Los anfibios (Clase: Amphibia) pasan su vida entre el agua y
la tierra, su piel desnuda tiene numerosas glándulas, cuyas secreciones ayudan
a protegerla manteniéndola húmeda cuando se encuentran fuera del agua. Además
secretan sustancias pegajosas útiles en el apareamiento o tóxicas que
amedrentan a sus depredadores.
Seguramente lo más curioso en estos organismos, además de su
apariencia, es el hecho de que son capaces de mantener un intercambio gaseoso
tanto fuera como dentro del agua, pues aunque poseen pulmones, su piel
altamente vascularizada y constantemente húmeda, actúa como órgano de
respiración (Burnie, 2003).
Mecanismos o tipos de respiración
1 Introducción al tema cómo respiran los anfibios
2 Mecanismos de respiración. Tipos de respiración en anfibios
2.1 Respiración cutánea de los anfibios
2.2 Respiración branquial
2.3 Respiración bucofanríngea
2.4 Respiración pulmonar de los anfibios
1 Introducción al tema cómo respiran los anfibios
Los anfibios (Clase Amphibia), como su nombre lo indica,
agrupa a aquellos animales cuyo ciclo de vida se desarrolla tanto en un
ambiente acuático como en el terrestre; los ejemplares que sobreviven
actualmente representan el linaje Lissamphibia, sobreviviente de los primeros
tetrápodos y son el resultado de la transición evolutiva de una existencia
acuática a una terrestre, cabe destacar que ésta transición se produjo durante
millones de años y las relaciones evolutivas de estos primeros tetrápodos aún
causan controversia.
Actualmente se conocen 7703 especies de anfibios, repartidos
en tres órdenes: Gymnophiona (cecilias), Caudata (salamandras) y Anura (ranas y
sapos), los cuales comparten características estructurales que los ubican entre
los peces y los reptiles, y aunque están adaptados en su mayoría a la vida
terrestre aún necesitan de ambientes húmedos para su desarrollo, por esa razón
es interesante tratar un tema relacionado a cómo respiran los anfibios, para
comprender mejor sus formas de vida.
Se caracterizan por presentar una estructura esquelética ósea
resistente que les permite soportar el peso de su cuerpo en tierra y en su
mayoría presentan extremidades del tipo tetrápodo, así como sus
correspondientes cinturas (pectoral y pélvica), algunos anfibios cuentan con costillas
y otros carecen de ellas. Su respiración es pulmonar (ausente en algunas
salamandras y en el estado larval), por lo que su circulación es doble, con
circuitos pulmonar y sistémico independiente, así como un corazón tricameral.
Fueron de los primeros tetrápodos en presentar receptores sensoriales adaptados
para la vida en la tierra, como es el oído con una membrana timpánica y un
estribo, la córnea como principal superficie de refracción para desviar la luz,
párpados y glándulas lacrimales para la protección y limpieza del ojo; y un
epitelio olfativo que tapiza la cavidad nasal y les permite captar los olores
transmitidos por el aire.
A pesar de sus adaptaciones a la vida terrestre, al poseer
una piel muy delgada y glandular, los anfibios se deshidratan con facilidad en
ambientes secos, así que se encuentran limitados a entornos húmedos o
acuáticos; algunos presentan glándulas venenosas, y todos cuentan con células
pigmentarias.
Sus huevos carecen de una cubierta protectora que evite la
desecación, así que son acuáticos y estos al eclosionar producen larvas que
requieren de branquias para respirar en el agua. En su ciclo de vida, a esta
etapa le sigue una metamorfosis donde las branquias se pierden y los pulmones
las reemplazan como estructuras respiratorias. En su mayoría, los anfibios
cumplen con este modelo ancestral, aunque hay excepciones donde algunos han
desarrollado mecanismos para mantener una existencia completamente terrestre,
como es el caso de algunos anuros; o como algunas salamandras que mantienen una
morfología larvaria y carecen de una metamorfosis, por lo cual su ciclo de vida
se desarrolla completamente en el agua.
Como se mencionó anteriormente, una de las adaptaciones más
importantes para la vida terrestre fue la presencia de pulmones para la
respiración. Sin embargo, los múltiples órdenes actuales de anfibios cuentan
con varios mecanismos respiratorios en sus distintas etapas de desarrollo, y no
solo con el pulmonar. Veamos más detenidamente cómo respiran los anfibios.
Mecanismos de respiración. Tipos de respiración en anfibios
Antes de introducirnos en el tema sobre cómo respiran los
anfibios, es preciso destacar que la respiración es el proceso vital donde se
lleva a cabo el intercambio gaseoso, en el cual, ocurre la entrada de oxígeno
al cuerpo, a la vez que se libera el dióxido de carbono. Este intercambio
permite que se lleve a cabo el proceso metabólico denominado como respiración
celular, necesaria para los organismos aeróbicos.
A continuación, para conocer cómo respiran los anfibios, se
describen los diferentes tipos de respiración que se pueden apreciar en los
anfibios actuales.
Respiración cutánea de los anfibios
La piel de los anfibios es considerada un importante órgano
de respiración, gracias a su estructura altamente permeable y vascularizada que
permite la difusión de los gases, y que ofrece la mayor superficie para el
intercambio gaseoso. Comprende un importante aporte suplementario de oxígeno
para la mayoría de los anfibios, este tipo de respiración se puede apreciar
tanto en salamandras, cecilidos y ranas.
