AMIA.
Otra vez: tragedia, confusión, mentira e interrogantes.
Hoy
más que nunca, no se debe permitir que una vez más se intente hacer
con el juicio de encubrimiento lo que ya se hizo con la causa
principal.
Cristina Kirchner, presidenta de Argentina, publicó una carta el 19 de enero de 2015 sobre la muerte de Alberto Nisman: "¿Qué fue lo que llevó a una persona a tomar la terrible decisión de quitarse la vida?"
La
Presidenta apunta a la hipótesis del suicidio como causa de muerte
del fiscal federal, que la había denunciado por encubrimiento del
atentado a la AMI
Casi
un día después del hallazgo del cuerpo sin vida del fiscal
federal Alberto Nismanque había denunciado y pedido la indagatoria
de Cristina Kirchner, la Presidenta se manifestó al
respecto por primera vez. Lo hizo a través de un extenso texto
titulado "AMIA. Otra vez: tragedia, confusión, mentira e
interrogantes", publicado en su cuenta en la red social
Facebook cerca de las 21.
El
fiscal federal que la había denunciado por supuesto encubrimiento de
responsabilidades en la causa que investiga el atentado
a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA),que en 1994 causó
la muerte de 85 personas y es un crimen que permanece impune, fue
hallado muerto en el baño de su departamento en Puerto Madero ayer
por la noche.
Durante
el día, diversos referentes del arco opositor, primero, y más tarde
del Gobierno salieron a referirse al tema, en diálogo con la prensa
y en declaraciones vía la red social Twitter. Cristina Kirchner
esperó hasta la noche para expresarse.
“La
muerte de una persona siempre causa dolor y pérdida entre sus seres
queridos, y consternación en el resto. El suicidio provoca, además,
en todos los casos, primero: estupor, y después: interrogantes. ¿Qué
fue lo que llevó a una persona a tomar la terrible decisión de
quitarse la vida?
En el caso del ¿suicidio? del fiscal a cargo de la causa AMIA, Alberto Nisman, no sólo hay estupor e interrogantes, sino que además una historia demasiado larga, demasiado pesada, demasiado dura, y por sobre todas las cosas, muy sórdida: la tragedia del atentado terrorista más grande que se produjo en la Argentina.
En el caso del ¿suicidio? del fiscal a cargo de la causa AMIA, Alberto Nisman, no sólo hay estupor e interrogantes, sino que además una historia demasiado larga, demasiado pesada, demasiado dura, y por sobre todas las cosas, muy sórdida: la tragedia del atentado terrorista más grande que se produjo en la Argentina.
En lo personal me retrotrae a épocas pasadas y también duras: el 18 de julio de 1994 era diputada provincial en Santa Cruz y convencional nacional constituyente en Santa Fe por mi provincia. Florencia, mi hija, recién había cumplido 4 años, y Máximo estaba finalizando la secundaria. Viajaba todas las semanas a Santa Fe, y aquel lunes 18 el horror modificó todas nuestras rutinas.
Tampoco puedo olvidar que dos días después del atentado, me entero en Santa Fe que el 20 de julio, y con motivo del atentado, se había creado la Secretaría de Seguridad y nombrado al frente de la misma al Brigadier Andrés Antonietti.
Confieso que al enterarme de esa designación, un frío me corrió por la espalda. Aún recordaba nítidamente a esa persona. En 1980, durante el mes de noviembre, en Río Gallegos colocaron en nuestro estudio jurídico un artefacto explosivo de relojería y, además, rompieron todos los caños de gas de los calefactores dejando fluir el mismo, y convirtiendo nuestro estudio en una gigantesca bomba, que de haber detonado hubiera causado un verdadero desastre. Sólo un milagro permitió que eso no sucediera.
El Sr. Antonietti, en esos momentos, creo que era vice-comodoro y segundo jefe de la Fuerza Aérea, que gobernaba la provincia de Santa Cruz. Habíamos mantenido un breve intercambio telefónico que terminó cuando le corté el teléfono. En ese momento nuestro estudio llevaba juicios contra contratistas de obra pública de dicha fuerza y concesionarios de servicios de la Agrupación Aérea. Me veo todavía, después de tanto tiempo, prestando declaración ante el oficial instructor de la Policía y recolectando firmas de repudio para una solicitada por el atentado.
Y recuerdo también una memorable entrevista con el entonces jefe de Policía, un teniente coronel de apellido Claro, ya que era el Ejército el que manejaba la seguridad y la inteligencia. Con él mantuve una conversación tensa, por mis declaraciones, que involucraban a un oficial de otra fuerza y nuestra decisión de publicar una solicitada. Sí, aunque parezca mentira, no se aceptaba ni siquiera la publicación de solicitadas denunciando atentados.
Lejos
estaba de pensar en esa oportunidad (año 1980) que la explosión en
la AMIA me devolvería al Brigadier Antonietti, 14 años después,
con el cargo de Secretario de Seguridad de los argentinos. Y más aún
lejos estaba de imaginar que en 1996 iba a formar parte, como
senadora nacional y luego como diputada, de la Comisión Bicameral de
Seguimiento de los atentados de la Embajada y la AMIA.
Mi participación, que se extendió hasta la finalización de la Comisión en el 2001, estuvo signada siempre por honrar la memoria, encontrar la verdad y que se haga justicia. Los primeros tiempos nos fuimos interiorizando de los hechos, de las circunstancias, de la tragedia, el testimonio de los familiares, de testigos, etc… Luego comenzaron a desfilar por la Comisión todo tipo de personajes, hipótesis, teorías, al mismo tiempo que cada vez más crecían las contradicciones, las falencias, los "errores". Más tarde, y en plena campaña política presidencial, el plantar pruebas, la desaparición de otras. En fin, la confusión, la tergiversación, el ocultamiento o la "aparición" de "pruebas" como método permanente.
Mi participación, que se extendió hasta la finalización de la Comisión en el 2001, estuvo signada siempre por honrar la memoria, encontrar la verdad y que se haga justicia. Los primeros tiempos nos fuimos interiorizando de los hechos, de las circunstancias, de la tragedia, el testimonio de los familiares, de testigos, etc… Luego comenzaron a desfilar por la Comisión todo tipo de personajes, hipótesis, teorías, al mismo tiempo que cada vez más crecían las contradicciones, las falencias, los "errores". Más tarde, y en plena campaña política presidencial, el plantar pruebas, la desaparición de otras. En fin, la confusión, la tergiversación, el ocultamiento o la "aparición" de "pruebas" como método permanente.
Cada vez más, en lugar de aclarar, todo se oscurecía. Se complicaba y crecía la sensación, al menos en mí, de estar en un teatro de operaciones de la política nacional e internacional en el que a pocos le importaban las víctimas y mucho menos la verdad. Tal cual lo declaré más tarde como testigo en el juicio oral.
La tensión crecía y las discusiones también, y mi percepción de estar frente a la "fabricación de un juicio" fue creciendo hasta transformarse en convicción. Ocurre entonces un hecho determinante, como fue la memorable reunión donde declaró el Dr. Claudio Lifschitz, quien fuera Secretario del juez Juan José Galeano, y diera cuenta de las graves irregularidades cometidas por el juez y varios de sus funcionarios.
En esa declaración, que duró horas, fue como si de repente todas las piezas de un rompecabezas que no podía armar se unieran para llegar a una sola conclusión: estábamos ante el fraude material y procesal más importante del que se tenga memoria. Tan importante fue esa declaración, que a raíz de la misma se inicia una segunda causa por encubrimiento contra los funcionarios que se desempeñaban en la época del atentado.
Podría contar numerosos hechos y discusiones, pero todo se condensa en el tercer informe de la Comisión, que firmé en soledad y con disidencia total, afirmando que ya no tenía dudas, que nada de lo hecho y actuado por el juez Galeano pasaría por la prueba del juicio oral y público. Ya se sabe, los papeles aguantan cualquier cosa, las pruebas son otra cosa.
Desgraciadamente no me equivoqué. En el año 2004 el Tribunal Oral Federal Nº 3 demolió, literalmente, el expediente de Galeano, y todo volvió a fojas cero en la causa principal.
Sin embargo, en el año 2000, se inicia formalmente la causa de encubrimiento a raíz de las declaraciones públicas del Dr. Lifschitz. La causa estuvo paralizada durante años y el juez a cargo Claudio Bonadío fue apartado, recayendo la misma en el juzgado del Dr. Lijo. Hoy, después de casi ¡15 años! de iniciada la causa de encubrimiento y 12 excusaciones de magistrados, se presume que "posiblemente" (el encomillado no es casual) se inicie el juicio oral y público este año. Los imputados son:
- Juan José Galeano (ex juez): por los delitos de peculado por malversación de caudales públicos, coacción, falsedad ideológica de documento público, privación abusiva de la libertad, encubrimiento, violación de medios de prueba y prevaricato.
