Me escuchó con gran respeto, cariño y cercanía, como un padre. Profundizamos en muchos temas. Hoy tengo más esperanza en el futuro de nuestra Iglesia. A pesar de que la tarea es enorme", escribió en la misma red social, tras la conversación en Roma.

Cruz expresó que "son obispos renunciados con sus cargos a disposición del papa, lo que no había pasado nunca en una Conferencia Episcopal. Entonces, por mucho eufemismo o cosas que traten de poner (Juan Ignacio) González y (Fernando) Ramos, están absolutamente renunciados y el papa los está sacando a todos".

"Tienen que comprar tiempo porque son tantos los que tienen que salir que tienen que buscar reemplazantes, entonces, eso no es fácil, pero que van a salir un montón de obispos y que están todos renunciados, con firma y todo, eso es cierto", aseveró.

Cruz recalcó que "el problema son todos".

Además, comentó la petición de perdón de los obispos a las víctimas, dando cuenta que debieron afrontar "incomprensión y los ataques de la propia comunidad eclesial", ante lo que Cruz les respondió que "los que nos han causado más daño en todos estos años han sido ellos".

"Los que más han hecho daño y que más nos han hecho doler y sufrir y fregarnos la vida han sido los obispos, por eso me alegro tanto la carta que escribió el papa, porque ese es el papa con el que estuve horas y horas conversando", dijo recordando su encuentro con Francisco en Roma.

Durante la pasada jornada se conoció un duro informe de Jorge Bergoglio, donde contiene una fuerte crítica al clero y advierte los pasos que se deben seguir para avanzar en la reparación.

Murillo: "Por dignidad, justicia y verdad: váyanse todos"

Por su parte, el también denunciante de Karadima, José Andrés Murillo, ocupó su cuenta de Twitter para reaccionar a la decisión de los obispos chilenos, manifestando que "por dignidad, justicia y verdad: váyanse todos".

Calificó a los sacerdotes de "delincuentes" y los acusó de no saber "proteger a los más débiles, los expusieron a abusos y luego impidieron justicia. Por eso, solo merecen irse".


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