Su nombre común,
además de tiburón blanco, es el de jaquetón o puntero blanco.
Es una especie de pez cartilaginoso lamniforme de la familia Lamnidae que se encuentra en las aguas cálidas y templadas de casi todos los océanos.
Esta especie es la única
del género Carcharodon que
sobrevive en la actualidad.
Pertenece
a la familia de los lámnidos, tiburones rápidos y activos.
Algunos
tienen mecanismos para aumentar la temperatura de su cuerpo.
Su
longitud suele ser de unos seis metros y pueden alcanzar los 40
kilómetros a la hora, lo que le permite saltar fuera del agua y
alcanzar a otros mamíferos marinos, como focas, que se encuentran
sobre las rocas. Aunque su velocidad media es de 3 km/hora.
Tenemos
constancia de la especie desde hace más de 60 millones de años.
Su
alimentación va desde pequeños peces hasta aves marinas, tortugas,
otros mamíferos marinos, incluso otros tiburones.
Su
reproducción es ovovivípara. Alcanzan su madurez sexual a los 10-12
años de edad y tienen entre seis y siete crías. Cuando la hembra
expulsa a los tiburones, que miden aproximadamente un metro y medio
de longitud, deben vivir independientes a partir de ese momento.
Tienen
cinco filas de dientes y poseen un oído muy sensible y fino capaz de
percibir los movimientos de otros peces.
Los
tiburones blancos se caracterizan por su cuerpo fusiforme y gran
robustez, en contraste con las formas aplastadas que suelen lucir
otros tiburones. El morro es cónico, corto y grueso. La boca, muy
grande y
redondeada, tiene forma de arco. Permanece siempre
entreabierta, dejando ver al menos una hilera de dientes de la
quijada superior y una o dos de la inferior, mientras el agua penetra
en ella y sale continuamente por las branquias.
Si
este flujo se detuviese, el tiburón se ahogaría por carecer
de opérculos para
regular el paso correcto del agua, y se hundiría en la misma, ya que
al no poseer tampoco vejiga
natatoria se
ve condenado a estar en continuo movimiento para evitarlo.
Durante
el ataque, las fauces se abren hasta tal punto que la forma de la
cabeza se deforma pues la mandíbula se proyecta, y se cierran luego
con una fuerza 300 veces superior a la de una mandíbula humana
(12-24 toneladas).
Los
dientes son grandes, aserrados, de forma triangular y muy anchos. Al
contrario que otros tiburones, no poseen diastema
ni
reducción de diente alguno, sino que tienen toda la quijada provista
de dientes alineados e igualmente capaces de aferrar, cortar y
desgarrar.
Detrás
de las dos hileras de dientes principales, los tiburones blancos
tienen dos o tres más en continuo crecimiento que suplen la
frecuente caída de dientes con otros nuevos y se van reemplazando
por nuevas hileras a lo largo de los años. La base del diente carece
de raíz y se encuentra bifurcada, dándole una apariencia
inconfundible en forma de punta de flecha.
Los
orificios nasales (narinas) son muy estrechos, mientras que los ojos
son pequeños, circulares y completamente negros. En los costados se
sitúan cinco hendiduras branquiales, dos aletas pectorales bien
desarrolladas y de forma triangular y otras dos, cerca de la aleta
caudal, mucho más pequeñas. La caudal está muy desarrollada, al
igual que la gran aleta dorsal de su lomo, de forma inconfundible
para cualquiera. Otras dos aletas pequeñas (segunda dorsal y anal)
cerca de la cola, completan el aspecto de este animal.
La
película de “Tiburón”, de Steven Spielberg en 1975 ha
contribuido de forma importante en la fama de agresivos de estos
animales.
Después
de la orca, es el mayor depredador que existe, gracias a su fuerza y
velocidad en el ataque.
Son
animales de sangre fría, pero gracias a su actividad muscular,
pueden mantener la temperatura de su cuerpo alrededor de los 14
grados centígrados. Este hecho les facilita la digestión.
A
pesar de su nombre, el jaquetón sólo es blanco en su parte ventral,
mientras que la dorsal es gris o azulada. Este patrón, común en
muchos animales acuáticos, sirve para confundirse con la luz solar
(en caso de mirarse desde abajo) o con las oscuras aguas marinas (en
caso de hacerlo desde arriba), constituyendo un camuflaje tan simple
como efectivo.
El extremo de la parte ventral de las aletas
escapulares y la zona de las axilas aparecen teñidos de negro. La
piel, muy áspera, se compone de duras escamas llamadas dentículos
dérmicos por su forma afilada.
