Todo indica que la extrema derecha podría ganar las
(próximas) elecciones.
Sergio Mattarella llamó a elecciones anticipadas para finales de septiembre. El mandatario tomó la decisión tan solo horas después que el primer ministro Mario Draghi renunciara a su cargo.
Mattarella expresó que fue inevitable tomar la decisión, pues la situación actual del país “no permite pausas en la toma de las acciones necesarias para enfrentar los efectos de la crisis económica y social”, y se refirió en especial a la creciente inflación que afecta a todo el territorio, provocada en gran parte por los precios de la energía y alimentos, afectando principalmente a los hogares y las empresas.
“La discusión, la votación y la forma en que se hizo la votación ayer en el Senado, dejó en claro que no hay apoyo parlamentario al Gobierno y la falta de nuevas oportunidades para una nueva mayoría. Esta condición hizo inevitable la disolución anticipada de las cámaras”, manifestó el presidente italiano.
Expertos han advertido que el colapso del Gobierno solo podría generar más complicaciones sociales, retrasar la puesta en marcha de los presupuestos, poner en riesgo los fondos de recuperación postpandemia de la Unión Europea y provocar la caída de los mercados.
Además, pronostican que la ultraderecha podría hacerse con el poder en las elecciones anticipadas que se celebrarán el 25 de septiembre.
Según un sondeo de la empresa ‘SWG’ realizado el 19 de este
mes, el partido Hermanos de Italia que tiene sus raíces en el neofascismo,
actualmente cuenta con la mayor intención de voto con un 23,9%. Para alcanzar
la mayoría precisaría el apoyo de la Liga, la formación que lidera Matteo
Salvini, que obtendría el 14% de las encuestas; y la Forza Italia de Silvio
Berlusconi, que se haría con el 7,4% de la intención de voto.
El Partido Democrático, de centroizquierda, le sigue a los
Hermanos de Italia con un 22,1 por ciento, por lo que podría verse en la
necesidad de aliarse con el Movimiento Cinco Estrellas, de izquierda populista,
que cuenta con un 11,2% en las encuestas, para poder tener una oportunidad de
vencer a la derecha.
Renuncia del primer ministro
En una reunión matutina en el Palacio del Quirinale, el
primer ministro, Mario Draghi, presentara este 21 de julio su renuncia al
presidente Sergio Mattarella, que ya había rechazado una oferta similar del
premier la semana pasada.
Sin embargo, esta vez el mandatario aceptó su dimisión y le
pidió que continúe en el cargo en calidad de interino, hasta que sea formado un
nuevo Gobierno, según señaló un comunicado difundido por la oficina del jefe de
Estado.
“Gracias por todo el trabajo realizado juntos en este
período”, afirmó Draghi en una sesión ante la Cámara de Diputados, justo antes de dirigirse al encuentro con
Mattarella. Claramente conmovido por los aplausos que recibió allí, dijo en
broma que incluso los jefes de los bancos centrales tienen corazón, en
referencia al cargo que ocupó anteriormente y que lo catapultó a la política de
su país.
La renuncia de Draghi se produce a pesar de los pedidos para
que permaneciera en el cargo, incluidas las voces de los líderes mundiales que
lo ven como un dirigente fundamental no solo para garantizar la estabilidad en
Italia, sino como un socio en la región para enfrentar los desafíos de la
guerra de Rusia en Ucrania.
Una muerte gubernamental anunciada
La actual coalición de Gobierno se derrumba y Draghi
formaliza su salida como primer ministro luego de que tres partidos clave de la
alianza: el populista Movimiento Cinco Estrellas (M5S), la Liga, de extrema
derecha, de Matteo Salvini, y Forza Italia, de Silvio Berlusconi, no participaron
el miércoles 20 de julio en una moción de confianza en el Senado.
El voto fue convocado por el premier básicamente para pedir a
los partidos acabar con las divisiones y apostar por la cooperación.
Si bien el primer ministro ganó la moción en la Cámara Alta,
la mayoría de los senadores no votó y el retiro de sus socios lo dejó sin la
amplia mayoría parlamentaria con que contaba.
Pero ¿cómo llegó Draghi al reciente boicot de sus aliados? La
crisis política estalló la semana pasada después de que M5S rechazó una
votación sobre un paquete de 26.000 millones de euros, diseñado para ayudar a
los italianos a hacer frente a la inflación y los costos energéticos.
El M5S, que recibió más votos en las elecciones de 2018,
argumentó que era insuficiente y durante los últimos meses expresó su
descontento porque sus prioridades políticas que le presentó en un plan de
nueve puntos estaban siendo ignoradas. Entre ellas, un esquema de bonificación
de ingresos básicos y viviendas ecológicas.
El Movimiento Cinco Estrellas también mostró su enojo porque
el paquete económico impulsado por el premier contenía una disposición para
construir una enorme planta incineradora de desechos en Roma.
Entretanto, La Liga y Forza Italia habían pedido un nuevo
Gobierno liderado por Draghi, pero sin el M5S, al tiempo que exigían una
remodelación del gabinete.
