martes, 17 de septiembre de 2024

LUCHA DE ESCOCIA POR SU LIBERTAD

 La historia de Escocia comienza alrededor de 10 000 años hasta el presente, cuando los seres humanos actuales comenzaron a habitar Escocia tras el fin de la glaciación de Würm o Wisconsin, la última era del hielo. De las civilizaciones de la Edad de Piedra, Edad del Bronce y Edad del Hierro que existieron, quedan muchos artefactos, pero quedaron pocos registros escritos.

La historia escrita de Escocia comienza con la llegada del Imperio romano en Gran Bretaña, cuando los romanos ocuparon lo que es actualmente Inglaterra y Gales, administrándola como la provincia romana de Britannia. Hacia el norte era territorio no gobernado por los romanos — Caledonia. Su pueblo eran los pictos. Desde un punto de vista histórico clásico, Escocia parecía un país periférico, lento para conseguir avances que se filtraban de la fuente de la civilización mediterránea, pero como el conocimiento del pasado crece, se ha hecho aparente que algunos desarrollos eran más primitivos y más avanzados de lo que se creía anteriormente y que los mares fueron muy importantes para la historia escocesa.

Desde el comienzo del siglo VIII hasta el siglo XIII fueron los celtas quienes estaban a cargo de la corona escocesa; el primer rey escocés fue Kenneth MacAlpin, que comenzó en el 840, y el último fue Alejandro III, que finalizó su reinado en el 1249. Tras la colonización normanda, fueron ellos quienes dominaron el país (1286-constitución del voto).

Debido a la orientación geográfica de Escocia y su fuerte confianza en las rutas comerciales marítimas, este tenía vínculos cercanos en el sur y este con los países bálticos, y con Francia a través de Irlanda y el continente europeo. Tras el Acta de Unión con Inglaterra, para la creación del estado soberano que se conoce ahora como Reino Unido y la subsecuente Revolución industrial e Iluminación escocesas, Escocia se convirtió en una de las potencias comerciales, intelectuales e industriales de Europa. Su declive industrial seguido de la Segunda Guerra Mundial fue particularmente agudo, pero en décadas recientes el país ha gozado de algo de renacimiento cultural y económico, alimentado en parte por un resurgimiento de los servicios financieros, los ingresos del petróleo y gas del Mar del Norte y más recientemente, un parlamento devuelto.

Prehistoria


🏴󠁧󠁢󠁳󠁣󠁴󠁿 HIGHLANDS | 14 Datos QUE SEGURO NO SABES 😠| Conoce ESCOCIA del NORTE| Una Cultura Diferente.

🏴󠁧󠁢󠁳󠁣󠁴󠁿Escocia 🏴󠁧󠁢󠁳󠁣󠁴󠁿 siempre ha sido una tierra, insolita, y llena de misterio, con uno de los mejores paisajes de todo el planeta, y un pasado sumergido en la crueldad de la guerra que de alguna manera llega a conectarnos con sus historias tan interesantes, cuyos evento muchas veces se libraron en la zona caliente de la frontera escocesa con los ingleses y alrededores. Pero todavía más allá, mucho más lejos de Edimburgo o Glasgow, se esconden las regiones más inhóspitas de gran Bretaña, Las Tierras Altas de Escocia, una muy amplia región montañosa de más de 25 mil kilómetros cuadrados que abarca varios concejos escoceses, incluyendo incluso a las islas hebridas exteriores y las islas orcadas, una zona que a pesar de tener más del 40% de toda la nación no goza de una población exuberante, su principal centro administrativo es Inverness, una ciudad modesta pero atrapante a simple vista, que además de ser la capital es la única ciudad del consejo unitario de Tierra Alta o Highland en inglés, este consejo a pesar de conservar el nombre oficial de la región, esta reducido en tamaño a comparación de las vastas tierras altas.


