La orden de Obama ejecutiva en materia de inmigración
“Es el mayor beneficio para indocumentados desde la reforma migratoria del presidente Reagan.”
El
Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció el jueves 20 de
noviembre 2014 una acción ejecutiva que ampara de la deportación
entre 4.5 y 5 millones de inmigrantes indocumentados de los 11
millones que viven en el país.
La
medida protege a padres de ciudadanos y de residentes legales
permanentes que llevan al menos 5 años en estados Unidos, y amplía
la fecha de cobertura de la Acción Diferida (DACA, por sus siglas en
inglés) de los dreamers del 15 de junio de 2012 al 1 de enero de
2010.
El discurso completo de Obama sobre inmigración
“¿Somos
una nación que echa a un inmigrante esperanzado que se esfuerza?”
Durante
más de 200 años, nuestra tradición de acoger a los inmigrantes de
todo el mundo nos ha dado una enorme ventaja sobre otras naciones.
Nos ha mantenido jóvenes, dinámicos y emprendedores. Ha modelado
nuestro carácter como pueblo con posibilidades ilimitadas, personas
no atrapadas por nuestro pasado, sino capaces de reinventarnos como
queramos.
Pero
hoy en día, nuestro sistema de inmigración no funciona, y todos lo
saben.
Las
familias que entran en nuestro país de la manera correcta y respetan
las reglas ven como otros las incumplen. Los dueños de negocios que
ofrecen a sus trabajadores buenos salarios y beneficios ven a la
competencia explotar inmigrantes indocumentados pagándoles mucho
menos.
A
todos nosotros nos ofende que cualquiera se lleve todas las
recompensas de vivir en Estados Unidos sin cumplir con las
responsabilidades que acarrea vivir en Estados Unidos. Y los
inmigrantes indocumentados que desesperadamente quieren abrazar esas
responsabilidades no ven más opción que permanecer en las sombras,
o arriesgarse a que sus familias se vean separadas.
Ha
sido así durante décadas. Y durante décadas, no hemos hecho mucho
al respecto.
Cuando
asumí el cargo, me comprometí a arreglar este sistema de
inmigración que no funciona. Y empecé haciendo lo que pude para
asegurar nuestras fronteras. Hoy en día, contamos con más agentes y
tecnología desplegados para asegurar nuestra frontera sur que en
cualquier otro momento de nuestra historia. Y en los últimos seis
años, los cruces ilegales de la frontera se han reducido en más de
la mitad.
A
pesar de que este verano, hubo un breve repunte en los niños no
acompañados que se aprehendieron en nuestra frontera, el número de
esos niños es ahora en realidad menor de lo que ha sido en casi dos
años. En general, el número de personas que tratan de cruzar
nuestra frontera ilegalmente está en su nivel más bajo desde la
década de los 70. Esos son los hechos.
Mientras
tanto, he trabajado con el Congreso en una solución integral, y el
año pasado, 68 demócratas, republicanos e independientes se unieron
para aprobar un proyecto de ley bipartidista en el Senado. No era
perfecto.
Era
un compromiso, pero reflejaba el sentido común. Habría duplicado el
número de agentes de la patrulla fronteriza, mientras ofrecía a los
inmigrantes indocumentados un camino hacia la ciudadanía si pagaban
una multa, comenzaban a pagar impuestos y volvían al final de
la fila. Y expertos independientes dijeron que ello ayudaría a
crecer nuestra economía y reducir nuestro déficit.
Si
la Cámara de Representantes hubiese permitido a ese tipo de proyecto
de ley una simple votación a favor o en contra, habría sido
aprobado con el apoyo de ambos partidos, y hoy en día sería la ley.
Pero durante un año y medio, los líderes republicanos de la Cámara
se han negado a permitir esa simple votación.
