Del francés chole: bilis y del griego stereos:
sólido o, literalmente, bilis sólida.
El colesterol es el principal esterol del organismo humano.
Los esteroles son un tipo de grasas naturales presentes en el organismo.
El colesterol se encuentra en nuestro cuerpo formando parte
de membranas celulares, lipoproteínas, ácidos biliares y hormonas esteroideas.
El principal trastorno que provoca el colesterol en el
organismo cuando se encuentra en exceso lo constituye la producción de
depósitos de grasas en arterias vitales, causando aterosclerosis, accidente
cerebrovascular y enfermedad vascular periférica.
El colesterol es también un importante constituyente de los
cálculos biliares.
Colesterol, alcohol complejo que forma parte de todas las
grasas y aceites animales. Actúa como precursor en la síntesis de vitamina D.
El colesterol pertenece a un grupo de compuestos conocidos como esteroides, y
está relacionado con las hormonas sexuales producidas en las gónadas y las
hormonas de la corteza suprarrenal.
Cuando el colesterol se eleva en la sangre por encima de unos
niveles, considerados como normales, se produce una enfermedad conocida como
hipercolesterolemia. Se consideran normales, valores de colesterol en la sangre
iguales o inferiores a 200 mg/dl. En las hipercolesterolemias leves los valores
de colesterol se sitúan entre 200 y 249 mg/dl; en las hipercolesterolemias
moderadas se sitúan entre 250 y 299 mg/dl y en las hipercolesterolemias graves
los valores de colesterol superan los 299 mg/dl. Sin embargo, hay que
considerar que, aunque el colesterol es el factor de riesgo más importante de
las cardiopatías isquémicas en pacientes menores de 50 años, existen otros factores
de riesgo cardiovascular, como la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo o la
obesidad, cuyos efectos se suman a la hora de facilitar un evento
cardiovascular.
Existe una estrecha relación entre los niveles de colesterol
de la sangre, los niveles de otras grasas o lípidos y el desarrollo de la
aterosclerosis (véase Arteria). En esta enfermedad, las placas que contienen
colesterol se depositan en las paredes de las arterias, en especial en las de
pequeño y mediano tamaño, reduciendo su diámetro interior y el flujo de sangre.
El cierre total de las arterias, como el que puede darse en las arterias
coronarias provocando un ataque al corazón, se desarrolla en lugares donde las
paredes arteriales se han endurecido por el efecto de estas placas.
Aunque muchos alimentos, sobre todos los lácteos y la grasa
de la carne, contienen colesterol, el cuerpo también lo sintetiza a partir de
sustancias libres de colesterol. No obstante, las investigaciones indican que
una dieta rica en colesterol genera en la sangre niveles anormalmente altos de
colesterol, así como de grasas y lípidos relacionados con él. Las pruebas
demuestran de una manera contundente que las personas con dichos niveles son
más propensas a padecer aterosclerosis e infartos que las personas con niveles
bajos. También resulta significativo el hecho de que los científicos hayan
identificado dos tipos de proteínas que transportan el colesterol en la sangre,
llamadas lipoproteínas de alta y de baja densidad. Se cree que la proteína de
baja densidad favorece la aterosclerosis, mientras que el componente de alta
densidad puede retrasarla. Los altos niveles de lipoproteínas de baja densidad
en el plasma aumentan también el riesgo de infarto y enfermedades del corazón.
Las personas que por herencia tienen niveles de colesterol
anormalmente altos, especialmente colesterol unido a lipoproteínas de baja
densidad, pueden reducir el riesgo de infarto disminuyendo el colesterol en la
sangre. Esto se consigue con una dieta baja en colesterol y grasas saturadas, haciendo
suficiente ejercicio y utilizando si es necesario cierto tipo de fármacos.
Actualmente existen varios tipos de fármacos que inhiben la síntesis de
colesterol. Se utilizan estos tratamientos fundamentalmente para tratar
pacientes con hipercolesterolemias familiares, cuando las cifras de colesterol
en la sangre son exageradamente elevadas, cuando existen otros factores de
riesgo cardiovascular o cuando después de tres meses sólo con tratamiento
dietético no se han conseguido reducir las cifras de colesterol a unos rangos
satisfactorios.
El colesterol y sus derivados se segregan a
través de las glándulas sebáceas de la piel para actuar como lubricantes y como
cubiertas protectoras del pelo y la piel. La lanolina, una grasa extraída de la
lana de oveja sin tratar, se compone en su mayor parte de ésteres de colesterol
y tiene una gran variedad de usos comerciales en lubricantes, sustancias
protectoras de cuero y piel, pomadas y cosméticos
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