- Hugo Alfredo Anzorreguy (ex Secretario de Inteligencia): por los delitos de peculado, encubrimiento, abuso de autoridad y falsedad ideológica de documento público.
- Eamon Gabriel Müllen y José Carlos Barbaccia (ex fiscales): por los delitos de privación abusiva de la libertad agravada, peculado y coacción.
- Carlos Alberto Telleldín (reducidor de autos), Víctor Stinfale (abogado), Ana María Boragni (pareja de Telleldín), Rubén Ezra Beraja (ex Presidente de la DAIA), Patricio Finnen (ex agente de la SIDE): Por el delito de peculado.
- Carlos Saúl Menem: por los delitos de encubrimiento, falsedad ideológica, violación de medios de prueba y abuso de autoridad.
- José Alberto "el fino" Palacios (ex PFA): por los delitos de encubrimiento, abuso de autoridad y violación de medios de prueba.
- Juan Carlos Anchézar (ex Subsecretario de Inteligencia): por los delitos de encubrimiento, abuso de autoridad y falsedad ideológica.
- Carlos Antonio Castañeda (ex PFA): por los delitos de encubrimiento, abuso de autoridad, violación de medios de prueba y falsedad ideológica.
Resta
indagar a un grupo de secretarios de Galeano y al Dr. Carlos Corach
quien fuera sobreseído por el juez Lijo, pero revocada dicha
sentencia por la Cámara de Alzada.
Curiosa y sugestivamente, cuando está a punto de iniciarse el juicio oral y público por encubrimiento, largamente demandado por la sociedad en general y los familiares en especial, surge el intento de convertir al Gobierno que más ha hecho por el esclarecimiento del atentado, no sólo en apertura de archivos, relevo del impedimento para declarar por parte de agentes de Inteligencia, asignación de recursos humanos y económicos como nunca antes había contado la investigación, reclamos, presentaciones y actuaciones en el orden internacional y ante la ONU sin precedentes, que ningún otro presidente había hecho. Repito, curiosa y sugestivamente se intenta convertir, 21 años más tarde, en encubridores por tratar de que se le pueda tomar declaración a los imputados iraníes mediante un Tratado Internacional aprobado por ley del Congreso.
Me parece que es demasiado. No se puede violar la ley con la aprobación del Congreso. No se puede violar la ley cuando lo que se quiere es que declaren los imputados, sobre todo porque es la única manera de que la causa salga del estancamiento y retroceso de casi 21 años. O acaso no se recuerda cuando en cumplimiento de las alertas rojas logradas durante nuestro gobierno contra los iraníes acusados fue detenido por Interpol en Londres el ex Embajador iraní ante Argentina Heidi Solimanpur, y la justicia inglesa lo liberó por falta de pruebas debiendo pagar la Argentina USD 25.000 de indemnización.
Podría mencionar las recientes declaraciones del ex Director General de la Interpol que intervino en toda la etapa de las alertas rojas u órdenes de detención o del Departamento Legal que opinó sobre el Memorándum, diciendo que era conveniente para el esclarecimiento del atentado.
Pero
creo que lo más importante es advertir que se intenta hacer con el
juicio de encubrimiento lo que se hizo con el juicio principal 21
años atrás: desviar, mentir, tapar, confundir. Si en aquel juicio
"desaparecían" los cassettes que probarían que la SIDE
estaba al tanto de que se estaba preparando un atentado, ahora
"aparecen" cassettes de personajes públicamente
simpatizantes de Irán a los que ni siquiera es necesario intervenir
un teléfono para saber lo que hacen o lo que piensan. Basta con
encender la radio y escucharlos, o mirar televisión y leer los
diarios.
Y
aquí es donde comienzan los interrogantes:
¿Quién fue el que ordenó volver al país al fiscal Nisman el día 12 de enero, dejando inclusive a su pequeña hija sola en el aeropuerto de Barajas, interrumpiendo vacaciones familiares y licencia en el trabajo que habían comenzado el 1º de enero y debían finalizar más allá del 20?
¿Quién fue el que ordenó volver al país al fiscal Nisman el día 12 de enero, dejando inclusive a su pequeña hija sola en el aeropuerto de Barajas, interrumpiendo vacaciones familiares y licencia en el trabajo que habían comenzado el 1º de enero y debían finalizar más allá del 20?
¿Quién puede creer que alguien que tenía tan grave denuncia institucional contra la Presidenta, su Canciller, que profesa la fe judía, o contra el secretario general de una organización juvenil que cuando ocurrió el atentado estaba en 5º año del secundario, se fue de vacaciones y de repente las interrumpe y en plena feria judicial, sin avisarle al juez de la causa, presenta una denuncia de 350 fojas que evidentemente debía tener preparadas con anterioridad?
¿O será que alguien se las dio cuando volvió? Que por una de esas raras casualidades es al día siguiente de la marcha en Francia por los actos terroristas en París.
¿Es casualidad también que ese mismo día 12, que el fiscal regresa imprevistamente al país, el diario Clarín titula: “Más de 4 millones, de pie contra el terror en Francia”.?
¿Es
casualidad que al día siguiente, martes 13, y casi secuencialmente,
el mismo diario titule en su tapa: “Timerman recibió orden de no
asistir a la gran marcha en París”? Desmentida por la presencia
del Canciller y nuestra Embajadora en la marcha.
¿Es
casualidad que el miércoles 14 el fiscal presenta ¿su? escrito de
350 páginas sin avisarle a Canicoba Corral, juez de la causa
principal, y directamente las remita al juez Lijo? Sí, el mismo que
sobreseyó a Corach por encubrimiento.
¿Es casualidad que la tercera tapa secuencial de Clarín sea precisamente este hecho?
¿Cómo
pueden decir que el fiscal volvió porque temía que la Procuradora
lo removiera de su cargo si el propio Nisman admitió, nada más ni
nada menos que en TN (el cable del monopolio y feroz detractor de la
Procuración), que la Dra. Gils Carbó lo llamó para ofrecerle más
protección y si necesitaba más custodia?
Como decía al principio: interrogantes que el Poder Judicial DEBE investigar, como también el hecho de que sea un empleado de la fiscalía el que le suministra el día sábado el arma calibre 22 que le provoca la muerte. ¿Para defensa? ¿Un arma calibre 22? Cuando el fiscal vivía en la Torre Le Parc de Puerto Madero, con sistemas de vigilancia inteligentes, con códigos de ingreso, monitoreo de cámaras y custodia constante de Prefectura, y contaba además con custodia propia de 10 agentes de la Policía Federal.
Hoy más que nunca, no se debe permitir que una vez más se intente hacer con el juicio de encubrimiento lo que ya se hizo con la causa principal. Porque se descubrirá a los autores del atentado cuando se sepa quiénes los encubrieron. En Argentina todavía debemos remarcar lo más obvio y simple.
Como decía al principio: interrogantes que el Poder Judicial DEBE investigar, como también el hecho de que sea un empleado de la fiscalía el que le suministra el día sábado el arma calibre 22 que le provoca la muerte. ¿Para defensa? ¿Un arma calibre 22? Cuando el fiscal vivía en la Torre Le Parc de Puerto Madero, con sistemas de vigilancia inteligentes, con códigos de ingreso, monitoreo de cámaras y custodia constante de Prefectura, y contaba además con custodia propia de 10 agentes de la Policía Federal.
Hoy más que nunca, no se debe permitir que una vez más se intente hacer con el juicio de encubrimiento lo que ya se hizo con la causa principal. Porque se descubrirá a los autores del atentado cuando se sepa quiénes los encubrieron. En Argentina todavía debemos remarcar lo más obvio y simple.
Creo que los argentinos nos merecemos no ser tan subestimados en nuestra inteligencia y mucho menos cuando 85 víctimas y sus familiares todavía esperan justicia después de 21 años.
Cristina Fernández de Kirchner
Presidenta de la Nación Argentina
Martes 20 de enero de 2015
Cristina Kirchner recurrió a Facebook de nuevo: "Los delitos no tienen razones, sólo tienen móviles"
La
Presidenta subió un segundo texto referido a la muerte del fiscal
Nisman; repitió parte del mensaje de ayer y linkeó a las cinco
carillas posteadas anoche.
