La
Ballena Franca Austral pertenece al suborden de los misticetos. Su
nombre científico Eubalaena
australis.
Para los cazadores era la ballena correcta para ser cazada, ya que
flotaba al morir, tenía hábitos costeros y nadaba lentamente. Por
lo tanto, era fácil de cazar. Si bien en 1937 recibió protección
internacional, su cacería continuó en algunos lugares del mundo
hasta las décadas del 70.
Todos los años, durante el mes de Julio, la ballena franca del sur llega a estas costas de la Patagonia argentina para parir y criar a sus ballenatos. Su carácter apacible hace posible el acercamiento a pocos metros de ellas para disfrutar del maravilloso espectáculo de sus saltos y evoluciones es el mar. Al acercarse el verano austral, en el mes de Noviembre, estos colosos abandonan las costas de Península Valdés para dirigirse hacia el sur en busca de aguas más ricas en krill, su principal alimento.
Así, poco a poco, aumenta el espesor de la capa de grasa que tienen bajo la piel, la que les servirá para conservar el calor del cuerpo, igual que lo hacen los trajes que usan los buceadores humanos. Además, la grasa es una excelente reserva de energía para los meses en que no comen, es decir, durante la migración y mientras permanecen en las áreas de cría, donde el alimento es muy escaso y representa un “simple aperitivo”.
Se
estima que la población mundial de ballenas francas australes era de
entre 55.000
y 70.000 individuos
antes de la cacería comercial. Actualmente a pesar que las
poblaciones se recuperan a una tasa del 5,1 %, tras mas de70 años de
protección internacional su tamaño poblacional representa el 25 %
de la original. Actualmente se estima que hay aproximadamente entre
12.000
y 17.000 ballenas
francas australes en todo el Hemisferio Sur.
La
población que utiliza anualmente el area de cría de Península
Valdes llegan más de 1000 ballenas francas australes en un gran
despliegue de vida: hembras
que dan a luz a sus crias, hembras y machos adultos que vienen a
aparearse, juveniles que vienen a hacer sociales y otras hembras
adultas traen consigo a las crías para su destete.
La
Península Valdés es
uno de los objetivos prioritarios para los naturalistas que visitan
el continente sudamericano, y la razón es que quizás sea el lugar
del mundo donde es más fácil la
observación de las grandes ballenas.
observación de las grandes ballenas.
La península
Valdés es
un accidente costero sobre el mar
Argentino,
en la provincia
del Chubut, Argentina y
es
parte de los nueve Patrimonios de la Humanidad declarado por la Unesco en Argentina. Presenta una porción de tierra de contorno casi triangular unida al continente por el istmo Carlos Ameghino. Su centro geográfico se ubica hacia las coordenadas: 42°31′S 63°55′O.
parte de los nueve Patrimonios de la Humanidad declarado por la Unesco en Argentina. Presenta una porción de tierra de contorno casi triangular unida al continente por el istmo Carlos Ameghino. Su centro geográfico se ubica hacia las coordenadas: 42°31′S 63°55′O.
Península
Valdés recibe la mayor población reproductora de ballenas
francas australes,
con más de 2000 catalogadas por el Whale
Conservation Institute y
el Ocean
Alliance.
La región contiene seis reservas naturales, y está considerada uno
de los principales y más importantes destinos de avistamiento
de ballenas en
el planeta, particularmente alrededor de Puerto
Pirámides y
la ciudad de Puerto
Madryn.
Además se avistan delfines, toninas
overas, pingüinos,elefantes
marinos y
gran variedad de aves, entre otros.
Todos los años, durante el mes de Julio, la ballena franca del sur llega a estas costas de la Patagonia argentina para parir y criar a sus ballenatos. Su carácter apacible hace posible el acercamiento a pocos metros de ellas para disfrutar del maravilloso espectáculo de sus saltos y evoluciones es el mar. Al acercarse el verano austral, en el mes de Noviembre, estos colosos abandonan las costas de Península Valdés para dirigirse hacia el sur en busca de aguas más ricas en krill, su principal alimento.