No
obstante, la denominación de "tiburón blanco" podría
tener su lógica en el caso de avistarse ejemplares albinos
de
esta especie, que, aunque son muy raros, existen. En 1996
se
pescó en las costas de El
Cabo Oriental (Sudáfrica)
una hembra joven de apenas 145 cm
que
exhibía esta rara característica.
La
media de vida de estos tiburones se sitúa sobre los 30 años de
edad.
SENTIDOS
Las
terminaciones nerviosas del extremo frontal, antes mencionadas,
recogen la menor vibración ocurrida en el agua y guían al animal
hasta la posible presa que esté causando esa perturbación.
Otros
receptores (conocidos como ampollas
de Lorenzini,
unas células especializadas
con una forma similar a la de minúsculas "botellas")
situados en torno a los orificios nasales le permiten captar también
campos eléctricos de
frecuencia variable que probablemente use para orientarse en sus
migraciones a través de largas distancias.
Por
si esto fuera poco, su olfato es tan potente que la presencia de un
par de moléculas de sangre las detecta entre un millón de moléculas
de agua a kilómetros de
distancia sirve para atraerlo, al tiempo que se vuelve mucho más
agresivo. La vista tiene menos importancia, pero también está bien
desarrollada y tiene un papel muy importante en la aproximación
final a la presa y su peculiar modelo de acecho y
ataque desde debajo de la misma.
TAMAÑO
La
longitud más frecuente entre los tiburones blancos adultos es de 4 a
5,5 m (siendo
los machos menores que las hembras), aunque se han citado casos de
individuos excepcionales que rebasaban ampliamente esas medidas.
Actualmente,
la mayoría de los expertos están de acuerdo en que el tamaño
máximo que puede alcanzar un tiburón blanco es de casi unos 6 m de
longitud y alrededor de 1,9 t
de
peso.
En
lo relativo al peso se añade un nuevo problema, ya que éste puede
variar ligeramente en función de lo que el tiburón haya comido y si
lo ha hecho de forma más o menos reciente. Un ejemplar adulto puede
introducirse en la boca hasta 14 kg de carne de un solo mordisco, y
almacenar varios más en su estómago hasta que termina de
digerirlos.
DISTRIBUCIÓN
El
tiburón blanco vive sobre las zonas de plataforma
continental,
cerca de las costas, donde el agua es menos profunda. Es en estas
zonas donde la abundancia de luz y corrientes marinas genera una
mayor concentración de vida animal, lo que para esta especie
equivale a una mayor cantidad de alimento.
Sin
embargo, están ausentes de los fríos océanos ártico y antártico,
a pesar de su gran abundancia en plancton,
peces y mamíferos marinos. Los tiburones blancos tienen un avanzado
metabolismo que les permite mantenerse más calientes que el agua que
les rodea, pero no lo suficiente como para poblar estas zonas
extremas.
Áreas
con presencia frecuente de tiburones blancos son las aguas de las
Antillas
Menores,
algunas partes de las Antillas mayores, el Golfo
de México hasta
Florida
y
Cuba,
y la Costa Este de Estados
Unidos desde
allí hasta Terranova;
la franja costera de Rio
Grande do Sul la
la Patagonia,
la del Pacífico
de
América
del Norte (desde
Baja
California hasta
el sur de Alaska,
donde llegan en años anormalmente cálidos) y del Sur
(desde
Panamá
a
Chile);
archipiélagos
delPacífico
como
Hawaii,
Fiyi
y
Nueva
Caledonia;
Australia
(con
la excepción de su costa norte, siendo abundante en el resto),
Tasmania
y
Nueva
Zelanda,
siendo muy frecuente en la zona de la gran
barrera de coral;
norte de Filipinas
y
todo el litoral asiático desde Hainan
hasta
Japón
y
la isla
de Sajalín;
Seychelles,
Maldivas,
Sudáfrica
(donde
es muy abundante) y las zonas cercanas a la desembocadura de los ríos
Congo
y
Volta;
y la zona costera desde Senegal
a
Inglaterra,
con agrupación apreciable en las islas Cabo
Verde y
Canarias,
penetrando también en los mares Mediterráneo
y
Rojo.
Sin
embargo, en el mar Mediterráneo, debido a la sobreexplotación
pesquera y a la contaminación de las aguas, se ha reducido
considerablemente la distribución de esta especie; de todas maneras,
parece que persiste alguna zona de cría, como por ejemplo el
Estrecho
de Messina.
