La fascinante historia de los uigures, el milenario pueblo
duramente reprimido por China
Los uigures son, de hecho, primos muy lejanos de los actuales turcos. Los que hoy habitan Turquía también surgieron del mismo pueblo de Asia Central, pero viajaron al oeste, se asentaron en la península de Anatolia y se mezclaron con griegos, armenios y otras poblaciones. Los uigures tomaron el camino opuesto, rumbo al este.
Hasta el siglo IX no se asientan en la región que hoy conocemos como Turquestán Oriental o Xinjiang, apelación china que literalmente significa "nueva frontera" y que ellos perciben como colonial.
En el siglo XIII surge una figura que va aponer patas arriba toda la región y cuya fuerza conquistadora llegará incluso hasta Europa. Es Gengis Kan, que consigue unificar las tribus nómadas mongolas y que, entre los muchos territorios conquistados, también invade el Turquestán Oriental.
"Dentro del imperio mongol, los uigures representan una suerte de élite intelectual. Ya no son un potencia política, pero sí están más desarrollados intelectualmente. De hecho, son ellos los que les dan la escritura a los mongoles", relata el investigador francés.
El alfabeto mongol, que hoy se sigue utilizando en la región china de Mongolia Interior, procede de la escritura uigur antigua.
Esta, a su vez, surgió del arameo, sufrió cambios alfabéticos del sogdiano, una lengua iraní, y fue abandonado cuando se islamizaron, pues adoptan el alfabeto árabe.
Como su propia historia, la evolución de la escritura uigur fue turbulenta. Este árabe uigur se usó hasta principios del siglo XX. Cuando la China nacionalista se hizo con la región se pasó al alfabeto cirílico, por la influencia soviética, luego al latino y a finales de los años 70 se vuelve al árabe.
Tras la muerte de Gengis Kan, el imperio se divide entre sus hijos y la región donde están los uigures le toca al segundo de ellos, Chagatai, que forma un kanato que llevará su nombre.
"Los uigures son completamente absorbidos por esa sociedad e incluso desaparece su nombre. En ese momento apenas se habla de uigures, sino de población túrquica. Ya no son los primeros uigures de la edad media, ni una etnia como entonces", explica Papas.
Pero los reinos e imperios duran poco en esa época. El kanato de
Chagatai, que entonces dirigen sus descendientes, es conquistado por Tamerlán
en 1370. Este noble de origen túrquico y mongol, también conocido como
"Timur el Cojo", que consiguió llegar a las puertas de Moscú, se hace
con las riendas de la región en 1370. Lo perderá más adelante y los Chagatai
seguirán reinando hasta finales del siglo XVII.
Teocracia sufí
Una nueva oleada mongola conquista entonces la región. Aunque algunos eran budistas e intentaron convertir a la población, quienes consiguen finalmente imponerse son unas dinastías religiosas musulmanas originarias de la región de Kashgar, los "khoyas", que eran sufíes.
El sufismo había entrado en la región donde vivían los uigures a través de misioneros desde la segunda mitad del siglo XVI.
Esta corriente mística que predica un islam espiritual, trae consigo toda una cultura literaria, intelectual y filosófica que revoluciona entonces las conciencias religiosas de los uigures. Algunos de los mausoleos y mezquitas más hermosos del Turquestán Oriental datan de esa fecha, y aún siguen siendo lugares de peregrinaje y reunión.
Aunque la región sigue siendo una suerte de protectorado mongol, los "khoyas" son los auténticos gobernantes, e imponen una teocracia sufí que se mantiene hasta la llegada de los ejércitos chinos en 1754.
Dinastía Qing
Durante siglos, el imperio chino y el Turquestán Oriental habían
mantenido relaciones comerciales y diplomáticas, pero no es hasta la dinastía
Qing, también conocida como dinastía manchú, que se produce una invasión.
"Los Qing se preocupan mucho de la inestabilidad de sus fronteras y en 5 años se anexionan el territorio del Turquestán Oriental y casi exterminan a los mongoles", relata Papas.
Sin embargo, aunque ganan militarmente, la población no los apoya. Crean una especie de protectorado y constantemente hay sublevaciones. Los descendientes de los "khoya", que se habían replegado en Asia Central, vuelven a entrar y retoman el poder periódicamente.
