Lea: Mientras siguen deportaciones hacia Colombia, Maduro dice que no ve "en el corto plazo" apertura de la frontera. |
25 ago. 2015
Qué se dice de la crisis de la frontera entre
Venezuela y Colombia en Caracas y Bogotá
De nuevo una crisis en la frontera crea tensión entre
Colombia y Venezuela. Esta vez, la orden del mandatario venezolano Nicolás
Maduro de cerrar el paso fronterizo más importante entre San Antonio Táchira y
Cúcuta y expulsar a cientos de colombianos a quienes acusa de diversos delitos.
El gobierno venezolano ha deportado a más de 800
ciudadanos colombianos de su territorio, tras el cierre de la frontera ordenado
hace cinco días. El cierre se decretó tras un enfrentamiento de las fuerzas de
seguridad venezolanas con contrabandistas, aunque las deportaciones afectan a
toda clase de personas. Según testigos, sólo les preguntaron si eran
colombianos o no, antes de sacarlos del país.
Esto ha causado tensión con Bogotá y una situación de
emergencia del lado colombiano de la frontera, que ha recibido al menos 860
personas desde el pasado viernes.
Pero, ¿cómo se refleja esta crisis en las capitales de
ambos países? Los corresponsales Daniel Pardo, desde Caracas, y Natalio Cosoy
desde Bogotá nos lo cuentan.
Del lado venezolano- Daniel Pardo
El gobierno de Venezuela insiste en que las causas de
la crisis económica y de inseguridad que vive el país vienen de la frontera con
Colombia, introducidas por paramilitares.
Mientras en la frontera reina la tensión, varias zonas
están militarizadas y la gente solo habla del cierre y sus implicaciones, en
Caracas hay interés por lo que pasa en la frontera, pero no se siente la misma
crisis.
Además, los venezolanos, al menos durante el último
año, se han acostumbrado a que una cosa es la crisis del país, que ven grave, y
otra la de la frontera, que perciben aun más complicada.
El presidente Nicolás Maduro dijo que no ve "en el corto plazo" la reapertura de la frontera. |
"La frontera va a seguir cerrada caballero (en
referencia a un periodista), hasta que no restablezcamos un mínimo de
convivencia, de respeto a la legalidad, a la vida y a la economía. Va a seguir
cerrada digan lo que digan en Bogotá, en Cúcuta o donde lo quieran decir, no me
importa lo que digan de mí", expresó el presidente venezolano Nicolás
Maduro.
Para el mandatario, la principal causa del problema es
el paramilitarismo que surgió en Colombia durante la década de los 70.
El presidente Nicolás Maduro acusó al
paramilitarismo de haberse tomado la zona
de frontera entre ambos países.
|
"Fenómenos como el crimen organizado, el
contrabando de extracción y la fuga de productos de primera necesidad son
problemas trasladados al país a través de la práctica paramilitar instaurada en
Colombia desde hace varias décadas y que ha causado graves daños en la frontera
colombo – venezolana", anotó Maduro.
Y esta decisión ha contado con el apoyo de algunos
columnistas en los medios venezolanos como Julio Escalona.
"La Política y la diplomacia del presidente
Maduro están bien y tiene mi solidaridad. El cierre de la frontera es
fundamental. Los efectos sobre la economía colombiana son fuertes ¿Seguirán
conspirando? Puede que sí, pero pagarán consecuencias. Si se hace bien y la
corrupción no se atraviesa, esto impactará el contrabando, sobre todo de
gasolina y operaciones cambiarias, lo que les genera millonarias
ganancias", escribió en el diario Últimas Noticias.
Mientras siguen deportaciones hacia Colombia,
Maduro dice que no ve "en el corto plazo" apertura de la frontera.
Por otro lado en Caracas está la oposición, cuyo
rechazo a las medidas en la frontera se separan –o articulan– en tres
variantes.
Unos creen que el estado de excepción en Táchira es un
ensayo para suspender las eleciones parlamentarias de diciembre, a las que el
gobierno llega afectado por la crisis.
Otros, sobre todo organizaciones de derechos humanos
como la ONG Provea, han condenado los supuestos abusos de las autoridades en su
tratamiento de las deportaciones de colombianos.