Claves
para reconocer una Ballena Franca Austral
- Cabeza grande (1/3 del largo del cuerpo)
- Callosidades sobre la cabeza cubiertas de ciámidos
- Aletas pectorales anchas y cortas
- Sin aleta dorsal
- Cuerpo normalmente negro, a veces con manchas blancas, grises o marrones.
- Manchas irregulares blancas en el vientre
- Soplido en forma de V.
Dimensiones
- Peso: 40 a 60 toneladas
- Longitud: 15 metros (hembras más largas que los machos)
- Crías al nacer: 3 a 5 metros.
Datos
Interesantes
- Tiene sólo unos pocos pelos, en los labios y la parte equivalente a nuestro mentón.
- Las callosidades están en los mismos lugares de la cara en donde nosotros tenemos pelos como los bigotes, la barba y las cejas.
- Dentro de su boca hay 450 barbas, de hasta 2,5 m de largo, que están hechas del mismo material que los pelos y las uñas.
- La capa de grasa puede tener hasta medio metro de espesor, por ejemplo, en el “rollo” del cuello (detrás de los orificios nasales).
- A pesar de ser un animal tan grande, se alimenta de otros muy pequeños: un diminuto camarón llamado krill y de copépodos.
- Por día puede comer hasta 2 toneladas (*) de alimento.
- Las hembras, que llegan a medir 17m de largo, son más grandes que los machos, de 15m.
- Las crías, al nacer, miden de 3 a 5m y pesan de 2 a 3 toneladas. En las primeras semanas de vida pueden aumentar hasta 150 kg por día.
- En promedio, las hembras tienen una cría cada tres años.
- La gestación dura 12 meses y el destete se produce al final del primer año de vida del ballenato.
¿Cuántas
especies de Ballenas Francas hay?
La
mayoría de los científicos coinciden en que hay tres especies de
ballenas francas: una en el Pacífico norte, una en
el Atlántico norte, y la tercera en el Hemisferio
sur, en la región austral de los océanos Atlántico, Pacífico
e Indico. Sus poblaciones parecen haber sido grandes durante varios
millones de años antes de que la explotación humana las redujera
casi hasta la extinción. Estas especies han estado separadas con
poca o ninguna migración a través del ecuador desde hace unos cinco
millones de años. Por eso, a pesar de que las ballenas francas
resultan más o menos idénticas, en realidad son tres especies
diferentes y de hecho, han estado separadas más o menos por el mismo
lapso de tiempo que los humanos y los chimpancés.
¿Por
qué migran las ballenas? : La mayoría de las
especies de ballenas no vive en un lugar fijo. Esto se debe a que
necesitan, por un lado, abundante comida que les aporte la energía
suficiente para realizar todas sus actividades, y por otro,
condiciones adecuadas para que sus crías nazcan y se desarrollen en
los primeros meses de vida. Como ambas condiciones no se dan en un
mismo sitio, las ballenas se trasladan de un lugar a otro, en largos
recorridos conocidos como migraciones.
Rango
de Distribución de la Ballena Franca Austral
Se
distribuye únicamente en el Hemisferio Sur entre los 20°
y 60 ° de latitud en los Océanos Atlántico y Pacífico Norte,
Atlántico Sur, Indico Sur y parte del Pacífico Sur. En la
actualidad, existen cuatro poblaciones distribuidas en en Nueva
Zelanda, Sudáfrica, Chile y Atlántico sudoccidental (
Argentina, Brasil y Uruguay). Es una especie altamente migratoria. En
estos viajes anuales cubre largas distancias, de miles de kilómetros,
entre las zonas donde se alimenta en verano -en latitudes altas, en
las aguas muy frías próximas a la Antártida e Islas
Subantárticas-, y las zonas donde cría en invierno -en latitudes
más bajas, de aguas más templadas, como Península Valdés y el sur
de Brasil.
