Al menos 79 reos murieron en los enfrentamientos entre miembros de bandas rivales amotinadas en centros penitenciarios en Cuenca, Guayaquil y Latacunga, más que todos los muertos registrados el año pasado en las 48 prisiones del país.
Al menos 116 fallecidos y cerca de 80 heridos, todos presos. Con el saldo de 116 muertos y cerca de 80 heridos, el último enfrentamiento entre bandas rivales en el Centro de Privación de Libertad Número 1 en Guayaquil, se convirtió en el más sangriento de la historia carcelaria de Ecuador.
Y la saña y la extrema violencia de sus integrantes se hizo evidente en las imágenes de cuerpos decapitados y desmembrados que pronto empezaron a circular en redes sociales.
"Sin precedentes lo que ha sucedido hoy", dijo el exalcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera, en referencia a las 34 muertes que se produjeron en la cárcel de El Turi, una de las más afectadas.
"Esto es horrible. Lo de Turi no me deja trabajar en paz", fue el resumen del sentir hecho por una habitante de Cuenca, en declaraciones recogidas por el diario El Comercio, con pobladores de Cotopaxi, Guayaquil y muchas otras ciudades de Ecuador declarándose igualmente conmocionados.
El cruento episodio, que incluyó decapitaciones y mutilaciones, llevó al presidente Guillermo Lasso a declarar el Estado de Excepción en todas las cárceles del país. Aunque esta es la peor y más mortífera, no es la primera matanza ocurrida en cárceles ecuatorianas, algo que los expertos adjudican a la creciente actividad del narcotráfico en el país. En este video te explicamos esa y otras claves que explican qué hay detrás de esta masacre.
El país sudamericano no es ajeno a la violencia en sus prisiones: para contenerla el presidente Lenín Moreno tuvo que ordenar el estado de excepción en las cárceles del país dos veces en los últimos dos años.
Pero, ¿qué se juntó para que Ecuador viviera este martes la peor masacre carcelaria de su historia?
1. Aumento del narcotráfico
Según los medios ecuatorianos, cinco bandas criminales están detrás de los sangrientos sucesos del martes.
Se trata de Los Pipos, Los Lobos, Los Chone Killers, Los Tiguerones y Los Choneros, quienes se disputan el liderazgo vacante desde la muerte del líder de este último grupo, Jorge Luis Zambrano, "Rasquiña".
Como explica el portal especializado Insight Crime, los grupos criminales ecuatorianos tradicionalmente operan de manera fragmentada, actuando fundamentalmente como subcontratistas de organizaciones criminales extranjeras.
Pero Zambrano, quien fue asesinado en un centro comercial en diciembre pasado poco después de salir de prisión, había logrado establecer alianzas con varias de las organizaciones criminales antes mencionadas.
Estas alianzas, sin embargo, no sobrevivieron a la muerte de "Rasquiña", cuya organización también mantenía una disputa con otro grupo delincuencial: Los Lagartos.
Y cuando los líderes de los grupos antes mencionados "se enteraron que sus jefes iban a ser atacados con armas de fuego, se levantaron de inmediato", explica el diario El Comercio, citando a los investigadores de los enfrentamientos del martes.
"Esperábamos una reacción inmediata luego del asesinato de 'Rasquiña', pero se demoró", dijo el director del Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad, Snai, Edmundo Moncayo.
Y el ministro de Gobierno, Patricio Pazmiño, denunció "una acción concertada de organizaciones criminales".
Lo que se disputan las bandas ecuatorianas no es cualquier cosa. Como también destaca Insight Crime, en los últimos años Ecuador se ha convertido en la "autopista de la cocaína hacia Estados Unidos y Europa."
Según fuentes de antinarcóticos citadas por el portal, como resultado de los cambios de estrategia de los narcotraficantes colombianos, "más de un tercio de la creciente producción de cocaína en Colombia llega actualmente a Ecuador".
Y los periodistas ecuatorianos María Belén Arroyo y Arturo Torres, autores de un libro sobre el tema, estiman que unas 500 toneladas de droga salen cada año desde Ecuador hacia el extranjero.
2. La austeridad
El aumento del narcotráfico también se ha traducido en un aumento de la población carcelaria de Ecuador, el que no se ha correspondido con una mejoría de las capacidades de supervisión y vigilancia.