Ciudadanos colombianos hablan con miembros de la Guardia Nacional venezolana en medio del puente Simón Bolívar. |
Los activistas alegan que las autoridades están
arrasando con casas, separando familias y, sobre todo, deportando personas que,
al haber llegado al país en medio del conflicto colombiano en los 80 y 90,
deberían ser tratados como refugiados.
Y otra facción de la oposición se preocupa por la
supuesta xenofobia que el discurso del gobierno puede estar fomentando hacia
los colombianos, considerados "hermanos" por muchos venezolanos.
Lo cierto es que no se ve una solución a la situación
en los próximos días.
Del lado colombiano- Natalio Cosoy
La población fronteriza colombiana vive "una
crisis humanitaria", de acuerdo con el gobierno de Colombia. Además de
poner en funcionamiento mecanismos de contención, como el establecimiento de
albergues, el reparto de alimentos y a la distribución de colchones y frazadas,
el presidente Santos envió a la zona a la canciller María Ángela Olguín y el
ministro del Interior Juan Fernando Cristo.
Un ciudadano colombiano recoge una de sus pertenencias mientras sale de su casa ubicada en la localidad de San Antonio del Táchira. |
Por su parte, el presidente Santos mantiene un
discurso de acercamiento hacia Caracas.
"Reiteramos a Venezuela nuestra total disposición
para colaborar y coordinar las acciones necesarias, la lucha contra el
contrabando y el crimen organizado, que lo controla", dijo. "Quiero
reiterar que el camino del diálogo y la diplomacia, especialmente en momentos
como este, es el más responsable y recomendable para aliviar la situación de
nuestros compatriotas".
Como muchas otras voces en Colombia, sugirió que
"la confrontación sólo sirve a intereses políticos, individuales y
electorales".
Es que más y más se escucha de este lado de la
frontera la sospecha de que el cierre limítrofe tiene un doble objetivo de cara
a las elecciones venezolanas del 6 de diciembre próximo: crear la imagen de un
enemigo externo y coartar, a través del estado de excepción, la posibilidad de
hacer campaña en estados opositores.
Colombia y Venezuela comparten cerca de 2.219 kilómetros de frontera. Uno de sus puntos de paso es el puente Simón Bolívar. |
Eso dijo, por ejemplo, el expresidente Andrés
Pastrana, quien en entrevista con RCN La Radio consideró "aberrante"
que se estén marcando las casas de colombianos en Venezuela (D, por demolición;
o R, por revisadas) y pidió que se convoque a organismos internacionales.
Por su parte, el secretario general de la Unasur y
expresidente de Colombia, Ernesto Samper, dijo en su cuenta de Twitter que
"las deportaciones de Colombianos desde Venezuela enrarecen el clima de
opinión necesario para perseguir a los paramilitares colombianos que sí están
traspasando las fronteras".
Este martes el presidente Santos tiene prevista una
reunión con la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, que incluye a la
Canciller, a congresistas y expresidentes.
Algunos pidieron que se incluya al expresidente
opositor Álvaro Uribe, quien el lunes viajó a Cúcuta a conocer la situación en
la frontera. En el lugar, dijo que "como Hitler hizo contra los judíos
(...) la dictadura castrochavista de Venezuela está dedicada a infundir odio
contra el pueblo colombiano". Y que llama "a nuestras mujeres
prostitutas y a nuestros compatriotas diciéndoles 'paramilitares de
Uribe'".
El expresidente tiene un gran respaldo entre amplios
sectores de la ciudadanía colombiana, que prefieren su estilo de confrontación
-que había sostenido durante su gestión, cuando en Venezuela gobernaba Hugo
Chávez- al tono conciliador de Santos, que consideran débil.
En redes sociales se escuchan voces que respaldan sus
posiciones con vehemencia semejante a las que lo cuestionan y prefieren el
enfoque conciliador del gobierno.