¿Qué
come?
Si
bien unas pocas especies de ballenas comen pequeños peces, la
mayoría se alimenta de zooplancton. Se trata de diminutos animales,
entre ellos crustáceos y larvas de otros organismos, que se
dejan llevar por el agua, ya que no tienen movimientos propios que
les permitan enfrentar a las corrientes marinas. La Ballena
Franca Austral come pequeños integrantes del zooplancton,
conocidos como krill, un crustáceo similar a un camarón que abunda
en el hemisferio sur, y en ocasiones también otros crustáceos
más pequeños llamados copépodos. El krill no supera los 6 cm de
largo. Aunque es muy pequeño comparado con el enorme tamaño de la
Ballena Franca, representa un alimento muy nutritivo, por su
alto contenido de proteínas. De todos modos, debe comer grandes
cantidades, y en un día puede llegar a ingerir 2 toneladas
¿Cómo
se alimentan?
Una
característica de los misticetos es que, a diferencia de los
odontocetos, no tienen dientes sino barbas, que están hechas de
queratina, la misma sustancia que forma las uñas y los pelos.
Cada barba es una larga lámina triangular que cuelga del maxilar
superior. En el borde interno que da hacia el interior de la boca,
presenta flecos que se entrelazan formando una red o filtro.
La
Ballena Franca Austral tiene 225 barbas de cada lado de la boca (450
en total). Las barbas se gastan continuamente por la fricción de la
lengua, pero continúan creciendo desde el maxilar superior.
Algo similar a lo que ocurre con nuestras uñas. Para alimentarse,
las Ballenas Francas nadan en la superficie o debajo de ella con
la boca abierta. El agua y la comida entran por el frente de la
boca, que deja un espacio libre entre las hileras de barbas de cada
lado. La separación entre las barbas permite salir el agua pero
no la comida, que queda retenida en el filtro formado por los flecos.
A este método se lo conoce como filtrado continuo. Cada tanto,
cierran la boca, con la lengua empujan hacia la garganta la
comida retenida en las barbas, y la tragan.
La
Ballena Franca Austral se alimenta de zooplancton, en particular de
organismos muy pequeños denominados krill y copépodos. Como éstos
se encuentran cerca de la superficie, las ballenas no necesitan
bucear para alimentarse, como lo hacen los delfines y el cachalote.
¿Donde se alimenta?
Las áreas de alimentación son los lugares donde las ballenas se concentran para comer. Para las Ballenas Francas Australes del Atlántico Sudoccidental, se consideraban ubicadas en aguas cercanas a la Antártica e Islas Subantárticas. Pero los investigadores detectaron otras áreas por encima de los 40º S, es decir, bastante lejos de las aguas antárticas. Por eso, se estima que hay más de un área de alimentación en el Atlántico Sur. Mientras permanecen allí, las ballenas comen todos los días y durante casi todo el tiempo.
Así, poco a poco, aumenta el espesor de la capa de grasa que tienen bajo la piel, la que les servirá para conservar el calor del cuerpo, igual que lo hacen los trajes que usan los buceadores humanos. Además, la grasa es una excelente reserva de energía para los meses en que no comen, es decir, durante la migración y mientras permanecen en las áreas de cría, donde el alimento es muy escaso y representa un “simple aperitivo”.
En
Península Valdés, en octubre y noviembre, ocasionalmente se ven
ballenas alimentándose de copépodos, krill y larvas de langosta
bogavante.
Después
de pasar tres a cuatro meses alimentándose, las ballenas están
listas para emprender el viaje. La disminución de la cantidad de
horas de luz les da el aviso de que hay que partir.
