Teherán es la capital de la República Islámica de Irán.
Está situada en el norte del país, en una meseta al pie de los montes Alborz (también llamados Elbourz). 
Debido a su población (8 429 807 habitantes según una estimación de 2010) e importancia constituye una de las urbes más importantes del llamado mundo islámico.
Es el centro político y económico de la nación. Más de la mitad de las industrias de Irán están concentradas en ella, entre las que destacan la textil, el azúcar, el cemento y la industria automovilística y el comercio de alfombras. También cuenta con refinerías de petróleo.
Clima
La situación de Teherán, entre montañas y una cuenca desértica, tiene una gran influencia sobre el clima de la ciudad.
El clima de las montañas es más bien fresco y semihúmedo, mientras que las zonas meridionales de la ciudad, casi en contacto directo con el desierto del Dasht-e Kavir son cálidas y secas.
Los meses más cálidos son los de verano (mediados de julio hasta mediados de septiembre), dándose fácilmente temperaturas entre 38 y 40 °C, aunque no mucho mayores; ya que la máxima temperatura registrada en la ciudad de Teherán es de 43 °C. Los meses más fríos son diciembre y enero, con una temperatura media cercana a -9 °C.
Las precipitaciones son de unos 200 mm. anuales, concentradas durante el invierno, primavera y otoño. El verano es muy seco. A veces nieva en abundancia durante los meses de invierno.
Teherán vive una sequía sin precedentes: así documentan el día a día sus habitantes.
Lagos secos, cortes recurrentes de agua y agua no potable: los residentes de la capital iraní sufren las consecuencias de una sequía sin precedentes.
Para enfrentar la escasez, las autoridades han organizado oraciones para pedir lluvia. El presidente Masoud Pezeshkian incluso ha dicho que considera trasladar la capital fuera de Teherán, una propuesta que no cuenta con el apoyo de todos.
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Irán se hunde: un sistema hídrico en crisis y sin retorno.
El país se enfrenta a un deterioro estructural: embalses vacíos, acuíferos agotados y zonas enteras del país hundiéndose hasta 31 centímetros por año. Un colapso paulatino, perfectamente medible, pero políticamente inasimilable.
El termómetro estructural de Irán está en rojo. Teherán llega al final de 2025 con el embalse de Amirkabir reducido al 8% de su capacidad, más de 500 acuíferos (de 609) oficialmente clasificados como agotados y zonas enteras del país hundiéndose a ritmos de hasta 31 cm por año, una tasa que compromete irreversiblemente edificios, rutas, redes de gas e infraestructura crítica. A esto se suman olas de calor que tocan los 50°C y barrios de la capital donde los cortes de agua duran días, obligando a los residentes a almacenar agua en bidones, bombear desde tanques improvisados y depender de camiones cisterna.
La crisis hídrica de Teherán es severa, marcada por un sexto año consecutivo de sequía, reservas de embalses en mínimos históricos (8% de capacidad), y una dependencia excesiva de acuíferos sobreexplotados, lo que ha llevado a cortes de agua nocturnos.
En cifras, la crisis es evidente. Pero lo que revelan es algo más profundo: el sistema hídrico iraní ya no tiene capacidad de retorno. El país está viviendo un colapso paulatino, perfectamente medible, pero políticamente inasimilable.
Las autoridades temen que quizás sea necesario evacuar la ciudad. Existe un aumento del nivel de descontento ciudadano y la amenaza de un colapso urbano, agravado por fugas en el sistema y la mala gestión, todo bajo el impacto del cambio climático que reduce las nevadas y lluvias cruciales.
La crisis que dejó de ser “ambiental”. La situación actual no responde a un evento puntual, sino a un desequilibrio acumulado durante décadas. La sequía extrema es solo el catalizador. Lo que colapsa ahora es un modelo de desarrollo que asumió que era posible sostener agricultura intensiva en regiones áridas, urbanizar sin límites y manipular ríos a gusto mediante represas y trasvases.
