Aedes Aegypti |
El
dengue es una enfermedad de carácter viral que se transmite por mosquitos
hembra de la especie Aedes aegypti, principalmente, y el Aedesalbopictus, en
menor grado.
Estas especies de mosquitos que transmiten el dengue también pueden propagar el Chikungunya, la fiebre amarilla y la infección por el virus Zika.
El
dengue es una enfermedad causada por un virus, que se transmite
a través de la picadura de un mosquito: el Aedes aegypti. Es un mosquito
pequeño, de color oscuro con patas rayadas negras y blancas.
La hembra del mosquito se infecta luego de alimentarse con sangre de una persona que tiene el virus en su cuerpo (pudiendo tener síntomas o no de la enfermedad) y así, después de unos días el mosquito puede transmitir el virus a otras personas.
¿Qué
produce el dengue en el cuerpo humano?
No todas las personas que sean infectadas con el virus van a desarrollar la enfermedad. Gran parte de las personas serán asintomáticas y otras pueden iniciar con síntomas 2 a 7 días después de la picadura del mosquito.
Los síntomas por lo general son:
- Fiebre (de menos de 7 días de duración).
- Sarpullido (exantema) que causa picazón.
- Malestar general.
- Cefalea (dolor de cabeza).
- Dolor retroocular.
- Dolor muscular.
- Dolores articulares (dolor detrás de los ojos)
- Cansancio intenso.
- Náuseas y vómitos.
Algunos
casos de dengue pueden evolucionar a formas graves que requerirán internación
para un adecuado manejo de las complicaciones.
Aproximadamente una de cada 20 personas enfermas puede desarrollar dengue grave, que puede ser mortal si no se trata rápidamente.
Los síntomas del dengue grave incluyen:
- Hemorragias por la nariz o las encías.
- Vómitos.
- Dificultad para respirar.
- Hipotensión.
- Fallo orgánico.
. Tanto el dengue, como el dengue grave; son causados por uno de cuatro serotipos de virus estrechamente relacionados, pero antigénicamente distintos (DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4), del género Flavivirus.
La infección por uno de estos serotipos crea inmunidad de por vida solamente contra ese serotipo, por lo cual las personas que viven en un área donde el dengue es endémico pueden contraer más de una infección por dengue en el transcurso de su vida. Las infecciones provocan un espectro de afecciones clínicas que van desde un síndrome vírico no específico hasta una enfermedad hemorrágica grave que incluso puede ser mortal. Entre los factores de riesgo más importantes del dengue se encuentran la cepa del virus que causa la infección, la edad y especialmente los antecedentes de dengue del paciente.
La epidemia de dengue
El virus genera sobre todo cefaleas, fiebre alta, dolor de cuerpo y náuseas, entre otros síntomas que suelen perdurar, en promedio, unos 10 días. Pero, ¿qué sucede cuando el paciente se recupera? ¿Es posible que queden secuelas por un cuadro de dengue?
En la mayoría de los casos, la recuperación es sin secuelas. Sin embargo, los especialistas señalan que hay algunos casos en que los síntomas y consecuencias de la enfermedad pueden prolongarse más allá de la duración del cuadro viral. Por ejemplo, si bien son infrecuentes, pueden existir algunas complicaciones oculares, neurológicas o algunas alteraciones hepáticas, entre otras.
“En algunos pacientes con dengue, se suele observar un aumento de las transaminasas o proteínas que cumplen funciones del hígado. Generalmente, esto suele aparecer luego de la etapa febril de la enfermedad, promediando la segunda semana. Por lo general no es algo significativo y no altera la función del órgano en la mayor parte de los pacientes, aunque en algunos casos cuando se elevan en forma pronunciada, en más de 1000 unidades en general, esto constituye un signo de alarma o de riesgo de tener enfermedad grave, por lo cual esos pacientes suelen ser hospitalizados. Esta alteración en el hepatograma, lo que se puede llamar una hepatitis, suele durar varios días luego de que la enfermedad viral está resuelta.
Durante los cuadros de dengue la probabilidad de tener alguna complicación neurológica es del 5 al 15%, y son más frecuentes en los serotipos 1 y 3. Esas complicaciones podrían continuar luego de la enfermedad.
El dengue podría llegar a dañar la visión, aunque no es frecuente que suceda.
Muchos pacientes reportaron dolor retroocular (detrás del ojo) que, si bien es un síntoma inespecífico de las infecciones virales, es parte de la expresión sistémica que ocasiona el virus al desarrollar una alteración circulatoria.
Las manifestaciones oftalmológicas relacionadas con el dengue son:
Las hemorragias subconjuntivales. En esos casos se observan ojos muy rojos, por derrames de sangre localizados. Si bien resulta llamativo, no es doloroso y, en general, no es grave. Estas hemorragias se reabsorben solas en siete a 10 días y los ojos vuelven a su coloración habitual”, asegura el especialista.