El boicot del M5S al paquete financiero provocó la primera
oferta de renuncia de Draghi, pero Mattarella la rechazó entonces y le pidió al
primer ministro regresar al Parlamento para informar a los legisladores sobre
la situación. Lo hizo el miércoles, apelando a los líderes del partido para que
escuchen los llamados a la unidad de los italianos comunes que firmaron
peticiones pidiéndole que se quede.
Respaldado por una oleada de apoyo público, el exjefe del
Banco Central Europeo había intentado continuar con su Administración con la
condición de que su alianza "reconstruyera un pacto de confianza" que
les permitiera trabajar juntos para superar grandes desafíos en los próximos
meses, pero su cometido no fue alcanzado.
¿“Italia traicionada”?
La prensa italiana coincidió este jueves en expresar su
indignación por el panorama surrealista, dado que el país se encuentra lidiando
con una inflación y costos de energía altísimos, la guerra de Rusia contra
Ucrania y las reformas pendientes necesarias para asegurar el resto de los
200.000 millones de euros en fondos de recuperación de la Unión Europea (UE).
Draghi había liderado la promulgación de esas políticas, así
como de medidas para reparar la desigualdad social.
“Vergüenza”, tituló el diario ‘La Stampa’, mientras que
“Italia traicionada”, fue el titular en primera plana de ‘La Repubblica’ y
“Adiós al Gobierno de Draghi”, señaló ‘el Corriere della Sera’.
El líder demócrata Enrico Letta sostuvo que el Parlamento
había traicionado a Italia e instó a los ciudadanos a responder en las urnas. “Que los italianos
demuestren en la votación que son más inteligentes que sus representantes”,
aseguró.
Algunos expertos señalan que el Gobierno de Draghi, que ha
sido uno de los más fuertes partidarios de Ucrania en Europa desde que estalló
el conflicto, colapsó en gran parte gracias a los líderes políticos que
anteriormente tenían vínculos con el presidente ruso, Vladimir Putin.
De hecho, el exprimer ministro Silvio Berlusconi y líder del
partido Forza Italia considera a Putin su amigo. Por su parte, Matteo Salvini,
dirigente de La Liga, se opuso a las sanciones de la UE contra Moscú después de
su anexión de la península de Crimea en 2014, y el líder de 5 estrellas,
Giuseppe Conte, se opuso a la ayuda militar italiana para que Kiev se
defendiera de la invasión rusa.
Los Hermanos de Italia han estado aliados durante mucho
tiempo con la centro-derecha Forza Italia y la Liga, lo que sugiere que una
unión de derecha probablemente prevalecería en cualquier elección e impulsaría
a la líder de los Hermanos, Giorgia Meloni, a convertirse en la primera
ministra mujer de Italia.
Meloni ha estado buscando elecciones anticipadas desde antes
de que estallara la crisis. “La voluntad del pueblo se expresa de una manera:
votando. Devolvamos la esperanza y la fuerza a Italia”, manifestó.
Mattarella nombró el año pasado a Draghi como primer
ministro, quien se ganó el apodo de "Super Mario" durante su mandato
en el Banco Central Europeo por su política de rescate del euro "cueste lo
que cueste".
Los partidarios del premier destacan que él y su Gobierno de
unidad estuvieron encargados de sacar al país de la pandemia del Covid-19 y
sentar las bases para hacer uso de los fondos de recuperación de la UE.
Italia entró este jueves en una inesperada campaña electoral
con comicios previstos para el 25 de septiembre, tras la decisión del
presidente Sergio Mattarella de disolver el Parlamento a raíz de la renuncia
del primer ministro Mario Draghi.
“La situación política ha llevado a esta decisión”, reconoció
Mattarella ante las cámaras de televisión, al referirse al final de la
coalición de unidad nacional que apoyaba el gobierno liderado por el economista
Mario Draghi.
“Firmé el decreto de disolución de las Cámaras con el fin de
convocar nuevas elecciones en el plazo máximo de setenta días”, precisó
Mattarella.
El presidente de la República agradeció a Draghi y a sus
ministros por la labor realizada durante “estos 18 meses” de gobierno y recordó
que la situación económica, así como el costo de la energía y de los alimentos,
“no permiten muchas pausas”.
La renuncia del primer ministro abre una agitada campaña
electoral, cuyos comicios deberán celebrarse el 25 de septiembre, según
confirmaron a la AFP fuentes del gobierno.
Draghi renunció oficialmente el jueves a su cargo después de
que se desmoronara su coalición de unidad nacional, lo que genera también
preocupación en los mercados y en Europa.
Se trata de una conclusión esperada después de que Forza
Italia, el partido de derecha de Silvio Berlusconi, la formación
ultraderechista la Liga de Matteo Salvini y el partido antisistema Movimiento 5
Estrellas (M5E) se negaran a participar en un voto de confianza solicitado el
miércoles por el primer ministro en el Senado.
La caída de “Súper Mario”, llamado a salvar a Italia en
febrero del 2021 en un momento de crisis social, económica y sanitaria, ha
generado fuertes reacciones en toda la península.
FUENTE: France 21 // La tribuna
EDICIÒN: Erika Rojas Portilla
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