John F. Kennedy |
John Fitzgerald Kennedy (JFK) nació el 29 de mayo de 1917 en
Brookline, Massachusetts (EE.UU.). Sus padres fueron Joseph P. Kennedy
(empresario y diplomático) y doña Rose Fitzgerald. Fue el segundo de nueve
hermanos.
Estudió la primaria en un colegio público de Brooklin y la
secundaria en el exclusivo "Riverdale Country School". En 1936,
ingresó a la Universidad de Harvard para estudiar Relaciones Internacionales.
Se graduó con honores en 1940 con una tesis sobre los Acuerdos de Munich de
1938.
En 1941, ingresó voluntariamente a la Marina de Estados
Unidos para combatir en la Segunda Guerra Mundial. Sirvió al mando de una
lancha torpedera en el océano Pacífico, hasta que los japoneses lo hirieron en
agosto de 1943. Al terminar la guerra incursionó como político en el Partido
Demócrata. En 1946, fue elegido Representante por Massachusetts y en 1952 llegó
a ser Senador. Como tal, en 1957 apoyó la aprobación de la Ley de Derechos
Civiles de de las minorías. En septiembre de 1953 se casó con Jacqueline Lee
Bouvier, con quien tuvo Caroline (1957) y John (1960).
En 1960, fue candidato a las elecciones presidenciales y
derrotó al candidato republicano Richard Nixon, convirtiéndose así en el
presidente electo más joven de Estados Unidos. También fue primer presidente de
religión católica. Como gobernante, impulsó la reactivación económica logrando
el crecimiento del PBI, el control de la inflación y aumento del empleo. En el
aspecto social, se enfrentó a la segregación racial que sufrían los
afro-estadounidenses en los Estados del sur. También propuso reconocer los
derechos de los inmigrantes, lo que fue aprobado por ley en 1965, después de su
muerte.
En el plano internacional, sobresale su apoyo limitado a la
invasión de los exiliados anticastristas a Cuba socialista en abril de 1961. La
llamada Invasión a la Bahía de Cochinos fue un fracaso y un duro golpe para
Kennedy. En octubre de 1962, estalló la Crisis de los Misiles, cuando se
descubrió que los rusos instalaban equipos lanza misiles en Cuba. Kennedy logró
que los soviéticos retiren todo, pero comprometiéndose a nunca invadir Cuba.
Otros hechos importantes de su régimen fueron: el envío de
ayuda militar a Vietnam del Sur para combatir a los comunistas de Vietnam del
Norte; el lanzamiento del plan Alianza para el Progreso para ayudar
económicamente a los países latinoamericanos y contrarrestar el avance de las
guerrillas comunistas; la creación de los Cuerpos de Paz para enviar
voluntarios a los países en desarrollo; y el impulso a la carrera espacial para
colocar un hombre en la Luna antes que la Unión Soviética.
John F. Kennedy fue asesinado por un francotirador en Dallas
el 22 de noviembre de 1963.
VER: John Kennedy
“Ahora no podemos terminar con nuestras diferencias; como mucho podemos ayudar a edificar un mundo seguro para todos. El análisis definitivo nos muestra que nuestro vínculo común más básico es que todos habitamos este pequeño planeta. Todos respiramos el mismo aire. Todos protegemos el futuro de nuestros hijos. Y todos somos mortales”
John Fitzgerald Kennedy,
Discurso pronunciado en la American University, junio de 1963
VER: El discurso por el que mataron a John F. Kennedy
VER: El discurso por el que mataron a John F. Kennedy
En la investigación que más credibilidad ha tenido de todas
las que surgieron para contrarrestar la versión oficial. Consiguió demostrar
que el presidente Kennedy fue asesinado como mínimo por dos tiradores. Que hubo
una conspiración en la que posiblemente se vio envuelto el FBI, la CIA, la
policía de Dallas, algunos miembros del gobierno Norteamericano, la prensa…
La investigación -reflejada y detallada en el libro In The
Trail of the Assassins, escrito por él mismo- se llevó a cabo con medios
convencionales, tanto jurídicos como policiales, y ha evolucionado con los años
de teoría conspirativa a versión pseudo oficial.