La alimentación y
su influencia en el éxito reproductivo
Las
ballenas son mamíferos y como todo mamífero amamantan a sus crías
al igual que lo hacemos nosotros los humanos y tantos otros animales
como perros, ratones, leones, etc. Una de las grandes
diferencias entre las ballenas y la mayoría de los mamíferos es que
las madres no se alimentan cuando están amamantando a sus crías
y por lo tanto deben producir la leche a partir de sus reservas
internas. En el caso de los humanos y otros mamíferos que no
acumulan grandes reservas de grasa, la producción de leche debe
ser mantenida con una alimentación frecuente. La leche de ballena es
muy rica en grasa (lípidos) y proteínas, aunque la proporción
de hidratos de carbono (azúcares) es muy baja. Las ballenas
utilizan principalmente las reservas de la capa de grasa subcutánea
para producir los lípidos de la leche y las reservas de los
músculos las cuales proveen las proteínas de la leche. Estas
reservas de grasa y músculo son obtenidas durante la temporada de
alimentación previa al nacimiento de las crías. De este modo,
las ballenas necesitan alimentarse para mantener su cuerpo
funcionando como cualquier otro animal, pero además para un
buen desarrollo del feto y para acumular las reservas necesarias
producir leche durante la temporada de cría.
No
es raro entonces que problemas en la reproducción de las ballenas
estén asociados a la falta de alimento. Hace algunos años,
investigadores del programa ballena franca austral demostraron
que las ballenas francas que visitan Península Valdés tienen menos
crías de lo esperado en años posteriores al fenómeno de El Niño.
Se sabe que el fenómeno de El Niño produce un aumento en la
temperatura de ciertas zonas del mar antártico, y como consecuencia
la abundancia del krill disminuye. Dado que el krill es un
componente importante en la dieta de las ballenas francas, es de
esperarse que su disminución afecte la reproducción de las
ballenas. Asimismo, el gran número de crías varadas muertas en
las costas de Península Valdés en los últimos años ha llevado a
reevaluar todas las posibles causas de muerte, entre ellas la falta
de alimento como causa de estrés nutricional en las madres y sus
crías.
COMPORTAMIENTO
Cuando
están en la superficie, las ballenas francas presentan una variedad
de comportamientos. Los más activos incluyen saltos, golpes de la
cola y las aletas pectorales sobre el agua.
En Península Valdés también se observan comportamientos relacionados a la reproducción y la crianza. Es muy frecuente ver a pares de madre y cría descansando en la superficie en cercanías de grupos de cortejo y cópula, con todo el despliegue visual que los mismos generan.
En las costas de Chubut es posible ver una postura de descanso única, con la espalda arqueada para mantenerla debajo del agua, y así evitar el hostigamiento que reciben de las gaviotas cocineras que las picotean para alimentarse de su piel y grasa. Si tenés oportunidad de observar ballenas en su hábitat, te recomendamos tomarte tiempo para poder observar sus comportamientos y adentrarte así en su fascinante mundo.
En Península Valdés también se observan comportamientos relacionados a la reproducción y la crianza. Es muy frecuente ver a pares de madre y cría descansando en la superficie en cercanías de grupos de cortejo y cópula, con todo el despliegue visual que los mismos generan.
En las costas de Chubut es posible ver una postura de descanso única, con la espalda arqueada para mantenerla debajo del agua, y así evitar el hostigamiento que reciben de las gaviotas cocineras que las picotean para alimentarse de su piel y grasa. Si tenés oportunidad de observar ballenas en su hábitat, te recomendamos tomarte tiempo para poder observar sus comportamientos y adentrarte así en su fascinante mundo.
¿Donde se reproduce?
Cada año, a fines de abril comienzan a llegar las primeras Ballenas Francas a Península Valdés y, a medida que pasan las semanas, su presencia es más numerosa. éste es el lugar elegido como área de cría: donde nacen los ballenatos, y también donde algunos machos y hembras se aparean. Las ballenas no viajan anualmente a tener cría en Península Valdés. Se estima que, en promedio, tienen un ballenato cada tres años, a partir de su edad de madurez sexual, que es a los nueve años de edad en promedio. Las hembras más jóvenes que se han registrado con crías tienen siete años de edad.
