domingo, 25 de marzo de 2018

PETRA - Jordania

" UNA CIUDAD DE COLOR ROJIZO” Casi tan antigua como el mismo tiempo.

Las gigantescas montañas rojas y los inmensos mausoleos de un tiempo perdido poco tienen que ver con nuestra civilización moderna, y no piden más que ser apreciados por su verdadero valor: como una de las mayores maravillas jamás creadas por la Naturaleza y el Hombre.


Petra, la ciudad rosada de Jordania

Fundada en la antigüedad hacia el final de siglo VIII a. C. por los edomitas, fue ocupada en el siglo VI a. C. por los nabateos que la hicieron prosperar gracias a su situación en la ruta de las caravanas que llevaban el incienso, las especias y otros productos de lujo entre Egipto, Siria, Arabia y el sur del Mediterráneo. 

Los "Nabateos" constituyen un antiguo pueblo cuya actividad se desarrolló especialmente al sur y al este de Palestina. La capital la mayor parte del tiempo fue Petra, que está situada a 80 km al sudeste del mar Muerto. Su época de mayor esplendor abarca del siglo IV a. C. al I d. C. El casco urbano de Petra se repartía entre las dos riberas del río Uadi Musd, un valle encajonado entre altas rocas.


Ciudad almacén de las mercancías que procedentes de Arabia, India y del mar Rojo, eran trasladadas en largas caravanas por las rutas comerciales de la época. La posesión de los principales enclaves por donde esas rutas pasaban era uno de los objetivos de los nabateos. Palmira, al norte, fue capital del reino nabateo bajo el efímero reinado de la famosa reina Zenobia, entre los años 266 y 272 d. C.

  Petra - Antiguas Megaestructuras.



Petra,la ciudad oculta       Petra es un importante enclave arqueológico en Jordania, y la capital del antiguo reino nabateo. El nombre de Petra proviene del griego πέτρα que significa piedra, y su nombre es perfectamente idóneo; no se trata de una ciudad construida con piedra sino, literalmente, excavada y esculpida en la piedra. 



El asentamiento de Petra se localiza en un valle angosto, al este del valle de la Aravá que se extiende desde el mar Muerto hasta el Golfo de Aqaba. Los restos más célebres de Petra son sin duda sus construcciones labradas en la misma roca del valle (hemispeos), en particular, los edificios conocidos como el Khazneh (el Tesoro) y el Deir (el Monasterio).

Los tesoros de Petra  

La emoción empieza al llegar al Siq (La Garganta), un estrecho cañón, de 1.2 kilómetros de longitud, rodeado por rojizos acantilados que se elevan hasta los 80 metros de altura. Los colores y las formaciones de las rocas son alucinantes, un preámbulo de lujo antes de tener el primer impacto visual y chocarse con el Al-Khazneh, conocida como “El Tesoro” la estructura más conocida de Petra.



El Al – Khazneh es una inmensa fachada, de 28 m de ancho y 40 m de alto, excavada y esculpida en la cara de una gran pared rocosa. Se construyó en el siglo I como la tumba del rey nabateo Aretas IV.





El Monasterio o Al-Dayr es uno de los monumentos más grandes de la ciudad de Petra, mide 47 metros de ancho por 48.3 de alto. Fue construido con Khazna (El Tesoro de Petra) como modelo pero en este caso los bajo relieves fueron sustituidos por espacios para albergar esculturas. Tiene un pórtico columnado que se extiende por todo el frontal de la fachada. Como está al final de la ciudad de Petra, por las limitaciones de tiempo de los viajes organizados a Jordania.


 El Monasterio o Al-Dayr



  


Petra se fundó alrededor del siglo VI AC por árabes nabateos, una tribu nómada que se asentó en la zona y sentó los principios de un imperio comercial que llegaba hasta Siria. La hicieron prosperar gracias a su situación en la ruta de las caravanas que llevaban el incienso, las especias y otros productos de lujo entre Egipto, Siria, Arabia y el sur del Mediterráneo .La ciudad siguió en poder nabateo hasta aproximadamente el año 100 DC, cuando los romanos se hicieron con ella.

Con los años Petra estuvo bajo el control de la población local hasta el siglo XIX, cuando el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt la redescubrió en 1812.