Su distribución se corresponde con la ruta migratoria del atún
rojo,
así como con la existencia de aguas someras cerca de la costa, de
ahí que las áreas tradicionales de almadrabas
estén
asociadas a la existencia histórica del tiburón blanco. En base a
esto, hay zonas propicias a un posible avistamiento en el área
central del Mediterráneo, principalmente en el mar de Sicilia,
golfo de Trieste
y
península de Istria, así como en el área occidental,
principalmente en el mar de Liguria, golfo de León y estrecho de
Bonifacio; en menor proporción, hay zonas como el mar Tirreno, en
torno a Nápoles,
suroeste de Cerdeña, el mar Adriático, las Cícladas, la costa de
Tracia o el estrecho del Bósforo, y respecto al litoral español,
históricamente también ha sido frecuente en el levante mediterráneo
(golfo de Valencia,
islas Columbretes, Alicante y costa del Mar Menor), islas Baleares
(costa mallorquina de la Tramuntana, cabo de Ses Salines, Cabrera
y
cabo
d´es Pinar,
en Menorca
su
zona norte, y en las islas
Pitiusas en
la zona de Es
Freus),
el norte de Cataluña,
dentro de la zona de influencia del golfo de León, y finalmente en
Andalucía, principalmente en la bahía de Almería y en el estrecho
de Gibraltar, principalmente en el litoral de Cádiz.
En
el Mediterráneo la migración del atún rojo corresponde a la
entrada de atunes adultos entre primavera y verano, originarios de la
costa noroeste de los Estados Unidos, y con salida del Mediterráneo
en otoño; los movimientos de juveniles se concentran en el
Mediterráneo occidental y el mar Adriático, concentrándose el área
de reproducción en las islas Baleares y en el mar Tirreno. Respecto
a España, desde el año 2011 el tiburón blanco es una especie
protegida, en base al Real Decreto 139/2011, lo que hace que esta
especie esté retornando a las costas españolas, con avistamientos
en las costas del sureste peninsular, en el litoral del cabo
de Gata,
en Almería, y en las islas Columbretes.
Ocasionalmente,
esta especie puede alcanzar también aguas de Indonesia,
Malasia,
el Mar
de Ojotsk y
la Tierra
del Fuego.
Normalmente
se mantiene a una cierta distancia de la línea costera, acercándose
sólo en aquellas zonas con especial concentración de atunes,
focas,
pingüinos
u
otros animales de hábitos costeros. Igualmente, suele permanecer
cerca de la superficie, aunque ocasionalmente desciende hasta cerca
del kilómetro
de
profundidad.
En
un estudio reciente, se comprobó que los grandes tiburones blancos
de California emigran a un área entre Baja California y Hawái
conocida como "el Café del Tiburón Blanco", donde pasan
al menos 100 días al año antes de volver a Baja California. En el
viaje, nadan despacio y se sumergen a unos 900 m de profundidad. Tras
regresar, cambian su comportamiento y hacen inmersiones cortas a
aproximadamente 300 m durante unos 10 minutos.
Otro
tiburón blanco etiquetado de la costa de Sudáfrica nadó a la costa
del sur de Australia y regresó en el espacio de un año. Esto refutó
las teorías tradicionales que decían que los tiburones blancos son
depredadores territoriales costeros y abre la posibilidad de que
exista una interacción entre poblaciones de tiburón blanco que
antes eran consideradas independientes. Aún se desconoce por qué
migran, barajándose la alimentación estacional o la existencia de
áreas de acoplamiento.
En
un estudio similar un gran tiburón blanco de Sudáfrica fue
rastreado nadando a la costa noroeste de Australia y atrás a la
misma posición en Sudáfrica, un viaje de 20.000 km,
en menos de nueve meses.
El
tiburón blanco está incluido en la lista de animales protegidos en
partes de los EE.UU y en Australia, aunque todavía no se ha
conseguido eliminar su pesca ilegal.
Aproximadamente,
existen unos 200 ejemplares en Australia y unos 1.500 en Sudáfrica.
ALIMENTACIÓN
Los
tiburones blancos difieren bastante de ser simples «máquinas de
matar», como sostiene la imagen popular (leyenda
urbana)
que se tiene de ellos. Para poder capturar los grandes mamíferos
marinos que
constituyen la base de la dieta de los adultos, los tiburones blancos
practican una característica emboscada:
se sitúan a varios metros bajo la presa, que nada en la superficie o
cerca de ella, usando el color oscuro de su dorso como camuflaje con
el fondo y volviéndose así invisibles a sus víctimas. Cuando llega
el momento de atacar, avanzan rápidamente hacia arriba con potentes
movimientos de la cola y abren las mandíbulas. El impacto suele
llegar en el vientre, donde el tiburón aferra fuertemente a la
víctima: si ésta es pequeña, como un león
marino,
la mata en el acto y posteriormente la engulle entera.
