La región de El Congo es un área geográfica del África
ecuatorial situada en la Selva lluviosa tropical del África Central llamada
Selva del Congo. Debe su nombre al grupo étnico predominante de la región, los Congo
y al reino que fundaron en 1400, el Reino del Congo; nombre que a la actualidad
han heredado la República Democrática del Congo y la República del Congo.
Geografía
La República Democrática del Congo limita al norte con la
República Centroafricana, al noreste con Sudán, al este con Uganda, Ruanda,
Burundi y Tanzania, al sur con Zambia y Angola y al oeste con la República del
Congo y el océano Atlántico. Al norte, en la frontera costera norte, la
República Democrática del Congo limita también con Angola, y más concretamente
con el enclave de Cabinda.
Dada la extensión del territorio, éste es muy diverso. En
primer lugar hay que decir que la República Democrática del Congo cuenta con
una pequeña salida al mar, aunque no tiene en ella puertos importantes. El
principal puerto del país se encuentra en Matadi, en el Río Congo. Este río es
navegable en su tramo final, si bien los barcos no pueden remontarle hasta
Kinshasa, el capital, puesto que entre ésta y Matadi se encuentran unas
cascadas insalvables para los barcos, las Cataratas Livingstone.
Flora y fauna
Situada en un territorio de orografía diversa, la República
Democrática del Congo posee una gran variedad de biomas; desde la sabana en las
regiones del sur, la selva montana de las regiones montañosas del este, los
grandes lagos Africanos al este y la selva de la República Democrática del
Congo, que es, después de la Selva Amazónica la más extensa del mundo, esto hace
de la República Democrática del Congo uno de los países con mayor diversidad
biológica del planeta.
Demografía
La mayoría de los 250 grupos étnicos han sido registrados y
catalogados uno de ellos los Batwa. Los pueblos más numerosos son los kongo,
luba y mongo. Se hablan alrededor de 700 idiomas locales y dialectos.
Aproximadamente el 80% de la población es cristiana,
predominantemente católica. Muchos de los no cristianos se mantienen apegados a
sus tradiciones religiosas sincréticas. Las religiones tradicionales engloban
conceptos como el monoteísmo, animismo, vitalismo, devoción espiritual y
ancestral y varían generalmente entre los grupos étnicos; ninguna está
formalizada.
Al año 2007, la República Democrática del Congo cuenta con
una población de 65.750.000 habitantes. El promedio de hijos por mujer es de
6.37 una de las tasas más elevadas de África, lo cual está provocando un
crecimiento poblacional nunca visto en la historia del país, se calcula que
para el año 2050 este país va a tener 177.200.000 de habitantes.
Tras una colonización particularmente brutal por parte de
Bélgica, la colonia del Congo Belga alcanzaría la independencia en 1960, para
transformarse en el Zaire bajo el gobierno del dictador Mobutu Sese Seko.
El Congo el país
maldito por su riqueza
El conflicto más sangriento del mundo desde la Segunda Guerra
Mundial sigue retumbando.
Una guerra en la que más de cinco millones de personas han
muerto, millones más quedado al borde de la inanición y víctimas de
enfermedades y en la que millones de mujeres y niñas han sido violadas.
Mujeres del Congo
Congo es llamado "EL PEOR LUGAR EN LA TIERRA PARA SER
MUJER".
Aquí la violencia sexual es una forma de terrorismo para
expulsar a la gente de sus pueblos y tener el control de la tierra. El número
de víctimas es de 1.152 violaciones diarias, lo que equivale a 48 violaciones
por hora. Agresiones diarias con objetos cortantes, punzantes y productos
tóxicos, por soldados portadores del sida con la intención de destruir los
órganos reproductores de sus victimas y acabar con su propia identidad.
La Segunda Guerra del Congo, llamada también Gran Guerra de
África, que ha succionado soldados y civiles de nueve países e innumerables
grupos rebeldes armados, se ha peleado casi enteramente dentro de las fronteras
de este desafortunado país.
Muchas de las operaciones mineras del país se conectan con
las aguas del imponente río Congo.