Antes bien, como parte de los planes de austeridad acordados con el Fondo Monetario Internacional, estos sectores también se han visto afectados por los recortes que en su momento generaron una ola de protestas.
Una de las consecuencias de la falta de recursos es que, según los cálculos del propio Snai, el déficit en el personal encargado de garantizar la seguridad de las prisiones es del 70%.
Según el portal Primicias, en Ecuador un guía penitenciario debe cuidar en promedio a casi 27 reclusos, cuando el estándar internacional recomienda una proporción de uno por cada nueve.
Y eso puede ayudar a explicar la relativa impunidad con la que los narcos operan desde las cárceles, así como las abundantes armas a las que pudieron recurrir durante los sucesos del martes.
La falta de personal es también una de las razones de las declaratorias de estado de excepción de 2019 y 2020, pues la medida permitió la movilización de efectivos del ejército para enfrentar la violencia en las prisiones ecuatorianas.
Pero en octubre del año pasado, la Corte Constitucional prohibió seguir recurriendo a este recurso para enfrentar la crisis carcelaria, ordenando en su lugar la elaboración de un plan que según Eduardo Moncayo no ha podido ser implementado por falta de recursos.
"Necesitamos un mayor esfuerzo financiero", reconoció el director del Snai.
Como explica Primicias, esta no es la primera vez que la austeridad se interpone en la necesidad de reformar el sistema carcelario ecuatoriano.
Según el portal, en junio de 2019 el gobierno aprobó el llamado Proyecto de Transformación del Sistema de Rehabilitación Social, que requería una inversión de US$38,8 millones.
"Los primeros US$1,7 millones se gastaron en 2019. Y otros US$18,1 millones debieron usarse en 2020. Sin embargo, entre febrero y mayo de ese año, el Ministerio de Finanzas ejecutó tres recortes al programa por más del 70%. El presupuesto quedó en US$ 1,8 millones", reportó Primicias.
3. El hacinamiento
Todo lo anterior se expresa también en niveles de hacinamiento que, si bien se han reducido con respecto a años anteriores, siguen dificultando la adecuada gestión de las cárceles ecuatorianas.
Según el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH), la capacidad carcelaria ecuatoriana es de 28.500 personas.
Pero en mayo de 2019, cuando el gobierno decretó el primer estado de excepción, el número de reos sumaba 41.836, un hacinamiento del 42%.
Desde entonces a la fecha, el número se ha reducido sustancialmente, con el gobierno agilizando la concesión de beneficios penitenciarios y solicitando a la justicia limitar las prisiones preventivas para minimizar los riesgos de contagio de covid-19 durante la actual pandemia.
Pero, aún así, los aproximadamente 38.000 presos contabilizados por el Snai suponen un hacinamiento del 33%.
Y las cárceles de Cuenca, Guayaquil y Latacunga concentran el 70% de todos esos reos.
Como explica Insight Crime, la superpoblación de las cárceles es un fenómeno regional que resulta en problemas de derechos humanos y en la falta de control sobre los sistemas penitenciarios.
Y al haber obligado a internar en los mismos centros a miembros de bandas rivales, también contribuyó a los sangrientos enfrentamientos del martes. 28 de septiembre 2021.
ECUADOR declara el ESTADO de EXCEPCIÓN tras la muerte de más de 100 presos en un MOTÍN
Al menos 118 presos han muerto, algunos decapitados, en la Penitenciaría del Litoral de la ciudad de Guayaquil. También hay más de 80 heridos, en el que ha sido el enfrentamiento más sangriento entre los presos ecuatorianos. En lo que va de año, más de 200 internos han muerto en distintos motines.
"Seguiremos haciendo estos registros, seguiremos nosotros haciendo esta limpieza dentro del centro penitenciario porque también ellos tienen que tener su mensaje. El Estado está presente", ha comentado una policía ante la prensa.
Con toda esta situación, el Gobierno de Ecuador, ha declarado el estado de excepción en el sistema penitenciario y ha abierto la posibilidad para que militares y policías ingresen en esos centros, con el objetivo de desmantelar estas bandas violentas.
Ecuador busca salidas al hacinamiento carcelario
Tras la masacre en la prisión de Guayaquil, las autoridades buscan reducir la violencia y el hacinamiento en las cárceles con posibles indultos. El gobierno desplegó miles de policías y soldados adicionales para garantizar la seguridad.
FUENTE: El Mostrador
EDOCIÓN: Erika Rojas Portilla
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