¿Quién será el padre del futuro ballenato? Los científicos sostienen que se da una “competencia espermática”. Los machos de Ballena Franca producen una enorme cantidad de esperma, que contiene los espermatozoides. Y la competencia ocurre dentro del cuerpo de la hembra, entre los espermatozoides de varios machos. Entonces, el que produzca más cantidad de esperma tendrá más probabilidades de fecundar al único óvulo de la hembra.
Los machos no participan en el cuidado de las crías, y se desconoce quién es el padre de cada ballenato. Sólo es posible reconocer a la madre, ya que permanece siempre junto a su cría durante los primeros meses de vida de ésta.
Una manera de conocer las relaciones de parentesco entre las ballenas es analizando su ADN (material genético). Para lograrlo, los investigadores toman pequeñas muestras de piel para estudiar el ADN de sus células.
¿Cómo se reproducen?
Como todos los mamíferos, las ballenas son vivíparas: la cría se desarrolla completamente dentro del cuerpo de su madre. En la Ballena Franca Austral la gestación dura doce meses, a cuyo término nace una única cría. No hay registro de nacimientos de mellizos en esta especie.
Las ballenas no forman pareja. Según la especie, tienen distintos modos de aparearse, y el de las Ballenas Francas es uno de los más curiosos. Comúnmente se forman grupos de cortejo y cópula, integrados por una hembra y varios machos. Ellos compiten entre sí e intentan aparearse con la hembra. Incluso, suelen darse “peleas” entre machos que, utilizando las callosidades de sus cabezas -así como los ciervos emplean sus cornamentas-, compiten entre sí para aparearse con la hembra.
La hembra es muy selectiva al momento de permitir la cópula, y estimula la competencia entre los machos. Sin embargo, la verdadera competencia es entre sus espermatozoides, dentro del cuerpo de la hembra. Así, el padre de su cría de la temporada, y el que le transmitirá sus genes, será el macho “más fuerte y sano”.
Muchas ballenas que paren en Península Valdés no son vistas allí el año anterior. Esto indicaría que la cópula con fertilización se da en otras áreas. Por eso se habla de Península Valdés como área de cría, ya que no existe la certeza de que los ballenatos hayan sido concebidos allí.
Grupos
de Apareamiento
El
apareamiento se produce en grupos de cópula formados por varios
machos que compiten por el acceso a una hembra, que muchas veces
intenta escapar de cópulas no deseadas. Estos grupos ofrecen un
espectáculo visual grandioso, por el intenso despliegue de actividad
de los animales.
Hay
muchos giros en esos grupos, la mayoría de los cuales parecen ser
esfuerzos de la hembra por escapar de cópulas no deseadas. La
postura de cópula normal es vientre contra vientre, en la que la
hembra se mantiene con el dorso hacia arriba y el macho se coloca
panza arriba debajo de ella, manteniendo la respiración.
La
técnica habitual usada por una hembra de ballena franca para evitar
apareamientos no deseados es mantenerse panza arriba en
la superficie, de manera que su hendidura ventral quede
inaccesible para el o los machos. Por su parte, los machos se
posicionan alrededor de la hembra con un macho a cada lado,esperando
pacientemente, y un tercero panza arriba debajo de ella manteniendo
la respiración por largos períodos, aguardando el momento en que la
hembra comience a girar para exponer sus espiráculos al aire para
respirar.
Nacimiento y desarrollo de los ballenatos
Cada año, entre las ballenas que llegan a Península Valdés, un gran número son hembras preñadas, y entre julio y agosto ocurre la mayoría de los nacimientos. Es el acontecimiento más esperado por todos. El ballenato ve por primera vez la luz y respira aire fresco ayudado al principio por su madre, quien lo empuja hasta la superficie. Enseguida empieza a sentir hambre y su madre lo amamanta con una leche espesa, que contiene mucha grasa para un rápido crecimiento.
