viernes, 14 de junio de 2024

¿TIENEN DISCÉRNIMIENTO SUFICIENTE NIÑOS DE TRES, CUATRO AÑOS PARA DECIDIR SU FUTURO EN CONTRA DE LA VOLUNTAD DE SUS PADRES? ¿ESTAMOS EXPERIMENTANDO EN SERES HUMANOS AL INTERRUMPIR LA PUBERTAD DE UN NIÑO?

NIÑOS Y ADOLESCENTES TRANS 

"Situaciones donde menores, niñas, buscan ser reconocidos como niños y niños como niñas. Sin embargo, las implicaciones médicas de estos procesos son complejas. Los tratamientos incluyen bloqueadores de pubertad, terapia hormonal y cirugías irreversibles como mastectomías y faloplastia. a la extirpación de senos, a la conversión de vaginas en minúsculos penes y a la eliminación de úteros…”.

Lo que ha llevado a un intenso debate sobre la capacidad de los menores para tomar decisiones tan trascendentales.

El Estado chileno, a través del programa "Crece con Orgullo" y la Ley de Identidad de Género de 2018, ha asumido un rol activo en la protección de los derechos de los menores trans, incluso en casos donde los padres no están de acuerdo. 

¿El Estado estaría por sobre el derecho preferente de los padres a educar a sus hijos?

"Padres que son víctimas del sistema” los adultos  dudan fallos judiciales.

Esto ha llevado a situaciones extremas, como la pérdida de la custodia de un hijo por parte de padres que se negaron a aceptar la identidad de género de sus hijos. Este enfoque ha generado críticas y cuestionamientos sobre los límites de la intervención estatal en la vida familiar y la autonomía de los menores.

“puede resultar increíble que en Chile se le pueda quitar un hijo a un padre por negarse a cumplir un protocolo de transición sexual, pero Rolando dice ser una de las muchas víctimas del sistema…”.

El Interés Superior del Niño “¿está por sobre el deseo y la educación que ellos (los padres) quieren dar a sus hijos (…)?»  Y se respondió que los padres “sienten que le están arrebatando a sus hijos (…) A mí me parece legítimo que una familia que tiene un hijo pequeño quiera esperar el desarrollo de su hijo, no a que a los 3, 4 años le priven de su autoridad (…). Las personas que he entrevistado me dicen que (…) se sienten vulneradas y que en el fondo hay alguien; un médico, en el hospital; que decide eso. Incluso se ha llegado a un juez que les dice “usted está equivocada, está viviendo en otro siglo” y en el fondo las privan de su autoridad paterna porque el Estado les está diciendo como debe llevarse a ese niño que se declara trans. Aunque parece raro que un niño de 3, 4 años tenga discernimiento suficiente para decir yo quiero ser niña o quiero ser niño”.

A nivel internacional, la discusión sobre los tratamientos para menores trans ha generado reacciones diversas. En países como el Reino Unido, el cierre de la clínica Tavistock, conocida por acelerar los cambios de género en menores, ha puesto en tela de juicio la eficacia y seguridad de estos procedimientos. Por otro lado, países como Noruega, Finlandia y Suecia han adoptado un enfoque más cauteloso, priorizando estudios adicionales antes de avanzar con intervenciones médicas.

En Chile, la situación sigue siendo motivo de intenso debate. Con la reciente creación de un comité de expertos para revisar el programa "Crece con Orgullo", y la emisión de una circular del Ministerio de Salud que recomienda suspender temporalmente el inicio de terapias hormonales en niños trans, el futuro de estos tratamientos está en un punto de inflexión.

Sabine Drysdale y el cambio de género en niños: "Vamos en un camino irreversible.


El Programa “Crece con Orgullo” se origina bajo el alero de la Ley 21.120 que reconoce y entrega protección a la identidad de género, con el objetivo de entregar herramientas de acompañamiento profesional a familias de niños, niñas y adolescentes cuya identidad no coincida con su género.

De acuerdo a información entregada por el Ministerio de Salud, en 2023 ingresaron 1.202 menores al programa y se espera que para el 2024 dicha cifra aumente a 2.940.

   En una nueva edición de La entrevista de Tomás Mosciatti, se conversó con Sabine Drysdale, periodista y autora del reportaje “Pubertad interrumpida: niños trans inician tratamiento hormonal en medio de controversias”, quien entregó un análisis de la situación en el país y el funcionamiento de las políticas públicas orientadas a los procesos de transición.

   Mi hija tiene tres años. Si apenas habla y sigue confundiendo las palabras “ayer” y “mañana”, no puedo imaginar mayor crueldad que implementar terapias de este tipo a personas inocentes como ella. Pero no es necesario imaginarlas. En Chile son una realidad, y en vez de imaginarlas, hay que evitarlas en lugares como la Universidad Católica, que en su calidad de objetora de conciencia, farisaicamente elige, desde su ideario, combatir ciertas batallas y omite inexplicablemente dar otras. Como esta. Esto hay que denunciarlo y combatirlo con toda la fuerza de la razón y de la ley, porque se trata de lo más preciado y de la única esperanza que tiene este país, como lo son sus niños.

