RELATOR: Érase una vez una preciosa niña que siempre llevaba una capa roja con capucha para protegerse del frío. Por eso, todo el mundo la llamaba Caperucita Roja.
RELATOR: Caperucita vivía en una casita cerca del bosque. Un día, la mamá de Caperucita le dijo: “ Caperucita, caperucita, Ven hijita, toma de aquella mesa, pastel y una botella de jugo de tomate, y llevaselas en la canasta a tu abuelita que esta enfermita y débil".
RELATOR: Caperucita obedece a su madre y pone en la canasta el pastel y se equivoca y en vez de tomar la botella con jugo de tomate, toma la botella con ají muy muy picante-
RELATOR: Al despedirse de su su madre, ésta le advierte: –“No te apartes del camino ni hables con extraños, no vayas por el camino más largo, porque ahí vive el lobo, puede ser peligroso”.
RELATOR: Caperucita Roja, tomó la cesta, se despidió cariñosamente y emprendió el camino hacia casa de su abuelita, cantando y bailando como acostumbraba.
RELATOR: Cuando llegó al bosque, la pequeña comenzó a distraerse contemplando los pajaritos y recogiendo flores. No se dio cuenta de que alguien la observaba detrás de un viejo y frondoso árbol. De repente, oyó una voz dulce y zalamera.
.......................
RELATOR: Y no más había entrado Caperucita Roja en el bosque, siempre dentro del sendero, cuando se encontró con un lobo. Caperucita Roja no sabía que esa criatura pudiera hacer algún daño, y no tuvo ningún temor hacia él.
LOBO: “Buenos días, Caperucita Roja,”.
CAPERUCITA: “Buenos días, amable lobo.”
LOBO:– “¿Adonde vas tan temprano, Caperucita Roja?”
CAPERUCITA:– “A casa de mi abuelita, que está muy enfermita”.
LOBO: - ¿Qué llevas en tu canasta?
CAPERUCITA: — Pastel y jugo de tomates para mi abuelita.
LOBO: – “¿Y dónde vive tu abuelita?”.
CAPERUCITA: – “Más allá de donde termina el bosque”.
RELATOR: El lobo que ya había decidido comer todo lo que llevaba Caperucita en su canastita. – “Todo debe estar jugoso y tierno”, – se dijo mientras ideaba un plan.
LOBO: – “¿Sabes qué haría realmente feliz a tu abuelita? Si les llevas algunas de las flores que crecen en el bosque”. “¿Ves ese camino que está a lo lejos? Es un atajo con el que llegarás más rápido a casa de tu abuelita”.
RELATOR: Sin imaginar que el lobo la había engañado, esta aceptó y se despidió de él. El lobo sin perder tiempo alguno se dirigió a la casa de la abuela. Luego al llegar a la casa no encontró a la abuela, porque había ido a ordeñar a la vaca.
RELATOR: El lobo se puso su gorro, su camisón y se metió en la cama a esperar a que llegase el caperucita.
RELATOR: A los pocos minutos llegó Caperucita roja, quien alegremente llamó a la puerta y al ver que nadie respondía entró. La niña se acercó lentamente a la cama, donde se encontraba tumbada su abuelita con un aspecto irreconocible.
CAPERUCITA:– “Abuelita, que ojos más grandes tienes”.
LONO:– “Son para verte mejor”.
CAPERUCITA:– “Abuelita, pero que orejas tan grandes tienes” .
LOBO: – “Son para oírte mejor”.
CAPERUCITA: – “Y qué boca tan grande tienes”.
LOBO – “Para comer lo llevas en la canasta”.
RELATOR: – chillando el lobo, se abalanzó sobre Caperucita, a quien le arrebató la canasta. Se traga el pastel y se bebe toda la botella de ají muy muy picante. El lobo sintió una terrible sed y corrió al lago. Con mucho trabajo llegó al arroyo más cercano y cuando se acercó a la orilla, se tambaleó y cayó al agua.
RELATOR: Caperucita roja aprendió la lección y pidió perdón a su madre por desobedecerla. En lo adelante nunca más volvería a conversar con extraños o a entretenerse en el bosque.
Adaptación del cuento de Erika Rojas Portilla
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