Sigo
creyendo que la mejor manera de resolver este problema es trabajar
juntos para aprobar ese tipo de ley de sentido común. Pero hasta que
eso ocurra, hay medidas que tengo la autoridad legal para tomar como
Presidente –los mismos tipos de medidas adoptadas por presidentes
demócratas y republicanos antes que yo- que ayudarán a que nuestro
sistema de inmigración sea más justo y más adecuado.
Esta
noche, estoy anunciando esas medidas.
En
primer lugar, construiremos sobre nuestro progreso en la frontera con
recursos adicionales para nuestras fuerzas del orden público para
que puedan detener el flujo de cruces ilegales, y acelerar el retorno
de aquellos que crucen.
En
segundo lugar, haré que sea más fácil y más rápido para los
inmigrantes altamente cualificados, licenciados y empresarios
quedarse y contribuir a nuestra economía, como han propuesto muchos
líderes empresariales.
En
tercer lugar, tomaremos medidas para hacer frente de manera
responsable a los millones de inmigrantes indocumentados que ya viven
en nuestro país.
Deseo
decir algo más acerca de este tercer asunto, ya que genera más
pasión y controversia. A pesar de que somos una nación de
inmigrantes, también somos una nación de leyes. Los trabajadores
indocumentados incumplieron nuestras leyes de inmigración, y creo
que deben rendir cuentas -especialmente aquellos que pueden ser
peligrosas.
Por
eso, en los últimos seis años, las deportaciones de delincuentes
han aumentado hasta un 80 por ciento. Y es por eso que vamos a seguir
concentrando los recursos de aplicación del orden público en las
amenazas reales a nuestra seguridad.
En
los delincuentes, no en las familias. En los criminales, no en los
niños. En los miembros de pandillas, no en una madre que está
trabajando duro para mantener a sus hijos. Daremos prioridad, como lo
hace cada día la aplicación de ley.
Pero
incluso mientras nos centramos en la deportación de criminales, el
hecho es que millones de inmigrantes -en todos los estados, de toda
raza y nacionalidad- todavía vivirán aquí ilegalmente. Y seamos
honestos -rastrear, detener y deportar a millones de personas no es
realista. Cualquiera que sugiera lo contrario no está siendo
sincero.
Tampoco
es lo que somos como personas que viven en Estados Unidos. Después
de todo, la mayoría de estos inmigrantes han estado aquí mucho
tiempo. Trabajan duro, a menudo en empleos difíciles y de baja
remuneración. Mantienen a sus familias. Rezan en nuestras iglesias.
Muchos de sus hijos han nacido en Estados Unidos o han pasado aquí
la mayor parte de sus vidas, y sus esperanzas, sueños y patriotismo
son los mismos que los nuestros.
Como
mi predecesor, el Presidente Bush, dijo hace tiempo: “Son parte de
la vida de Estados Unidos”.
Ahora,
la cuestión es esta: esperamos que la gente que vive en este país
siga las reglas. Esperamos que aquellos que se meten en la fila
no serán recompensados injustamente. Así que vamos a ofrecer lo
siguiente: Si usted ha estado en Estados Unidos por más de cinco
años; si tiene hijos que son ciudadanos de EE. UU. o residentes
legales; si se inscribe, se comprueba que no tiene antecedentes
penales, y está dispuesto a pagar la parte de impuestos que le
corresponde, entonces podrá pedir quedarse en este país de manera
temporal sin temor a ser deportado. Podrá salir de la oscuridad y
tener todo en regla.
De
eso se trata esta oportunidad. Ahora, aclaremos lo que no se
ofrecerá. No será aplicable para nadie que haya entrado a este país
en fecha reciente. No será aplicable para nadie que venga a Estados
Unidos de manera ilegal en el futuro. No otorga ciudadanía ni el
derecho de quedarse aquí de manera permanente ni ofrece los
mismos beneficios que reciben los ciudadanos – sólo congreso lo
puede hacer. Lo único que estamos ofreciendo es no deportarlo.