A
continuación, lo que escribió
"Repito,
curiosa y sugestivamente se intenta convertir, 21 años más tarde,
en encubridores por tratar de que se le pueda tomar declaración a
los imputados iraníes mediante un Tratado Internacional aprobado por
Ley del Congreso. Pero creo que lo más importante es advertir que se
intenta hacer con el Juicio de encubrimiento lo que se hizo con el
juicio principal 21 años atrás: desviar, mentir, tapar, confundir.
Hoy
más que nunca, no se debe permitir que una vez más se intente hacer
con el juicio de encubrimiento lo que ya se hizo con la causa
principal. Porque se descubrirá a los autores del atentado cuando se
sepa quiénes los encubrieron. Porque los delitos no tienen razones,
sólo tienen móviles, y en Argentina todavía debemos explicar lo
más obvio y simple".
14
de ene. de 2015
Aníbal
Fernandez, habla sobre la imputación de Nisman: "Es un manotazo
de ahogado"
PACTO CON IRAN: PIDEN INDAGAR A CRISTINA KIRCHNER
Jueves
22 de enero de 2015
Cristina Kirchner, sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman: "El suicidio (que estoy convencida) no fue suicidio"
"Los
interrogantes se convierten en certezas", advirtió la
Presidenta; pidió protección para Lagomarsino, el colaborador del
fiscal que le prestó el arma, y que se investigue a la custodia;
además, dijo que la denuncia se "derrumba"
presidenta Cristina
Kirchner puso
en duda esta mañana que el fiscal Alberto
Nisman, que
la denunció por encubrimiento a Irán en la
causa AMIA ,
se haya suicidado, pidió "mucha protección" para Diego
Lagomarsino ,
el asistente que le entregó el arma al funcionario, y reclamó que
se investigue a la custodia.
"Los
interrogantes que se convierten en certeza. El suicidio (que estoy
convencida) no fue suicidio", sostiene
Kirchner en una
nueva cartapublicada
esta mañana mediante la red social Twitter, donde advierte que al
fiscal fallecido le proporcionaron datos falsos para la denuncia de
encubrimiento.
La
Presidenta pidió "mucha protección al Sr. Lagomarsino", el
colaborador de Nisman que le llevó el arma calibre 22 con
el que se habría disparado y sostuvo que "resulta muy
conveniente que se ordenen sumarios e investigaciones lo más
rápidamente posible" sobre los policías federales que
custodiaban a Nisman.
La
acusación de Nisman no sólo se derrumba, sino que constituye un
verdadero escándalo político y jurídico.
La
extensa carta, Cristina Kirchner había afirmado que:
los
argentinos tomamos conocimiento de la denuncia
completa del Fiscal Nisman.
Siempre se ha dicho que el idioma inglés, a diferencia del español,
no tiene tanta diversidad de palabras para definir objetos,
situaciones, adjetivos, etc. Y es cierto.
Pero
debo reconocer que en esta oportunidad, al ver y leer en el día de
la fecha la tapa del diario porteño ¨Buenos Aires Herald¨, la
economía de vocabulario tiene también sus ventajas.
En efecto, el referido matutino expresa su opinión sobre la denuncia del Fiscal Nisman y lo hace con precisión quirúrgica, o tal vez lingüística. Sobre un facsímil del dictamen, dos palabras inapelables: ¨Nothing new¨. En español: ¨Nada nuevo¨.
Por
si no bastaba, agrega como subtítulo: ¨El reporte de Nisman fracasa
en avivar las llamas de conspiración¨. Fracaso y conspiración, dos
palabras que si hubiera utilizado ésta Presidenta sería objeto de
las peores críticas. Creo que nadie podrá acusar al periódico de
habla inglesa de ser un medio afín o cooptado por el Gobierno.
Podría mencionar también el análisis de Horacio Verbitsky: ¨Alerta roja¨, publicado en Página 12 también en el día de la fecha:
DIARIO
EL PAIS › OPINION
Alerta roja
Una
primera lectura a velocidad supersónica de la denuncia del fiscal
Alberto Nisman contra la presidente CFK y su ministro Héctor
Timerman, difundida en la tarde de ayer por la Corte Suprema de
Justicia en su página electrónica, indica que el eje excluyente de
la argumentación del difunto ex fiscal gira sobre la presunta
decisión de las máximas autoridades argentinas de obtener la
anulación de las órdenes de captura contra los funcionarios iraníes
acusados y de las correspondientes alertas rojas emitidas por
Interpol. Esta afirmación se reitera ad infinitum a lo largo del
dictamen, ahora en poder del juez federal Ariel Lijo, quien lo puso
en manos del presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.
“La
baja de las notificaciones rojas constituyó el interés central para
las autoridades iraníes en este acuerdo y el canciller Timerman
aceptó y contribuyó a ello. Hizo todo lo posible para que ese
objetivo fuera cumplido por Interpol, más allá de sus declaraciones
públicas en sentido contrario, porque sostener la verdad además de
confesar su participación en el plan delictivo, hubiese sido
incompatible con los reclamos de justicia. La diligente y a la vez
inesperada –para los encubridores– actitud de Interpol,
específicamente de su secretario general, Ronald Noble, lo impidió”,
sostiene en la foja 107.
En
la 120 narra una reunión de Timerman con el secretario general de
Interpol el 26 de noviembre de 2013 en la sede de la organización en
Lyon y dice que el canciller argentino intentó convencerlo “para
que cediera y dispusiera el cese de las notificaciones rojas”. Este
esquema se repite una y otra vez a lo largo del escrito.
(De
allí la importancia del correo electrónico que Noble le envió a
Timerman la semana pasada, en el que afirma en forma categórica que
tanto el ministro como la presidente CFK y todo el gabinete argentino
permanecieron “cien por ciento comprometidos a que las alertas
rojas de Interpol siguieran vigentes”, con una actitud consistente
e inflexible. Sobre el encuentro del 26 de noviembre de 2013 en el
que Nisman afirma que Timerman intentó convencer a Noble para que
cediera y levantara las alertas rojas, el propio Noble dice que
Timerman “reiteró que la posición del gobierno argentino es que
las alertas rojas debían permanecer en efecto, sin cambios, debían
seguir siendo válidas”. Nada que el gobierno diga ahora podría
mejorar este desmentido rotundo de Noble, ex jefe del Servicio
Secreto de los Estados Unidos, quien en un reportaje publicado en
este diario el domingo, añadió por si quedaran dudas, que Nisman
mentía cuando afirmaba lo contrario.)
La
segunda línea argumental de fondo en la denuncia de Nisman es que en
2011, dos años antes de la firma del Memorando de Entendimiento los
cancilleres de la Argentina e Irán acordaron en Siria dejar de lado
la investigación de los atentados. Las fuentes son los periodistas
argentinos José Ricardo Eliaschev y Gabriel Levinas. Eliaschev dijo
bajo juramento a Nisman que había leído un documento secreto
redactado por el canciller iraní Alí Akbar Salehi en el que le
informaba a su presidente Mahmud Ahmadinejad “que la Argentina ya
no está interesada en resolver aquellos dos atentados y en cambio
prefiere mejorar sus relaciones económicas con Irán”. Sin
explicación, ese “típico paper intergubernamental” que
Eliaschev leyó, no está redactado en farsi sino en inglés. Según
el periodista “ha circulado por las cancillerías de varios
países”. En alguna de ellas lo habrán traducido. Algo menos
asertivo fue Levinas, en un libro de 2013 sobre Timerman. El ministro
argentino habría dicho que llegó a Siria “bajo precisas órdenes
de nuestra presidente para tratar de encontrar o buscar una solución
a la causa AMIA”. Si bien este párrafo no incrimina a Timerman ni
a la presidente como el de Eliaschev, contiene una precisión
invalorable: dice que lo supo por “fuentes oficiosas de la
Cancillería de Israel”.
(Esto
remite una vez más al problema que el juez Rodolfo Canicoba Corral
señaló en la resolución en que pidió las capturas que originaron
las alertas rojas de Interpol: Nisman debía conseguir pruebas, ya
que se basaba sólo en informes de Inteligencia. La modificación de
la ley de Inteligencia, para que la justicia controle la tarea de los
servicios y no a la inversa, es el compromiso que Néstor Kirchner
asumió en 2005 ante los familiares nucleados en Memoria Activa, en
el reconocimiento de responsabilidad que la Argentina realizó ante
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y cuyo cumplimiento
sigue pendiente.)
Muchas
fojas transcriben conversaciones telefónicas del agente iraní Jorge
Khalil con los piqueteros Fernando Esteche, de Quebracho, y Luis
D’Elía, de la Federación de Hábitat y Vivienda quienes se
atribuyen distintas proezas. Esteche sostiene que el Memorando
firmado en 2013 es copia de uno que él había redactado con Khalil
en 2006 y que ni Irán ni la Argentina habían aceptado entonces.