Escocia se forjó a partir de la fusión de varias culturas y llegó a alcanzar gran influencia cultural, científica e industrial a escala global. Desde el declive de los vikingos, su historia quedó vinculada (a menudo violentamente) a su vecina Inglaterra. 

Las contiendas y las incursiones fronterizas fueron moneda corriente hasta que la monarquía compartida primero y la unión política después unificaron los dos países. Pero incluso entonces, los levantamientos jacobitas reflejaron las divisiones entre ambos. Más recientemente, el proceso de autodeterminación motivó la creación de un Parlamento escocés en 1999 y el referéndum de independencia en el 2014.

Orígenes

Cazadores y recolectores, llegados en oleadas del norte de Europa e Irlanda, dejaron evidencias de los primeros asentamientos humanos en Escocia, que se remontan a la retirada de la última glaciación, hacia el 10 000 a.C.

El Neolítico arrancó con la llegada de otros pobladores de Europa continental. La Edad de Piedra dejó tras de sí un extraordinario registro del desarrollo humano con imborrables recuerdos en piedra. Caithness, las Orcadas y las Shetland atesoran aldeas prehistóricas, túmulos y menhires de los mejor conservados del mundo. Más al sur, los crannogs (palafitos) proliferaron en la Edad del Bronce por ser fácilmente defendibles.

Durante la Edad del Hierro se construyeron edificaciones defensivas de distinto tipo. Los brochs (también típicos de las islas del noreste) eran macizas torres fortificadas de piedra, algunas de más de 10 m de altura.
Romanos y pictos

La ocupación romana de Britania comenzó en el 43 d.C., casi un siglo después de la primera invasión, ordenada por Julio César. La embestida se detuvo en el norte, poco más allá de la actual frontera escocesa. Entre los años 78 y 84, el gobernador Agrícola avanzó hacia el norte y pasó varios años tratando de someter a las tribus que llamaron pictos (del latín pictus, que significa “pintados”). En el s. II, el emperador Adriano, cansado de batallar, decidió reducir las pérdidas y levantar el muro (122-128) que lleva su nombre y cruza el norte de Inglaterra. 

Dos décadas más tarde, su sucesor Antonino Pío invadió de nuevo Escocia y construyó el Muro de Antonino, una fortificación de turba entre el estuario del Forth y el río Clyde. Los romanos habían encontrado la horma de su zapato en el norte de la isla.

Se sabe muy poco de estos pobladores del norte y el este de Escocia. La presencia romana tal vez contribuyó a la unificación de las distintas tribus celtas y, a tenor de los problemas que causaron al ejército romano, cabe suponer que eran feroces guerreros. El principal vestigio material de su cultura son las fabulosas piedras grabadas con símbolos, halladas en el este de Escocia.

Cuando los romanos abandonaron Britania había al menos dos pueblos autóctonos en la zona septentrional: los pictos (en el norte y este) y los britanos (en el suroeste). Los escotos, un pueblo celta procedente de Irlanda, se cree que llegaron hacia el 500 y fundaron el reino de Dalriada en Argyll. San Niniano fue el primer predicador del cristianismo en la región y fundador de una misión en Whithorn, al suroeste. 

Su labor la retomó en el s. vi san Columbano, el misionero más famoso de Escocia, además de un erudito, que –según la leyenda– se exilió después de una cruenta batalla. Tras huir de Irlanda en el 563, fundó un monasterio en Iona –isla que retiene su antigua aura mística– y viajó al noreste para llevar su mensaje a los pictos. A finales del s. VIII casi toda Escocia se había convertido.

Primeros reyes de Escocia

Pictos y escotos se unieron frente a la amenaza de la invasión nórdica, en virtud del poder político y espiritual de su común fe cristiana. Kenneth MacAlpin, primer monarca de la Escocia unida, subió al trono valiéndose de una mezcla de lazos de sangre y diplomacia. Estableció la capital en Scone, en territorio picto, adonde trasladó la sagrada Piedra del Destino, utilizada en la coronación de los reyes escoceses.