Durante su primer año de vida el ballenato toma leche, que la madre arroja como un chorro en su boca, desde las mamas ubicadas en el vientre, a ambos lados de la hendidura genital. Ese será el único alimento del ballenato en su primera migración al sur. Desde que nace, el ballenato puede moverse por sí mismo, aunque algo torpemente al principio. Junto a su madre, aprenderá la ruta a seguir hacia las áreas de alimentación en viajes futuros, ya que al segundo año de vida, deberá hacerlo solo.
Una especie, diferentes poblaciones: Los científicos denominan población al conjunto de individuos de una misma especie que comparten el mismo ambiente, en un mismo tiempo, y que pueden reproducirse entre ellos. De acuerdo a esta definición, todas las Ballenas Francas Australes que se avistan en las costas de Argentina, Brasil y Uruguay pertenecen a la misma población. Tanto las costas del sur de Brasil como las de Chubut son el área de cría.
¿Más de una zona de cría? : Basándose en la fotoidentificación de individuos, los científicos descubrieron que existe más de un área de cría para las Ballenas Francas Australes de Península Valdés. En ese descubrimiento tuvo mucho que ver una hembra llamada Troff y otras ballenas que fueron registradas tanto en en Argentina y en el sur de Brasil. Estas observaciones permitieron confirmar que las Ballenas Francas Australes tienen cría algunos años en Península Valdés, y otros en Brasil.
Una especie, diferentes poblaciones: Los científicos denominan población al conjunto de individuos de una misma especie que comparten el mismo ambiente, en un mismo tiempo, y que pueden reproducirse entre ellos. De acuerdo a esta definición, todas las Ballenas Francas Australes que se avistan en las costas de Argentina, Brasil y Uruguay pertenecen a la misma población. Tanto las costas del sur de Brasil como las de Chubut son el área de cría.
Entre ballenas
Mientras las Ballenas Francas se encuentran en Península Valdés, es posible observar diferentes comportamientos. Los mismos dan una idea de cómo se relacionan entre sí. No todas las ballenas que llegan cada año vienen a parir a su cría. Algunos son ballenatos nacidos el año anterior, que arriban con su madre para ser destetados. Otras son ballenas juveniles, de más de un año pero que aún no alcanzaron la edad reproductiva. También llegan machos adultos, y hembras adultas que no parirán en esa temporada. El hecho de que todos compartan el área de cría en el mismo momento, no significa que se relacionen de la misma manera. A través de los años de observaciones, fue posible aprender cómo se vinculan ballenas de diferentes edades y sexos entre sí. Y lo más importante, cómo influyen esas relaciones en su supervivencia y la de su población.
¿Más de una zona de cría? : Basándose en la fotoidentificación de individuos, los científicos descubrieron que existe más de un área de cría para las Ballenas Francas Australes de Península Valdés. En ese descubrimiento tuvo mucho que ver una hembra llamada Troff y otras ballenas que fueron registradas tanto en en Argentina y en el sur de Brasil. Estas observaciones permitieron confirmar que las Ballenas Francas Australes tienen cría algunos años en Península Valdés, y otros en Brasil.
Dado que la Ballena Franca Austral elige zonas costeras como Península Valdés para pasar parte de su ciclo de vida, existen normativas para protegerla en ese lugar. Pero si se trata de conservar las áreas de cría, hoy se sabe que el sur de Brasil también es una de ellas. Además, aun protegiéndolas en esas áreas, durante el resto del año, cuando migra y pasa por aguas internacionales, puede quedar expuesta a muchos peligros.