Es un lugar aparentemente bendecido con toda clase de
minerales, pero siempre queda abajo en el índice de desarrollo humano de
Naciones Unidas, pues hasta los más afortunados viven en pobreza extrema.
La República Democrática del Congo es potencialmente uno de
los países más ricos de la Tierra, pero el colonialismo, la esclavitud y la
corrupción lo condenaron a ser uno de los más pobres.
Del imperio a la
esclavitud
Las principales reservas se encuentran en la República
Democrática del Congo.
El coltán no es realmente ningún mineral establecido. Es un
término que no se utiliza en el lenguaje científico y que responde a la
contracción de dos minerales bien conocidos: la columbita, óxido de niobio con
hierro y manganeso (Fe, Mn), Nb2O6, y la tantalita, óxido de tántalo con hierro
y manganeso (Fe, Mn), Ta2O6.
Estos óxidos
constituyen una solución sólida completa entre ambos minerales; son escasos en
la naturaleza y un claro ejemplo de cómo el avance tecnológico contribuye a que
materiales considerados simples curiosidades mineralógicas sean cruciales debido
a sus nuevas aplicaciones.
Propiedades
El Coltán tiene singulares propiedades, tales como
superconductividad, carácter ultrarrefractario (minerales capaces de soportar
temperaturas muy elevadas), ser un capacitor (almacena carga eléctrica temporal
y la libera cuando se necesita), alta resistencia a la corrosión y a la
alteración en general, que incluso le hacen idóneo como material privilegiado
para su uso extraterrestre en la Estación Espacial Internacional y en futuras
plataformas y bases espaciales.
El tántalo es tan resistente como el vidrio; extremadamente
dúctil y maleable, permite ser doblado, enrollado, soldado: además se utiliza
en aleaciones, con objeto de obtener materiales resistentes a muy altas
temperatura.
El tántalo —así denominado porque se disuelve difícilmente en
los ácidos, lo cual recuerda el suplicio de Tántalo, el dios griego que no
podía alcanzar nunca agua que beber ni fruto que comer— es un metal refractario
que presenta cualidades muy valoradas hoy día: es tan resistente como el
vidrio; extremadamente dúctil y maleable, permite ser doblado, enrollado,
soldado; además se utiliza en aleaciones, con objeto de obtener materiales
resistentes a muy altas temperaturas. A todas esas cualidades se añade su
densidad, que lo hace muy deseable para fines militares, porque permite
penetrar los blindajes. Entra también en la composición de piezas electrónicas
y de equipamiento de la industria química; en la tecnología de los misiles y de
los reactores nucleares, y es utilizado en cirugía. El Pentágono lo clasificó
hace tiempo como “materia prima estratégica”.
Su estado en la naturaleza
Los yacimientos más importantes de origen primario están
asociados a granitos alcalinos y rocas relacionadas, como pegmatitas, asociado
con cuarzo, feldespatos, micas, turmalina, microclima, monazita, casiterita,
berilio, espodumena y wolframita, entre otros. Sin embargo, destacan también
los depósitos de alteración y aluviales, como los de tipo placer, originados
por la erosión, transporte y concentración de los primarios, por ser más
fácilmente recuperables con técnicas de extracción menos costosas.
¿Cómo se extrae el coltán?
Una mina en la que se extrae con mano de obra infantil
Es extraido a través de procesos primitivos similares a cómo
se extraía el oro en California alli por 1800. Docenas de hombres trabajan
excavando grandes agujeros en hileras para sacar el coltan del subsuelo. Los
trabajadores entonces echan agua y el lodo formado lo vierten a grandes tubos
de lavado, logrando que el metal se deposite en el fondo debido a su alto peso.
Principales productores
Los principales productores mundiales son Australia, Brasil,
Canadá China y algunos países africanos como Ruanda, Burundi, Etiopía y sobre
todo la República Democrática del Congo (país que posee entre el 64 y el 80% de
las reservas mundiales de coltán).
Otros países como Rusia también son ricos en este recurso,
aunque sus depósitos no han sido explotados todavía.