Casi dos siglos después, su descendiente Malcolm II [1005-1018] derrotó a los anglos de Nortumbria (una tribu germánica asentada al este de Inglaterra) en la batalla de Carham (1018), y así Edimburgo y Lothian pasaron a los escoceses, que extendieron sus dominios por el sur hasta el Tweed.

Pero los clanes de las Highlands, inaccesibles en sus valles, siguieron autogobernándose durante 700 años. Así empezó a crecer la brecha cultural y lingüística entre los habitantes de las Highlands, que hablaban en gaélico, y los de las Lowlands, que usaban la lengua de los escotos.

Robert Bruce y William Wallace.

Al morir Alejandro III en 1286 surgió una disputa por la sucesión con 13 aspirantes al trono, que acabaron reduciéndose a dos: Robert de Bruce, señor de Annandale, y John Balliol, señor de Galloway. Se solicitó a Eduardo I de Inglaterra que ejerciera de árbitro, y optó por Balliol, creyendo que podría manipularlo más fácilmente.

En un intento por acrecentar su poder feudal en Escocia, Eduardo I –apodado “martillo de los escoceses”– trató al rey escocés como a un vasallo. Balliol humillado, terminó volviéndose contra él y firmó una alianza entre Escocia y Francia en 1295, que dio inicio a la duradera Antigua Alianza (Auld Alliance) y a las guerras de independencia. La respuesta del inglés fue sangrienta. En 1296 invadió Escocia y Balliol fue encarcelado en la Torre de Londres; en otro golpe al orgullo escocés, Eduardo se llevó de Scone la Piedra del Destino y la volvió a trasladar a Londres.

Varias bandas rebeldes atacaban a los invasores; una de ellas, liderada por William Wallace, derrotó a los ingleses en el puente de Stirling en 1297. Tras la traición y ejecución de Wallace, Robert Bruce, nieto de Robert de Brus, vio su oportunidad, desafió a Eduardo (con quien se había alineado previamente), asesinó a su rival John Comyn y se coronó rey de Escocia en Scone en 1306. Organizó una campaña para expulsar a los ingleses, pero sufrió repetidas derrotas. Esa perseverancia dio sus frutos, como acredita la memorable victoria sobre los ingleses en Bannockburn en 1314, recordada como uno de los momentos señeros en la historia escocesa.

Escocia logró la independencia en 1328, aunque Bruce murió al año siguiente. Sin embargo, las guerras con Inglaterra y los conflictos civiles continuaron. En 1371 su nieto Roberto II accedió al trono y fundó la dinastía Estuardo, que gobernaría Escocia y, con el tiempo, el resto de Gran Bretaña hasta 1714.
Renacimiento

Jacobo IV [1488-1513] se casó con la hija de Enrique VII de Inglaterra, el primer monarca de la casa Tudor, uniendo así las dos familias reales mediante “el matrimonio del cardo y la rosa”. Esto no impidió que los franceses le convencieran para que declarara la guerra a su familia política; murió en la batalla de Flodden en 1513, junto con 10 000 de sus súbditos. En este período florecieron las ideas renacentistas, la poesía y la arquitectura escocesas; algunos de los mejores edificios renacentistas se hallan en el recinto del castillo de Stirling.
María Estuardo y la Reforma

En 1542, Jacobo V, sin descendencia, yacía en su lecho de muerte desconsolado, según dicen, tras la derrota a manos de los ingleses en Solway Moss. Entonces, alguien le hizo saber que su mujer había dado a luz una niña. Temiendo el final de la dinastía Estuardo y rememorando que su origen se debía a la hija de Roberto I, el rey suspiró: “Llegamos con una muchacha y nos iremos con una muchacha”. Murió a los pocos días, dejando el trono a su hija María, de apenas una semana de vida.

