Escrita entre 1603 y
1606. Para su redacción, el autor se basó en obras anteriores que todavía circulaban
a principios del siglo XVII. Dos de ellas son la Historia Regum Brittaniae,
escrita en latín por el clérigo Geoffrey de Monmouth (siglo XII) y La Reina de las Hadas, poema épico atribuido
a Edmund Spencer (autor del siglo XVI).
Personajes principales
Rey Lear, anciano rey de Bretaña, padre de tres hijas.
Goneril, primogénita del Rey Lear.
Regan, segunda hija del Rey Lear.
Cordelia, hija menor del Rey Lear, y su favorita.
Duque de Albany, esposo de Goneril.
Duque de Cornualles, esposo de Regania.
Rey de Francia, pretendiente primero y esposo después de Cordelia.
Duque de Borgoña, pretendiente de Cordelia.
Conde de Kent, servidor fiel del Rey Lear.
Conde de Gloucester, vasallo y servidor del Rey Lear y de Cornualles y su esposa Regan.
Edgar, hijo legítimo de Gloucester.
Edmundo, hijo bastardo de Gloucester.
Oswaldo, criado de Goneril.
Su tema principal es la ingratitud filial aunque también
trata de la vejez y de la locura causada por los sufrimientos. Lear es el viejo
rey de Bretaña que, debido a su vejez, decide repartir su reino entre sus hijas
Goneril, Regan, y Cordelia. Lo divide en partes de acuerdo con el amor que
ellas le profesan.
Gonerila y Regan dicen
de su amor al padre lo que éste quiere oír, no lo que ellas sienten y cada una
se lleva una parte del reino. Cordelia, la menor y aún soltera, aunque
pretendida tanto por el duque de Borgoña como por el Rey de Francia, es parca
en palabras pero llena de sentimientos nobles. El Rey Lear al creer que su
discurso es pobre la repudia y deshereda, reparte su trozo de reino entre las
otras dos hermanas y decide entregarla a cualquiera de los dos pretendientes
que la quisiera, eso sí, sin dote.
El duque de Borgoña abandona la empresa pero el Rey de
Francia, aunque no gane más que a Cordelia, la toma por esposa. A su vez, el
conde de Kent, que ha presenciado la escena, intercede por Cordelia a la que
cree llena de sentimientos e injustamente tratada por su padre el rey. Esta
acción le cuesta el destierro a Kent.
Lear se reserva para sí el título de Rey y cien hombres a su
servicio. Alterna su estancia entre las casas de sus dos hijas cada mes.
Goneril es la primera en hospedar a su padre. Decide quitarlo
de en medio ordenando a su servicio que no lo atiendan bien, despidiendo a 50
hombres del propio rey y tratándolo a su padre como a un viejo desmemoriado. El
marido de Goneril, el duque de Albany, no aprueba la actitud de su mujer pero
es un hombre sin carácter.
El Rey Lear abandona, maltratado, a Goneril y va en busca de
su segunda hija, Regan y su esposo el duque de Cornwall que se encuentran
alojados en el castillo del conde de Gloster. Allí el rey es igualmente
maltratado por su hija Regan y el esposo de ésta, siendo obligado a vagar sin
techo durante una tormenta mientras va creciendo en él la locura por haber
perdido el amor de sus tres hijas.
Finalmente consigue alojarse en una choza con su bufón, el
duque de Kent, el cual tras su anterior destierro se había disfrazado de
servidor del rey sin que fuese reconocido por nadie. Junto a ellos dormía
también un vagabundo llamado Tom, quien es en realidad Edgar, hijo legítimo del
Conde de Gloster a quien su hermano natural, Edmond, con la intención de poder
heredar las posesiones de su padre, ha tendido una trampa y mandado matar. Por
esta razón, Edgar se esconde de Edmond.
Al conde de Gloster por su parte, no le gustó que sus
huéspedes y señores, Cornwall y Regan echaran al rey de su casa, por lo que
confiesa a su hijo Edmond (al que cree ya su único hijo tras la supuesta
traición de Edgar) que va a ayudar al Rey Lear y que el Rey de Francia ha
entrado en tierras del reino con la intención de socorrer también al despojado
Lear.
Cuando Gloster parte en busca del Rey Lear para pedirle que
se reúna en Dover con el Rey de Francia, su bastardo Edmond confiesa todo a
Cornwall y a su esposa Regan para poder él tomar todas las posesiones de su
padre. A la vuelta, Gloster es sometido a interrogatorio por Cornwall y Regan y
le arrancan un ojo.