VER: Coltán, el Oro del Siglo XXI
VER: Coltán, el Oro del Siglo XXI
Un informe polémico del Consejo de seguridad de las Naciones
Unidas sacó a la luz la explotación en el Congo de recursos naturales,
incluyendo Coltán, por otros países involucrados en la denominada Guerra del
Coltán. Hay informes que demuestran que la vecina Ruanda y Burundi están
involucradas en el contrabando de Coltán en el Congo, usando las ganancias
generadas por el alto precio del Coltán para continuar esforzándose por que la
guerra prosiga.
El informe estima que la armada ruandesa hizo al menos 250
millones de dólares por un periodo de 18 meses a través de la venta de Coltán.
Consecuencias medioambientales y para la salud
Para extraer el Coltán los rebeldes han invadido los parques
nacionales del Congo, abriéndose camino entre los frondosos bosques de esa
zona. Además la pobreza y la hambruna causadas por la guerra han ocasionado que
algunos rebeldes y mineros cacen para comer elefantes y gorilas poniendo a
estos en peligro.
En el parque nacional
Kahuzi Biega, por ejemplo, el censo de gorilas ha pasado a la mitad, de 258 a
130.
VER: "Blood Coltán" EL CONGO BELGA
VER: África, entre la vida y la muerte
El West Pokot, situado en la zona del lago Turkana es uno de
los territorios más olvidados del mundo, hasta ese lugar inhóspito y duro llega
la solidaridad de algunas personas que se implican física y emocionalmente,
este es el caso de Ana Sánchez "Temosoc" y Dustin Carmona,
representantes de la Asociación Calor y Café de Granada, España.
Cuando los elefantes luchan (Guerra del Congo)
Impresionante documental, en el que se hace un recorrido por
la sangrienta historia de Congo, desde finales del siglo XIX hasta hoy, a causa
de sus codiciados recursos mineros, valorados en cientos de miles de millones
de dólares.
Informes internacionales denuncian, que los líderes
congoleños han vendido concesiones mineras, mediante contratos opacos, con los
que habrían robado al pueblo miles de millones de dólares en ingresos públicos.
La pobreza, la explotación y la muerte persisten en la actualidad en un país,
que ha tenido la maldición de albergar las mayores reservas del mundo de
minerales, como el cobalto o el coltán, imprescindibles para sostener la
potente industria armamentística y tecnológica global.
Desde que en 1996 comenzara la guerra, impulsada por
Occidente a través de los dictadores impuestos, estas riquezas han ayudado a
financiar uno de los conflictos armados más mortíferos desde la II Guerra
Mundial.
Cinco millones de congoleños han muerto, en el afán de gobiernos y
multinacionales por conseguir importantes beneficios.
En 2001, el día en que
Sony lanzó la Play Station 2 y ganó 250 millones, un millón setecientas mil
personas murieron en el Congo a causa de la guerra.
"Blood Coltán" es un impresionante
reportaje-documental Aleman del canal TG4 sobre el conflicto del coltán en
Africa (Congo).
El coltán, Mineral compuesto por colombita y tantalita, de color negro o
marrón muy oscuro, del
que se extraen el niobio y el tantalio, elementos imprescindibles en la
fabricación de móviles, videoconsolas, misiles, se utiliza en microelectrónica,
telecomunicaciones y en la industria aeroespacial.
Las principales reservas se encuentran en la República
Democrática del Congo, donde es el máximo responsable de la guerra que ha asolado
y sigue asolando ese país.
Hasta hace poco era un material prácticamente desconocido; se ha convertido en el nuevo oro negro del continente africano. Los países africanos como Ruanda, Burundi, Etiopía y sobre todo la República Democrática del Congo (país que posee entre el 64 y el 80% de las reservas mundiales de coltán), los trabajadores son reclutados para extraer coltán en minas a cielo abierto. Trabajan de forma artesanal y en régimen de semiesclavitud. Muchos de ellos son niños.
El coltán es crucial para la fabricación de nuevas tecnologías de la información en los países desarrollados -como telefonía móvil, ordenadores portátiles y otros dispositivos electrónicos-, el coltán se encuentra en importantes cantidades en la zona este de la República Democrática del Congo y la creciente demanda de coltán por parte de Occidente está propiciando matanzas en la región. Bajo la vigilancia de las milicias rebeldes, incluso los niños extraen este material de forma peligrosa en las minas.