Enviaron a María a Francia y Escocia fue gobernada por regentes, que rechazaban las propuestas del rey Enrique VIII de Inglaterra de casar a la niña con su hijo. Enfurecido, envió a sus ejércitos en represalia. El Cortejo Brutal, como fue conocido, no logró ganarse ningún corazón. En 1558, María se casó con el delfín francés, que al año siguiente se coronó rey, lo que la convirtió durante un tiempo en reina de Francia y Escocia.

Mientras se educaba en Francia según la fe católica, la Reforma se extendió por Escocia, adonde regresó en 1561 con 18 años, tras la muerte de su enfermizo marido francés. Fue recibida con todos los honores en la capital y mantuvo una audiencia con John Knox. El reformador arengó a la joven reina y ella accedió a proteger a la Iglesia protestante escocesa, aunque continuó asistiendo a la misa católica en privado.

Se casó con lord Darnley en la Capilla Real de Holyrood y, en 1565, dio a luz al futuro Jacobo VI. La paz del hogar duró un suspiro y, en una lamentable sucesión de acontecimientos, Darnley se vio implicado en el asesinato del secretario Rizzio, supuesto amante de la reina, antes de ser asesinado él mismo, quizá por el conde de Bothwell, nuevo amante y futuro esposo de María.

La situación era insostenible; los enemigos de la reina –una alianza de poderosos nobles– finalmente le hicieron frente en Carberry Hill, al este de Edimburgo, y fue obligada a abdicar en 1567 y encarcelada en Castle Leven. Logró escapar y presentó batalla en Langside, pero fue derrotada y tuvo que huir a Inglaterra, donde permaneció en prisión 19 años (por orden de Isabel I) hasta su ejecución en 1587.

No obstante, la historia siempre ofrece giros sorprendentes. Mientras tanto, en Stirling se coronó al hijo de María, Jacobo VI [1567-1625]; una serie de regentes reinaron en su lugar. En Inglaterra, Isabel I falleció sin descendencia y sus súbditos, ávidos de un monarca varón, desplazaron la atención hacia Jacobo VI de Escocia, que se convirtió en Jacobo I de Inglaterra y trasladó la corte a Londres. Pero sus planes para lograr la unificación política de los dos reinos fracasaron. En adelante, la mayoría de los Estuardo ignoraron a Escocia.
Unión con Inglaterra

La Guerra Civil y los conflictos religiosos del s. XVII arruinaron al país. Escocia no podía competir en esta nueva era de colonialismo europeo y, para mayor infortunio, en la década de 1690 la hambruna mató a un tercio de la población en algunas zonas. El rechazo a los ingleses fue en aumento: el rey protestante Guillermo II/III, que para disgusto de muchos escoceses había reemplazado al soberano católico exiliado Jacobo VII/II, estaba en guerra con Francia y a ella destinaba soldados e impuestos. El sentimiento se exacerbó con el fracaso del Plan de Darién, cuyo propósito consistía en establecer una colonia escocesa en Panamá y terminó provocando la bancarrota de Escocia.

Este fiasco demostró a los ricos comerciantes y accionistas escoceses que la única forma de acceder a los lucrativos mercados de las colonias en vías de desarrollo era uniéndose con Inglaterra. El Parlamento inglés se inclinó por la unión por miedo a que las simpatías que despertaban los jacobitas en Escocia fueran aprovechadas por sus enemigos franceses.

Según dicen, al recibir la Ley de Unión en Edimburgo en 1707, lord Seafield –canciller de Escocia y líder del Parlamento que dicha ley abolía– murmuró: “A partir de ahora será otro cantar”. Robert Burns después castigaría a los ricos políticos que fraguaron la unión utilizando palabras más contundentes: “Se nos compra y se nos vende por oro inglés; ¡vaya atajo de canallas en una nación!”.
Los jacobitas

Las rebeliones jacobitas del s. XVIII buscaban desterrar la monarquía hannoveriana (elegida por el Parlamento inglés en 1701 para asegurar una sucesión protestante después de que las reinas María II y Ana murieran sin herederos) y restaurar un rey católico Estuardo en el trono británico.

