PRESIDENTA DE LA CONFEDEREDACIÓN SUIZA EN 2015
Simonetta
Sommaruga
Nacida
en 1960 en Zug y criada en el cantón de Argovia, aunque tiene raíces
tesinesas, Simonetta Sommaruga obtuvo en 1983 el diploma de pianista
en el Conservatorio de Lucerna.
Después
de abandonar la música como profesión y los estudios de Literatura
Inglesa y Española en Friburgo, en 1993 asumió la dirección de la
Fundación para la Protección de los Consumidores, de la que fue
presidenta en 2000.
Afiliada
al Partido Socialista desde 1986, en 2001 firma un manifiesto
en el que propone una línea política más liberal que le vale duras
críticas del ala más izquierdista del partido y del sindical.
En
1999 es elegida diputada, en 2003, senadora, y en 2010, miembro del
gobierno colegiado.
Conciliar la voluntad ciudadana, el derecho nacional y los compromisos internacionales que ha asumido Suiza. Es la tarea más delicada que le espera a Simonetta Sommaruga, elegida el miércoles 03 – 12 - 2014 presidenta de la Confederación para el año 2015. La socialista tendrá que proponer, además, una solución para aplicar la iniciativa antiinmigración.
En
2010, cuando Simonetta Sommaruga pasó a formar parte del Consejo
Federal, el gobierno colegiado de Suiza, le fue asignado
el Ministerio
de Justicia y Policía,
una cartera que algunos consideran de ‘segunda categoría’. La
decisión enfureció entonces a los socialistas que, por primera vez
en muchas décadas, se encontraron sin representantes al frente de
los ministerios clave.
En
2015, tres representantes del Partido Socialista presidirán, por
primera vez, las dos cámaras del Parlamento y el Gobierno.
Simonetta
Sommaruga ocupará la presidencia de turno de la Confederación, el
diputado del Valais Stéphane Rossini presidirá el Consejo Nacional
(cámara baja) y el senador del Jura, Claude Hêche, el Consejo de
los Estados (cámara alta).
La
Asamblea Federal ha elegido vicepresidente al ministro de Economía,
Johann Schneider-Amman (Partido Liberal Radical, Berna).
Con
el espíritu conciliador que la caracteriza, la nueva ministra
intentó minimizar el ‘golpe bajo’ asestado a su partido y
resaltar la importancia de su Ministerio. “Tengo un gran sentido de
la justicia” y este cargo me permitirá ocuparme:
“de
los derechos de los más débiles y de quienes más protección
necesitan”, declaró entonces Simonetta Sommaruga, y citó a las
minorías, mujeres discriminadas o maltratadas, hijos de padres
divorciados, solicitantes de asilo, víctimas del tráfico de seres
humanos.
La
ministra de Justicia y Policía se ha volcado en cuerpo y alma en
estos temas desde su ingreso en el Ejecutivo y ha lanzado un sinfín
de propuestas, proyectos de ley, mesas redondas.
A
finales de noviembre, logró convencer al Gobierno del proyecto de
ley que prevé la introducción de una cuota mínima del 30% de
mujeres en los consejos de administración de las empresas suizas que
cotizan en Bolsa.
Otro
proyecto propone que quienes viven en concubinato y las uniones
homosexuales puedan adoptar los hijos de su pareja.
La
titular de la cartera de Justicia que, según sus propias palabras,
en la política valora sobre todo la confrontación de ideas y la
concordancia, intentará en los próximos meses buscar la cuadratura
del círculo entre el respeto de la democracia directa, por un lado,
y los compromisos asumidos con la UE, por otro. Con ese fin
aprovechará la presidencia anual para multiplicar las reuniones con
los mandatarios europeos – está prevista, entre otras, la visita a
Suiza del presidente francés François Hollande.
Ministra atípica
Aunque
su cargo la obliga a ocuparse de sutilezas jurídicas, la titular de
Justicia no es jurista, como la mayoría de sus predecesores en el
cargo, ni dispone de un título universitario.
Tiene
un diploma de pianista del Conservatorio de Lucerna y su compromiso
político se remonta a la época en la que trabajaba en la casa de
acogida de mujeres en Friburgo y ganó popularidad al defender los
derechos de los consumidores.
Es
una mujer menuda, tímida y reservada, pero también extremadamente
competente, pragmática y tenaz, habilidades que le han valido el
respeto y elogios incluso de sus adversarios, tanto en el Parlamento
como en el Gobierno.
Una
de sus principales cualidades es saber escuchar. “Es lo que he
aprendido de la música”, explica Simonetta Sommaruga. Una cualidad
que necesitará para afrontar los difíciles desafíos que le esperan
durante la presidencia anual.
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