Hasta hace poco era un material prácticamente desconocido; se ha convertido en el nuevo oro negro del continente africano. Los países africanos como Ruanda, Burundi, Etiopía y sobre todo la República Democrática del Congo (país que posee entre el 64 y el 80% de las reservas mundiales de coltán), los trabajadores son reclutados para extraer coltán en minas a cielo abierto. Trabajan de forma artesanal y en régimen de semiesclavitud. Muchos de ellos son niños.
El coltán es crucial para la fabricación de nuevas tecnologías de la información en los países desarrollados -como telefonía móvil, ordenadores portátiles y otros dispositivos electrónicos-, el coltán se encuentra en importantes cantidades en la zona este de la República Democrática del Congo y la creciente demanda de coltán por parte de Occidente está propiciando matanzas en la región. Bajo la vigilancia de las milicias rebeldes, incluso los niños extraen este material de forma peligrosa en las minas.
La explotación de coltán en África ha estado, y está, ligada
a conflictos bélicos para conseguir el control de este material, condiciones de
explotación en régimen de semiesclavitud, desastres medioambientales con
gravísimas repercusiones en la fauna local de especies protegidas (gorilas,
elefantes), e incluso a graves problemas de salud asociados con los arcaicos e
infrahumanos métodos de explotación.
Este documental de investigación les adentrará en la oscura
red de intereses que salvaguardan este comercio sangriento. Podrán conocer a
los señores de la guerra que esclavizan a la población local y a los hombres de
negocio que, desde Europa, continúan importando coltán indiscriminadamente, a
pesar de las advertencias de "Naciones Unidas".
"Blood Coltán" muestra cómo las empresas de
comunicación occidentales (como Motorola, Nokia, entre otras) son coparticipes
junto con China de sostener la situación de guerra en el Congo.
También expone el costo real de nuestra necesidad de estar
siempre a la moda en la tecnología. Los teléfonos móviles, consolas de
videojuegos, netbooks (mini notebooks), etc conllevan una tarifa .oculta de
inimaginables consecuencias humanas: secuestro, asesinato y trabajo en la
esclavitud.
El progreso es más caro de lo que imaginamos.
Nuestro Análisis de la Situación: Dos Niños Mueren por cada
Kilo de Coltan, para Multinacionales.
La cruda realidad que viven los países con gran abundancia de recursos minerales como los diamantes ha sido causa de crueles masacres, este documental diamantes de sangre nos presenta los conflictos belicos que se han sucitado en países como Sierra Leona, el Congo, Angola y algunos otros mas del continente africano.
Las minas de diamantes son campos de trabajos forzados donde cientos de personas secuestradas son obligadas a trabajar largas horas sin descanso.
Cada minuto, ocho personas lo dejan todo para huir de la guerra,
la persecución o el terror. Más de 40 millones de personas en todo el mundo,
refugiados y desplazados forzosos, han tenido que elegir entre arriesgar la
vida o exponerse a cualquier tipo de ataque en la huída.
En la República Democrática del Congo los grupos rebeldes
llevan décadas enfrentándose al ejército oficial en una sangrienta lucha por el
poder. 20.000 cascos azules de la ONU están allí para proteger a los civiles,
pero algunos de ellos se han convertido en abusadores.
Nos llevaron hasta una pequeña casa. Allí nos rasgaron la
ropa y nos violaron a mi amiga y a mí. Yo tenía sólo 17 años y todavía era
virgen". Son las palabras de Joari, una de las protagonistas del
documental con el que arrancamos. Ella y su amiga fueron presuntamente violadas
por el personal de paz de Naciones Unidas, por las personas que estaban allí
precisamente para protegerlas.
LA VIDA EN EL CONGO UNA TRISTE IMPOTENCIA
El Estado Libre del Congo o Estado Independiente del Congo fue
un dominio colonial africano, propiedad privada del rey Leopoldo II de Bélgica,
establecido en la Conferencia de Berlín, en 1885, cuyas fronteras coincidían
con la actual República Democrática del Congo. El Congo fue administrado
privadamente por el rey Leopoldo hasta su fallecimiento en 1908, año en que el
territorio fue cedido a Bélgica.