Durante un siglo la región va a experimentar una enorme inestabilidad hasta que Yaqub Beg crea un emirato "que no permanece mucho tiempo, pero que es interesante porque es cortejado por los rusos y los británicos, cuyos imperios están cristalizando en ese momento en la región, para intentar hacer el juego contra los chinos", explica el historiador.
China nacionalista
Empieza entonces la época de los nacionalismos. La revolución de 1911 acaba con el imperio chino, pero la situación apenas cambia en el Turquestán Oriental. "Los uigures pueden hablar su lengua, practicar su religión y ni siquiera tienen obligación de conocer el chino", explica Papas.
Al calor de los nacionalismos, en Xinjiang muchos empiezan a tomar consciencia de su identidad como pueblo. La región hace frontera con territorios de la URSS que se convertirán luego en repúblicas socialistas soviéticas de Asia Central, y esa inquietud empieza a transmitirse por el Turquestán Oriental.
Para empezar, en los años 30 se recupera el nombre "uigur",
que prácticamente se había perdido, y que se mantiene hasta hoy.
Ese caldo de cultivo les lleva a crear una Primera República del Turquestán Oriental en 1933. Solo durará un año, pero el deseo independentista ya ha prendido, y entre 1944 y 1949 el experimento se repite con una Segunda República, en la que conviven dos corrientes: una nacionalista musulmana y otra comunista, intelectuales que se habían formado en la URSS entre los años 30-40.
El territorio funcionaba casi como un protectorado soviético, que fue finalmente derrotado por el Ejército de la Liberación del Pueblo de Mao Tse Tung.
Se crea entonces la Región Autónoma Uigur de Xinjiang. Mao establece un
sistema de nacionalidades o "minzu" chinas, entre las que está la
mayoritaria, la etnia "han", que compone gran parte de la población,
y 55 minorías, entre las que están los tibetanos, los mongoles o los uigures.
A pesar de su reconocimiento como minoría, Xinjiang, que significa "nueva frontera" en chino, es considerado como una especie de "far west" que hay que repoblar con migraciones "han" para integrarlo. A partir de los años 60, el nacionalismo uigur, que hasta la fecha había sido tolerado, se empieza a ver en China como algo que "hay que rectificar".
La Revolución Cultural, que comienza en 1967 y cuyos efectos duran una década, es devastadora para la región. Se detiene a intelectuales y líderes religiosos y se destruyen mezquitas y mausoleos. Xinjiang se convierte en un gran campo de trabajos forzados adonde llegan detenidos de toda China que el nuevo régimen considera reaccionarios o burgueses.
Con Deng Xiaoping, a principios de los años 80, las cosas cambian. "Se produce un gran cambio en relación a las minorías. Ya no se consideran símbolos de costumbres reaccionarias y empieza una democratización con una libertad relativa de expresión", explica Papas. Se produce entonces una actividad intelectual muy rica, un auténtico florecimiento cultural en el que se reconstruye lo que se había destruido.
Se forma asociaciones culturales en las universidades y un movimiento estudiantil que el 12 de diciembre de 1985 sale a las calles en Urumqi, la capital regional, para pedir más democracia y protestar por los ensayos nucleares que han tenido lugar en el Turquestán Oriental.
Tiananmen
El ambiente de tolerancia cambia en todo el país en 1989, año en el que se produce la matanza de estudiantes en la plaza de Tiananmen en Pekín.
Las autoridades empiezan a desconfiar de todas las reuniones, que consideran focos de separatismo uigur, y ponen en el punto de mira los "meshrep", unas asambleas festivas de hombres jóvenes, en las que se escucha música tradicional conocida como "muqam", se baila y se charla.
¿Cuáles son sus penurias?
Y, según activistas, las políticas de Pekín también han reducido las actividades religiosas, culturales y comerciales de los uigures.
Los uigures acusan además a las autoridades centrales de haber intensificado la persecución a esta etnia, primero, después de las protestas que hubo en Sinkiang en los años 90 y, luego una vez más, antes de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008.
De hecho, muchos uigures influyentes han sido encarcelados o han tenido que buscar asilo en el extranjero tras ser acusados de terrorismo durante la última década.