D’Elía informa cada vez que habla con su amigo Khalil que está en
la Casa de Gobierno o en el Ministerio de Planificación, llama Jefa
o Número 1 a la presidente y se jacta de que ella conoce y aprueba
sus gestiones y que Julio De Vido, a quien llama Julio a secas, está
ansioso por conseguir petróleo. En varias conversaciones se señala
que hasta ese momento el intercambio era entre privados y los
interlocutores procuran obtener que también participen los estados.
(Hasta
el día de hoy eso no ocurrió. Los granos los sigue vendiendo
Grobocopatel y la Argentina no importa petróleo de Irán. El
comercio bilateral creció antes de la presunta apertura de las
negociaciones secretas y decayó desde entonces.)
Por
último, el dictamen del ex fiscal reproduce conversaciones
telefónicas de una persona a quien identifica como Allan Bogado,
“que responde a la Secretaría de Inteligencia de la Presidencia de
la Nación. Se trata de una persona con acceso al entorno
presidencial que cuenta con información privilegiada, incluso sobre
la salud de la señora presidente, y que ha declarado su simpatía
por el régimen iraní”. Agrega que ha transmitido informaciones
secretas y protegidas por la ley de Inteligencia a agentes de una
potencia extranjera y en quien la señora presidente ha confiado para
llevar adelante parte del plan de impunidad. La que menciona es
reducida por el propio Bogado al carácter de “chisme”. En
febrero de 2003 dice que habría sabido “en la casa” (Nisman
interpreta que es la SI) que Interpol estaba por levantar las alertas
rojas. El ex fiscal también menciona como inventor de una “verdad
falsa” que se instalaría en el expediente para liberar de culpa a
los iraníes, al ex juez y ex fiscal Héctor Yrimia.
(Ante
una consulta de Lijo, el Secretario de Inteligencia Oscar Parrilli
respondió que ninguno de ambos “pertenecen ni han pertenecido como
personal de la planta permanente, contratado, de gabinete ni personal
transitorio”. Agregó que en noviembre, la Secretaría denunció
por tráfico e influencias a Bogado, “quien no siendo personal de
este organismo se presentaba ante funcionarios de la Aduana como
agente de esta Secretaría”. La causa está en el juzgado federal
del juez Luis Rodríguez. Además, hace dos años la SI ya había
negado que Bogado trabajara allí ante una consulta de otro
tribunal.)
En
esta primera lectura rasante de la denuncia, nada parece más
inquietante que una grabación de Khalil, en la foja 45 sobre una
“persona que laburó con Irán... cuando Irán mató acá”, y
otra en la que dice que Emilio Pérsico “siempre tuvo el discurso
de que nosotros fuimos... y está bien hecho así... dice él. Es la
pelea”. Los puntos suspensivos son de Nisman. Para quienes creen en
la pista iraní, será un aliciente para continuar la labor de Nisman
en el expediente por el atentado.
Una
curiosidad reveladora del apuro con que realizó Nisman el último
dictamen de su vida: pese a que interrumpió sus vacaciones para
terminarlo y presentarlo, no solicitó la habilitación de la feria a
la jueza María Servini, quien lo rechazó por carencia de elementos
probatorios.
o
el de Raúl
Kollmann,
en el mismo diario, páginas 2 y 3…
DIARIO
EL PAIS › LA
SI COMUNICO QUE NO FORMAN PARTE DEL ORGANISMO DOS SUPUESTOS AGENTES
DENUNCIADOS POR EL FISCAL NISMAN
“No pertenecen ni han pertenecido” a la SI
La
respuesta provino del titular de la ex SIDE Oscar Parrilli, ante un
pedido del juez Ariel Lijo. A partir de ese hecho se difundió la
denuncia completa que había hecho Nisman, que no arroja importantes
revelaciones.
La
Secretaría de Inteligencia (SI), a cargo de Oscar Parrilli, le hizo
saber al juez federal Ariel Lijo que las dos personas mencionadas por
el fiscal Alberto Nisman como integrantes de la SI “no pertenecen
ni han pertenecido (a la ex SIDE) como personal de la planta
permanente, contratado, de gabinete ni personal transitorio”. Se
trata de Ramón “Allan” Héctor Bogado y el ex juez Héctor
Yrimia. En el escrito, Parrilli le notifica a Lijo que Bogado tiene
dos causas por tráfico de influencias, ya que se hizo pasar por
integrante de la SI ante la Dirección de Aduanas y ante un
particular en un expediente por extorsión. Una causa es de 2013 y la
otra de 2014. Fuentes oficiales informaron a este diario que el tal
Bogado no tiene ninguna relación con el Poder Ejecutivo ni ocupa
cargo alguno. Tras la desclasificación, por orden de la Presidenta,
de la identidad del supuesto agente, el juez Lijo resolvió publicar
la totalidad de la denuncia de Nisman en el Centro de Información
Judicial (CIJ), un resorte que depende directamente del titular de la
Corte, Ricardo Lorenzetti.
Antes
de su muerte, Nisman había dicho que no quería dar a conocer las
300 páginas de su denuncia contra CFK, el canciller Héctor
Timerman, el diputado Andrés Larroque, el dirigente de Miles Luis
D’Elía, el de Quebracho Fernando Esteche y el ciudadano argentino
con públicas posturas pro-iraníes Alejandro “Yussuf” Khalil. El
argumento de Nisman para no publicar el texto era que incluía los
nombres de agentes de inteligencia involucrados.
El
domingo Página/12 dio a conocer que el Ejecutivo desclasificaría la
identidad de cualquier agente requerido por Nisman. Eso se concretó
el lunes: el titular de la SI, Parrilli, le hizo saber al juez la
decisión presidencial. A raíz de ellas, el juez Lijo, ya de regreso
de sus vacaciones, le envió un oficio a Parrilli pidiéndole que la
SI diga si Bogado e Yrimia trabajaron o trabajan para la central de
inteligencia. En su respuesta, Parrilli le dijo al juez que ninguno
de los dos integró la SI e incluyó un dato de importancia: que
Bogado ya fue denunciado dos veces por tráfico de influencias a raíz
de que se hacía pasar por agente de la SI supuestamente para hacer
algún negocio. En un caso, ante la Aduana, lo que fue denunciado por
la propia SI, con lo que se formó una causa judicial que tramita en
el Juzgado Federal de Luis Rodríguez. La calificación es
“averiguación de delito”. En agosto de 2013, el Tribunal Oral
Criminal Nº 1 también se dirigió a la SI para preguntar por
Bogado. Según parece, también en ese caso se hizo pasar por agente
en un expediente que tenía que ver con una extorsión. Ya en ese
momento se le informó al TOC 1 que Bogado “no pertenece ni ha
pertenecido al organismo como personal contratado ni como personal de
planta permanente”.
En
su escrito dirigido a la SI, Nisman dijo que se debía identificar a
los agentes que hablaron con cuatro celulares. Los cuatro números
correspondieron a Khalil, aunque no los tuvo todos al mismo tiempo,
sino sucesivamente. Y las escuchas se hicieron durante dos años y
medio, es decir 30 meses.
En
el texto completo de la denuncia que se conoció ayer no hay
novedades importantes. Todo va en el mismo sentido que los resúmenes
que entregó Nisman la semana pasada. Pero ahora se agrega que los
que él menciona como agentes no son agentes.
Anoche
se iniciaba una polémica por la publicación de la denuncia, en el
CIJ, bajo el paraguas de la Corte. Fuentes judiciales recordaban que
por muchísimo menos el juez Claudio Bonadio pretende imputar al
fiscal Carlos Gonella por violación de secreto. Gonella ni siquiera
publicó una denuncia, sino apenas un tuit en el que se refería a la
publicación.
Algunas
de las transcripciones de las escuchas de Bogado –que según
escribió Nisman “ha jugado un rol por demás relevante”– son
hasta cómicas y finge una familiaridad con la Presidenta que no
tiene y que se basa en decirle falsedades a Kahlil. Es una especie de
Superagente 86.
Por
ejemplo, hace alardes diciéndole a Khalil “la jefa está con
gripe” o “tiene un coágulo” que se le formó haciendo
gimnasia, cuando es público que el episodio del coágulo tuvo que
ver con un golpe. Pero además, Bogado afirma “esto está cerrado
muy arriba”, sin que se aporte una sola prueba de que Bogado se
haya encontrado con nadie o que conociera a nadie.