Dar toda la información sobre este caso en un sólo post sería
imposible. De hecho, el propio Garrison escribió su libro con el objetivo de
dejar un legado, y en él se encuentran todos los datos, claves y referencias.
Antes, vale la pena conocer cuatro apuntes biográficos para
situar su figura en el contexto correcto:
Cuando JFK fue asesinado en la Plaza Dealey de Dallas, Texas,
a mediodía del viernes 22 de noviembre de 1963, Jim Garrison apenas llevaba
ejerciendo nueve meses como fiscal del distrito de Nueva Orleans.
Cargo al que se presentó casi por casualidad, al término de
una larga etapa personal y profesional (piloto en el ejército del aire, agente
del FBI, abogado de profesión…); regresó a su casa y decidió probar suerte: se
presentó a las elecciones para ejercer como Fiscal del Distrito. Elección que
ganó, sorprendentemente, contra todo pronóstico: sin apoyo político, sin
dinero, sin campaña preparada y casi sin experiencia. No era el candidato de
nadie, se representaba a sí mismo.
Garrison se enteró del asesinato del Presidente almorzando en
un bar cercano a su oficina. Al cabo de unas horas, presenciaba por TV la
detención del principal sospechoso, Lee Harvey Oswald, que al instante fue
declarado como el único tirador y cerebro de la trama, es decir, como el asesino
del presidente.
Formado en el ejército y el FBI, se sorprendió por la rapidez
con la que tanto autoridades como medios habían acusado y juzgado a Oswald. Se
mostró el rifle por TV, se le mostró siendo detenido, se sabían infinidad de
detalles sobre la operación… en ese momento, Garrison, un patriota de férrea
tradición familiar y que confiaba ciegamente en el sistema, pensó que realmente
todos los brazos de la ley se habían movilizado sobremanera ante tal atrocidad
cometida. No le dio más vueltas.
No obstante, Oswald había vivido en Nueva Orleans durante 3
meses. Concretamente, durante el verano anterior al asesinato. Ese hallazgo
llevó al Fiscal Garrison a tirar de un pequeño hilo, en su propia jurisdicción,
y empezó a hurgar. Al principio, con el ánimo de ayudar a esclarecer y aportar
datos sobre el asesino de Kennedy. Posteriormente, para saber porque los
órganos federales le boicoteaban y le “sugerían” que dejara de investigar… cosa
que no hizo.
Nos topamos pues con un personaje típico americano, patriota,
creyente, defensor de la ley y de los principios de servicio a su país, sumado
a un carácter y personalidad de corte militar. Con esas características, y
según él mismo describe en su libro, los datos y evidencias que desde un
principio empezó a descubrir le crearon sospechas de tal magnitud que ni él
mismo podía creer. Toda su escala de valores se desmoronó hasta tal punto que
le llevó a un “despertar” personal en cuanto a quién servía, quién realmente
gobernaba y cómo funcionaban las cosas. Entonces, se negó a aceptar la versión
oficial acuñada por el gobierno y respaldada por toda la prensa.
Ese proceso personal da mucha credibilidad al personaje
porque partía justo del lugar opuesto al que su investigación le condujo.
Investigación que podemos resumir en los siguientes puntos:
1. El incómodo Kennedy
Desde su aparición en la vida política estadounidense, JFK
fue un personaje incómodo para el “establishment”. Era católico, progresista,
partidario de la igualdad en los derechos civiles, contraria a la política
pro-guerra, amante de discursos llenos de mensajes globales, holísticos y
llenos de humanitarismo… muy alejado del perfil clásico de los presidentes que
hasta entonces se habían conocido.
Toda esa declaración de intenciones se plasmó sobremanera
cuando entró en la Casablanca: cambió políticas de inmigración y de
reconocimiento de derechos para estadounidenses nativos y no nativos, sentó las
bases para un tratado internacional de prohibición de pruebas nucleares, se
sabe que era partidario de retirar todas las tropas estadounidenses de Vietnam
(no tuvo tiempo para hacerlo), deseaba acabar con la guerra fría y realizar
acercamientos con la URSS, y de un modo no oficial se conoce -a través de
quienes fueron sus asesores- que había firmado una orden ejecutiva que revocaba
el poder de la Reserva Federal para crear dinero en exclusiva. Si hubiera
conseguido presidir los EEUU durante dos mandatos enteros, posiblemente dicho
ente ya no existiría. En este artículo encontraréis más información.