Irán advierte sobre grave escasez de agua en Teherán
9 noviembre 2025 -
Irán enfrenta una grave escasez de agua sin precedentes en Teherán. El presidente Masoud Pezeshkian advirtió que, si no llueve pronto o si el racionamiento hídrico no es suficiente, “sería necesario evacuar Teherán”. La situación energética también es crítica, con algunas represas por debajo del 10 % de su capacidad.
Irán enfrenta una grave escasez de agua sin precedentes en Teherán. El presidente Masoud Pezeshkian advirtió que, si no llueve pronto o si el racionamiento hídrico no es suficiente, “sería necesario evacuar Teherán”. La situación energética también es crítica, con algunas represas por debajo del 10 % de su capacidad.
Sí, Teherán enfrenta una grave crisis hídrica debido a años de sequía, mala gestión, cambio climático y sobreexplotación, llevando sus embalses a niveles críticos, con riesgo de "Día Cero" y cortes de suministro, obligando a considerar medidas drásticas y reformas urgentes para evitar una catástrofe hídrica mayor.
Sequía prolongada: Irán ha sufrido varios años consecutivos de escasez de lluvias, con caídas drásticas en las precipitaciones.
Mala gestión y sobreuso: La explotación excesiva de acuíferos y una agricultura ineficiente que consume el 90% del agua han agotado los recursos.
Cambio Climático: Factores ambientales y climáticos agravan la situación, reduciendo la recarga de las reservas.
Crecimiento Poblacional: La capital superpoblada excede la capacidad de su sistema hídrico.
Consecuencias actuales:
Niveles de embalses mínimos: Las presas cercanas a Teherán están casi vacías, con caídas de hasta el 43% en los niveles de agua.
Presión del suministro: La presión del agua es tan baja que causa cortes, y los residentes deben usar bombas para acceder a ella.
Riesgo de "Día Cero": Las autoridades advierten que el suministro podría secarse si no se reducen drásticamente los consumos.
Impacto en la agricultura y ecosistemas: La escasez seca humedales y afecta la seguridad alimentaria.
Posibles soluciones y desafíos:
Ahorro forzado: Se necesita una reducción del consumo del 12% al 20% para superar la crisis.
Reformas estructurales: Expertos piden reformar la gobernanza del agua y la electricidad, y abandonar cultivos intensivos en agua.
Medidas de emergencia: Se habla de posibles cortes nocturnos y racionamiento, y el gobierno considera si es factible o no evacuar la ciudad.
Presidente iraní plantea cambiar la capital ante el hacinamiento y la escasez de agua.
El presidente de Irán, Masud Pezeshkian, afirmó que se debería trasladar la capital desde Teherán a otro lugar, debido al hacinamiento y la profunda crisis del agua, al registrarse este año los más bajos niveles de lluvia en un siglo.
Cada gobierno iraní, desde los años ochenta, apostó a la autosuficiencia agrícola, aun cuando exigía gastar agua que el país no tenía.
Los subsidios a electricidad y agua abarataron el bombeo subterráneo, acelerando la extracción de acuíferos que tardan siglos en recuperarse.
Y los trasvases entre cuencas (presentados como soluciones definitivas) postergaron la crisis al precio de multiplicar tensiones sociales entre provincias.
Cómo la crisis del agua en Irán podría provocar su colapso. Uno de los impactos más visibles de la crisis hídrica en Irán es la migración a gran escala de las zonas rurales a las urbanas. La escasez de agua ha afectado gravemente a muchas comunidades rurales que dependen de la agricultura, especialmente en provincias como Juzestán , Sistán , Baluchistán e Isfahán.
Concluyendo: Mientras en Teherán se queda sin agua, la crisis hídrica se agudiza en todo Irán. 👉 Irán se enfrenta a su peor crisis hídrica en décadas, y los funcionarios advierten que Teherán —una ciudad de más de 10 millones de habitantes— pronto podría volverse inhabitable si la sequía que azota el país continúa.
Israel Salva a Irán: La Crisis del Agua
Se avecina una alta probabilidad de que Irán enfrente una grave crisis de agua que afectará a toda la región.
¿Qué sucederá con la población iraní? ¿Corren el riesgo de morir de sed? ¿Quién podrá ayudarlos?
FUENTE: Cenital //
EDICIÓN: Erika Rojas Portilla
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