Y los reportes de un repunte de esas detenciones se han multiplicado en los últimos meses.
Según muchos activistas, Pekín exagera la amenaza que suponen los uigures separatistas para poder justificar la represión que ejerce en esta zona.
¿De qué los acusa China?
El gobierno central asegura que los militantes uigures están promoviendo una campaña violenta en pos de un Estado independiente a través de conspiraciones para poner bombas, realizar sabotajes y provocando agitación social.
Desde los ataques a las Torre Gemelas en 2001 en Estados Unidos, China presenta a los uigures separatistas como ayudantes de al-Qaeda y afirma que recibieron entrenamiento en Afganistán, aunque no ha habido muchos elementos que lo prueben.
En 1997 en la ciudad de Ghujla, los "meshrep" fueron violentamente reprimidos y, ante la resistencia uigur, la represión fue durísima, con un centenar de muertos y miles de heridos.
"Cuando no hay posibilidad de expresión política, los movimientos acaban armándose", advierte Alexandre Papas. Nace entonces el llamado "terrorismo uigur", con ataques puntuales como el que en 1997 mata a dos personas en un autobús en Pekín.
La tensión vuelve a explotar en 2009, cuando estalla por primera vez un conflicto interétnico en Urumqi. "Desde entonces, la tensión no ha descendido en la región, se ha producido una represión muy violenta del Estado chino, que ha instalado un sistema de segregación por el que los uigures no pueden acceder a muchos puestos, por ejemplo", afirma Papas.
Una oleada de atentados en 2013 y 2014 son reivindicados por el Partido
Islámico del Turquestán, "un movimiento pequeño pero bastante oscuro
vinculado al Estado Islámico en Irak y Siria, adonde algunos de sus miembros
fueron a formarse".
Campos de reeducación
Pero, cuando parecía que las cosas no podían ir a peor para los uigures, aparecen en 2017 los campos de reeducación, que suponen un punto de inflexión.
"Los campos de trabajos forzados del pasado formaban parte de un sistema de justicia, quizás injusto, pero eran un castigo a una supuesta falta cometida. Los campos de reeducación, sin embargo, son masivos y hay todo tipo de población, gente que no ha hecho nada", explica el investigador francés.
Se cree que más de un millón de personas, un 10% de toda la población uigur, están encerrados en ellos.
"La gente desaparece de un día para otro sin que se sepa dónde
están internados ni se dé ningún tipo de información a las familias. Son
secuestrados por el Estado. Y los que están fuera son objeto de un control
permanente, el Turquestán Oriental se ha convertido en un laboratorio para la
tecnología de la vigilancia", denuncia el historiador.
Una investigación del 'New York Times' apuntaba a que Xinjiang concentra el 21% de los arrestos en toda China y que millones de musulmanes habían sido llevados a los "campos de reeducación"
Etnia uigur en China, sobrevive a los campamentos de reeducación.
Uigures en China: cómo es uno de los centros de reeducación para supuestos extremistas.
Activistas denuncian que la provincia de Xinjiang es una prisión a cielo abierto: según dicen, las autoridades chinas reprimen allí a las minorías, especialmente a la etnia uigur. El Gobierno chino habría establecido campos de entrenamiento, donde se encuentra al menos un 10% de la población de esta etnia. China dice que estos campos son para combatir el terrorismo de los ataques realizados por uigures, que han dejado cientos de muertos en los últimos años.
La BBC tuvo acceso a uno de los campos ocultos de "reeducación" en China, una red de instalaciones fuertemente custodiadas en la que se cree que hay más de cientos de miles de musulmanes internados.
Las autoridades insisten que los internos no son prisioneros, sino estudiantes que aceptan el entrenamiento para dejar de ser extremistas. Pero la visita de la BBC genera muchas dudas sobre la verdadera naturaleza del sistema y las condiciones de las instalaciones.
Tensión entre China y Turquía por la etnia Uigur
El gobierno de China respondió a las críticas de Turquía
sobre su política frente a la etnia Uigur. El ministerio de relaciones
exteriores negó las declaraciones de Ankara sobre la muerte de un prominente
poeta bajo custodia china en Xinjiang, publicando un video, para demostrar que
el hombre aún estaba vivo.