Sé
que algunas personas que critican esta medida la llaman amnistía.
Sin embargo, no lo es. Amnistía es el sistema de inmigración que
tenemos hoy en día: millones de personas que viven aquí sin pagar
sus impuestos ni acatar las leyes, mientras que los políticos
utilizan este problema para asustar a la gente y acumular votos en
tiempo de elecciones.
Eso
es la verdadera amnistía: dejar este sistema que no funciona como
está. Una amnistía masiva sería injusta, pero una deportación
masiva sería tanto imposible como contraria a nuestro carácter. Lo
que estoy describiendo en este momento es responsabilidad; una
estrategia con mucho sentido que alcanza un punto medio: Si reúne
las condiciones, puede salir de las sombras y hacer todo conforme a
la ley. Si es un delincuente, será deportado. Si tiene pensado
entrar a Estados Unidos de manera ilegal, acaban de aumentar las
posibilidades de que lo capturen y envíen de regreso.
Las
medidas que estoy tomando no solamente son legitimas, sino que son el
tipo de medidas que cada uno de los presidentes republicanos y
demócratas ha tomado en la última mitad del siglo. Tengo una sola
respuesta para aquellos integrantes del Congreso que cuestionan mi
autoridad para lograr que nuestro sistema migratorio funcione mejor,
o cuestionan mi sensatez en actuar cuando el Congreso no lo hizo:
Aprueben un proyecto de ley. Quiero colaborar con ambos partidos para
que se apruebe una solución legislativa con mayor permanencia. Las
medidas que tomo ahora ya no serán necesarias el día en que
firme ese proyecto de ley. Mientras tanto, no permitan que un
desacuerdo en cuanto a un solo problema sea el motivo de ruptura
con respecto a todos los problemas. Así no es como funciona nuestra
democracia, y no hay duda alguna de el Congreso no debería cerrar de
nuevo nuestra administración simplemente porque no estamos de
acuerdo en esto. Las personas que viven en Estados Unidos están
cansadas de que todo se paralice. Lo que he necesita nuestro
país de nosotros en este momento es un objetivo común: un propósito
superior.
La
mayoría de las personas que viven en EE. UU. apoyan los tipos de
reformas de las que hemos hablado esta noche. No obstante, entiendo
la disconformidad que algunos de ustedes en casa.
Millones
de nosotros, incluido yo mismo, descendemos de familias que han
estado en este país por generaciones, tenemos ancestros que
trabajaron muy duro para ser ciudadanos. De manera que no nos gusta
la noción de que cualquiera pueda obtener un pase gratis para ser
ciudadano de Estados Unidos.
Sé
que a algunos les preocupa que la migración cambiará el tejido que
nos caracteriza, o que habrá menos trabajos, o que perjudicará más
a las familias de clase media en un momento en el que ya sienten que
no les ha ido muy bien por más de una década. Tengo presentes sus
inquietudes. Sin embargo, estas medidas no ocasionarán lo anterior.
Nuestra historia y los hechos muestran que los inmigrantes son una
ventaja neta para nuestra economía y nuestra sociedad. Así que creo
que es importante que todos de nosotros tengamos este debate
sin poner en duda el carácter del otro.
Porque
a pesar de todos los desacuerdos en Washington, tenemos que recordar
que este debate se trata de algo más grande. Se trata de lo que
somos como país, y que queremos ser para las generaciones futuras.
¿Somos
una nación que tolera la hipocresía de un sistema en el que los
trabajadores que recogen nuestra fruta y que tienden nuestras camas
nunca tienen la oportunidad de estar bien con la ley? ¿O somos una
nación que les da una oportunidad de compensar, asumir
responsabilidad, y dar un mejor futuro a sus hijos?
¿Somos
una nación que acepta la crueldad de alejar a los niños de los
brazos de sus padres? ¿O somos una nación que valora las familias,
y trabaja para mantenerlos juntos?