Para
Nisman es relevante que D’Elía le dijera a Khalil “salgo del
Ministerio, estuve con Julio y no se puede hacer nada si no firman el
Memorándum”. De ello, el fiscal saca la conclusión que la
familiaridad de D’Elía con De Vido está probada, cuando no está
claro que haya estado realmente en el Ministerio de Planificación ni
mucho menos que haya hablado con el titular de la cartera.
De
la misma manera se toma como prueba que en una conversación con
Khalil, D’Elía sostenga que “salgo de la Rosada”, sin que ni
siquiera se aporte evidencia de que hubiera estado en la Casa de
Gobierno, algo que es habitual en el dirigente de Miles que concurre
a buena parte de los actos. Pero no hay prueba alguna de que haya
estado con la Presidenta o que las cosas que menciona provengan de un
diálogo con la mandataria.
Para
más, ninguna de las cuestiones que supuestamente se pactaron
terminaron concretándose.
-
Al ex juez Yrimia se lo vincula con el plan de plantar una pista
falsa a la que llaman “fachos locales”. Consistía en echarles la
culpa del atentado a sujetos de la derecha vernácula. Nada de eso
existió en la causa ni se le presentó a Nisman, quien debía
recibir o tratar cualquier cosa referida al ataque contra la AMIA.
Tampoco hubo notificación alguna al juez de la causa Rodolfo
Canicoba Corral.
-
La primera parte de la denuncia gira en torno del supuesto acuerdo
para que se levanten las órdenes de captura con alertas rojas. Ya el
ex secretario general de Interpol derrumbó esa parte del escrito de
Nisman: “Lo que dice el fiscal es falso. Nunca el canciller Héctor
Timerman ni ningún funcionario argentino hizo gestiones o sugirió
que se levanten las alertas rojas. Todo lo contrario, en cada
conversación me hicieron saber su compromiso ciento por ciento con
el mantenimiento de las alertas rojas”, sostuvo públicamente y
ante este diario el norteamericano Ronald Noble, quien encabezó
Interpol desde 2000 a 2014.
-
D’Elía, Esteche, Bogado y Khalil hablan del acuerdo comercial
entre Argentina e Irán: se cambiaría petróleo iraní por granos
argentinos. Esto no ocurrió. No hubo tal acuerdo. Pero, además, hoy
en día, el comercio con Irán lo hacen los privados: el 80 por
ciento es soja y el principal proveedor de Teherán es el grupo
Grobo.
A
esto se suma ahora que los dos espías denunciados, según la SI, no
lo son. Y, por lo menos en el escrito de Nisman, no se aporta ninguna
evidencia de que efectivamente trabajen para la ex SIDE.
En
el texto hay algunos argumentos llamativos. Por ejemplo, se da por
probado que existían negociaciones entre el gobierno argentino y el
iraní por las siguientes cuatro razones:
-
Que cuando el periodista Pepe Eliaschev dijo que había
negociaciones, Timerman lo trató de “pseudoperiodista”. Se
recuerda que Eliaschev afirmó que los cancilleres se vieron en
Alepo, Siria, donde supuestamente Timerman estuvo en forma secreta.
Sin embargo, la presencia del canciller fue pública, al punto tal
que hubo un cable de Télam cubriendo la información.
-
Que en el 17º aniversario del atentado, en julio de 2011, la
Cancillería de Irán sacó un comunicado rechazando cualquier
participación en el atentado. Lo que para Nisman constituyó una
prueba del “pacto de impunidad” es que la Argentina no contestó
a aquel comunicado.
-
Que el embajador de la Argentina ante las Naciones Unidas no dejó su
banca cuando habló el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, ante
la Asamblea General de 2011. En la Cancillería sostienen que lo
importante es que se ausentó la Presidenta de aquel discurso y que,
en todo caso, no es la prueba de un pacto de impunidad, sino
decisiones políticas.
-
Que en 2012, AMIA y DAIA no fueron invitados a viajar a las Naciones
Unidas. Según la Cancillería es falso. En la única ocasión en que
las instituciones no viajaron fue en 2013, porque coincidía con Rosh
Hashaná y Yom Kipur.
Las
bases de la denuncia son de ese estilo. Se involucra a Andrés
Larroque porque hay una escucha telefónica en la que D’Elía le
dice a Khalil que estuvo con Larroque y que éste le dijo que no vaya
a una manifestación “porque va a ser copada por los troskos”. En
otra ocasión Khalil afirma que “vengo de La Matanza de hablar
D’Elía y Larroque que tenían un mensaje para darle al gobierno
(de Irán). Estoy yendo a la casa del embajador en Martínez”. No
hay ninguna escucha a Larroque mismo, ninguna oportunidad en que
hable con Khalil, ninguna prueba de la existencia de aquel encuentro
y todavía menos que se haya llevado a cabo una reunión por orden
presidencial.
Del
mismo tenor es otra supuesta prueba presentada en la denuncia. Se
dice que existe un texto del ex canciller iraní Alí Akhbar Salehi
supuestamente dirigido al presidente de su país, en que dice
“Argentina no está más interesada en resolver aquellos dos
atentados, pero en cambio que quiere mejorar sus relaciones
económicas con Irán”. No hay copia, no hay nada de ese documento,
sólo dichos de dos periodistas claramente opositores que dicen
haberlo visto. Ni siquiera hay alguna evidencia de la autenticidad de
lo que les habrían mostrado. Y más allá de estos elementos, lo
cierto es que no hubo acuerdo ni mejora en las relaciones económicas.
Como
se sabe, Nisman considera el Memorándum “la pieza clave del plan
criminal”. Lo cierto es que se trata de un acuerdo público firmado
por dos cancilleres y votado por el Congreso argentino. Puede
tratarse de un mal acuerdo, hasta una ley inconstitucional, pero no
un delito.
Tal
vez la mayor sorpresa que queda de la publicación del texto completo
de la denuncia de Nisman es que no existen las fabulosas escuchas que
se preanunciaban. Son unas pocas, todas a Khalil, y con
intervenciones de protagonistas que han manifestado públicamente su
simpatía con el régimen iraní como D’Elía o Esteche. Un ex juez
que participó de una pista de “fachos locales” que nunca se
presentó. Un espía, “Allan”, que la SI había denunciado porque
no es del organismo y trató de hacerse pasar por espía en dos
oportunidades anteriores.
La
lectura de la totalidad del escrito no cumplió con las expectativas
de que incluiría escuchas sorpresa o pruebas inesperadas. Después
de que Ronald Noble lo desmintiera; que el juez Rodolfo Canicoba
Corral dijera que “la denuncia del fiscal tiene nula o escasa
validez probatoria”, todos los que conocían la presentación
completa sabían que el fiscal tenía muy poco para defender su
denuncia.
pero
ya se sabe, no faltaría quienes los impugnaran pese a ser ambos
periodistas quienes han analizado y seguido el caso AMIA desde sus
orígenes.
Inclusive
Horacio Verbitsky preside el CELS, que representa a familiares de
víctimas del atentado, que integran el colectivo Memoria Activa.
Bueno
Aires Herald, Página 12 y otros medios (no quiero ser injusta con
nadie), derribaron como un castillo de naipes lo que fue presentado
como ¨la denuncia del siglo¨ que demostraría nada más ni nada
menos que la complicidad de la Presidenta de la República, de su
Canciller y del Secretario General de La Cámpora, en el
encubrimiento de los iraníes acusados de haber participado e el
atentado de la AMIA hace 21 años.
Por
mi parte, debo confesar que una rápida lectura de la denuncia publicada en el CIJ,
sitio informático de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, no
hizo más que confirmar mis peores sospechas, y encontrar respuesta a
muchos de los interrogantes que planteé el día 19 del corriente en
la ÚNICA carta que escribí y compartí con el Pueblo argentino:
¨AMIA. Otra vez: tragedia, confusión, mentira e interrogantes¨.
Única
con mayúscula se debe a que en el día de la fecha se publicó y
habló de: ¨Una nueva carta de Cristina¨ (sic). NO. La
carta fue una sola,
difundida por distintos sistemas de la red. Basta con leer el texto.
Pero en la Argentina, tal como siempre lo afirmo, todos los días hay
que volver a explicar lo obvio y simple.
Esta
es la segunda y con motivo, precisamente, de haber conocido
finalmente el texto de la denuncia, al igual que el resto de los
argentinos. Saludable signo democrático. La Presidenta denunciada se
entera al mismo tiempo que el restos de los 40 millones que tiene la
responsabilidad de representar.
Decía
que la lectura de la misma no hizo más que confirmar mis peores
sospechas. Tenía razón el ¨Buenos Aires Herald¨: ¨Nada nuevo¨.