Durante este período, El Congo fue objeto de una explotación
sistemática e indiscriminada de sus recursos naturales, especialmente el marfil
y el caucho, para lo que se utilizó mano de obra indígena en condiciones de
esclavitud. Para mantener su control sobre la población nativa, la
administración colonial instauró un régimen de terror, en el que fueron
frecuentes los asesinatos en masa y las mutilaciones, que produjo un
elevadísimo número de víctimas, aunque es imposible realizar cálculos exactos,
la mayoría de los autores mencionan cifras de entre cinco y diez millones de
muertos.
A partir de 1900, la prensa europea y estadounidense comenzó
a informar acerca de las dramáticas condiciones en que vivía la población
nativa del territorio. Las maniobras diplomáticas y la presión de la opinión
pública consiguieron que el rey belga renunciase a su dominio personal sobre el
Congo, que pasó a convertirse en una colonia de Bélgica, bajo el nombre de
Congo Belga
En la década de 1950 aún subsistían trabajos forzados en el
Congo y la esperanza de vida no alcanzaba los 40 años de edad.
En 1952, el Gobernador General Léon Antoine Marie Petillon
escribió al Secretario Colonial, exponiendo que si no se tomaban medida para
mejorar la situación en el Congo, Bélgica perdería su colonia más rica,
proponía otorgarle a la población nativa mayores derechos civiles, incluido el
derecho al voto. El gobierno belga se opuso a esta propuesta, alegando que
"sólo desestabilizaría la región". En Bélgica, algunos diputados querían
incorporar el Congo al Reino de Bélgica, de esta manera los nativos congoleños
se convertirían en ciudadanos belgas, y por lo tanto tendrían plenos derechos
civiles en Bélgica.
El Congo belga fue uno de los mayores exportadores de uranio
para Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría; la
mayor cantidad extraída especialmente de la mina de Shinkolobwe. Las bombas que
se lanzaron sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki fueron fabricadas con
uranio belga.
Como parte de la política internacional de las Naciones
Unidas, se promovió el fin de la colonización de las naciones que llegaron a
conformar el llamado Tercer mundo. En el caso de las posesiones belgas, en 1959
se realizaron las primeras elecciones libres que fueron ganadas por el Mouvement
National Congolais (MNC - Movimiento Nacional Congoleño), dirigido por Patricio
Lumumba.
Gobierno de Patrice Lumumba
En las montañas orientales del Congo hay valiosos minerales
como el coltán y niobio, además de oro, diamantes, cobre y estaño. El coltán,
abreviatura de colombio-tantalio, está en suelos de una antigüedad de tres mil
millones de años. Se usa con el niobio para fabricar los condensadores para
manejar el flujo eléctrico de los teléfonos celulares. Cobalto y uranio son
elementos esenciales para las industrias nuclear, química, aeroespacial y de
armas de guerra. Alrededor del 80% de las reservas mundiales de coltán están en
el Congo.
Debido a que el gobierno belga deseaba seguir controlando la
riqueza minera del país, apoyó la escisión de Katanga y Kasai del Sur,
implantando gobiernos títeres en dichos territorios. El Gobierno de Patrice
Lumumba solicitó la ayuda norteamericána, no siendo siquiera recibido por el
presidente de EE.UU., lo que motivó el acercamiento a la Unión Soviética que proporcionó
transporte y asesores militares con el objeto de controlar la situación en las
provincias separatistas. Lumumba negó repetidamente tener ideología comunista
alguna.
La CIA, el servicio de inteligencia belga, y otras potencias
trabajaban día y noche para mantener en el poder a los congoleños leales al
imperialismo. Promovieron las sublevaciones y fomentaron otros movimientos
secesionistas. Con el pretexto de proteger a la población belga, Bélgica envió
tropas a Katanga, intentando sostener al gobierno secesionista de Tshombé por
la fuerza. Ante esta situación, el gobierno de Kinshasa recurrió a las Naciones
Unidas para expulsar a los belgas y ayudar a restaurar el orden. Las tropas
belgas se negaron a evacuar el país y continuaron apoyando la secesión de
Katanga. La ONU envió tropas, pero éstas no sólo se negaron a intervenir en
apoyo del gobierno central, sino que intensificaron la desestabilización del
nuevo gobierno.