¿Somos
una nación que educa a los mejores y más brillantes en nuestras
universidades del mundo, solo para enviarlos a casa para crear
empresas en los países que compiten contra nosotros? ¿O somos una
nación que fomenta que se queden para crear trabajos, empresas e
industrias aquí en Estados Unidos?
De
eso se trata este debate. Necesitamos algo más que política cuando
se trata de la inmigración; necesitamos debate congruente, reflexivo
y compasivo que se enfoca en nuestras esperanzas, no nuestros miedos.
Sé
que la política de este tema conlleva varias dificultades. Pero
permítanme decirles por qué he llegado a sentirme tan fuertemente
sobre este tema. En los últimos años, he visto la determinación de
los padres inmigrantes que trabajaban dos o tres trabajos, sin
recibir ni un centavo del gobierno, y en de riesgo en todo momento de
perderlo todo, solo para construir una mejor vida para sus hijos.
He
visto la angustia y la ansiedad de los niños cuyas madres podrían
ser alejadas de ellos por no tener la documentación adecuada. He
visto la valentía de los estudiantes que, a excepción de las
circunstancias de su nacimiento, son tan estadounidense como Malia o
Sasha, valientemente salen como indocumentados con la esperanza de
poder hacer una diferencia en un país que aman.
Estas
personas, nuestros vecinos, nuestros compañeros, nuestros amigos, no
vinieron aquí de oportunistas o para obtener una vida fácil.
Ellos
vinieron a trabajar, estudiar, y servir en nuestras fuerzas armadas,
y sobre todo, contribuyen al éxito de Estados Unidos.
Mañana,
viajaré a Las Vegas y me reuniré con algunos de estos estudiantes,
incluyendo una joven mujer llamada Astrid Silva. A Astrid la trajeron
a Estados Unidos cuando tenía cuatro años de edad. Sus únicas
posesiones eran una cruz, su muñeca y el vestidos con volantes que
llevaba puesto – un vestido que su madre ha hecho. Cuando comenzó
la escuela, no hablaba nada de inglés. Para ponerse al nivel de los
otros niños, ella leía el periódico y miraba PBS; y así se
convirtió en una buena estudiante. Su padre trabajaba como
jardinero.
Su
madre limpiaba la casa de otras personas. Ellos no la dejaban
presentar a Astrid una solicitud para ingresar a una escuela magnet
de tecnología por temor a que los trámites revelaran que ella era
una inmigrante indocumentada; por lo que ella presentó la solicitud
a espaldas de sus padres e ingresó.
Sin
embargo, ella generalmente vivió en las sombras, hasta que su
abuela, quien venía de visita todos los años desde México,
falleció y ella no pudo viajar al funeral sin el riesgo de ser
descubierta y deportada. Fue en ese momento que decidió abogar por
ella misma y por otros como ella; y hoy Astrid Silva está un
estudiante de colegio trabajando para obtener su tercer título.
¿Somos
una nación que echa a un inmigrante esperanzado que se esfuerza como
Astrid o somos una nación que encuentra una manera de darle la
bienvenida?
Las
Escrituras nos dicen que no debemos oprimir al inmigrante, porque
conocemos el corazón de un inmigrante, ya que una vez fuimos
inmigrantes.
Mis
conciudadanos, nosotros somos y siempre seremos una nación de
inmigrantes. Nosotros también una vez fuimos inmigrantes. Y si
nuestros antepasados fueron inmigrantes que cruzaron el Atlántico, o
el Pacífico o el Río Grande, simplemente estamos aquí porque este
país les dio la bienvenida y les enseñó que ser estadounidense va
más allá de cómo nos vemos o de nuestros apellidos o qué religión
que practicamos. Lo que nos hace estadounidenses es nuestro
compromiso compartido de un ideal; que todos somos creados iguales, y
que todos tenemos la oportunidad de hacer de nuestra vida lo que
deseamos.