Por lo tanto, conocer las rutas migratorias, además de las áreas de cría y de alimentación, es una importante tarea para los científicos. Ese conocimiento permitirá protegerlas a lo largo de todo su recorrido y durante todo el año, mas allá de los países y territorios que atraviesen. Con esa intención, se crearon los Santuarios de Ballenas, que son vastas zonas oceánicas de jurisdicción internacional, en donde las ballenas están protegidas, ya que allí se prohíbe su caza comercial.
Pero los Santuarios existentes cubren en especial las aguas que rodean la Antártida, que incluye algunas de sus áreas de alimentación. Sin embargo, aún son necesarios más, que las protejan de la caza en otros lugares donde se alimentan, en sus áreas de cría y también en su recorrido. Estas son decisiones que deben tomar en conjunto todos los países, y en particular, es fundamental el compromiso de aquellos por cuyas aguas pasan las ballenas durante sus migraciones.
Madres y crías
Los primeros meses de las crías son cruciales para su supervivencia. Deben alimentarse con la leche de su madre, desarrollarse y adquirir las fuerzas necesarias para su primer viaje hacia las áreas de alimentación. Por eso, en ese tiempo resulta fundamental la relación con su madre. Cuando los ballenatos son recién nacidos, las madres mantienen un fuerte contacto físico con ellos. Muchas veces las crías se alejan, para jugar o explorar el ambiente, y sus madres nadan hacia ellas para mantenerlas “bajo control”. Además, pasan gran parte del tiempo descansando juntas. Esta relación se modifica cuando las madres regresan con sus crías de un año de edad, ya próximas a ser destetadas. Se genera el denominado “conflicto madre-cría”. Ahora es la madre quien intenta separarse. Ella necesita recuperar sus reservas de energía y prepararse para la próxima preñez. La cría, en cambio, busca mantenerse cerca de su madre, que hasta ese momento fue su fuente de alimento y protección. La separación es inminente, ya que la joven ballena está en edad de iniciar su vida independiente.
Madre con cría
Las hembras amamantan a sus ballenatos en las bahías protegidas de Península Valdés y permanecen en la zona durante los tres primeros meses de vida de los cachorros. Aunque siempre hay tiempo para juegos, las madres pasan una buena parte del día descansando con sus crías. Muchas veces las crías se alejan, para jugar o explorar el ambiente, y sus madres nadan hacia ellas para mantenerlas “bajo control”. Cuando los ballenatos tienen aproximadamente tres meses inician la migración hacia las áreas de alimentación. Creemos que el declive gradual de las playas de Península Valdés es uno de los rasgos topográficos que más atrae a las hembras para elegir esta zona como área de cría, ya que les permite estar cerca de la costa con la profundidad necesaria para proteger a sus crías.
Juveniles y adultos
Las ballenas juveniles no se reproducen ni se alimentan en Península Valdés. Sin embargo, muchos juveniles llegan cada año y permanecen allí varios meses, junto a otras ballenas de diferentes edades. Aparentemente no representaría ninguna ventaja hacer un recorrido tan largo desde sus áreas de alimentación. Entonces, ¿por qué vienen a Península Valdés? Gracias a la observación de juveniles, se sabe que la mitad del tiempo permanecen solos, y el resto socializando, en particular con otros juveniles. Además, suelen jugar tanto solos como con otras ballenas, e incluso con objetos flotantes como algas o sogas.
Pero, según parece, tampoco tienen los mismos comportamientos los juveniles de diferentes sexos. Las hembras juegan más con los ballenatos e interactúan con madres y crías, quizás para aprender a ser madres. Los machos, en cambio, se relacionan más con otros machos jóvenes. Tal vez sea una manera de establecer lazos sociales que pueden ser importantes para el futuro.
Por lo tanto, los juveniles sí tendrían una ventaja al visitar cada año Península Valdés: “aprender a ser ballenas”. Las relaciones sociales que establecen y los comportamientos que practican, en un área relativamente pequeña y con altas posibilidades de socialización, marcarán su vida de adultos y su futuro éxito reproductivo.