Por ejemplo el diario El Espectador, uno de los mayor
circulación en el país, publicó un duro editorial que tituló: "Enfrentar
la intransigencia", donde hace un llamado de atención al gobierno
venezolano:
"El problema no es sencillo. El gobierno
colombiano sabe que se enfrenta a una crisis ficticia, que responde más a los
intereses internos de Venezuela que a Colombia. ¿Cómo lidiar con la intransigencia,
con el discurso deshonesto? Con cautela y firmeza, porque hay mucho en
juego", se lee en su editorial.
Y añade: "Es ridículo que el gobierno de Maduro
adopte una política migratoria que parece inspirada por Donald Trump, pero lo
más grave es que se está llevando por delante los derechos de colombianos y
venezolanos por igual, y el problema no parece tener salida pronta.
Qué se dice de la crisis de la frontera entre
Venezuela y Colombia en Caracas y Bogotá
De nuevo una crisis en la frontera crea tensión entre
Colombia y Venezuela. Esta vez, la orden del mandatario venezolano Nicolás
Maduro de cerrar el paso fronterizo más importante entre San Antonio Táchira y
Cúcuta y expulsar a cientos de colombianos a quienes acusa de diversos delitos.
El gobierno venezolano ha deportado a más de 800
ciudadanos colombianos de su territorio, tras el cierre de la frontera ordenado
hace cinco días. El cierre se decretó tras un enfrentamiento de las fuerzas de
seguridad venezolanas con contrabandistas, aunque las deportaciones afectan a
toda clase de personas. Según testigos, sólo les preguntaron si eran
colombianos o no, antes de sacarlos del país.
Esto ha causado tensión con Bogotá y una situación de
emergencia del lado colombiano de la frontera, que ha recibido al menos 860
personas desde el pasado viernes.
Pero, ¿cómo se refleja esta crisis en las capitales de
ambos países? Los corresponsales Daniel Pardo, desde Caracas, y Natalio Cosoy
desde Bogotá nos lo cuentan.
Del lado venezolano- Daniel Pardo
El gobierno de Venezuela insiste en que las causas de
la crisis económica y de inseguridad que vive el país vienen de la frontera con
Colombia, introducidas por paramilitares.
Mientras en la frontera reina la tensión, varias zonas
están militarizadas y la gente solo habla del cierre y sus implicaciones, en
Caracas hay interés por lo que pasa en la frontera, pero no se siente la misma
crisis.
Además, los venezolanos, al menos durante el último
año, se han acostumbrado a que una cosa es la crisis del país, que ven grave, y
otra la de la frontera, que perciben aun más complicada.
"La frontera va a seguir cerrada caballero (en
referencia a un periodista), hasta que no restablezcamos un mínimo de
convivencia, de respeto a la legalidad, a la vida y a la economía. Va a seguir
cerrada digan lo que digan en Bogotá, en Cúcuta o donde lo quieran decir, no me
importa lo que digan de mí", expresó el presidente venezolano Nicolás
Maduro.
Para el mandatario, la principal causa del problema es
el paramilitarismo que surgió en Colombia durante la década de los 70.
"Fenómenos como el crimen organizado, el
contrabando de extracción y la fuga de productos de primera necesidad son
problemas trasladados al país a través de la práctica paramilitar instaurada en
Colombia desde hace varias décadas y que ha causado graves daños en la frontera
colombo – venezolana", anotó Maduro.
Y esta decisión ha contado con el apoyo de algunos
columnistas en los medios venezolanos como Julio Escalona.
"La Política y la diplomacia del presidente
Maduro están bien y tiene mi solidaridad. El cierre de la frontera es
fundamental. Los efectos sobre la economía colombiana son fuertes ¿Seguirán
conspirando? Puede que sí, pero pagarán consecuencias. Si se hace bien y la
corrupción no se atraviesa, esto impactará el contrabando, sobre todo de
gasolina y operaciones cambiarias, lo que les genera millonarias
ganancias", escribió en el diario Últimas Noticias.
Lea: Mientras siguen deportaciones hacia Colombia,
Maduro dice que no ve "en el corto plazo" apertura de la frontera.
Por otro lado en Caracas está la oposición, cuyo
rechazo a las medidas en la frontera se separan –o articulan– en tres
variantes.
