En la narración
literaria encontramos a seres que participan de ella, en forma pasiva o activa.
A estos seres (personas, animales, cosas, etc) los llamamos personajes.
Los personajes son vitales en todo texto narrativo. A través
de ellos pueden relatarse los hechos que ocurren en un cuento, una novela, o
cualquier otro texto similar.
El personaje está estrechamente ligado a los hechos y otros
elementos que conforman la historia, como también a los otros personajes que lo
rodean.
Los personajes se clasifican en:
1. Los personajes
principales concentran la mayor atención, porque participan directamente en los
acontecimientos que se narran. Es decir, la narración se trata de lo que les
ocurre a ellos o de lo que ellos mismos realizan.
Si este tipo de personajes no estuviera, la historia
desaparecería; no le sucedería nada a nadie.
El personaje principal es el centro de la acción del relato y
su participación es la más importante en la narración.
Dentro de los personajes principales de un cuento o narración
podemos identificar:
Protagonistas y
antagonistas. Estos no siempre tienen que ser seres humanos. También pueden ser
seres fantásticos o fuerzas de la naturaleza.
Protagonista es el o los personajes más importantes del
relato, que tienen una misión que cumplir y tras la cual obtienen sabiduría y,
a veces, una recompensa.
Antagonista es el o los personajes que se oponen a los
propósitos del protagonista, impidiendo que cumpla sus planes.
2. Los personajes
secundarios acompañan el desarrollo de la historia en grado menor y ayudan a
comprender al personaje principal y la historia que se cuenta. Son quienes no
están involucrados directamente en la historia que se cuenta, sino que tienen
una participación menor, ellos también intervienen en los hechos, pero no tanto
ni tan seguido como los personajes principales, siempre hay una razón para que
ellos estén ahí.
3. Los personajes
incidentales
También se les llama personajes episódicos. Son aquellos que
aparecen en la historia solo en una oportunidad. Esto puede ser entregar un
dato, hacer una pregunta, o simplemente observar una situación.
Ahora bien, hay ocasiones en que los personajes incidentales
juegan un papel clave para el desarrollo de la narración. Por ejemplo,
imaginemos lo que sucedería si un día cualquiera, cuando vamos caminando por la
calle, pasa un desconocido y nos pone en las manos un maletín repleto de
dinero. ¿No cambiaría la historia de nuestras vidas?
La presencia fugaz de una sola persona puede -a veces-
producir estos cambios. De todos modos, esto sucede en raras ocasiones; hay
muchas narraciones que ni siquiera poseen personajes incidentales.
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