Las virtudes teologales son tres. Y las enumeramos a
continuación.
- La fe
- La Esperanza
- La Caridad
- La Esperanza
- La Caridad
La fe es una virtud teologal, implica una confianza plena por
parte del creyente en la palabra de Dios y en que todo aquello que le ha sido
concedido tiene su primera causa en Él. La fe es un tipo de conocimiento
distinto al de la razón. Eso no significa que no pueda racionalizarse esta
creencia, sin embargo, la fe llega más lejos en tanto que para una persona de
fe, sus valores son inamovibles.
La esperanza es otra de las virtudes teologales más valiosas.
Es ese sentimiento que se fundamenta en la fe y que reside en la confianza
paciente ante el mañana. Desde esta perspectiva, el creyente confía en la
palabra de Dios y vive su presente con una profunda confianza en la vida
eterna. Esto aporta un significado espiritual incluso a situaciones de
sufrimiento.
La caridad es la virtud teologal que toma el amor a Dios como
base de todas las cosas. Pero, además, el ser humano que vive con fe y
esperanza también practica la caridad con los demás porque ama a su prójimo
como a sí mismo. La caridad implica que el sufrimiento ajeno no resulte
indiferente para quien vive como una responsabilidad individual la construcción
del bien común. Por ello, una persona puede ofrecer su ayuda desinteresada a
otra en un gesto de amor caritativo.
Fe, esperanza y caridad son tres pilares importantes en la
vida del cristiano que muestra a través de sus palabras y sus acciones esta
forma de vida.
Estas tres virtudes también se retroalimentan porque quien
practica la caridad siente la motivación de la esperanza de la fe. A su vez,
quien tiene fe encuentra un sentido diario a la esperanza de practicar la
caridad en su vida cotidiana.
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