Unos creen que el estado de excepción en Táchira es un
ensayo para suspender las eleciones parlamentarias de diciembre, a las que el
gobierno llega afectado por la crisis.
Otros, sobre todo organizaciones de derechos humanos
como la ONG Provea, han condenado los supuestos abusos de las autoridades en su
tratamiento de las deportaciones de colombianos.
Los activistas alegan que las autoridades están
arrasando con casas, separando familias y, sobre todo, deportando personas que,
al haber llegado al país en medio del conflicto colombiano en los 80 y 90,
deberían ser tratados como refugiados.
Y otra facción de la oposición se preocupa por la
supuesta xenofobia que el discurso del gobierno puede estar fomentando hacia
los colombianos, considerados "hermanos" por muchos venezolanos.
Lo cierto es que no se ve una solución a la situación
en los próximos días.
Del lado colombiano- Natalio Cosoy
La población fronteriza colombiana vive "una
crisis humanitaria", de acuerdo con el gobierno de Colombia. Además de
poner en funcionamiento mecanismos de contención, como el establecimiento de
albergues, el reparto de alimentos y a la distribución de colchones y frazadas,
el presidente Santos envió a la zona a la canciller María Ángela Olguín y el
ministro del Interior Juan Fernando Cristo.
Por su parte, el presidente Santos mantiene un
discurso de acercamiento hacia Caracas.
"Reiteramos a Venezuela nuestra total disposición
para colaborar y coordinar las acciones necesarias, la lucha contra el
contrabando y el crimen organizado, que lo controla", dijo. "Quiero
reiterar que el camino del diálogo y la diplomacia, especialmente en momentos
como este, es el más responsable y recomendable para aliviar la situación de
nuestros compatriotas".
Como muchas otras voces en Colombia, sugirió que
"la confrontación sólo sirve a intereses políticos, individuales y
electorales".
Es que más y más se escucha de este lado de la
frontera la sospecha de que el cierre limítrofe tiene un doble objetivo de cara
a las elecciones venezolanas del 6 de diciembre próximo: crear la imagen de un
enemigo externo y coartar, a través del estado de excepción, la posibilidad de
hacer campaña en estados opositores.
Eso dijo, por ejemplo, el expresidente Andrés
Pastrana, quien en entrevista con RCN La Radio consideró "aberrante"
que se estén marcando las casas de colombianos en Venezuela (D, por demolición;
o R, por revisadas) y pidió que se convoque a organismos internacionales.
Por su parte, el secretario general de la Unasur y
expresidente de Colombia, Ernesto Samper, dijo en su cuenta de Twitter que
"las deportaciones de Colombianos desde Venezuela enrarecen el clima de
opinión necesario para perseguir a los paramilitares colombianos que sí están
traspasando las fronteras".
Este martes el presidente Santos tiene prevista una
reunión con la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, que incluye a la
Canciller, a congresistas y expresidentes.
Algunos pidieron que se incluya al expresidente
opositor Álvaro Uribe, quien el lunes viajó a Cúcuta a conocer la situación en
la frontera. En el lugar, dijo que "como Hitler hizo contra los judíos
(...) la dictadura castrochavista de Venezuela está dedicada a infundir odio
contra el pueblo colombiano". Y que llama "a nuestras mujeres
prostitutas y a nuestros compatriotas diciéndoles 'paramilitares de
Uribe'".
El expresidente tiene un gran respaldo entre amplios
sectores de la ciudadanía colombiana, que prefieren su estilo de confrontación
-que había sostenido durante su gestión, cuando en Venezuela gobernaba Hugo
Chávez- al tono conciliador de Santos, que consideran débil.
En redes sociales se escuchan voces que respaldan sus
posiciones con vehemencia semejante a las que lo cuestionan y prefieren el
enfoque conciliador del gobierno.
Por ejemplo el diario El Espectador, uno de los mayor
circulación en el país, publicó un duro editorial que tituló: "Enfrentar
la intransigencia", donde hace un llamado de atención al gobierno
venezolano:
"El problema no es sencillo. El gobierno
colombiano sabe que se enfrenta a una crisis ficticia, que responde más a los
intereses internos de Venezuela que a Colombia. ¿Cómo lidiar con la intransigencia,
con el discurso deshonesto? Con cautela y firmeza, porque hay mucho en
juego", se lee en su editorial.
