jueves, 29 de enero de 2015

ARGENTINA ES EL PAÍS CON MÁS EMPLEO PÚBLICO DE LA REGIÓN

De acuerdo a un estudio publicado 28 de enero 2015, por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), la Argentina es el país con más cantidad de empleo público de la región y tiene las remuneraciones más altas en comparación con otros países sudamericanos.

IDESA es un centro de estudios, independiente, entre otros rubros, especializado en la temática del mercado laboral.  

En el estudio del BID-OCDE se presentan 31 indicadores sobre aspectos claves de la gestión pública permitiendo la comparación entre países. Entre los indicadores se incluye el que mide el tamaño del sector público a través del porcentaje de empleo público respecto al empleo total de cada país.

Mientras que en Argentina  los funcionarios públicos representan el 14,8 por ciento del total de trabajadores, en Uruguay ocupan el 12,7% de las plazas laborales, en Brasil un 11,5, y en Chile, un 9,2 por ciento.

Para realizar el informe, IDESA se basó en un trabajo elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), denominada "Panorama de las Administraciones Públicas de América Latina y el Caribe 2014".

"Estos datos muestran que el tamaño del Estado, medido a través de los recursos humanos que contrata, es más grande en la Argentina que en los países vecinos. Su tamaño incluso es muy superior al promedio de América Latina, estimada en un 10,7%, y similar al promedio de los países de la OCDE, un 15,3% del empleo total. En suma, la Argentina es el país con más empleo público en la región y con similar nivel al de los países más desarrollados", señala el Instituto.

Por otra parte, el empleo público en la Argentina es uno de los mejores pagados. Según el mismo informe, el promedio simple de remuneraciones de los cargos de directores, profesionales y administrativos del sector público argentino asciende a un equivalente de 6,4 veces el PBI per capita del país, cuando la media estimada para Latinoamérica para estos mismos cargos se estima en 5,6 veces el PBI per capita y en los países de la OECD a 3,1 veces el PBI per capita.


Sin embargo, a la hora de analizar el nivel y calidad de los servicios públicos, el desempeño está más en línea con lo que ocurre en los países atrasados que con los que cabría esperar de acuerdo a la magnitud de los recursos que administra. 


Para IDESA, “la principal explicación esta dada por los estilos de gestión adoptados. 

Los puestos de trabajo del sector público no cuentan con definición de perfiles, objetivos, ni indicadores que faciliten la transparencia de su gestión permitiendo el control social y las auditorías externas. 

Por el contrario, se aplica la estabilidad del empleo público con criterios extremos premiándose la mediocridad y la falta de compromiso. 

Bajo estas condiciones, el sector público se adormece en la burocratización y se convierte en presa fácil de intereses espurios. El interés general deja lugar a las presiones de proveedores, contratistas, sindicatos y organizaciones que se imponen en base a corrupción y hasta metodologías mafiosas”. 


Mejores salarios

Idesa precisó: “El tamaño del Estado, medido a través de los recursos humanos que contrata, es más grande en la Argentina que el promedio de América Latina (estimada en 10,7%) y similar al promedio de los países de la OCDE (15,3% del empleo total)”.

El instituto da cuenta, además, de que el sector público en Argentina es uno de los mejores pagados. “El promedio simple de remuneraciones de los cargos de directores, profesionales y administrativos del sector público argentino asciende a un equivalente de 6,4 veces el PIB per cápita del país, cuando la media de Latinoamérica es de 5,6 veces el PIB per cápita y en los países de la OCDE a 3,1 veces”, detalló Idesa.


El Estado argentino cuenta con abundante personal que además percibe, en promedio, muy buenas remuneraciones.


Sin embargo, el desempeño está más en línea con lo que ocurre en los países atrasados que con el nivel y calidad de servicios que cabría esperar de acuerdo a la magnitud de los recursos que administra. La principal explicación esta dada por los estilos de gestión adoptados.

Los puestos de trabajo del sector público no cuentan con definición de perfiles, objetivos, ni indicadores que faciliten la transparencia de su gestión permitiendo el control social y las auditorias externas. Por el contrario, se aplica la estabilidad del empleo público con criterios extremos premiándose la mediocridad y la falta de compromiso.

Bajo estas condiciones, el sector público se adormece en la burocratización y se convierte en presa fácil de intereses espurios. El interés general deja lugar a las presiones de proveedores, contratistas, sindicatos y organizaciones que se imponen en base a la corrupción, la violencia y hasta las metodologías mafiosas.

La caótica situación desencadenada a partir de la muerte del fiscal pone en evidencia el enorme esfuerzo que será necesario desplegar para devolverle eficacia y confianza a los sistemas de seguridad, justicia y relaciones internacionales. No menos desafiante será reconstruir otras áreas del Estado de fundamental importancia como educación, salud, infraestructura y asistencia social.


Es fundamental adoptar como punto de partida básico que el sector público no necesita más recursos sino un profundo cambio en la calidad de su gestión.   

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