Si
es más grande, arranca un gran trozo de la misma que ingiere entero,
ya que sus dientes no le permiten masticar. La presa puede quedar
entonces muerta o moribunda, y el tiburón volverá a alimentarse de
ella arrancando un pedazo detrás de otro. Excitados por la presencia
de sangre, la zona se llenará pronto de otros tiburones. En algunas
zonas del Pacífico, los tiburones blancos arremeten con tanta fuerza
a las focas y leones marinos que se elevan un par de metros sobre el
nivel del agua con su presa entre las mandíbulas, antes de volver a
zambullirse.
Sin
embargo, en el mar Mediterráneo y en la costa atlántica de África
y Europa, el tiburón blanco, al igual que la orca
y
el marrajo,
no suelen atacar ni alimentarse de mamíferos como focas o delfines.
Los ataques del tiburón blanco al hombre en el Mediterráneo son
extraños, alejados de la costa y a profundidad; tal vez sea por los
hábitos de alimentación basados principalmente en el atún rojo,
mucho más nutritivo tanto para el tiburón blanco como para la orca
o el marrajo.
La
mayoría de los ataques ocurren durante el amanecer o bien en el
atardecer, pues es en este momento cuando las profundidades no se
pueden vislumbrar de manera adecuada. Sólo se aprecia la superficie,
pues los rayos del Sol en ese momento aún son débiles para penetrar
en las profundidades, lo que le proporciona una ventaja al tiburón
para atacar a su presa sin ser percibido.
Esta
especie también consume carroña, especialmente la que procede de
cadáveres de ballena a la deriva, de los que arrancan grandes
pedazos. Cerca de las costas, los tiburones blancos consumen grandes
cantidades de objetos flotantes por error: en sus estómagos se han
llegado a encontrar incluso matrículas de automóvil.
Tanto
la caza como el resto de la vida del gran tiburón blanco suelen ser
solitarios. Ocasionalmente se ven parejas o pequeños grupos
desplazándose a la búsqueda de alimento, labor que les lleva a
recorrer cientos de kilómetros.
Aunque preferentemente nómadas, algunos ejemplares prefieren
alimentarse en ciertas zonas costeras, como ocurre en algunas
regiones de California, Sudáfrica y especialmente Australia.
Los
tiburones blancos jovenes se alimentan principalmente de peces como
rayas y otros tiburones, pero cuando ya son adultos se alimentan de
mamíferos marinos como focas, lobos marinos, elefantes y leones
marinos principalmente en costas californianas, pero en zonas donde
no hay pinnípedos cazan delfines, marsopas y eventualmente zifios,
los atacan por detras, por arriba o por debajo para evitar ser
detectados por su ecolocalización, ocasionalmente atacan otros
cetáceos como cachalotes pigmeos y calderones.
También
cazan pingüinos, tortugas marinas y se tienen registros de nutrias
marinas con mordeduras de tiburones en California.
VER:
Esta especie es la única del género Carcharodon que sobrevive en la actualidad.
Algunos tienen mecanismos para aumentar la temperatura de su cuerpo.
Su alimentación va desde pequeños peces hasta aves marinas, tortugas, otros mamíferos marinos, incluso otros tiburones.
Los orificios nasales (narinas) son muy estrechos, mientras que los ojos son pequeños, circulares y completamente negros. En los costados se sitúan cinco hendiduras branquiales, dos aletas pectorales bien desarrolladas y de forma triangular y otras dos, cerca de la aleta caudal, mucho más pequeñas. La caudal está muy desarrollada, al igual que la gran aleta dorsal de su lomo, de forma inconfundible para cualquiera. Otras dos aletas pequeñas (segunda dorsal y anal) cerca de la cola, completan el aspecto de este animal.
Son animales de sangre fría, pero gracias a su actividad muscular, pueden mantener la temperatura de su cuerpo alrededor de los 14 grados centígrados. Este hecho les facilita la digestión.
Aproximadamente, existen unos 200 ejemplares en Australia y unos 1.500 en Sudáfrica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
TU COMENTARIO O SUGERENCIA NOS HARÁ CRECER