Jacobo Eduardo Estuardo, conocido como el Viejo Pretendiente, era hijo de Jacobo VII/II. Con el apoyo de los franceses, llegó en 1708 al estuario del Forth acompañado de una flota, pero el Gobierno desbarató sus planes.

El conde de Mar encabezó otro levantamiento jacobita en 1715, pero demostró ser un líder inepto; su campaña se fue al traste enseguida, poco después de la poco concluyente batalla de Sheriffmuir. El hijo del Viejo Pretendiente, Carlos Eduardo Estuardo, más conocido como Bonnie Prince Charlie (el Hermoso Príncipe Carlos) o el Joven Pretendiente, desembarcó en Escocia para la última rebelión. Tenía poca experiencia militar, no hablaba gaélico y chapurreaba el inglés. Sin embargo, respaldado por un ejército de habitantes de las Highlands, marchó hacia el sur y tomó Edimburgo (salvo el castillo) en septiembre de 1745. Logró avanzar hasta Derby, en Inglaterra, pero su éxito fue fugaz; un ejército liderado por el duque de Cumberland le hizo retroceder hasta las Highlands, donde en 1746 se puso fin definitivamente a los sueños jacobitas en la batalla de Culloden.

Aunque su figura se observe desde una óptica romántica, Carlos Eduardo fue en parte responsable de la aniquilación de la cultura de las Highlands, dadas las severas medidas que implicó su fallido intento de recuperar el trono. A su regreso a Francia se labró fama de borracho y maltratador. Francia contempló seriamente la posibilidad de invadir Gran Bretaña a mediados del s. XVIII, pero en última instancia dejó de considerar al príncipe un personaje serio. Las ambiciones francesas quedaron frustradas por las victorias navales británicas en 1759; Carlos había perdido su última oportunidad. Murió en Roma en 1788.
Las Clearances de las Highlands

Tras los levantamientos jacobitas, se ilegalizaron los trajes de las Highlands, las gaitas y el portar armas. La región quedó bajo control militar y se prohibieron los ejércitos privados.

Los integrantes de los clanes, ahora inútiles como soldados e insolventes como arrendatarios, fueron expulsados de casas y granjas para dejar paso a rebaños de ovejas. Algunos se quedaron para pastorear el ganado, pero muchos se vieron obligados a buscar trabajo en las ciudades o a llevar una existencia precaria en terrenos costeros poco fértiles. Hombres que nunca antes habían visto el mar no tuvieron más remedio que subirse a un barco y probar fortuna en la pesca del arenque, y muchos miles emigraron –algunos voluntariamente, otros bajo coacción– a las colonias emergentes de América del Norte, Australia y Nueva Zelanda.

Al caminar por las Highlands y las islas es fácil topar con montones de piedras entre los helechos, que corresponden a los restos de una casa o una granja. Si se mira alrededor se encontrarán muchos más y enseguida repara uno en que se halla en un antiguo pueblo.
Ilustración escocesa

Durante el período conocido como la Ilustración escocesa (1740-1830 aprox.), Edimburgo se hizo famosa por ser un “semillero de genios”. El filósofo David Hume, el economista Adam Smith y el sociólogo Adam Ferguson emergieron como influyentes pensadores. El médico William Cullen desarrolló la farmacopea moderna, el químico Joseph Black logró avances en termodinámica y el geólogo James Hutton cuestionó la edad de la Tierra.