Pero también por otras razones: al informe de Nisman le ¨plantaron¨
información falsa. Casi una réplica de lo que me tocó ver en la
comisión que seguía la investigación de la causa principal. Los
presuntos agentes de inteligencia que Nisman identificaba como
miembros de una ¨SIDE paralela¨ en conexión ¨directa¨ con la
Presidenta, Ramón Allan Héctor Bogado y Héctor Yrimia, NUNCA
habían pertenecido a la Secretaría de Inteligencia,
bajo ningún carácter. Es más, con fecha 12 de noviembre del 2014
la Secretaría de Inteligencia denunció criminalmente al Sr. Bogado
por la posible comisión del delito de ¨tráfico de influencia¨, ya
que presentaba ante funcionarios de Aduana como personal de
inteligencia. La causa tramita en el Juzgado Nacional en lo Criminal
y Correccional
Federal N° 9.
PRESIDENCIA -
20 DE ENERO
Caso Nisman: Parrilli precisó que Bogado e Yrimia no pertenecen a la Secretaría de Inteligencia
El
secretario de Inteligencia Osca Parrilli le informó hoy al juez
Ariel Lijo que ni Ramón Héctor Bogado ni Hector Yrimia pertenecen
"ni han pertenecido" al Orgenismo a su cargo, como lo
indica la denuncia judicial presentada por el ex fiscal Nisman.
El
texto completo del secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli
dirigido al Juez Ariel Lijo, a cargo del Juzgado Nacional en los
Criminal y Correccional FEderal nª 4 de la Capital Federal, es el
siguiente:
Tengo
el agrado de dirigirme a YS., con relación al oficio de fecha 20 del
corriente mes y año, librado en el marco de la causa número
3.446/12, caratulada: "Velasco Carlos Alfredo y otros si abuso
de autoridad y violación de los deberes de funcionario público",
en trámite por ante ese Juzgado Nacional en lo Criminal y
Correccional Federal N° 4, a vuestro digno cargo, Secretaría N° 8
de la Dra. Andrea P. SANTOS, mediante el cual informa "que el
Agente de la Secretaría a su cargo, identificado por el Dr. Alberto
Nisman en su denuncia, es 'Allan', quien se trataria de Ramón Allan
Héctor Bogado-; ello a los fines de disponer el levantamiento del
secreto de información -de conformidad con lo normado a través de
los arts. 16y 17 de la ley 25.520 y su decreto reglamentario n"
950/02 "; Y a su vez solicita "que adopte el mismo
temperamento respecto de Héctor Yrimia, en caso en que éste haya
prestado algún tipo de colaboracionformal en el organismo ".
Al
respecto, consultada las áreas pertinentes del Organismo, se hace
saber que los señores Ramón Allan Héctor BOGADO y Héctor YRIMIA
no pertenecen ni han pertenecido como personal de la planta
permanente, contratado, de gabinete ni personal
transitorio.
Por otra parte, se pone en conocimiento de YS. que con fecha 12 de
noviembre de 2014 esta Secretaria de Inteligencia formuló denuncia
criminal a los fines de esclarecer la posible comisión del delito de
"tráfico de influencia" por parte del señor Alan BOGADO,
quíen, no siendo personal de este Organismo, se presentaba ante
funcionarios de la Administración Nacional de Aduana como agente de
esta Secretaria, conforme las circunstancias que fueran acreditadas
en la Investigación Preliminar N° 04/14 del registro del
Departamento de ContrainteIigencia de la Dirección General de
Operaciones, tramitando dicha denuncia por ante el Juzgado Nacional
en lo Criminal y Correccional Federal N° 9 a cargo del Dr. Luis
Osvaldo RODRIGUEZ, Secretaria N° 18 del Dr. Juan Manuel GRANGEA T,
bajo el número 11.503/14, caratulada: "NN si averiguación de
delito".
Asimismo,
se hace saber a V.S. que con fecha 7 de agosto de 2013 se recibió en
esta Secretaría un oficio librado por el Tribuna] Oral en lo
Criminal N° 1, en el marco de la causa número 4368 seguida contra
Leandro David CABRERA por el delito de extorsión, etc., mediante el
cual se solicitaba se informe "si Ramón Allan BOGADO, D.N.i. n"
21.546.820. presta servicios en dicha. dependencia, y, en caso
afirmativo, que el mismo concurra ante este Tribunal, en el dia de la
fecha, a prestar declaración testimonial (en) el marco de la
causa de referencia", a cuyo requerimiento se informó que Ramón
AlIan BOGADO (DNI N° 21.546.820), no pertenece ni ha pertenecido al
Organismo como personal contratado ni como personal de Planta
Permanente; quedando a disposición del Tribunal los antecedentes que
se informan.
Saludo
a V.S. atentamente.
Firma:
Dr. Oscar Parrilli.
Secretario
de Inteligencia.
Por
si fuera poco, el 7 de agosto del 2013 se recibió en la Secretaría
de Inteligencia un oficio librado por el Tribunal Oral en lo Criminal
N° 1 en una causa por el delito de ¨extorsión¨ en el cual se
solicitaba si Ramón Allan Bogado, prestaba servicios en dicha
dependencia, y en caso afirmativo, debía concurrir al Tribunal a
declarar. Todo lo precedentemente detallado fue informado al Juez
Lijo a requerimiento del mismo, por haber quedado radicada la
denuncia de Nisman en el juzgado a su cargo.
Dichas
actuaciones tuvieron lugar antes de que asumieran las actuales
autoridades de la Secretaría y quien puso en conocimiento de las
mismas a sus superiores fue precisamente el entonces Director General
de Operaciones, Ing. Antonio Horacio Stiusso el día 10 de noviembre
de 2014. La denuncia fue presentada al día siguiente.
Aquí
es bueno recordar declaraciones del Fiscal Nisman realizadas el 14 de
enero de 2015 en el programa ¨A dos voces¨ del cable TN (ya saben
de quienes se trata). Alli, ante una pregunta sobre el Ing. Stiusso:
Alfano: “¿Y que hizo Stiusso?”, Nisman contesta: “Absolutamente
todo lo que yo le pedía. Con quien coincidía muchas veces y tenía
muchísimas discrepancias. Stiuso en un excelente profesional. No
tengo dudas, pero a veces Stiusso como todo hombre de inteligencia
venía y me decía “tengo ésta prueba, en tal hecho participó
fulano” y la explicación que me daba cuando me hablaba era
coherente, la prueba la daba un informante de la triple frontera,
“pero escúcheme, para inteligencia es bárbara ésta prueba, yo
tengo que ir ante un tribunal, me sacan corriendo, que digo me lo
dijo el señor Stiusso” y se generaban discusiones. Yo solamente
validaba jurídicamente lo que le podía dar validez judicial”.
Textual.
Si
Stiusso era el que le daba toda la información que Nisman pedía y
tenía, es más que evidente que fue el propio Stiusso el que le dijo
(¿o le escribió?) que Bogado e Yrimia eran agentes de inteligencia.
¿Es posible que se haya olvidado que él mismo lo había denunciado
en noviembre del año pasado y se había iniciado causa judicial? Y
si se había olvidado un hombre tan memorioso ¿No consultó con la
oficina de Recursos Humanos?
Aquí
cobra especial importancia las declaraciones del Juez de la causa Dr.
Canicoba Corral, quien se ha referido críticamente a la
participación del Ing. Stiuso, manifestando que en lugar de
colaborar, terminó dirigiendo la investigación. Personalmente creo
que hacía algo más que dirigirla. Los hechos hablan por sí solos.
Si
entonces todo es falso. Si los agentes no son agentes. Si Interpol,
en la persona de su ex jefe Ronald Noble, demolió la acusación
sobre las alertas rojas afirmando que lo que decía Nisman era falso.
Si el comercio con Irán decrece en vez de aumentar luego del
Memorándum. Si los que venden granos no son ni la Presidenta, ni el
Canciller, ni el Secretario General de La Cámpora, sino en forma
privada y sin intervención del Estado, entre otras, las firmas:
Bunge, Cargill, Nidera, Oleaginosa Moreno de la firma suiza Glencore,
Aceitera General Deheza, Molinos Rio de La Plata, Vicentin, inclusive
el Sr. Jorge Aranda directivo de Clarín, quién triangula
operaciones de venta de arroz a Irán a través de la firma Molinos
Libres SA. Como se verá, empresas y empresarios que no son
precisamente “amigos” del Gobierno, como gusta adjetivar Clarín
a algunos que no responden a sus directivas o invitaciones.