Las queratitis y escleritis, dos patologías diferentes que aparecen en el contexto de enfermedades inflamatorias generales, como el dengue.
Otra secuela posible es la uveítis, una inflamación específicamente intraocular, que suele afectar la parte de adelante del ojo y ocasionar hemorragias subconjuntivales, queratitis y escleritis, pero también afectar a la parte intermedia del ojo y ocasionar dolor. A veces, puede ocurrir un aumento brusco de la presión ocular (glaucoma agudo), que esa sí es una situación altamente riesgosa para la visión. Además, la uveítis puede ser de la parte de atrás del ojo, del fondo del globo ocular. En este caso, se puede alterar la retina (retinitis) y también el nervio óptico (neuritis)”.
Por último, el dengue podría generar maculopatías. La mácula está dentro del ojo. Es una estructura de la retina central. Si bien la alteración de la mácula puede ocurrir en el contexto de la uveítis, también puede suceder en un proceso de dengue que no tenga mayores manifestaciones oftalmológicas, con afectación de la visión que puede ser severa, pero indolora. Aparece, incluso, semanas después de la resolución del cuadro general. En caso de aparecer alguna secuela visual, el paciente debe tener un diagnóstico y tratamiento oftalmológico personalizado.
En América la situación de la enfermedad se ha agravado en los últimos 20 años por el incremento considerable del número de casos, de países afectados y la mayor frecuencia de las manifestaciones graves del dengue. Se estima que actualmente entre 2.500 a 3 mil millones de personas viven en áreas de riesgo de transmisión del dengue, ocurriendo anualmente 50 millones de infecciones, incluyendo 500 mil casos de dengue hemorrágico y 21 mil muertes.
Los cambios climáticos observados en los últimos años han impactado en la modificación de los nichos ecológicos en que se desarrollan muchas de las enfermedades infecciosas. Las enfermedades transmitidas por vectores y las zoonosis no son una excepción a ello, por lo que aumenta el riesgo de ocurrencia, reaparición o diseminación de algunas, como el dengue. Aunque es una enfermedad propia de áreas tropicales y subtropicales; desde 1999 en Chile el dengue es de vigilancia universal (caso a caso) cuando se incorporó al decreto de Enfermedades de Declaración Obligatoria.
¿Cómo prevenir su transmisión?
La única manera de controlar o prevenir la transmisión del virus del dengue es evitar la proliferación de los mosquitos vectores.
- Por lo mismo, es necesario alejarse de lugares propicios para la reproducción de mosquitos y eliminar desechos sólidos. Además, se recomienda mantener recipientes de agua limpios y cubiertos.
Para evitar la propagación del dengue, la población general puede seguir las siguientes recomendaciones:
-Evitar que los mosquitos encuentren lugares favorables donde depositar sus huevos.
-Eliminar correctamente los desechos sólidos y posibles hábitats artificiales.
-Cubrir, vaciar y limpiar semanalmente los recipientes donde se almacena agua para uso doméstico.
-Aplicar insecticidas adecuados a los recipientes en que se almacena agua a la intemperie, según corresponda.
-Mosquiteros en las ventanas
-Usar ropa de manga larga
-Utilizar repelentes
-Usar materiales tratados con insecticidas, entre otros.
El mosquito pica con mayor frecuencia durante el día, por lo que se aconseja que estas medidas se lleven a cabo tanto en el domicilio de las personas como en el lugar de trabajo.
¿Dónde
hay dengue en Chile?
Hasta
ahora, Chile continental está libre de dengue. Sin embargo, la Isla de Pascua
siempre ha tenido casos endémicos. El Aedes Aegypti ha sido detectado en el
norte y en la provincia de Los Andes, pero se ha visto que está libre de virus,
al menos en nuestro país.
La
confirmación de casos de dengue en la Región de Coquimbo.
En
paralelo, se decretó alerta amarilla en la Región fronteriza de Arica y
Parinacota (2.000 kms al norte de Chile), debido a que se encontraron
ejemplares del mosquito Aedes aegypti en 14 hogares.
Estos casos han levantado las alarmas de las autoridades sanitarias, quienes trabajan para contener la propagación de esta enfermedad en Chile.
Arica y Parinacota Tarapacá Antofagasta Atacama Coquimbo Valparaíso Metropolitana de Santiago
Por su parte, el mosquito Anopheles pseudopunctipennis es el vector que transmite la enfermedad parasitaria de la Malaria se encuentra en sectores de las regiones del norte grande:
Arica y Parinacota Tarapacá
Alfredo Ugarte: "La presencia del mosquito que transmite el dengue y que mantiene en “Alerta” en siete regiones.
FUENTE: Ministerio de Salud de Chile // Infobae //Buenos Aires.gob.ar // Bio Bio // La Nación //
EDICIÓN: Erika Rojas Portilla
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