Tras varios siglos de derramamientos de sangre y fanatismo religioso, la gente se aplicó con la misma devoción a ganar dinero y disfrutar del tiempo libre. Se renovó el interés por la historia y la literatura escocesas. Las obras de Walter Scott y la poesía de Robert Burns alcanzaron cotas de popularidad inusitadas. Los tópicos que se asocian a Escocia –gaitas, haggis, tartán, glens brumosos– deben mucho a las representaciones románticas del país que se llevaron a cabo en esta época.
Revolución industrial

El desarrollo de la máquina de vapor espoleó la Revolución industrial. Glasgow, despojada del lucrativo comercio del tabaco tras la Guerra de Independencia de EE UU (1776-1783), se convirtió en un importante centro industrial y en la segunda ciudad del Imperio británico. En el s. XIX proliferaron a orillas del Clyde tejedurías de algodón, fundiciones de hierro, acerías, plantas químicas, astilleros y fábricas de maquinaria pesada, alimentadas por las abundantes minas de carbón del sur de Escocia.

Las Clearances y la Revolución industrial habían supuesto el fin del estilo de vida tradicional en las zonas rurales, y aunque las ciudades manufactureras y los puertos prosperaron en esas décadas del Imperio, muchos pobres generaban la riqueza de unos pocos elegidos. La miseria extrema provocó muchos emigrantes y un sinnúmero de muertos. El despoblamiento se exacerbó con el estallido de la I Guerra Mundial, que se cobró la vida de multitud de jóvenes escoceses. A esto siguieron años de decadencia marcados por las disputas laborales.
Guerra y paz

Escocia se libró en buena medida del trauma y la devastación que la II Guerra Mundial supuso para las ciudades industriales inglesas (con la salvedad de Clydebank, que sufrió devastadores bombardeos). Aun así, la guerra aportó cierta prosperidad a Escocia, ya que los astilleros y las fábricas trabajaban a contrarreloj para suministrar material bélico. Pero en la posguerra se produjo el derrumbe del sector naval y de la industria pesada, de las cuales había dependido en exceso la economía escocesa.

Tras el descubrimiento de petróleo en el mar del Norte frente a la costa escocesa, la alegría se volvió amargura para muchos escoceses, que vieron que los beneficios revertían en Inglaterra, aunque algunas partes del país prosperaron, como Aberdeen. Esta cuestión, unida a la compra de empresas escocesas por otras inglesas (para después cerrarlas, desmantelarlas y trasladar los puestos de trabajo a Inglaterra), avivó el creciente sentimiento nacionalista. El Partido Nacionalista Escocés (SNP) se convirtió en la tercera fuerza política, después en la segunda, tras eclipsar a los conservadores, y finalmente en la primera, al arrebatarle el poder al Partido Laborista.
Devolución de poderes

En 1979 se convocó un referéndum para decidir si debía constituirse una Asamblea escocesa por elección directa. El 52% votó a favor de la devolución de poderes, pero el primer ministro laborista, James Callaghan, decidió que las abstenciones debían contarse como noes, de modo que el proyecto no prosperó. De 1979 a 1997, Escocia estuvo gestionada desde Londres por un Gobierno conservador al que la mayoría de los escoceses no había votado, lo que fortaleció el siempre presente sentimiento nacionalista. Tras la victoria arrolladora del Partido Laborista en 1997, se convocó otro referéndum sobre la creación de un Parlamento escocés. En esta ocasión, el resultado fue un sí abrumador.

En 1999 se celebraron elecciones al nuevo Parlamento y los parlamentarios se reunieron por primera vez en Edimburgo. El laborista Donald Dewar, que murió al año siguiente en el ejercicio de su cargo, fue elegido primer ministro. Su partido conservó el poder hasta el 2007, cuando el SNP formó gobierno. En el 2011 fueron reelegidos por mayoría absoluta e impulsaron la convocatoria de un referéndum por la independencia. En septiembre del 2014, con gran afluencia de votantes, los escoceses votaron no convertirse en un país independiente por un 55% contra el 45%.

Uno de los elementos principales para muchos escoceses que votaron permanecer en el Reino Unido fue la garantía de continuar siendo miembro de la UE, así que cuando en junio del 2016 la población del Reino Unido aprobó por un estrecho margen salir de la UE, volvió a surgir la cuestión de la independencia de Escocia.