Ese
es el país que nuestros padres, abuelos y generaciones antes que
ellos construyeron para nosotros. Esa es la tradición que debemos
mantener.
Esa
es la herencia que debemos dejar para los que están por venir.
Gracias,
que Dios los bendiga y que Dios bendiga a este país que tanto
amamos.
EE.UU.: Nueva política de inmigración
El
presidente Barack Obama podría ir casi tan lejos como su predecesor
Ronald Reagan en la legalización de inmigrantes indocumentados en
Estados Unidos. No les dará residencia permanente, pero sí
protegerá a muchos de ser deportados
Requisitos para calificar Reforma Migratoria Accion ejecutiva Presidente Obama 11/20/2014
Tras
anunciar ayer miércoles que esta tarde
revelará los detalles de la amnistía migratoria, inmigrantes sin
papeles en todo Estados Unidos inundaron las oficinas de abogados con
llamadas para ver si reúnen los requisitos bajo el inminente plan
del Presidente para proteger de la deportación a millones de ellos.
Alex
Gálvez, un abogado de inmigración en Los Angeles, dijo a la agencia
de noticias The Associated Press que va a tener que añadir líneas
telefónicas para poder lidiar con la demanda. Y la abogada de
Inmigración Annaluisa Padilla, que ejerce en el condado de Orange,
California, dijo que está recibiendo el doble de las llamadas
usuales desde que se intensificaron los rumores sobre el plan, que
además otorgaría permisos de trabajo a inmigrantes indocumentados.
"Todo
el mundo está llamando a mi oficina para preguntar cómo pueden
obtener permiso de trabajo bajo el programa de Obama. Yo pienso que
no hay programa de Obama aún", dijo Padilla.
Se
espera que Obama emita una orden ejecutiva para proteger de la
deportación a gran parte de los aproximadamente 11 millones de
indocumentados. Una forma de responder a los republicanos del
Congreso que desde junio de 2013 tienen parada una ley de reforma de
inmigración que fue aprobada por el Senado.
Los
republicanos se oponen enérgicamente a la probable medida del
Presidente, y la extrema derecha del partido ha amenazado con
intentar un nuevo cierre del gobierno federal si Obama cumple su
promesa de tomar medidas en el asunto antes del fin del año.
Aunque
el propio Obama ha advertido que las medidas son temporales y que una
solución permanente al problema de los 11 millones de indocumentados
pasa por la aprobación en el Congreso de una reforma migratoria
comprensiva, el mandatario avanzará con la acción ejecutiva.
A
pesar de que Obama aún no ha revelado detalles de su orden
administrativa, defensores de los inmigrantes se están preparando
para ayudar a millones a determinar si son elegibles y protegerlos de
consultores y llamados fraudulentos, muchos de los cuales les piden
dinero por adelantado y les prometen resultados incluso cuando saben
que ellos no están autorizados para dar esas prestaciones.
Grupos
de activistas en el sur de California planean talleres para informar
a las comunidades sobre la orden presidencial, incluyendo un fórum
de 12,000 personas en el Centro de Convenciones de Los Angeles a
mediados de diciembre, informó Jorge Mario Cabrera, portavoz de la
Coalición de Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Angeles.
El
New Mexico Immigrant Law Center planea iniciar un sistema de mensajes
de texto para inmigrantes en todo el estado, especialmente en áreas
rurales donde el acceso a servicios legales es escaso.
Por
su parte, defensores de inmigrantes en Florida planean hacer lo
mismo, y van a lanzar un servicio telefónico en inglés y español
para mantener informados a los miembros de la comunidad.
En
Nueva York, abogados de inmigración y organizaciones sin fines de
lucro preparan clínicas para ayudar a determinar la elegibilidad de
inmigrantes para el programa.