Tumbas en la “Calle de las Fachadas”
La Calle de las Fachadas donde observamos 40 tumbas de distintos estilos y tamaños que marcan el camino hasta el gran teatro de Petra, el cual podía albergar a 8000 personas. Un denso conjunto de tumbas construidas por los nabateos en los farallones rocosos, con una cierta reminiscencia del arte asirio.

Las primeras tumbas son las denominadas Tumbas 67, 68, 69, 70 y 71.  Estas tumbas se encuentran a la izquerda del camino en dirección al teatro. A lo largo de la calle  de las fachadas podemos contrastar las elaboradas fachadas de las tumbas pertenecientes a funcionarios y clases pudientes con las más humildes pertenecientes a las clases bajas.



En las fachadas de muchas tumbas podremos ver esculpidos merlones escalonados. Elementos decorativos con origen en Mesopotamia y Babilonia que fueron utilizados por los nabateos e incluso por los árabes.



Petra es un importante enclave arqueológico en Jordania, y la capital del antiguo reino nabateo. El nombre de Petra proviene del griego πέτρα que significa piedra, y su nombre es perfectamente idóneo; no se trata de una ciudad construida con piedra sino, literalmente, excavada y esculpida en la piedra



Petra es uno de los sitios que más impresionantes. La población más cercana se llama Wadi Musa, que significa el Valle de Moisés. Wadi Musa está enfocado al turismo, así que encontrarán muchas opciones de restaurantes y tiendas de recuerdos.

Hacia el siglo VI d. C., el cambio de las rutas comerciales y los terremotos sufridos, condujeron al abandono de la ciudad por sus habitantes. Cayó en el olvido hasta que en 1812 el lugar fue redescubierto para el mundo occidental por el explorador suizo Jean Louis Burckhardt (1784-1817).

Numerosos edificios cuyas fachadas están directamente esculpidas en la roca, forman un conjunto monumental único, que a partir del 6 de diciembre de 1985 está inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. La zona que rodea el lugar es también, desde 1993, Parque Nacional arqueológico.

Desde el 7 de julio de 2007, Petra forma parte de las nuevas siete maravillas del mundo moderno.

Fundada en la antigüedad hacia el final de siglo VIII a. C. por los edomitas, fue ocupada en el siglo VI a. C. por los nabateos que la hicieron prosperar gracias a su situación en la ruta de las caravanas que llevaban el incienso, las especias y otros productos de lujo entre Egipto, Siria, Arabia y el sur del Mediterráneo. Hacia el siglo VI d. C., el cambio de las rutas comerciales y los terremotos sufridos, condujeron al abandono de la ciudad por sus habitantes. 


El agua es necesaria para el desarrollo de las actividades humanas. Las fuentes son escasas en esta región de clima semidesértico. Es el agua de lluvia, cerca de 150 mm al año, actualmente de 50 a 250 mm la que asegura las necesidades esenciales. Las fuentes sólo podrían proporcionar agua para unas pocas familias. Los nabateos construyeron un sistema de recogida y redistribución de agua, con reglas para su distribución a los habitantes.

La ciudad Oculta De Petra




EL TEATRO


Más allá de la calle de las fachadas se encuentra el teatro, que fue construido a principios del siglo I d.C., por los nabateo y ampliado y mejorado por los romanos poco después de su anexión. Esta mejora se hizo cortando algunas tumbas y casas con el fin de ampliar la parte trasera del auditorio, lo que podría dar cabida a 3000 personas. También se mejoró la acústica de la sala. Los teatros romanos eran un diseño estándar, se encontraba abierto al Siq exterior, los romanos lo cerraron por un muro y completamente separado de la calle.

 EL LUGAR DE LOS SACRIFICIOS


Desde el teatro tras una fuerte subida de media hora donde se llega hasta el alto lugar del sacrificio en la cima de la Attuf Ridge vale la pena el esfuerzo por el lugar y sobre todo por las espectaculares vistas que se tiene de la ciudad. Caminos y escaleras, que eran parte de la vía procesional original, lleva hasta la cima a través de un espectacular paisaje de montaña hasta llegar a una cumbre larga y plana.

El alto lugar de sacrificio puede haber sido creado por los nabateo, ya que la alta calidad del trabajo de la piedra lo indica, o puede remontarse a sus predecesores, los edomitas. Estos sacrificios representaban la renovación de la estrecha relación entre el hombre y sus dioses y la sangre era, por supuesto, un símbolo de la vida.