Sus discursos encendían los ánimos de los más conservadores,
de los fascistas encubiertos que moraban en puestos de responsabilidad, y de
los empresarios y banqueros que hasta entonces habían dominado el sistema
financiero… era incómodo, y lo peor de todo era que gustaba a la gente de la
calle.
Discurso de la toma de posesión, 20 de enero de 1961.
REFERENCIA: http://www.elblogalternativo.com/
2. La invasión fallida de Cuba y la crisis de los 13 días.
Dos de los episodios que colmaron el vaso, sobre todo en las
altas esferas de defensa y en la CIA, fueron la invasión fallida de Cuba en
Bahía de Cochinos y la crisis de los misiles (también en Cuba), conocida como
la “crisis de los 13 días”.
La fallida invasión de Cuba, en abril de 1961, venía
preparándose por la CIA desde la administración
Eisenhower. Se entrenó a disidentes cubanos para efectuarla. Kennedy, preocupado por los daños
colaterales, ordenó ejecutarla pero sin apoyo aéreo y con menos efectivos
navales, intentando reducir así los daños colaterales. La invasión fue un
fracaso y los altos dirigentes militares, predispuestos a un ataque
indiscriminado, no se lo perdonaron.
En la crisis de los 13 días sucedió algo similar.
Inteligencia detectó la presencia de misiles nucleares rusos en Cuba, apuntando
hacia EEUU. Defensa pidió -e incluso exigió- al presidente la orden para atacar
y destruirlos, pero Kennedy sabía que eso desencadenaría una guerra nuclear a
nivel global, con consecuencias terribles. En su lugar ordenó un bloqueo
indefinido a Cuba y una cuarentena durante la que fuerzas navales americanas
inspeccionarían todo barco que entrara en el espacio cubano. El propio aparato
militar desafió al presidente con el lanzamiento de un misil sin permiso y
dando órdenes de ataques que el propio JFK había prohibido expresamente. A los
pocos días se llegó a un acuerdo de desmantelamiento supervisado por la ONU, en
el que Robert Kennedy -su hermano- tuvo un papel crucial, a cambio del
compromiso de que los EEUU nunca invadirían Cuba. Eso sentó tan mal en el
aparato militar y de inteligencia que se ha considerado como el desencadenante
final para orquestar su asesinato.
3. Los implicados
Casi inmediatamente después del asesinato del presidente, la
TV y la radio emitieron boletines en los que ya se informa ba del nombre del asesino: Lee Harvey
Oswald, blanco, caucásico, natural de Nueva Orleans, nacido en 1939, y empleado
del almacén de libros escolares de Dallas, con sede en la misma Plaza Dealey.
Había actuado solo. En su huida, había asesinado a un agente de policía y se
había ocultado en un cine. A los pocos minutos un aluvión de agentes entra y le
detenían.
Lee Harvey Oswald |
El hilo del que tiró Garrison fue el propio Oswald. La
fiscalía tenía informaciones sobre su actividad en Nueva Orleans, pocos meses
antes. Lo habían fichado después de provocar un altercado en la vía pública,
repartiendo pasquines a favor de Fidel Castro y con un gran cartel colgado en
el que se manifestaba abiertamente a favor del comunismo. Dichos pasquines
contenían una dirección que Garrison investigó y que le llevaron hasta Guy
Banister.
Guy Banister |
Guy Banister, ex jefe de la oficina del FBI en Chicago, fue
un investigador privado que tuvo su oficina en Nueva Orleans. Su dirección
aparecía en los pasquines que Oswald repartía en la calle. Banister era un
conocido anti-comunista, y las investigaciones de Garrison sacaron a la luz sus
actividades ilegales al respecto, como formar guerrilleros para la CIA y
organizar actividades para sembrar el caos, comoel reparto de los pasquines.
Según Garrison, Banister recibió órdenes “de arriba” para
buscar y crear un personaje que acabaría siendo el cabeza de turco. Oswald fue
seleccionado por sus actividades en la CIA, su experiencia en Rusia y su
trabajo como agente doble. En ocasiones él mismo se había presentado como un
acérrimo comunista y eso, en aquella época, era casi perfecto para predisponer
a la opinión pública contra él.
