viernes, 19 de junio de 2015

CÓMO EL ORDEN DE NACIMIENTO AFECTA TU PERSONALIDAD

¿Eres el hijo mayor, del medio o menor?

¿Realmente existen rasgos de personalidad que se relacionan con el orden de nacimiento? 

Aunque no es una regla que se cumple en todos los casos, algunos estudios han logrado establecer que ser el hijo mayor, del medio o menor tiene algunas consecuencias.

Los análisis de psicólogos y científicos han determinado no sólo el ADN, las relaciones sociales, acontecimientos de la vida y lazos emocionales influyen en la personalidad, sino que también el orden de nacimiento.


Toda persona tiene su personalidad. El modo de ser de cada uno se forja desde el momento de su nacimiento. Son muchos los factores que influyen en la formación de la identidad, y uno de ellos es el momento en el que llegamos a la vida. Obviamente la condición de primogénito no es el único determinante en la singularidad de cada uno.


Muchas han sido las teorías que han tratado de dar explicación a las diferencias de temperamento de una persona según su ubicación en la familia respecto al resto de sus hermanos. Pero, teorías aparte, lo cierto es que, aunque pocos padres lo admitan abiertamente, no se educa de igual forma a todos los hijos.
A continuación te contamos cuáles son esas características.
Primogénito

De acuerdo con las conclusiones de Kevin Leman, es muy probable que el primer hijo sea una persona que se esfuerce por alcanzar el éxito. Éste tendrá la inclinación al logro debido a la atención puesta en los primeros hijos para que sean un buen ejemplo para sus hermanos, y la atención especial de sus padres debido a que no hay otros niños en los que deban concentrarse. También, se vinculan rasgos de perfeccionismo, conciencia, sentido de responsabilidad y mayor inteligencia al primogénito.
Se cree que los primogénitos son líderes naturales, ambiciosos y responsables. Lo que en parte es cierto porque por un tiempo no tienen competencia frente a sus padres. “Hay un beneficio de tener la atención todo el tiempo.


Un estudio de 2007 realizado en Noruega mostró que los primogénitos tenían de 2 a 3 puntos más de coeficiente intelectual que sus hermanos”, indicó el doctor Frank J. Sulloway, autor del libro Born to Rebel a la cadena estadounidense CNN.

Además los primogénitos tienden a ser padres sustitutos cuando los padres no están, de ahí su carácter protector y responsable.

Por otro lado, otras investigaciones dicen que el hijo mayor pasa más tiempo con los padres. De hecho, se estima que los primogénitos están 3.000 horas más con sus progenitores entre los 4 y 13 años que sus hermanos, en el mismo periodo de tiempo.

En relación a esto, algunos creen que esta “atención extra” vuelve más fuertes y responsables a las personas, otorgando una mayor presión para tener éxito y hacer las cosas bien, situación que los padres tienden a aflojar en los niños posteriores.

Otros dicen que los primogénitos en promedio, ganan más dinero y logran mayores niveles de educación, esto explicaría por qué la mayoría de los ganadores del Premio Nobel fueron los primeros hijos de sus padres.

La desventaja de ser el primer hijo es que los padres pueden establecer altas expectativas para un primer (o único) hijo. “Cuando él siente que ha decepcionado a sus padres, puede virar en otra dirección”, señala el psicólogo Kevin Leman.

El hijo del medio


Es  probable que los hijos del medio sean pacíficos, pero menos propensos a estar cerca de la familia una vez que todos han crecido.


Estos hijos pueden ser más difíciles de clasificar en un grupo de personalidad, ya que han experimentado en sus vidas tanto ser un hijo menor como el mayor. A pesar de que demostraron una menor inteligencia en los estudios de Leman, son más propensos a obtener calificaciones más altas en la escuela que sus hermanos mayores.

Se cree que el hermano del medio es muy sociable, pacificador y obsesionado con la equidad. La psicóloga Catherine Salmon, autora del libro The Secret Power of Middle Children (El poder secreto del hijo del medio), dice que los hijos del medio no tienen los derechos de los mayores ni los privilegios de los más pequeños y por lo mismo, se convierten en expertos en negociación y compromiso. Además, tienden a apoyarse en sus amigos, debido a que la atención de sus padres suele centrarse en el hijo mayor o el más joven, comenta la experta.