Las potencias imperialistas reaccionaron presionando al
Presidente Joseph Kasavubu para que acabara con Lumumba, cosa que hizo el 5 de
septiembre de 1960, destituyéndole del gobierno ilegalmente y reemplazándolo.
Lumumba se negó a abandonar el cargo y destituyó a su vez a Kasavubu.
El 14 de septiembre, nueve días después de su destitución, el
coronel Joseph Mobutu Sese Seko, jefe del ejército, tomó el control político en
la capital tras un golpe de estado y desató una ola de represión contra las
organizaciones políticas. A los dos meses, Mobutu devolvió el poder a Kasavubu
y se autodesignó comandante en jefe de las fuerzas armadas.
El 10 de octubre, el ejército y las tropas de la ONU
detuvieron a Lumumba, pero este logró escapar el 17 de noviembre y huir en
avión hacia su principal base de apoyo en Kisangani. Fue detenido de nuevo el 2
de diciembre por el ejército. Siempre con órdenes de no intervenir, las tropas
de la ONU se hicieron de la vista gorda cuando lo torturaron brutalmente.
Fue asesinado el 17 de enero de 1961 por una conspiración
organizada por el gobierno de Bélgica, con la complicidad de los Estados
Unidos, de Gran Bretaña y de las Naciones Unidas.
Un equipo de policías belgas desenterró el cadáver y lo
disolvió con el ácido sulfúrico que proporcionó una compañía minera. Cuarenta
años después el parlamento belga admitió su responsabilidad en el asesinato en
una sesión celebrado en noviembre de 2001.
Dictadura de Mobutu
Tras cinco años de extrema inestabilidad y descontento civil,
Joseph-Désiré Mobutu, ahora teniente general, apoyado por la CIA, derrocó
mediante un golpe de Estado a Kasavubu en 1965 y se autoproclamó Jefe de
Estado. Ocasionalmente llamaba a elecciones donde él era el único candidato.
Mobutu fue acusado de violaciones a los derechos humanos,
represiones, culto a la personalidad y corrupción extrema; en 1984 se dijo que
Mobutu poseía cuatro mil millones de dólares estadounidenses, un importe
similar a la deuda nacional, en sus cuentas bancarias en Suiza.
Década de 1990
A mediados de la década de 1990 la situación empeoró
radicalmente. La incapacidad de Mobutu de manejar esta crisis, acompañado de la
pérdida de apoyo por parte de occidente permitió a sus opositores iniciar una
gran campaña en su contra que terminó con su huida y la proclamación por parte
del líder rebelde Laurent-Désiré Kabila de la "República Democrática del
Congo" en mayo de 1997.
La guerra del coltán
El período de paz, tras el ascenso de Kabila al poder, fue
breve. Pronto el país se vio envuelto en nuevos acontecimientos bélicos.
Ejércitos de seis naciones participaron en la mayor conflagración conocida en
el continente. Fuerzas militares de Zimbabwe, Angola, Namibia, Ruanda y Uganda,
y del propio país, se enfrentaron en el vasto territorio congolés. En el
subsuelo estaban los ricos depósitos de mineral que han sido el eje de la
tragedia que ha vivido esa nación del África central.
La primera guerra del Congo, iniciada en 1996, enfrentó a
EE.UU., Gran Bretaña y Bélgica por un lado, que apoyaron a los ejércitos de
Ruanda y Uganda frente al ejército de Mobutu apoyado por Francia. Fue una
guerra con pocos combates y con muy escasas víctimas congoleñas, aunque sí se
registraron grandes masacres de población Hutu ruandesa refugiada en el Congo.