Y añade: "Es ridículo que el gobierno de Maduro
adopte una política migratoria que parece inspirada por Donald Trump, pero lo
más grave es que se está llevando por delante los derechos de colombianos y
venezolanos por igual, y el problema no parece tener salida pronta.
15 frases
para entender el conflicto en la frontera entre Colombia y Venezuela
Miles de colombianos fueron deportados desde
Venezuela, país que ha cerrado parte de su frontera con la nación gobernada por
Juan Manuel Santos.
A continuación explicamos el conflicto entre ambas
naciones, en quince frases:
1. "He dado instrucciones a la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana de cerrar la Frontera en San Antonio del Táchira y en
Ureña de manera inmediata por 72 horas".
Esto dijo Nicolás Maduro tras el ataque a tres
militares venezolanos y un civil en un operativo en la región.
2. "Las mafias paramilitares tienen muchos
intereses económicos y atacan a esta hora. Lanzan panfletos contra el Ejército
venezolano", informó el gobernador oficialista de Táchira, José Vielva
Mora, refiriéndose a los supuestos grupos paramilitares que operan en el país.
3. "Les hicieron una emboscada precisamente en el
momento en el que se dirigían a su tarea diaria de combatir todas esas mafias
de bachaqueros y paramilitares que vienen de Colombia", dijo Maduro, en
referencia al ataque.
4. "Si no hay coordinación, los únicos que ganan
son los delincuentes".
Dijo el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, a
través de su cuenta de Twitter.
5. Colombia a Venezuela: "Exigimos que respete la
integridad y derechos humanos de los ciudadanos colombianos".
Esto fue lo que le exigió la cancillería colombiana al
gobierno de Nicolás Maduro, además de "analizar la situación familiar
antes de aplicar medidas de deportación, para garantizar la unión entre padres
e hijos", esto, en el estado de excepción lanzado por Maduro durante el
fin de semana.
6. "El gobierno defenderá con firmeza a sus
ciudadanos, pero esa firmeza requiere la sabiduría y la prudencia de la
diplomacia"; explicó el presidente Santos.
7. "Solidaridad contra los maltratos del
dictador".
Esto fue lo que expresó el expresidente Álvaro Uribe,
un crítico de las políticas chavistas en Venezuela. Informó que visitaría la
región de Cúcuta, para mostrarse en contra de Maduro.
8. #UribeVenezuelaTeRepudia
Con este hashtag respondieron las redes sociales
venezolanas a las declaraciones del expresidente.
9. "Hemos tratado humanitariamente a todas y cada
una de las personas indocumentadas para que regresen a su país y hagan vida en
el", explico José Vielma Mora, gobernador de Táchira.
10. "Estimamos que el diálogo directo entre las
partes es el instrumento fundamental para resolver este tema", abogó Luis
Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos.
11. "Ratifico que desde Colombia se conspira
contra nuestra Patria, la derecha está coordinando nuevamente que grupos
asesinos vengan a nuestra Patria", escribió Maduro en su cuenta de Twitter
el fin de semana.
12. "La dictadura en Venezuela tortura a la
oposición, expulsa a los colombianos y protege al terrorismo", escribió el
expresidente de Colombia, Álvaro Uribe.
13. "La actitud xenofóbica que se ha visto en los
últimos días, no solamente con el cierre de la frontera, sino con las
arbitrariedades que se están cometiendo contra nuestros connacionales es de
inmensa gravedad", comentó el senador Iván Duque, del Centro Democrático,
quien exigió llamar a consultas al embajador de Venezuela en Colombia.
14. "Más allá de las disposiciones
administrativas y legales autónomas de cada nación, existen situaciones que
vulneran los derechos humanos", subrayó Maria Ángela Holguín, defensora
del pueblo en Colombia.
15. "Las fronteras permanecerán cerradas, digan
lo que digan", explicó este día Maduro en conferencia de prensa.
FUENTE: BBC Mundo /noticias // Publimetro //
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