La
acción ejecutiva de Obama se trata del mayor beneficio a favor de
indocumentados desde la reforma migratoria del presidente republicano
Ronald Reagan, en 1986, que permitió la legalización de 3 millones
de extranjeros sin papeles de estadía legal en Estados Unidos, la
mayoría de ellos de origen mexicano.
Tras
anunciar hoy la acción ejecutiva, los planes de Obama incluyen un
viaje mañana viernes a Las Vegas donde dará más detalles de su
plan ante líderes de la comunidad inmigrante.
El
Presidente explicará los cambios en el sistema migratorio,
"incluidos los plazos previstos para la aplicación de los
eventuales beneficios y el sistema de financiación para estos
cambios, que por ley no pueden ser pagados por los ciudadanos",
indicaron fuentes de la Casa Blanca.
El
anuncio de la acción ejecutiva "es un paso adelante en el plan
del Presidente para trabajar con el Congreso en aprobar una reforma
migratoria integral con sentido común", dijo la Casa Blanca.
Hasta
que esa fecha llegue, los indocumentados tienen puestas todas sus
esperanzas en el día de hoy y en cómo podría cambiar sus vidas
para siempre.
ANEXO:
ANEXO:
Activistas a Obama: "Disculpe, señor presidente, pero lo que dice es mentira"
Barack Obama pronunció este martes en Chicago un discurso sobre la política migratoria de su Gobierno. A mitad de la intervención fue interrumpido por cuatro mujeres que decidieron expresar su disconformidad con las palabras del presidente.
"Los trabajadores indocumentados que han infringido nuestras leyes de inmigración deben figurar en una lista especial. Entre ellos hay algunos que pueden ser peligrosos. Forman una pequeña minoría, pero hay que tenerlos en cuenta. Y es por eso que las deportaciones de criminales durante los seis últimos años subieron hasta el 80%.
Vamos a seguir centrando nuestros recursos en lo que en realidad es una amenaza para nuestra seguridad. En los delincuentes, no en las familias. En las pandillas, no en los padres que trabajan duro para que sus hijos tengan una vida mejor. Pero incluso…", estaba diciendo el mandatario en el Centro Copérnico de Chicago, donde promovía el plan de inmigración que aprobó sin el respaldo del Congreso, una medida que protege a los progenitores de los ciudadanos y residentes legales permanentes de EE.UU. y que libera de la amenaza de la deportación a unos 4,7 millones de inmigrantes.
Vamos a seguir centrando nuestros recursos en lo que en realidad es una amenaza para nuestra seguridad. En los delincuentes, no en las familias. En las pandillas, no en los padres que trabajan duro para que sus hijos tengan una vida mejor. Pero incluso…", estaba diciendo el mandatario en el Centro Copérnico de Chicago, donde promovía el plan de inmigración que aprobó sin el respaldo del Congreso, una medida que protege a los progenitores de los ciudadanos y residentes legales permanentes de EE.UU. y que libera de la amenaza de la deportación a unos 4,7 millones de inmigrantes.
Fue en ese momento cuando la paciencia de los activistas que estaban presentes en la sala se agotó. "¡Disculpe, señor presidente, pero eso es mentira!", gritó una joven, levantándose de su asiento y sosteniendo en las manos un cartel que rezaba 'Stop Deportations Now' ('detengan ahora mismo las deportaciones'). Otras tres mujeres no tardaron en seguir su ejemplo exclamando: "¡Ni uno más!", "¡Detenga las deportaciones!" y "No hay justicia", entre otras proclamas.
Ante la incesante protesta de las activistas, Obama aseguró que "había oído sus opiniones", pero que no podría conversar con cada uno de ellas en separado, sin analizar más los reproches. Retomó su discurso para decir que EE.UU. es una nación que "encuentra la manera de darles la bienvenida [a los inmigrantes] como seres humanos y de aprovechar sus talentos para crear un futuro brillante para todos" y aseguró que el país no expulsa "a los soñadores que quieren ganarse su propia parte del sueño americano".
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