El Rey Arturo


✅La HISTORIA de WILLIAM WALLACE | La GUERRA de INDEPENDENCIA ESCOCESA


La Guerra de Independencia Escocesa (1296-1328)

Relato acerca de la primera guerra de independencia escocesa. Una época donde el poder del Rey de Inglaterra supuso la sumisión de escocia en unos años donde valientes guerreros y poderosos señores tuvieron que escoger entre rendirse ante los ingleses o luchar por la liberación de su reino.






WILLIAM WALLACE | ¿Quién fue el VERDADERO BRAVEHEART? La HISTORIA REAL del héroe escocés | BIOGRAFÍA

William Wallace es conocido mundialmente gracias a la película 'Braveheart', dirigida y protagonizada por Mel Gibson. Pero ¿cómo fue el auténtico Braveheart? ¿Era William Wallace el héroe escocés que nos muestra el cine? En este vídeo documental en español os cuento la historia real de William Wallace, sus batallas y su horrible muerte a manos de los ingleses. #historia #braveheart #biografia Los historiadores están de acuerdo en que William Wallace nació alrededor del año 1270, pero no hay consenso sobre si lo hizo en Elderslie –en el condado de Renfrewshire, no muy lejos de Glasgow– o si nació en una ciudad que suena de manera muy parecida: Ellerslie, situada en el condado de Ayrshire, más al sur. En lo que sí están de acuerdo es en que su familia pertenecía a la baja nobleza, no eran simples campesinos. Poseían tierras y rentas; y como al parecer William tenía dos hermanos mayores y, por tanto, no iba a heredar, es posible que se formase para tomar los hábitos o para hacerse militar. Pero eso es solo una suposición. Históricamente, no se sabe nada de Wallace hasta mayo de 1297, es decir, cuando tenía unos 27 años y, tras encabezar un levantamiento contra los ingleses, mató a puñaladas al sheriff inglés de la pequeña localidad escocesa de Lanark, un hombre llamado William Heselrig. Según el poema de Blind Harry, Wallace lo mató en venganza por la muerte de su esposa, pero no hay pruebas de que fuera así. La fuente más creíble la ofrece la obra de Thomas Grey titulada 'Scalacronica', en la que el autor explica que su padre, también llamado Thomas Grey, estaba en Lanark cuando tuvo lugar el alzamiento encabezado por Wallace. Al parecer estalló una pelea en la corte de Heselrig y Wallace consiguió escapar con la ayuda de una joven, tal vez su esposa, cuyo nombre se cree que podría haber sido Marion Braidfute. Poco después de huir, Wallace regresó a Lanark al mando de una treintena de seguidores y atacó a Heselrig y a sus hombres. Prendió fuego a algunas casas y casi mata a Thomas Grey padre. Se desconoce qué hacía Wallace en la corte de Heselrig ni si su ataque fue una acción coordinada con los demás levantamientos contra los ingleses que se estaban produciendo en otros lugares de Escocia. ¿Cómo era físicamente? Según el cronista escocés del siglo XV Walter Bower, Wallace era “un hombre alto, con el cuerpo de un gigante, ancho de caderas y con todas sus extremidades muy fuertes y firmes”. Según Blind Harry, medía ¡más de dos metros de altura! Solo por si algunos os lo estáis preguntando, os contaré que Mel Gibson mide 1,77. Tras su acción ofensiva en Lanark, Wallace consiguió reunir un ejército de campesinos y, usando el bosque de Ettrick como base, infligió varias derrotas a los ingleses. Sin embargo, no fue el único líder de la rebelión escocesa. En el norte, Andrew Moray también logró importantes victorias y unió sus fuerzas a las de Wallace antes de la famosa batalla de Stirling. Aunque Moray no aparece en la película, fue tan importante como Wallace, o quizá incluso más. Gracias por visitar nuestro canal. Somos Raquel de la Morena y Pedro Estrada, periodistas y escritores. En nuestros vídeos os contaremos historias destinadas especialmente a mentes curiosas. Biografías, leyendas, misterios, curiosidades históricas y literarias... Si os apetece escucharlas y verlas, ¡sois bienvenid@s! Como escritores, somos autores de novelas de romance histórico ('El corazón de la banshee' y '¿Quién diablos eres?', obra ganadora del V Premio Titania), libros juveniles (como la novela-espejo 'La maldición de Trefoil House') y también infantil-juveniles (como la colección 'Vinlandia', publicada también en Francia por la editorial Hachette).