La mayoría de las salamandras de la familia Plethodontidae
carecen de pulmones y de branquias, así que la respiración es principalmente es
a través de la piel. De igual forma, algunos anfibios incrementan su capacidad
de respiración cutánea por medio de capilares que penetran la piel o por
proyecciones epidérmicas, como es el caso de Trichobatrachus robustus, cuyas
proyecciones incrementan la superficie para la respiración. Otro tipo de
adaptaciones para la respiración cutánea de los anfibios, son las de la
salamandra Cryptobranchus alleganiensis, quién cuenta con extensos pliegues de
piel vascularizados que permiten el 90% de la absorción de oxígeno. O el caso
de la Rana de Titicaca, Telmatobius culeus, cuyos pulmones se han reducido y
cuenta con numerosos pliegues en su cuerpo para el intercambio gaseoso. Sin
embargo, algunas ranas sacrifican su capacidad de respirar por la piel para
evitar la desecación por falta de agua en ambientes terrestres o secos.
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Las larvas de los anuros (renacuajos) presentan algún grado
de respiración cutánea en todas las especies. Cuentan con una piel altamente
permeable, frecuente en bufónidos y en algunas especies de ranas que no
desarrollan pulmones hasta la metamorfosis. De igual forma, las larvas de
salamandras que carecen de branquias, se ven obligadas a utilizar la piel como
principal órgano respiratorio.
Respiración branquial
Seguramente alguna vez te habrás preguntado cómo respiran los
anfibios en el agua, hay que destacar que las branquias son órganos
respiratorios externos, compuestos de numerosas evaginaciones cuya superficie
se encuentra en contacto con el agua y en la cual se lleva a cabo el
intercambio gaseoso, debido a esta estructura y al carecer de un soporte, las
branquias son estructuras exclusivamente acuáticas. Mientras mayor sea el
número de filamentos braquiales, mayor será la superficie dispuesta para el
intercambio gaseoso. Estas estructuras se encuentran presente en todas las
larvas de anfibios, así como en algunas salamandras con pedomorfosis y cuyo
ciclo de vida se desarrolla completamente en el agua.
En las salamandras, las larvas cuentan con una gran
diversidad de branquias tanto en tamaño como en estructura, dependiendo del
ambiente acuático en donde se desarrollan. Las salamandras que viven en
estanques, ya sean larvas o adultos perennibranquiados, presentan grandes
branquias plumosas, mientras que las que viven en arroyos o ríos tienen menor
número de filamentos. Esto se debe, a que las aguas someras tienen una menor
cantidad de oxígeno disuelto, por lo que al tener mayor número de branquias la
superficie de respiración aumenta.
En el caso de los anuros, las larvas presentan branquias
internas cubiertas por un pliegue de piel llamado opérculo, aunque en su
desarrollo temprano presentan filamentos branquiales externos que
posteriormente se atrofian. Estas branquias internas son irrigadas por un
mecanismo de bomba bucal; en el cual, el agua entra por la boca, pasa por las
branquias y salen por uno o dos espiráculos. Tras la metamorfosis, los anuros
pierden sus branquias, las cuales son remplazadas por los pulmones como órganos
respiratorios.
Los cecilidos no cuentan con una fase larval, sin embargo,
durante su desarrollo presentan branquias que se degenerar en una de las etapas
embrionarias.
Respiración bucofanríngea
Las membranas bucofaríngeas sirven como superficies
respiratorias tanto en salamandras como en algunos anuros. Este mecanismo o
tipo de respiración se caracteriza por la presencia de membranas permeables al
oxígeno y al dióxido de carbono tanto en la boca como en la faringe.
Los animales que utilizan este método, deben forzar la
entrada de aire para permitir el intercambio, el cual proporciona un pequeño
porcentaje de oxígeno. Este tipo de mecanismos se aprecia en algunas
salamandras de la familia Plethodontidae.
Respiración pulmonar de los anfibios
Los pulmones son los principales órganos respiratorios de los
tetrápodos. En los anfibios, los pulmones son sacos ovoides y elásticos, cuya
superficie interna se encuentra dividida por tabiques, que a su vez se
encuentran subdivididos en pequeñas cámaras aéreas denominadas alvéolos. Para
llevar a cabo el intercambio gaseoso, los anfibios requieren que el aire
ingrese por medio de un mecanismo de presión positiva. La base de la boca es
baja, lo que permite que el aire entre por las fosas nasales abiertas y se
introduzca en la cavidad bucal en donde se almacena temporalmente. Cuando el
piso de la boca se eleva, las fosas nasales se cierran y la glotis se abre,
permitiendo el flujo del aire hacia los pulmones. El bombeo bucal es un proceso
continuo, a intervalos periódicos se abre la glotis y el aire desoxigenado en
los pulmones es expulsado rápidamente, gracias a contracciones musculares de la
pared del cuerpo y por su propia recuperación elástica.
Este mecanismo de respiración se puede apreciar en la mayoría
de las especies de ranas y sapos, sobretodo en su etapa adulta cuando sus
pulmones se encuentra completamente desarrollados. También se puede apreciar en
salamandras que presentan una metamorfosis completa o en salamandras como las
de la familia Amphiumidae que presentan un ciclo de vida completamente
acuático, sin embargo, cuando llegan a la etapa adulta pierden las branquias y
su respiración es principalmente pulmonar, por lo que necesitan sacar sus
narises fuera del agua periódicamente para respirar. La respiración pulmonar es
un mecanismo asociado con la etapa adulta de los anfibios.
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