PRESIDENTA DE LA CONFEDEREDACIÓN SUIZA EN 2015
Conciliar la voluntad ciudadana, el derecho nacional y los compromisos internacionales que ha asumido Suiza. Es la tarea más delicada que le espera a Simonetta Sommaruga, elegida el miércoles 03 – 12 - 2014 presidenta de la Confederación para el año 2015. La socialista tendrá que proponer, además, una solución para aplicar la iniciativa antiinmigración.
En
2010, cuando Simonetta Sommaruga pasó a formar parte del Consejo
Federal, el gobierno colegiado de Suiza, le fue asignado
el Ministerio
de Justicia y Policía,
una cartera que algunos consideran de ‘segunda categoría’. La
decisión enfureció entonces a los socialistas que, por primera vez
en muchas décadas, se encontraron sin representantes al frente de
los ministerios clave.
En
2015, tres representantes del Partido Socialista presidirán, por
primera vez, las dos cámaras del Parlamento y el Gobierno.
Simonetta
Sommaruga ocupará la presidencia de turno de la Confederación, el
diputado del Valais Stéphane Rossini presidirá el Consejo Nacional
(cámara baja) y el senador del Jura, Claude Hêche, el Consejo de
los Estados (cámara alta).
La
Asamblea Federal ha elegido vicepresidente al ministro de Economía,
Johann Schneider-Amman (Partido Liberal Radical, Berna).
Expediente más espinoso
En
su primer año de presidencia de turno de la Confederación, la
ministra socialista tendrá que dedicar gran parte de su tiempo a los
“derechos de la mayoría”, o sea de la voluntad expresada en las
urnas.
Sobre
ella recaerá la delicada misión de encontrar soluciones de
compromiso para poner en práctica varias iniciativas importantes que
aceptaron los ciudadanos en los últimos años, pero que chocan con
la legislación nacional o con acuerdos o tratados internacionales
que ha concluido Suiza.
En
primer lugar, la iniciativa de la Unión Democrática del Centro
(UDC, derecha conservadora) destinada a frenar la inmigración que
exige contingentes para limitar la llegada de mano de obra
extranjera.
Para
la Unión Europea (UE), las medidas
que los suizos aprobaron, el pasado 9 de febrero,
violan claramente el acuerdo de libre circulación de personas y
pueden desembocar en la suspensión de los acuerdos bilaterales entre
Berna y Bruselas.
Un voto de desconfianza hacia el Gobierno
Prensa internacional
Los
principales diarios europeos se han hecho eco de la votación,
especialmente la de los países que comparten frontera con Suiza.
“Suiza
da un portazo a la Unión Europea”, titula El
País.
“El referéndum es un ejemplo claro de la irracionalidad que se ha
apoderado del debate migratorio en todo el continente. La economía
suiza experimentó un gran auge a raíz de la entrada en vigor de la
libre circulación —entre otras cosas porque también llevaba
asociado el acceso de los productos suizos al mercado único
europeo—, el paro se ha mantenido en un modestísimo 3%, los
salarios han crecido un 0,6% anual y el control de las condiciones
laborales es mayor que nunca”.
“Suiza
levanta un muro frente a Europa” es el titular que elige El
Mundo,
que se refiere a las repercusiones del voto para ciudadanos
comunitarios que viven y trabajan hoy en Suiza.
“Tras
la consulta de este domingo, tampoco queda claro el futuro de los
ciudadanos de la UE que ya trabajan y viven en Suiza, entre ellos más
de 100.000 españoles. La
Oficina Federal de Inmigración explicó a EL MUNDO que, en
principio, las normas adoptadas ayer no afectarían a los extranjeros
ya residentes en la Confederación. Pero al mismo tiempo no lo quiso
asegurar”.
Un país dividido
“El
país está dividido en dos: los suizos francófonos están en
minoría, al igual que las zonas urbanas, que son las que realmente
están expuestas a la inmigración. Esto significa que una parte de
este país tiene miedo de la evolución en curso”, comenta Le
Temps.
Y el cantón Tesino, que limita con Italia y está especialmente
expuesto a los trabajadores fronterizos que cruzan a diario la
frontera para ganarse la vida en suelo helvético, ha expresado su
“exasperación”.
El
diario NNZ de Friburgo presagia, de hecho, “una era glaciar”
entre Berna y Bruselas. Pues la decisión de reestablecer cupos de
inmigrantes ha propinado una “magistral bofetada a Europa”, según
la Tribune
de Genève,
y habrá que dotarse de una buena dosis “de ingenio y pragmatismo”
para salir del atolladero.
La
UE es el principal socio comercial de Suiza. Esta ardua tarea recaerá
en el Gobierno
El NZZ subraya
que la libre movilidad de trabajadores es un fundamento de la Europa
unida y el mercado único, y se pregunta sobre las consecuencias de
este veredicto para las relaciones bilaterales con Bruselas. Lo único
cierto, escribe, es que “no favorece a la economía suiza y, por
ende, tampoco al bienestar de la población”.