Acto seguido un caballero trata de defender a Gloster pero
tras herir a Cornwall cae ante Regan y muere. Finalmente Gloster sin ojos es
abandonado a su suerte, pero ya sabe de la traición de su bastardo Edmond y que
Edgar nunca le traicionó, que fue todo un engaño de Edmond.
Al mismo tiempo, se fue extendiendo el rumor de que los
duques de Albany y Cornwall no se soportaban y que estaban próximos a la
guerra. Pero la muerte de Cornwall tras la herida producida por el sirviente
que intentó salvar a Gloster de la mutilación de sus ojos deja viuda a Regan, que
intentará ganarse para sí al nuevo Conde de Gloster, Edmond.
Ya en Dover, Gloster, Kent y Edgar se encuentran con Cordelia
e intentar curar al rey. En ese momento Edgar mata a Oswaldo (criado de
Goneril) que iba tras Gloster para darle cumplida muerte, bajo órdenes de
Regan, y evitar así que la triste imagen de Gloster ayudara a poner al pueblo
al lado de su causa.
A su muerte descubren que Oswaldo traía una carta de Goneril
a Edmond donde le insta a matar a su marido el Duque de Albany y a hacer de ella
su esposa. Ante esta situación, Edmond, que desconoce la carta pero sabe de los
sentimientos de Goneril y Regan, decide jugar a dos bandas con las hijas
mayores de Lear.
Finalmente se produce la batalla, por un lado Cordelia y Lear
con el ejército francés y por otro Edmond y Albany (éste último cree en Lear y
Cordelia, pero cree también que debe expulsar al ejército invasor). Lear y
Cordelia caen prisioneros de Edmond quien ordena a un soldado que los lleve a
prisión y allí los mate.
Pero Albany, que poco antes había recibido de Edgar
(aún disfrazado) la carta que extrajo de Oswaldo, donde Goneril instaba a
Edmond a matarlo, acusa a éstos de traición y deshonor. Llama a todo aquel que
pruebe su acusación y entra Edgar disfrazado para batirse con Edmond, que es
vencido.
Tras la revelación de la identidad de Edgar, decide confesar todo lo
que sabía y Edgar también cuenta toda su desventura (la traición sufrida, el
repudio de su padre...) y cómo su padre, el Conde de Gloster había muerto con
la sonrisa en la boca cuando se le partió el corazón al saber que aquel que le
había estado ayudando (tras la mutilación de sus ojos) en sus últimas
desgracias era su hijo Edgar.
Mientras esta situación se desarrollaba entró un soldado
alertando a Albany de que su mujer Goneril había envenenado a su propia hermana
(Regan) y que luego se había dado muerte ella misma con un puñal que clavó en
su corazón.
Tales tragedias ablandan más el corazón del moribundo Edmond que
revoca la orden de asesinar a Lear y a Cordelia. Pero llegan tarde pues
Cordelia ha sido ahorcada aunque el verdugo fue ajusticiado por Lear. Poco
después, el mismo soldado que se había llevado a Edmond comunicó que éste
falleció finalmente por las heridas recibidas durante su duelo con Edgar.
Finalmente Lear lleva el cadáver de Cordelia ante todos y se
lamenta de todas sus penas y ante todos, muere. Ante tragedia de tales
magnitudes, Albany decreta luto y cede el reino a Kent y Edgar.
El Rey Lear, ya muy viejo, decide dejar la dirección de su
reino a sus tres hijas, con el fin de poder vivir tranquilo sus últimos días;
para ello las somete a prueba. Sin embargo, pronto se sentirá amenazado por
ellas al verse absolutamente abandonado. Sólo algunos fieles al rey intentarán
devolver el reino a su antiguo propietario.
La obra describe las consecuencias de la irresponsabilidad y
los errores de juicio de Lear, dominador de la antigua Bretaña, y de su
consejero, el duque de Gloucester. El trágico final llega como resultado de
entregar el poder sus hijas malvadas por partes iguales y no a Cordelia, quien
manifiesta un amor capaz de redimir el mal por el bien; sin embargo ella muere
al final, brindando la idea de que el mal no se destruye a sí mismo; no
obstante acaece el funesto destino de las hermanas de Cordelia y del
oportunista hijo bastardo del conde de Gloucester.
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