Infancias trans y sus familias - Documental.

La realidad de los procesos de transición

La investigación inicia tras “la polémica que empieza a desarrollarse en Inglaterra, donde el tema del tránsito de género es cuestionado porque comienza a crecer de manera exponencial el número de niños que se declaran trans”, sostuvo la periodista.

Por lo anterior, se solicitó un informe a la pediatra Hilary Cass, quien “encontró que la evidencia era bastante deficiente, es decir, se estaba acelerando el tránsito en niños sin una base científica sólida detrás, básicamente se estaba experimentando con menores”, enfatizó.

En Chile, “encuentro a padres que han sido judicializados por negarse a tratamientos” de hormonas para sus hijos, “los mandan a tribunales, los denuncian, los demandan y les pueden hasta quitar a sus hijos”, agregó.

“Me encuentro con una realidad que no conocía y que no es secreta”, y añadió, “investigué lo que ocurría con las políticas públicas, los sistemas de salud privados y públicos y la opinión de doctores, y tras ello surge esta investigación”

Bloqueadores de pubertas y políticas chilenas

Los bloqueadores de pubertad se utilizan para que “los niños no se desarrollen sexualmente y no aparezcan sus caracteres sexuales secundarios”, debido a que “la teoría de los doctores es que durante un tiempo este menor que tiene dudas, podrá disponer de tiempo para poder pensar si quiere seguir” la transición.

“Estos tratamientos llevan 10 años en Chile”, y agregó “los primeros casos hoy día podrían estar recién en la mayoría de edad, entonces no tenemos idea todavía de lo que va a pasar con estos pacientes”.

“Otro tema importante es el suicidio, porque todos los padres que entrevisté les dicen que si no sometía a tratamiento a su hijo, este se iba a suicidar”, enfatizó.

“Las políticas públicas que estamos viendo en Chile, que fue lo que pasó en Inglaterra y que ahora están deteniendo, es que se acelera y, en el fondo, se toma dirección a un camino irreversible para los niños, con una mirada un poco radical, esperemos a ver qué pasa”, comentó.

Niños trans: compasión y experimentación

¿Puede mi cuerpo ser distinto de mí? Esa es una de las preguntas de fondo que se levantan a propósito del debate en torno a las personas trans, y que se revela con dramática claridad en el reportaje de Sabine Drysdale “Pubertad interrumpida”. Ahí se muestra una cada vez más extendida práctica de intervención que, ante la sola manifestación de la voluntad de un menor, interrumpe con fármacos (cuyos efectos se han ido mostrando sumamente dañinos) el proceso natural de desarrollo de niños y niñas. Esto ocurre en el marco de una sofisticada y poderosa red de “expertos” que ofrece su apoyo para derribar todos los obstáculos que impidan hacer efectiva esa decisión.

La justificación y legitimación de esta compleja -también brutal- maquinaria, se deriva de la expresión de una voluntad que aparece como soberana y, sobre todo, definitiva (aunque se trate de un menor de edad). Ante ella no cabe duda ni pregunta alguna; tampoco espera. Solo una identificación total con el sentir expresado que pasa rápidamente de la empatía y apoyo en el sufrimiento a una suerte de activismo dispuesto a todo con tal de borrar lo que se era. Si acaso mi cuerpo es distinto de mí, corresponde emprender su transformación irreversible. Todo esto con una fe ciega en las acciones desplegadas, asumiendo que esa incomodidad y desajuste entre mi cuerpo y quien soy, se borrará tan solo por ese gesto, y por hacer de la historia previa un engaño. Su hijo murió, repiten algunos expertos que asesoran los tránsitos de género a padres angustiados: acéptelo y verá que todo se arregla.

Pero que no se malentienda. La tragedia no empieza porque se plantee esa pregunta (de la cual hay que hacerse cargo), sino por las decisiones que, ante la explicitación de ella, se emprenden; por lo que se hace con ella. Toda esta maquinaria tecnológica -que disfraza de compasión una forma particularmente siniestra de violencia contra el cuerpo de alguien- aparenta que no hay otra alternativa frente a la inconformidad de un niño con quien es, que volverlo otro. El cuerpo se levanta así, por momentos, como la última barrera de lo impuesto por otra voluntad ilegítima y abusiva; al punto de afirmar que el género con que se nace ha sido asignado por alguien (en general los padres), en lugar de ser una característica con la que, como toda nuestra estructura biológica, se llega. Desde ahí empieza el dominio.

¿Cómo se pasa desde la compasión ante el dolor de alguien a la experimentación con su cuerpo? ¿Cómo se vuelve el cuerpo un objeto neutro, ajeno, disponible a ser maltratado las veces que sea necesario para que se adapte a la voluntad de quien se encuentra dentro? ¿No queda huella de ese maltrato en la persona que lo experimenta? ¿Resolveremos la incomodidad y sufrimiento originales por el simple hecho de modificar el cuerpo e intentar borrar su historia? La radicalidad de las acciones emprendidas frente a la manifestación de ese desencuentro entre el cuerpo y quien se es -uno que por cierto se vive de modo doloroso y angustiante- es finalmente lo más problemático de toda esta agenda. Y el hecho de que monte un sistema así de sofisticado haciendo creer que no hay otro camino. 