AÑO 2014, EL ORIGEN
Todo empezó durante una visita del presidente chino a Xinjiang en abril de 2014, semanas después de que activistas uigures atentaran con cuchillos en una estación de tren, asesinando a 31 personas y dejando 140 heridos. Un mes después de la visita del presidente, hubo otro ataque, esta vez con explosivos, en un mercado de verduras, en el que murieron 31 personas.
Entonces, Xi Jinping pronunció una serie de discursos privados ante los funcionarios que son el origen de la represión actual que se ejerce contra las minorías musulmanas.
"Los métodos que nuestros camaradas tienen mano son demasiado primitivos. Ninguna de estas armas es una respuesta para sus grandes cuchillas de machete, hachas y armas de acero frío. Debemos ser tan duros como ellos y no mostrar absolutamente ninguna piedad", aseguró Xi.
Aunque en la documentación también aparecen otras declaraciones del presidente -que chocan con las anteriores y con las actuaciones que se han realizado estos años- en las que pide a los funcionarios que "no discriminaran a los uigures y que respetaran su derecho a la adoración", rechazando distintas propuestas para tratar de eliminar el islam por completo en China.
Los papeles que ha publicado en exclusiva el Times explican que los campos de internamiento donde encierran a los uigures se expandieron en 2016 tras el traslado desde el Tibet hasta Xinjiang del político Chen Quanguo, designado nuevo jefe de la región, quién estableció varias guías de cómo se debía actuar: desde enviar a los jóvenes uigures más brillantes a universidades de China -con el objetivo de capacitar a una nueva generación de funcionarios y maestros uigures leales al partido-, hasta explicar a los jóvenes musulmanes que sus familiares detenidos y llevados a "campos de reeducación" habían sido "infectados por el virus del radicalismo islámico y que debían ser puestos en cuarentena y curados".
Pero los documentos también desvelan cómo dentro del Partido Comunista hubo funcionarios contrarios a esta represión. Incluso algunos, como uno llamado Wang Yongzhi, liberó a más de 7.000 uigures detenidos. Por ello sería detenido y procesado. No se ha vuelto a saber nada más de él desde 2017. El documento filtrado es claro en este asunto: "(Wang) está siendo investigado por desobedecer gravemente la estrategia del liderazgo central del Partido para gobernar Xinjiang. El Partido no tolerará ninguna duda para llevar a cabo las detenciones masivas". La presión sobre el resto de funcionarios en Xinjiang para detener a los uigures, fue implacable. "Miles de funcionarios fueron castigados por resistir o no llevar a cabo la represión encomendada".
Casualmente, tras la publicación de estos documentos, el Global Times, un diario estatal de China, ha publicado un contrarreportaje viajando a Xinjiang y entrevistando a varios uigures que afirman rotundamente que ni ellos ni sus familias sufren ningún tipo de represión.
Benedict Rogers |
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mundo. También, dicen los defensores de los derechos humanos, es producido
usando mano de obra sometida a trabajo forzoso.
Algunas marcas de ropa occidentales lo han eliminado de sus cadenas de suministro, lo que ha provocado una reacción negativa de parte de celebridades y de internautas chinos.
¿Cuáles son las preocupaciones sobre el algodón de Xinjiang?
Grupos de derechos humanos dicen que la minoría uigur de Xinjiang está siendo perseguida y reclutada para realizar trabajos forzados.
La evidencia que ha sido mostrada a la BBC sugiere que cada año más de medio millón de miembros de la minoría uigur están siendo enviados a trabajar en la temporada de recolección de algodón en condiciones que parecen aumentar el ya alto riesgo de que sean coaccionados.
Pese a su fe islámica y sus raíces túrquicas, los uigures reciben poca solidaridad de otros países musulmanes o de sus vecinos de Asia Central. Los intereses geopolíticos y la pujanza de China los han condenado al ostracismo. Como explica Papas, "muchos países musulmanes prefieren mantener intactos los vínculos con China y, además, los consideran musulmanes demasiado diferentes para sentirse solidarios".
Realmente, lamenta el investigador, "viven el peor momento de su
larga historia".
¿Cuál es la situación actual en Sinkiang?
FUENTE: BBC
EDICIÓN: Erika Rojas Portilla
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