Precedidos de una intensa campaña mediática de demonización
contra el presidente congoleño, Laurent Kabila, el 2 de agosto de 1998, los
ejércitos de Ruanda, Uganda y Burundi irrumpieron en suelo congoleño dando
lugar a la llamada “Segunda guerra del Congo” o guerra del "coltán"
que oficialmente terminaría en el año 2003, aunque seguiría con intensidad
decreciente hasta prácticamente nuestros días. Un total de cinco millones y
medio de víctimas, civiles congoleños en su inmensa mayoría, serían
contabilizadas por las organizaciones de Derechos Humanos.
Kabila fue asesinado en 2001, pero las luchas continuaron
durante el gobierno dirigido por su hijo Joseph Kabila. La guerra, que dejó
millones de muertos (la mayor cifra en un conflicto bélico desde la Segunda
Guerra Mundial ), finalizó en lo esencial tras la retirada de los ejércitos
extranjeros, la firma de acuerdos de paz con Uganda y Ruanda, que apoyaron a
los movimientos contrarios a las autoridades de Kinshasa, y las conversaciones
con vista a la pacificación, entre todas las fuerzas políticas congolesas,
celebradas en Sun City, Sudáfrica.
Al contrario que la primera guerra, esta segunda guerra del
Congo sería en parte silenciada o, en el mejor de los casos descontextualizada,
para que reflejase sólo un confuso conflicto civil y étnico intercongoleño
manipulado por algunas multinacionales anónimas occidentales.
Las razones del inicio de la guerra habría que achacarlas a
la actitud de Laurent Kabila, quien después de varios meses en el poder
invalidó y se retractó de los acuerdos que había firmado en el inicio de la
primera guerra del Congo (acuerdos de Lemera) en los que se habían concedido a
multinacionales como la American Mineral fields Inc., contratos
escandalosamente ventajosos sobre vastos yacimientos mineros del este del
Congo.
El ejército ruandés obtiene ganancias de más de 20 millones
de dólares al mes con la minería del coltán actualmente. Aunque su precio ha
caído, Ruanda mantiene su monopolio de la explotación y comercio del metal de
la RDC. Existe una lluvia de informes sobre desenfrenados abusos de los
derechos humanos en esa región minera.
El coltán sale de las minas a puestos comerciales clave,
donde lo adquieren mercaderes extranjeros que lo envían al exterior,
principalmente a través de Ruanda. Las empresas con capacidad tecnológica
suficiente convierten al coltán en el codiciado tantalio en polvo, para
revenderlo después a multinacionales de la tecnología como Nokia, Motorola,
Compaq, Sony y demás fabricantes que lo utilizan en teléfonos móviles y otros
productos electrónicos.
Explotación rapaz
El desarrollo ha sido sofocado, el gobierno ha sido débil y el estado de derecho, inexistente. Eso no se debe a una falla innata de los congoleses. A los poderosos les convenía destruir, suprimir e impedir cualquier gobierno fuerte, estable y legítimo.
Eso interferiría -como han amenazado los congoleses en algunas ocasiones- con la fácil extracción de los recursos nacionales. Congo vive bajo la maldición de su riqueza natural.
Es un país enorme, del tamaño de Europa occidental.
República Democrática del Congo es un estado fallido, condenado desde la llegada de los europeos.
El agua interminable del segundo río más largo del mundo, el Congo, un clima benigno y un suelo rico y fértil, debajo del que hay abundantes depósitos de cobre, oro, diamantes, cobalto, uranio, coltán y petróleo, para mencionar sólo algunos de los minerales que deberían hacerlo uno de los países más ricos del mundo.
En cambio, es uno de los más desahuciados.
Al interior de Congo llegó a fines del siglo XIX un explorador nacido en Reino Unido, Henry Morton Stanley, cuyo sueño era establecer asociaciones de libre comercio con las comunidades que iba conociendo. Pero estos fueron destrozados por el infame rey de Bélgica, Leopoldo, quien creó un vasto imperio privado.
El suministro más grande de caucho fue encontrado justo cuando se había vuelto una materia prima indispensable en Occidente, en virtud de las llantas de bicicletas y autos, así como el aislamiento eléctrico.