 Una cisterna se cree que proporcionaba el agua necesaria para el ritual. Después de disfrutar de las impresionantes vistas a través de los pliegues interminables de las colinas, se puede descender hasta el centro de la ciudad por un camino procesional diferente, que sigue el Wadi Farasa.

El altar de los sacrificios está excavado en la misma roca y tiene un depósito, donde se recogería agua durante los pocos días de lluvia que se disfrutan al año. El centro del altar tiene dos círculos concéntricos horadados en la piedra a diferentes alturas; en su parte más baja hay un orificio de salida para líquidos. Su función es un misterio, pero todas las interpretaciones actuales apuntan a que este sería el lugar elegido para degollar víctimas rituales en largas ceremonias al aire libre. No se sabe con certeza a qué época pertenece, pero el lugar podría haber sido reutilizado desde principios de la Edad del Hierro por todas las culturas que dominaron la ciudad.



AGUA

Petra, situada en una depresión, podía recuperar las aguas de una cuenca pluvial de 92 km2 gracias a la relativa impermeabilidad de las rocas.​ Esta baja permeabilidad del suelo plantea muchos problemas, como las inundaciones, que son muy destructivas.

De hecho, hasta que fue desviado en el siglo XX, el río Wadi Musa (Uadi Moisés), que fluye desde la fuente de Ayn Moussa (fuente de Moisés) en el Siq, hasta la aldea de Gaia, era responsable de mortíferas inundaciones como la del año 1963. También hay un pequeño Siq que se suma al Siq principal cerca de las tumbas reales.

En el siglo I, El pueblo de Petra tiene fuentes en abundancia, ya sea para fines domésticos o para regar sus jardines.
 
Las instalaciones de recogida y distribución de agua para almacenarla y transportarla a través de un terreno tan escarpado todavía son visibles, incluidos un dique o presa hidráulica y varios embalses. También hubo una amplia red de cisternas. En el noreste y sureste de Petra, las aguas fluían al Siq en galerías excavadas en la roca y recubiertas con pasta resistente al agua, o mediante una red hidráulica de tuberías suavemente inclinadas, hechas de cerámica. 

La red alimentaba de agua muchos embalses y un ninfeo o fuente pública. Una red de mayor caudal también podía captar el agua de manantiales y zonas más remotas para alimentar a los barrios más altos. Estas redes llevaban unos 40 millones de litros de agua por día a Petra.

El sistema de distribución de agua se comparó con el de Roma, de la misma época, y también muy avanzado, aunque el tamaño de las dos ciudades era muy diferente, Roma estaba mucho más poblada. No obstante, era suficiente para cubrir las necesidades de la ciudad.

El agua, de vital importancia, fue también el talón de Aquiles de la ciudad. Así los romanos cortaron el acueducto durante un asedio de la ciudad con el fin de obtener una rendición más rápida de habitantes.

El resultado de este control del agua generó, en su época, un auténtico oasis artificial. Los restos de estas instalaciones todavía son visibles.





Agricultura y ganadería

Cuando la ciudad estaba en pleno auge, el agua se utilizaba principalmente para el consumo de personas y ganado y, en una fase posterior, para regar jardines.

Los cereales, la cebada o el trigo, los árboles frutales y las vides probablemente se cultivaron en Petra. Las prensas que se encontraron excavadas en la roca, datan de la época de la dominación romana que dio al vino gran importancia.

Hoy en día, las técnicas agrícolas que utilizaron son visibles por todo el lugar: como cultivos en terrazas en el sector de Zurrabeh, creadas para luchar contra la erosión del suelo y obtener mayores rendimientos.

Desde el abandono del asentamiento, la falta de mantenimiento de las instalaciones de agua provocó la destrucción de la mayor parte de los diques y presas. Sólo unos pocos vestigios son todavía visibles, como las obras dedicadas a la distribución del agua en el lugar denominado "Jardín Romano".

Actualmente, los rebaños de cabras se ven por todo el asentamiento de Petra. Su domesticación ha quedado demostrada desde el Neolítico.

Desmontando la historia investiga nuevas pruebas que revelan los mitos y misterios detrás de las civilizaciones antiguas y las icónicas megastructuras que construyeron.  Utilizando una tecnología innovadora, esta serie examina de cerca estas maravillas antiguas para revelar cámaras y bóvedas ocultas y las separa piedra a piedra para exponer los secretos de su construcción.

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