Si
además el Gobierno nunca compró petróleo a Irán. Si además el
supuesto agente iraní Jorge Alejandro Khalil aparece asociado
comercialmente a su hermano Alberto Amado Edgardo Khalil, quién se
desempeñó como Director General de Asuntos Jurídicos de la
Legislatura porteña, designado por el entonces Vicepresidente de la
Legislatura Santiago de Estrada y el entonces Secretario
Administrativo Oscar Moscariello (hoy Vicepresidente de BOCA Jr. y
dirigente del PRO). Luego, por Decreto, se le otorgó Poder General
Judicial para representar al Gobierno de la Ciudad, y renuncia a la
Dirección General de Asuntos Jurídicos 8 días después del
procesamiento y dictado de prisión efectiva al ex Jefe de la Policía
Metropolitana Jorge “el fino” Palacios por espionaje telefónico,
entre otras personas, a familiares de víctimas de la causa AMIA.
Resulta
extraño que quien profesa con tanto fervor la fe islámica, lo cual
merece mi mayor respeto, y es un incondicional defensor de la
República Islámica Irán, algo completamente legal en Argentina, se
asocie con dirigentes de un partido manifiestamente anti-iraní.
Porque si bien los parientes no se eligen, los socios comerciales sí.
Asimismo
llama la atención que el Fiscal Nisman, o quienes lo asesoraban en
la investigación, se hayan interesado únicamente en escuchar
telefónicamente a Khalil cuando hablaba con determinadas personas.
En cualquier parte del mundo una investigación antiterrorista seria,
lo primero que hace es determinar vínculos comerciales, de
financiamiento, etc.
Es
más, si algún Juez o Jueza profundiza la investigación sobre este
ciudadano, además de escuchar su teléfono, tal vez se encuentre con
información que nada tiene que ver con la religión, con Irán y con
todas las cosas que parecen ser. Porque en la Argentina, como en
todos lados, no todo lo que parece es y viceversa.
En
síntesis, la acusación de Nisman no sólo se derrumba, sino que
constituye un verdadero escándalo político y jurídico. Y ahí está
una de las claves. El Fiscal Nisman no sabía que los agentes de
inteligencia que él denunciaba como tales, no lo eran. Mucho menos
que uno de ellos había sido denunciado por el propio Stiusso.
Tampoco
investigó, fuera de las escuchas que le suministraba Stiuso, al
ciudadano Jorge Alejandro Khalil.
A esta altura los interrogantes que me planteaba el 19, se van convirtiendo en certezas, igual que cuando se avanzaba en la investigación de la causa AMIA.
A esta altura los interrogantes que me planteaba el 19, se van convirtiendo en certezas, igual que cuando se avanzaba en la investigación de la causa AMIA.
La
denuncia del Fiscal Nisman nunca fue en sí misma la verdadera
operación contra el Gobierno. Se derrumbaba a poco de andar. Nisman
no lo sabía y probablemente no lo supo nunca. La verdadera operación
contra el Gobierno era la muerte del Fiscal después de acusar a la
Presidenta, a su Canciller y al Secretario General de La Cámpora de
ser encubridores de los iraníes acusados por el atentado terrorista
de la AMIA.
El
estrépito de la denuncia, sumado al marco internacional por lo
sucedido en Francia, que aún sin pruebas ni sustento, plagada de
información “plantada”, quedaba sepultada por la muerte del
Fiscal. Eso sí, bajo la forma de aparente suicidio. Recurso que ya
ha sido utilizado en muchos casos tristemente célebres. Quiero
recordar uno en especial para retomarlo más adelante, el de Lourdes
Di Natale quién se “suicidara” tirándose por un balcón.
Al
Fiscal Nisman no lo hacen volver sólo para denunciar algo que sabían
no tenía sustento y que no podía perdurar. Cuando la periodista
Sandra Russo analiza el caso en Página 12 bajo el título “El
truco de la confusión” y
afirma: “Quisieron usar vivo a Nisman y ahora lo usarán muerto”,
se equivoca. Lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto. Así de
triste y terrible.
DIARIO
EL PAIS › LA
MUERTE DE NISMAN > OPINION
El truco de la confusión
Desde
que el fiscal Alberto Nisman presentó la semana pasada su dislocada
denuncia por encubrimiento del atentado terrorista de la AMIA contra
la presidenta de la Nación y un ramillete de dirigentes entre los
que incluía al líder de Quebracho –por dar una idea de los
alfileres que sostenían semejante acusación en un mes de feria y en
un año electoral–, dio algunas entrevistas a periodistas de medios
opositores en las que enfatizó un núcleo de esa denuncia: el
Memorándum de Entendimiento con Irán había sido impulsado para
vender granos y comprar petróleo. A cambio, se iban a bajar los
alertas rojas de Interpol sobre los imputados iraníes. “Lo
sostengo y no tengo ninguna duda”, declaró en TN. En la vida real
no sucedió ni una cosa, ni la otra, ni la otra. Pero se sabe que en
TN quieren preguntar pero no repreguntar. Interpol aportó el sábado
la prueba irrefutable de que no fue ésa la intención del gobierno
argentino, y sigue sonando más verosímil para muchos –incluidos
algunos familiares de las 85 víctimas del atentado– que de lo que
se trataba era de mover de algún modo una causa que en nueve años
Nisman no había podido hacer progresar. La admisión de esto
presupone, de paso, que el trabajo de Nisman no prosperó nunca. La
causa original estaba completamente detenida, mientras la causa por
encubrimiento, en la que no hace falta extraditar a nadie ni firmar
ningún acuerdo con otro país, duerme su largo e inexplicable sueño
de los injustos: el Poder Judicial no logra constituir un tribunal
que se haga cargo de ella.
El
gobierno argentino le pidió a Interpol todo lo contrario de lo que
aseguraba Nisman e hizo explícito que cualquier decisión al
respecto iba a corresponderle, llegado el caso, al juez de la causa,
Canicoba Corral. En un país “serio”, esa información confirmada
oficialmente por Interpol y al mismo tiempo ese dato duro –no hubo
ni granos ni petróleo a cambio, porque no fue una transacción– le
hubiera planteado al fiscal al menos algunas sólidas repreguntas, ya
que la denuncia formulada era decididamente grave y visiblemente
aventurera.
No
es momento para especular si se mató y por qué se mató Nisman, e
incluso por recato y por respeto a sus familiares, tampoco es momento
para adjetivar su trabajo de nueve años al frente de una unidad
especial que no produjo avances, aunque sí resulta inevitable una
ligera revulsión cuando ayer se escuchaba al rabino Bergman hablar
de Nisman como de “un referente de la Justicia independiente” que
requiere el país, cuando es público que su trabajo era conocido
primero por Servicios de Inteligencia extranjeros que por el juez de
la causa. Eso no suena ni refleja ningún tipo de independencia.
Lo
que sí se observa cada vez más seguido tanto en los medios lanzados
a la batalla electoral como en muchos dirigentes opositores (dio
vergüenza escucharlo ayer a Macri, procesado por escuchas ilegales,
querer sacar ventaja política de la situación y autoerigirse en
modelo del manejo de esa área) es que la verdad importa poco. En la
tertulia del sábado por la noche comandada por Mirtha Legrand,
Alfredo Leuco hablaba de lo vergonzoso de “haber negociado a las
víctimas del atentado por granos y petróleo”, y la conductora
asentía muy segura de lo que se decía. Es decir, ya opinaban dando
por cierto lo que no era cierto. Pero qué va, qué importa la verdad
en los grandes medios, si hace rato han perdido el interés en la
verdad y solamente apuestan a la ganancia del clima general a través
de la confusión.
Más
allá de esta causa y este caso, espectaculares y dramáticos por
donde se los mire, ésa es claramente la apuesta opositora, mediática
y política: la confusión de los ciudadanos a través de un relato
que tejen ellos mismos con sus propias denuncias, con o sin
elementos, con o sin algún tipo de prurito por la verdad. Así se
vienen desarrollando todos los golpes o los intentos de golpes
blandos en la región. Manuel Zelaya nunca llamó a una reforma
constitucional en Honduras, pero la Corte Suprema de ese país dijo
que sí, la prensa se hizo eco de la confusión y lo voltearon. A
Rafael Correa, en Ecuador, quisieron derrocarlo los policías que
habían sido en su momento mal informados –esto es, confundidos–
sobre una ley del Ejecutivo que los involucraba. A Fernando Lugo, en
Paraguay, le armaron una masacre que nunca fue aclarada, el Congreso
le hizo un juicio sumario trucho sin esperar ni conocer la verdad de
los hechos, y lo echaron de la presidencia. En todos los casos de
golpe blando hay confusión, y en todos los casos después de esos
golpes, los respectivos países cambian su alineamiento y se integran
a la Alianza del Pacífico. Hay una bola que se echa a rodar, hechos
presuntos que se dan por ciertos, canallas que editorializan sobre
sucesos que nunca ocurrieron, en fin, pura impotencia electoral y
mala entraña humana.