En la Segunda Guerra Mundial, el uranio de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki provenían de una mina en el sureste de Congo.
Las libertades occidentales eran defendidas con recursos de Congo, mientras a los negros congoleses se les negaba el derecho al voto, a formar sindicatos o asociaciones políticas. Se les negaba todo, más allá de una educación básica.
Se les mantenía en un nivel infantil de desarrollo que convenía a gobernantes y dueños de minas, pero garantizaba que cuando llegara la independencia no hubiera una élite nativa que condujera al país.
Por eso la independencia en 1960 fue predeciblemente desastrosa.
Independencia, Mobutu y Kabila
Fragmentos del inmenso país intentaron separarse inmediatamente, el ejército se amotinó contra sus oficiales belgas y en pocas semanas la élite belga que gobernaba evacuó el estado, dejando a nadie con capacidad para manejar el gobierno o la economía.
De 5.000 empleos gubernamentales antes de la independencia, apenas tres eran de congoleses y no había ningún abogado, doctor, economista o ingeniero congolés.
El caos amenazaba con apoderarse de la región. Las superpotencias de la Guerra Fría entraron para disputarse el terreno.
Atrapado entre estas rivalidades, el líder congoleño Patrice Lumumba fue horriblemente golpeado y ejecutado por rebeldes con apoyo occidental. Un hombre fuerte del ejército, Joseph-Desire Mobutu, que fue sargento de la policía colonial, se hizo cargo.
Mobutu fue cortejado por Occidente durante décadas.
Mobutu se convirtió en tirano. En 1972 se cambió el nombre a Mobutu Sese Seko Nkuku Ngbendu Wa Za Banga, que significa "el guerrero todopoderoso que, gracias a su resistencia e inflexible voluntad para ganar, va de conquista a conquista, dejando un rastro de fuego".
Occidente lo toleró mientras los minerales fluyeran y Congo se mantuviera fuera de la órbita soviética.
Él, su familia y amigos desangraron al país de millones de dólares, construyeron un palacio de US$100 millones en la selva más remota de Gbadolite, una larguísima pista de aterrizaje a su lado, diseñada para el Concorde, que era fletado para ir de compras a París.
Los disidentes eran torturados o comprados, los ministros robaban presupuestos enteros, el gobierno era atrofiado. Occidente le permitía a su gobierno que pidiera millones de dólares prestados, que luego eran robados. Hoy es Congo el que debe pagar la cuenta.
En 1997, una alianza de países vecinos, encabezada por Ruanda -furiosa porque Congo le daba refugio a muchos de los responsables del genocidio de 1994- invadió para deshacerse de Mobutu.
Un exiliado congoleño, Laurent Kabila, fue reclutado en África oriental para actuar como líder. El ejército de Mobutu, sin dinero, implosionó. Sus líderes, compinches incompetentes del presidente, abandonaron a sus hombres en una alocada carrera para escapar.
Mobutu salió una vez más de su Versalles selvático, en su avión cargado de objetos valiosos, mientras sus propios soldados le disparaban.
Ruanda había conquistado a su inmenso vecino con una facilidad espectacular. Sin embargo, una vez instalado, Kabila, el títere de Ruanda, se negó a cumplir órdenes.
Ruanda volvió a invadir, pero esta vez fue detenida por sus antiguos aliados que se pelearon entre ellos y arrastraron a Congo a una guerra terrible.
Caos interminable
Ejércitos extranjeros se enfrentaron en lo profundo de Congo mientras el frágil estado colapsaba totalmente y la anarquía reinaba.
Cientos de grupos armados cometieron atrocidades, millones murieron.
Las diferencias étnicas y lingüísticas atizaban la ferocidad de la violencia, mientras el control de la impresionante riqueza natural de Congo añadía una terrible urgencia a la lucha.
Niños soldados reclutados a la fuerza acorralaban ejércitos de esclavos para que extrajeran minerales como coltán, componente clave de teléfonos celulares, la última obsesión del mundo desarrollado, mientras aniquilaban a comunidades enemigas, violando a las mujeres y forzando a los sobrevivientes hacia la jungla donde morían de inanición y enfermedades.
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