William Wallace: El espíritu indomable de Escocia | La historia épica de un héroe por la libertad.

En las brumosas tierras de Escocia, un nombre resuena a través del tiempo como un símbolo de valentía, resistencia y amor por la libertad: William Wallace. Su vida, envuelta en el misterio y la leyenda, sigue inspirando a generaciones. Nacido alrededor de 1270, Wallace creció durante un periodo tumultuoso en la historia escocesa. La muerte del rey Alejandro III en 1286 había dejado un vacío de poder, sumergiendo a Escocia en un caos político. La ambición de Eduardo I de Inglaterra de someter Escocia bajo su dominio exacerbó la situación. Wallace emergió como un líder carismático en 1297, cuando las tensiones entre Escocia e Inglaterra alcanzaron su punto culminante. Su primer acto de rebelión conocido fue el asesinato del sheriff de Lanark, un representante del rey inglés. Este acto no solo fue un golpe contra la autoridad inglesa, sino también una chispa que encendió la llama de la resistencia escocesa. Wallace no era un noble; su liderazgo nació del coraje y la convicción. Reunió a un ejército de escoceses, muchos de ellos campesinos, e infundió en ellos el espíritu de lucha por su tierra y libertad. Juntos, desafiaron el poderío militar inglés, una fuerza aparentemente invencible en aquel entonces. El 11 de septiembre de 1297, Wallace lideró a los escoceses a una victoria sorprendente en la Batalla del Puente de Stirling. Esta victoria fue un golpe audaz contra los ingleses y elevó a Wallace a la posición de héroe nacional. Fue nombrado Guardián de Escocia, aunque este título fue efímero. La suerte de Wallace cambió en 1298 en la Batalla de Falkirk, donde sufrió una aplastante derrota. A pesar de este revés, su espíritu indomable permaneció intacto. Continuó su lucha, pero fue traicionado y capturado en 1305. Su final fue brutal: ejecutado en Londres, su muerte pretendía ser una lección para los que se atrevieran a desafiar a Inglaterra. Sin embargo, lejos de apagar la llama de la resistencia, la muerte de Wallace alimentó el fuego de la independencia escocesa. Su sacrificio se convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad, inspirando a otros líderes como Robert the Bruce a continuar la batalla que finalmente llevó a la independencia de Escocia en 1328. William Wallace es más que un héroe; es un icono de la resistencia inquebrantable frente a la adversidad. Su historia nos recuerda que el amor por la libertad y la tierra natal puede inspirar a las personas comunes a logros extraordinarios. En los corazones de los escoceses, y en la historia de aquellos que valoran la libertad, William Wallace permanece inmortal.





WILLIAM WALLACE (Braveheart) (Año 1270) Pasajes de la historia (La rosa de los vientos)

Capitulo completo de la serie "Pasajes de la historia", sección del programa "La rosa de los vientos" dedicado a William Wallace, también tratado en la famosa película "Braveheart" (Año 1270), todo el merito es de su director y locutor J.A. Cebrian, d.e.p.









SISTEMA DE CLANES DE ESCOCIA

Los clanes escoceses, sus tartanes y orígenes. Esta es la continuación del vídeo sobre la vestimenta tradicional escocesa.




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