Lo
que se sabe hasta ahora es que Nisman apareció muerto justo el día
en el que tenía que ampliar y explicar su gravísima denuncia ante
legisladores opositores y oficialistas. Era un momento de máxima
tensión, porque el tenor de la denuncia reclamaba pruebas
fehacientes que estuvieran incorporadas al expediente. Y de eso,
según el propio juez, no había. En el relato de los operadores
integristas de la oposición, Nisman ya es un mártir, un ejemplo al
que le rinden homenaje, un “referente”, al decir de Bergman.
Quisieron usar a Nisman vivo y ahora lo usarán muerto. A él, a
otro, a cualquiera, a cualquier cosa. Desbordan desquicio y sudan
irresponsabilidad. La apuesta en este año que viviremos en peligro
no es al debate profundo de ideas ni a la discusión política sobre
el destino de este país. Esa gente no tiene nada que discutir porque
no tiene nada para ofrecer, políticamente hablando, salvo rociadores
de mugre, aerosoles de infamia, casetes con escuchas ilegales y nada
que perder. Al menos, ése no fue el caso de Nisman, que perdió la
vida. No se sabe, por ahora, antes de eso, qué más perdió.
Porque
surgen nuevos interrogantes a medida que se hacen públicas muchas
cosas. ¿Porque habría de suicidarse alguien que escribe un mensaje
en su chat como el que escribe el Fiscal Nisman cuando explica a un
grupo cerrado de amigos su regreso intempestivo al País? En un tono
casi épico, reflejando que venía a cumplir una tarea “para la que
se había preparado pero no se la imaginaba tan pronto”.
¿Por
qué se iba a suicidar alguien que en su chat explica que la tenía
pensada hace tiempo pero que la había tenido que adelantar? ¿Tal
vez lo hicieron venir por lo ocurrido en Francia? ¿O estaba pensada
para la campaña presidencial? ¿O tal vez se adelantó por los
cambios efectuados en la Secretaría de Inteligencia?
¿Por
qué se iba a suicidar alguien que el sábado a las 18.27hs le envió
una foto a un Wolff, miembro de la DAIA, de una imagen de su
escritorio donde se ven papeles y resaltadores, y le aseguraba que se
estaba preparando para la reunión del día lunes en Diputados? El
propio Wolff expresa textualmente: “Le escribí para consultarle
sobre quién debía levantar el secreto de sumario sobre los miembros
de los servicios de inteligencia. El me respondió que quien lo tenía
que hacer era el Secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli y me
envió una foto del escritorio en el que estaba trabajando”.
¿Por
qué se iba a suicidar si no sabía que era falsa la información que
estaba en el informe? Estas respuestas seguramente las podrán dar
quienes lo convencieron de que tenía en sus manos “la denuncia del
siglo” proporcionándole datos falsos.
Pero
además, si hubiera tenido sospechas de falsedad de información o de
falta de sustento en el supuesto de que se lo habían escrito “otros”
¿Por qué se iba a suicidar alguien que ya había sido acusado por
numerosos familiares de las víctimas del atentado en la AMIA o
directamente lo habían recusado? ¿En qué hubiera cambiado su vida
si el informe no tenía sustento y el Juez a cargo, como es común,
corriente y sucede a diario, le dicta un “téngase presente y
resérvese hasta que se adjunte más prueba”?
¿Por
qué se iba a suicidar alguien que siendo fiscal gozaba, él y su
familia, de una excelente calidad de vida?
Pero además ¿Por qué iba a pedir prestada un arma para suicidarse cuando el Fiscal tiene registradas dos armas a su nombre en el RENAR? Una pistola semiautomática marca Bersa calibre 22 plg largo rifle (similar a la que fue hallada junto a su cuerpo) y un revólver acción doble marca Rossi calibre 38.
Pero además ¿Por qué iba a pedir prestada un arma para suicidarse cuando el Fiscal tiene registradas dos armas a su nombre en el RENAR? Una pistola semiautomática marca Bersa calibre 22 plg largo rifle (similar a la que fue hallada junto a su cuerpo) y un revólver acción doble marca Rossi calibre 38.
Resulta
imposible no observar que en cualquier lugar del mundo, si alguien
aparece muerto por un arma que está registrada a nombre de otra
persona y esa misma persona resulta ser la última que estuvo con él
en vida, le entregó el arma en el mismo lugar del hecho, su casa, y
es un íntimo colaborador suyo especialista en informática que
trabaja también en la causa AMIA desde el año 2007, resulta cuanto
menos raro. Muy raro. Por eso es más que conveniente que se le
otorgue mucha protección al Sr. Daniel Ángel Lagomarsino.
Como
también resulta muy conveniente que se ordenen sumarios e
investigaciones lo más rápidamente posible sobre la propia custodia
del Fiscal Nisman. Esto es: los 10 policías federales. ¿Si
informaron inmediatamente de descubierto el hecho al 911 o a sus
superiores?
¿Cómo
se permitió el ingreso al lugar donde estaba el cuerpo del Fiscal
Nisman a un médico privado de una obra social antes de dar cuenta al
Juez, a sus superiores, a los forenses?
Interrogantes
estos y otros que deberán ser investigados por la jueza y la fiscal
de la causa. Si, ya se. Llegaron a mí la publicaciones en Twitter y
Facebook de la Jueza interviniente. Manifestaciones no solamente de
neto corte opositor hacia el Gobierno Nacional, sino que diría hasta
ofensivas hacia la figura presidencial que revisten mayor gravedad
proviniendo de una funcionaria pública de otro Poder. Dicho sea de
paso, también tuvo expresiones hacia su propia institución cuanto
menos, poco felices.
Pero
lo que más me inquieta es que es la misma Jueza que trató la causa
del “suicidio” de Lourdes Di Natale, ex Secretaria de Emir Yoma,
quien lo denunció por pago de coimas y fue una figura clave en la
venta ilegal de armas. La causa se cerró y Lourdes sigue
“suicidada”.
No
fue casual que en única nota que publiqué el 19 de enero, antes de
conocer la denuncia de Nisman, en el segundo párrafo, y refiriéndome
concretamente a la muerte del Fiscal Nisman, escribí con signo de
interrogación “¿suicidio?”.
Hoy no tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas. Había que traer urgente al país para aprovechar el estrépito internacional provocado por los actos terroristas ocurridos en Francia. Nisman mismo lo expresa en su chat cuando dice que no lo imaginaba tan pronto refiriéndose a lo que venía a hacer en su retorno imprevisto.
Hoy no tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas. Había que traer urgente al país para aprovechar el estrépito internacional provocado por los actos terroristas ocurridos en Francia. Nisman mismo lo expresa en su chat cuando dice que no lo imaginaba tan pronto refiriéndose a lo que venía a hacer en su retorno imprevisto.
Lo
que nunca pudo imaginar es que el tiempo no solamente había
comenzado a correr para la “denuncia del siglo”, sino también
para su propia vida.
En
varios medios de comunicación se recordaron, en estos días, casos
de “suicidios” que nunca se esclarecieron: el Brigadier
Etchegoyen que investigaba en la Aduana un caso de narcotráfico,
mientras la aeronáutica era conducida por su camarada José Antonió
Juliá (padre de los dos condenados en España por narcotráfico), el
Capitán de Navío Horacio Pedro Estrada que estaba imputado en la
causa por venta ilegal de armas, Marcelo Cataneo acusado de pagar
coimas en el caso de Banco Nación-IBM, el caso de la propia Lourdes
Di Natale que mencioné en párrafos anteriores.
Sin
embargo, el caso del Fiscal Nisman es diferente. Todos los casos
mencionados remiten a cuestiones de corrupción y dinero. El caso
AMIA es otra cosa. Es el mayor atentado terrorista que sufrió
nuestro País y cobró la vida de 85 argentinos. Las víctimas y sus
familiares esperan justicia hace 21 años y es precisamente desde
allí, desde el Poder Judicial, único encargado de investigar,
acusar, juzgar y condenar a los responsables de tanta tragedia, desde
donde se puede cumplir esa demanda permanente de Verdad y Justicia.
Dra.
Cristina Fernández de Kirchner
Presidenta
de la Nación Argentina
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