Pero afortunadamente, y esa es quizás la principal esperanza, hay padres y madres dispuestos a rebelarse ante esa violencia disfrazada de compasión. Así, se han resistido a ser tratados como enemigos, peleando el derecho a cuidar de sus niños, enfrentando el conflicto en lugar de evadirlo, acompañando una inquietud en la que puede irse la vida, para reconciliarse y encontrarse bien dentro de donde tocó estar. “Te queremos tal y como eres” dice una madre en el reportaje, como si quisiera mostrar que hay otro camino al que se ha fijado: atravesar la angustia y la duda con alguien al lado que te sostiene y espera en la búsqueda insustituible (que no desaparece por cambiar el propio cuerpo) de volver a sentirse en uno como en casa.

REPORTAGE

Niños trans inician tratamiento hormonal en medio de controversias.

En un día de marzo de 2020, Andrés, de 15 años a quienes sus padres describen como dulce, soñador y algo melancólico, les entregó “la carta”: con letra infantil escribió que era mujer, pidió que no le hablaran más del tema y que lo llevaran a un endocrinólogo para que le recetara hormonas para su transición.

“Todavía no soy capaz de expresar lo inesperado de la revelación”, dice su madre. Y luego agrega: “Algo no me calzaba: siempre lo vi cómodo con su sexo, no era afeminado. Nada me hacía pensar que su vida había sido un error. ¿Podría haber estado tan desconectada?”

Cuando les entregó la carta, Andrés estaba siendo tratado por una sicóloga por una depresión severa. A la profesional, tampoco le calzaba esta epifanía y pidió a una colega una prueba de Rorschach. El informe reveló síntomas ansiosos, depresivos, riesgo suicida y puntualizó que “hay momentos en que no puede apreciar la realidad de manera objetiva”, y sugirió avanzar en la transición.

El padre quedó extrañado.

“¿Cómo es posible que alguien que no puede ver la realidad en forma objetiva esté en condiciones de tomar decisiones tan radicales?”. Sin embargo, el hijo insistió que lo llevaran a un “experto en género”. A los padres les hizo sentido. Ameritaba profesionales con experiencia. Partieron a la consulta de un destacado psicólogo experto en adolescencia y docente de la Facultad de Sicología de la Universidad Católica.

“La experiencia fue durísima”, dice la madre. “Después de dos sesiones nos dijo que el problema era nuestro porque nos resistíamos al duelo por la pérdida de nuestro hijo”. También les advirtió, amenazante, que esto se trataba de un tema de derechos humanos. “¿Por qué los especialistas insistían en dejarnos fuera, en clarificar que no sabíamos nada? ¿Por qué tomaban la declaración de nuestro hijo como premisa absoluta?”

Cuando decidieron no llevarlo más, el sicólogo le escribió un whatsapp a Andrés para acusar la traición de sus padres. Luego llegaron a la psiquiatra experta en género Paz Quinteros ellos solos. “Le dijimos estamos llenos de dudas, nuestro hijo nunca ha mostrado ningún rasgo de que actúe como niña y queremos una evaluación. Estábamos bastante confiados que no iba a salir nada, y ella nos dijo: ‘no lo tramiten más y tráiganlo’”, cuenta la madre.



Anexo: ESTÁN ATACANDO a la VERDADERA MASCULINIDAD y FEMINIDAD - María Calvo

María Calvo es, en España, una de las personas con mejores conocimientos en temas referentes a la familia, la identidad masculina y femenina, la paternidad y maternidad, el feminismo, la coeducación o educación diferenciada, la ideología de género y otros.

¿Qué es Disforia de Género? Síntomas, Diagnóstico y Tratamiento.

Concluyendo: El Programa “Crece con Orgullo” se origina bajo el alero de la Ley 21.120 que reconoce y entrega protección a la identidad de género, con el objetivo de entregar herramientas de acompañamiento profesional a familias de niños, niñas y adolescentes cuya identidad no coincida con su género. 

De acuerdo a información entregada por el Ministerio de Salud, en 2023 ingresaron 1.202 menores al programa y se espera que para el 2024 dicha cifra aumente a 2.940.


La realidad de los niños trans en Chile es compleja y multifacética, involucrando decisiones médicas, legales y éticas que afectan profundamente a las familias. Con un número creciente de menores explorando su identidad de género, la sociedad chilena enfrenta el desafío de encontrar un equilibrio entre el respeto a los derechos de los niños y la protección de su bienestar a largo plazo.







FUENTE: Por Josefina Araos, investigadora IES   La Tercera  //Bio Bio Chile   //Pais Lobo  //

EDICIÓN: Erika Rojas Portilla


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