Salmon indica que cuando el hermano mayor no encaja en su rol, el del medio suele sustituirlo. “Donald Trump es un hermano del medio con un hermano primogénito que no encaja en su papel y Donald lo usurpó”, comenta la psicóloga.

Pero, ¿qué ocurre si hay varios hijos del medio? “Hay un principio de que cada niño trata de ser diferente del inmediatamente mayor. Así que si hay tres hermanos del medio, el primero y el tercero probablemente son un poco más similares entre sí”, asegura Catherine.

Otros aseguran que los hermanos del medio tienden a sentirse excluidos de los roles y privilegios especiales que tienen sus pares, y llegan a ser especialmente inteligentes emocionalmente, porque siempre supone un reto para ellos destacar y enfrentar las desavenencias de la gente que los rodea.

Algunas investigaciones sugieren también que los hermanos que nacen después del primogénito son más hábiles para ver las cosas desde puntos de vista distintos al de otras personas.

El pequeño


hijo más joven tiende a obtener altos porcentajes en pruebas de rasgos como la amabilidad, y en teoría de la mente en pruebas de personalidad. La teoría de la mente es la capacidad de distinguir entre lo que el niño sabe y lo que asume que saben los demás. Los pequeños con menos teoría de la mente tienden a asumir que toda la información es universal, incluso algo como la ubicación de un objeto que ellos han ocultado. Los hermanos menores también son más propensos a poner a prueba a otras personas, y no solo tratan de complacerlas.

Se piensa que el hermano menor es de espíritu libre, tomador de riesgos y encantador. Esto es en parte cierto, porque los padres son menos cautelosos con ellos, debido a que ya comprobaron con sus hijos mayores que las cosas no son tan terribles como parecían. Probablemente, también los papás tienen más recursos que cuando comenzaron a formar familia.

“Los padres son más indulgentes con los niños más pequeños, tienden a estar menos orientado a las reglas, y sin embargo, aún así les dan una gran cantidad de atención”, comenta Salmon.
El hermano más joven generalmente no tiene tantas responsabilidades y posee más libertad para hacer las cosas a su manera.

Un estudio desarrollado por investigadores de UC Berkeley encontró que los hermanos menores son 1,5 veces más propensos a dedicarse a deportes más arriesgados y más agresivos. Además, otro sondeo determinó que los jugadores de béisbol que son hermanos menores tienen 10 veces más probabilidades de ser más exitosos en el bateo.

La desventaja es que los hermanos pequeños algunas veces sienten que no los toman en serio, asegura Linda Campbell, profesor de consejería y desarrollo humano en la Universidad de Georgia. Sin embargo, “pueden llegar a ser tan responsables, como el mayor o el del medio”.


De este modo, siempre en términos generales, se puede decir que el primero suele ser más serio, más formal, responsable, ordenado e introvertido; es el receptor de valores, el que siendo hijo único recibe más atención y dedicación (de momento) positiva y negativamente. Suelen ser más precoces y solitarios o individuales que el resto de la familia porque al nacer el segundo experimentan una especie de desentronización que les hace enfrentar por sí solos muchas áreas que antes abordaban con el apoyo de los padres.


El segundo hijo, o mediano en el orden, suele ser más diplomático y alegre, puesto que a diferencia del primero cuenta ya con un cierto “camino abierto” que le ha ido dejando el mayor, los padres ya cuentan con experiencia y no le sobreprotegen tanto, por lo que su grado de sociabilidad y competitividad será mayor que en el caso del primero, estableciéndose una especie de lucha de uno por intentar superar al otro y del primero por tratar defender lo que considera suyo.
A medida que aumenta la prole, la educación parental se va debilitando, y el benjamín suele ser más mimado y mimoso así como algo rebelde y quizás poco previsible. Mientras que precisamente por ser el último, al no haber ningún otro que le quite su puesto de atención, el mimo puede despertar una cierta sensación de inferioridad respecto a sus hermanos mayores pero también puede que al tener el camino más abierto de todos sus hermanos les supere.

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