Banister trabajaba regularmente con David Ferrie.
David Ferrie |
Ferrie era un personaje muy extraño y también muy conocido en
Nueva Orleans. Fue expulsado del seminario por conducta emocional inestable
(Garrison descubrió que fue por tendencias pederastas hacia adolescentes de
sexo masculino). Más tarde se convirtió en piloto de aviación, enrolándose en
la Civil Air Patrol donde conoció a Lee Harvey Oswald.
David Ferrie sufría de alopecia y estaba enfermo de cáncer.
Investigaba en su propia casa para encontrar un remedio a su enfermedad, y se auto
medicaba. Los medicamentos le producían alteraciones de la personalidad, y en
su excentricidad se convertía en un encendido formador de guerrilleros. Para
eso fue contratado por Banister. Víctima de un arranque de fogosidad, en una
reunión citó algo sobre el asesinato de JFK antes de que este se produjera. Fue
ante testigos que posteriormente declararon ante Garrison. Asimismo, el fiscal
demostró que Ferrie y Oswald se conocían de la guardia aérea de Nueva Orleans,
donde militaron en 1955, y que el propio Ferrie fue seleccionado para formar a
Oswald como el cabeza de turco de la operación, evidentemente sin su
conocimiento.
Ferrie trabajaba conjuntamente con Clay Shaw, un afamado
hombre de negocios que se encontraba en aquella reunión en la que gritó proclamas
a favor de asesinar a Kennedy mediante una conspiración.
Clay Shaw |
Shaw fue un agente encubierto de la CIA, el contacto evidente
entre dicha organización y el grupúsculo de Nueva Orleans que participó en el
asesinato de JFK. Garrison le detuvo e incluso hubo juicio contra él. En dicho
juicio, el jurado dio la razón a Garrison en que existió una conspiración pero
no encontraron suficientes pruebas para encerrarle. Con los años, fuentes de la
CIA confirmaron que Shaw fue miembro encubierto de la organización. Pasó la
información necesaria a Ferrie, las “órdenes de arriba”, y buscó los recursos
necesarios para que se ejecutaran. Garrison demostró que Ferrie, Shaw y Oswald
se habían reunido previamente al asesinato.
4. Oswald fue un agente de la CIA
El fiscal Garrison, mediante sus investigaciones, descubrió
que Oswald había sido reclutado y entrenado por la CIA. Después de su servicio
en los marines, y mediante su relación con David Ferrie en 1955, descubrieron
en él a un hombre dotado de intelecto suficiente como para desempeñar una serie
de funciones en Rusia, como agente doble. Residió en la URSS e incluso se casó
con una ciudadana rusa, Marina Prusakova. Sin existir pruebas definitivas para
demostrar este extremo, esas actividades sumadas a un tremendo intelecto y una
falta total de discernimiento, casi una obediencia ciega, fueron las que
pesaron para elegirle como cabeza de turco en la operación para matar a
Kennedy.
5. La desviación de la ruta y las deficiencias del servicio
secreto
La ruta que debía seguir la comitiva del presidente no fue la
que finalmente se llevó a cabo. El día anterior un periódico de Dallas publicó
dicha ruta, que comprendía un trayecto el línea recta por la Calle Mayor. Los
ejemplares del periódico desaparecieron en su totalidad después del asesinato,
y se editó una nueva edición sin la ruta.
En lugar de dicha línea recta, la comitiva se desvió a la
derecha para rodear la Plaza Dealey, cometiendo un supuesto error garrafal
indigno de un servicio secreto como el estadounidense. El coche del presidente
quedó en situación franca para ser tiroteado desde 3 ángulos: un montículo
elevado al frente, el almacén detrás -desde el que supuestamente Oswald
disparó-, y un paso elevado del ferrocarril a su izquierda. Eso suponía quedar
en medio de un posible fuego cruzado, estrategia militar que se usa por su alta
probabilidad de impacto.
A su vez, e incomprensiblemente, se disminuyó la velocidad
del vehículo a 20km/h, convirtiéndolo en un objetivo en movimiento mucho más
asequible. También diversos testigos declararon ver multitud de ventanas
abiertas en el edificio del almacén, gente entre el público con paraguas y
periódicos abiertos, e infinidad de pequeños detalles que una unidad del
servicio secreto encargada de proteger a un presidente nunca pasa por alto.
