Nació en Mayo del año 1381
a Roccaporena, un pueblecito situado en el municipio de Cascia,
provincia de Perugia, (Italia) de Antonio Lotti y Amata Ferri.
Sus
progenitores eran muy creyentes con una situación económica no
acomodada pero decorosa y tranquila.
Sus padres., a los que se les conocía como los “pacificadores”.
Antonio era juez de paz u hombre bueno del pueblo, que componía la
concordia en las desavenencias o discordias entre los vecinos del
pueblo. Según la tradición, pasaron varios años sin descendencia,
cosa que anhelaban y pedían con fervor.
Les
nace cuna niña, a la que llevaron a bautizar con el nombre de
Margarita, pero la llamaban por el diminutivo de Rita.
Rita,
nunca fue a la escuela, pero recibió de parte de sus padres una
esmerada educación humana, que se desarrolló en un ambiente
familiar de piedad y valores, no sólo en su pueblo natal sino
también en la cercana Casia. Así pasó su infancia y juventud
dentro de la normalidad de la vida de hogar en su relación con los
demás. pero sus padres le enseñaron a creer en la paz y no en la
violencia.
Fue
llamada “abogada de lo imposibles”. Su
vida comenzó en tiempo de guerras, terremotos, conquistas y
rebeliones. Peleas a muerte entre ciudades
cercanas, vecinos y hermanos.
joven
(cerca de los 13 años ) sus progenitores, ya ancianos, la
prometieron como esposa a Paolo Ferdinando Mancini, un hombre
conocido por su carácter pendenciero, abusador y brutal. Santa
Rita, acostumbrada al deber, no opuso resistencia y se casó en su
aldea natal, con el joven oficial que comandaba la guarnición de
Collegiacone Pablo Fernando.
Fue
un verdadero martirio, para Rita, pues Pablo era caprichoso,
mujeriego, bebedor y violento. A
Rita le ocasionó
sufrimientos por su carácter y sus implicaciones en las luchas de
partidos antagónicos y apasionados en la región, entre los llamados
Güelfos y Gibelinos.
Rita
acepta su papel: callar, sufrir, rezar. Ella devolvía la crueldad de
su marido con paz. Su bondad y paciencia logra la conversión de su
esposo, transformar el carácter del marido y
hacerlo entender el valor que tiene la paz y el perdón sobre la venganza y la guerra.
Nacen
dos hijos que les llenan de alegría, gemelos varones; Giangiacomo
Antonio y Pablo María, que tuvieron todo el amor, la ternura y los
cuidados de la mamá. Con todo, en el hogar de Rita había paz.
La
vida conyugal de Santa Rita después de 18 años, cuando todo parecía más normal, el dolor llamó a las puertas de la casa de Rita.
Porque mientras su esposo se había reformado, no fue así con sus antiguos amigos y enemigos. Una noche Paolo es asesinado cerca de la Torre de Collegiacone a
algunos kilómetros de Roccaporena mientras volvía a Casia.
Al parecer, los viejos enfrentamientos entre aquellos bandos de la comarca no habían desaparecido del todo, se mantenía latente cierta tensión, que sorprende con la venganza.
Delincuentes a sueldo o viejos enemigos directos, sorprendieron a Pablo Fernando Mancini en una emboscada, lo apuñalaron y huyeron.
Rita
estuvo muy afligida por la atrocidad del acontecimiento, buscó
refugio y consuelo en la oración, y con asiduidad invocaba en sus
oraciones el perdón de Dios para los asesinos de su marido.
Rita
perdona y eso mismo inculca a sus hijos. Los dos gemelos ya mayores
sentían como un deber la venganza por la
muerte del padre. Al mismo, tiempo Santa
Rita emprendía acciones para llegar a la pacificación de sus hijos,
Al
ver que no puede conseguir que sus hijos, abandonen la idea de
venganza, pide al Señor se los lleve, por evitar un nuevo crimen, y
el Señor atiende su súplica. Ambos padecen una enfermedad fatal.
Durante su enfermedad Rita habla a sus hijos del perdon y la paz.
Logra que sus gemelos perdonen a sus enemigos. "Ellos
morirían en paz, a menos de un año de la muerte del padre".
Vienen
ahora años difíciles. Su soledad, sus lágrimas, sus oraciones.
Intenta ahora cumplir el deseo de su infancia; ser religiosa. Tres
veces desea entrar en las Agustinas de Casia, y las tres veces es
rechazada. Por
haber sido casada y ser la viuda de un hombre asesinado, dudaban
de la sinceridad del perdón.
Por
fin, con un prodigio que parece arrancado de las Florecillas, se le
aparecen San Juan Bautista, San Agustín y San Nicolás de Tolentino
y en volandas es introducida en el monasterio.
Es
admitida, hace la profesión ese mismo año de 1417, y allí pasa 40
años.
Cuando
Rita recorrió
a lo largo de sus 76 años de existencia terrena.
muere el año 1457. Leon XIII la canonizó el 1900.
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