Protegidas en su ruta
El viaje continúa
Durante su permanencia en Península Valdés, madre y cría se preparan para recorrer una distancia muy larga, hacia las áreas de alimentación. La madre gastó mucha grasa, que usó como fuente de energía durante el ayuno, y para producir leche y amamantar a su cría. Ahora tiene que reponer esa grasa comiendo en las frías aguas del Atlántico Sur. Si bien la mayoría de las ballenas de Península Valdés realiza un viaje de migración similar, no lo hacen todas a la vez. Según la edad y el sexo, algunas parten antes y otras después. Los primeros en dejar Península Valdés son los adultos: machos y hembras sin cría. Luego parten los juveniles, y finalmente las madres y sus ballenatos.
Aleta
caudal fuera del Agua
Uno
de los comportamientos más enigmáticos de las ballenas es lo que
aparenta ser navegación a vela: ellas mantienen su cola fuera del
agua, dejándose llevar por el viento. Hemos observado ballenas
navegar así hasta por hasta 21 minutos continuos.
Golpe
de Cola y Aletas Pectorales
También
son frecuentes los impactantes golpes de la cola y de las aletas
pectorales contra el agua. Durante los golpes de cola, las ballenas
se posicionan con la cabeza a unos 10 metros de profundidad, se
arquean y castigan la superficie con su poderosa aleta caudal. Es
frecuente ver tanto a adultos como a ballenatos con este
comportamiento que se cree que tienen una función de comunicación.
Desde el primer mes de vida se puede ver a los ballenatos copiando
este comportamiento de sus madres.
Presenciar
el salto de una ballena es fascinante, por su dinámica y por su
inigualable estruendo. Pero, ¿por qué saltan las ballenas? Los
estudios realizados sugieren que la actividad tiene varias funciones.
Las ballenas pueden saltar para comunicarse; demostrar fuerza y
dominancia ante otras ballenas; liberarse de parásitos de la piel,
para jugar e inclusive podrían saltar para indicar su
posición a otras ballenas mediante el estruendo que produce la
caída.
Salto
Para
saltar la ballena nada horizontalmente hasta que ha conseguido
suficiente velocidad, después inclina la cabeza hacia arriba y
levanta su aleta caudal o cola. Estas acciones convierten el impulso
horizontal en impulso vertical y la ballena emerge del agua.
Roger
Payne cree que los saltos tambien tienen una función de emisión de
señales ya que los saltos de una ballena provocan en muchas
ocasiones que otras también comiencen a saltar. El salto
podria también servir para acentuar otra comunicación
visual o acústica. Es una especie de signo de admiración físico.
Del mismo modo que las personas alzan la voz o gesticulan con las
manos, la ballena salta ...!!!
Salto
de Espía o Spyhopping
Se
denomina así al comportamiento que tienen las ballenas cuando
emergen verticalmente dejando fuera del agua la totalidad de su
cabeza. Es un movimiento lento y controlado que le permite poder
observar lo que sucede sobre la superficie del mar. Es frecuente
observarlas haciendo este salto de espía en cercania de una
embarcación.
Galeón
En
las últimas 2 décadas las Ballenas Francas Australes
en Península Valdes se vieron afectadas por el
hostigamiento de las Gaviotas Cocineras, que aprendieron a
alimentarse de la piel y grasa de las ballenas vivas.
Como
consecuencia de este hostigamiento, se ha modificado el
comportamiento de las ballenas sobre todo de madres y crías que
en muchas ocasiones deben interrumpir el descanso y la lactancia, lo
que podría reducir la tasa de supervivencia de los ballenatos. Antes
de iniciarse este problema, cuando las ballenas francas descansaban,
parecían grandes submarinos en la superficie y ahora cada vez se
observa cada vez mas adultos en posición de galeón,
es decir arqueando el cuerpo y dejando solo fuera de la superficie la
cabeza y la aleta caudal. De este modo la ballena deja menor
superficie expuesta al ataque de las gaviotas.
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