Dado
lo que está en juego, nada más y nada menos que el futuro de las
relaciones con el principal socio comercial de Suiza, Simonetta
Sommaruga tendrá en las manos el que previsiblemente será el
expediente más espinoso durante el año electoral 2015.
La
titular de la cartera de Justicia que, según sus propias palabras,
en la política valora sobre todo la confrontación de ideas y la
concordancia, intentará en los próximos meses buscar la cuadratura
del círculo entre el respeto de la democracia directa, por un lado,
y los compromisos asumidos con la UE, por otro. Con ese fin
aprovechará la presidencia anual para multiplicar las reuniones con
los mandatarios europeos – está prevista, entre otras, la visita a
Suiza del presidente francés François Hollande.
Primacía del derecho suizo
Sobre
el escritorio de la futura presidenta de la Confederación reposa aún
la no menos espinosa iniciativa ‘Para
la expulsión de los extranjeros que delinquen’,
lanzada por la UDC y aprobada en las urnas en 2010. El texto estipula
que perderán el permiso de estancia en Suiza y serán ser expulsados
a su país de origen todos los ciudadanos extranjeros condenados por
delitos graves, pero también por algunos menores, como los robos.
DECISIÓN DE LAS URNAS
Pederastas nunca más trabajarán con niños
La ciudadanía suiza aprobó una iniciativa para que los convictos por pederastia no puedan trabajar nunca más con menores o personas dependientes, y otra para fortalecer la medicina familiar. Al mismo tiempo, rechazó la introducción de un salario mínimo legal y la compra de 22 aviones de combate Gripen.
Las
dos cámaras del Parlamento siguen divididas sobre cómo aplicar esta
iniciativa que, según varios expertos, no solo va en contra de los
acuerdos concluidos con la UE, sino también contra el Convenio
Europeo de Derechos Humanos. Para presionar al Gobierno y al
Parlamento, la UDC ha anunciado una nueva iniciativa que pide la
primacía del derecho suizo sobre el internacional.
Simonetta
Sommaruga tendrá que ocuparse también de la iniciativa ‘Para
que los pederastas no trabajen más con niños’,
que los suizos aceptaron el pasado 18 de mayo, en contra de la
recomendación del Gobierno. Traducir en ley esta iniciativa
representa otro dilema para la ministra de Justicia: las sanciones
previstas se aplicarán incluso en caso de delitos menores de
pederastia y, por tanto, van en contra del principio de
proporcionalidad, uno de los pilares del Estado de derecho.
El sempiterno tema del asilo
La
nueva presidenta tampoco podrá descuidar la revisión de la ley de
asilo. El primer proyecto que presentó en 2012 se fijaba como
objetivo acelerar los procedimientos de evaluación de las demandas y
centralizar en la Confederación la gestión de los centros de
acogida de los solicitantes. De este proyecto, sin embargo, queda
bien poco: la mayoría de centroderecha del Parlamento lo ha
transformado en un nuevo paquete de medidas destinadas a endurecer el
derecho de asilo.
En
septiembre pasado, Simonetta Sommaruga volvió a la carga con nuevas
propuestas para que los procedimientos fueran más rápidos y menos
costosos: el examen de la mayor parte de las demandas no debería
durar más de 140 días. Incluso en ese caso persistirá el problema
de la repatriación de los solicitantes de asilo o su devolución a
un país europeo, en el que presentaron la petición de asilo. La
semana pasada, Berna y Roma llegaron a un nuevo acuerdo, por el que
Italia se compromete a garantizar estructuras de acogida idóneas.
Pero el alcance del acuerdo con el país desde el que llega el mayor
número de solicitantes es incierto.
Ministra atípica
Aunque
su cargo la obliga a ocuparse de sutilezas jurídicas, la titular de
Justicia no es jurista, como la mayoría de sus predecesores en el
cargo, ni dispone de un título universitario.
Tiene
un diploma de pianista del Conservatorio de Lucerna y su compromiso
político se remonta a la época en la que trabajaba en la casa de
acogida de mujeres en Friburgo y ganó popularidad al defender los
derechos de los consumidores.
Es
una mujer menuda, tímida y reservada, pero también extremadamente
competente, pragmática y tenaz, habilidades que le han valido el
respeto y elogios incluso de sus adversarios, tanto en el Parlamento
como en el Gobierno.
Una
de sus principales cualidades es saber escuchar. “Es lo que he
aprendido de la música”, explica Simonetta Sommaruga. Una cualidad
que necesitará para afrontar los difíciles desafíos que le esperan
durante la presidencia anual.
Por Armando
Mombelli, swissinfo.ch
Traducción del italiano: Belén Couceiro
Traducción del italiano: Belén Couceiro
REFERENCIA:
SWI SWISINFO.CH
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