Visto así, se podría definir como una chapuza insólita.
6. La teoría de los 3 disparos en 6 segundos
El rifle con el que supuestamente Oswald disparó fue descrito
inicialmente en los informes oficiales como un Mauser 7.65 alemán, para posteriormente
pasar a ser un Marlincher-Carcano italiano de 6.5mm. Algunos testigos afirmaron
que Oswald llegó ese día al almacén con una bolsa de papel alargada, que él
mismo describió como “varillas de cortina”. Según Garrison, Oswald debía
encargarse de introducir el arma en el edificio para que un tirador la usara.
Dicha arma, no obstante, era un pésimo instrumento para hacer
lo que supuestamente hizo el tirador. La comisión Warren concluyó que se
cometieron 3 disparos en 6 segundos. El rifle debía cargarse cada vez antes de
disparar, volver a apuntar cada vez sobre un objetivo en movimiento, y acertar
las 3 veces. Los informes que el fiscal encontró en los marines confirmaban que
Oswald era un pésimo tirador. Garrison efectuó pruebas con tiradores de élite
simulando las condiciones en que se produjo el asesinato, que concluyeron que
hasta para un francotirador profesional hubiera resultado imposible realizar
dichos disparos en tanto poco lapso de tiempo y con semejante acierto.
Sumémosle, para colmo, una mirilla telescópica desviada y desenfocada. Eso,
junto con varias pruebas más, sirvió como argumento para demostrar que hubo más
tiradores y que probablemente Oswald no fue el que disparó, aunque sí estuvo
implicado en la trama.
7. La increíble teoría de la “bala mágica”
La teoría de la bala mágica, o “de una sola bala”, fue
acuñada por la Comisión Warren en sus conclusiones y tomada como prueba
fundamental: de los 3 disparos supuestamente efectuados por Oswald el primero
erró, tocó en un árbol e hirió a un transeúnte. El segundo, la bala mágica,
entró por la parte trasera del cuello de JFK, salió por su garganta y giró a la
derecha para entrar por el hombro del gobernador de Texas, John Connally,
sentado delante. Posteriormente salió por su pecho, volvió a girar unos grados
para entrar en su muñeca, rompérsela, y volver a salir para hundirse en su
muslo izquierdo.
La bala efectúa 7 heridas; atraviesa las vértebras de
Kennedy, rompe costillas y la muñeca de Connally y se aloja en el muslo del
mismo. Debemos sumar músculo, piel y ropajes. Lo más “mágico” de todo fue que
la bala fue “encontrada” en la camilla del hospital donde se atendió al
gobernador herido, hallándose casi en perfecto estado.
Dicha prueba se tomó como definitiva por la comisión Warren,
demostrando, según ellos, que los 3 disparos se habían efectuado desde el sexto
piso del almacen de libros escolares, a la espalda del presidente. Garrison
demostró en el juicio la casi nula posibilidad de que una bala de características
normales pudiera efectuar dichas heridas y movimientos.
La tercera bala supuestamente hirió mortalmente
en la cabeza a Kennedy, provocándole la muerte.
8. La prueba definitiva: la película Zapruder
Abraham Zapruder, un civil, se encontraba filmando el desfile
presidencial con su cámara de 8mm. La película de Zapruder fue rápidamente
confiscada por la policía y usada por la comisión Warren para reforzar su
teoría de los 3 disparos y la bala única. Dicha película fue retenida por la
revista Time durante 5 años, almacenada en un desván. Garrison fue capaz,
mediante una sentencia judicial, de hacerse con ella y mostrarla en el juicio a
Shaw, siendo la primera vez que los Norte Americanos visionaban el asesinato de
JFK. Hasta entonces, no había imágenes tan claras.
Para situarnos, Zapruder estaba situado en calle Elm. El
almacén de libros quedaba a su izquierda, el montículo de hierba a su derecha,
y el paso elevado enfrente.
se observa que un mismo disparo hiere a Kennedy en el cuello
y al gobernador, ya que la reacción de ambos es casi simultánea. La herida
mortal se produce unos segundos mas tarde, impactando en la cabeza del
presidente, en la parte frontal. Fijémonos que lo desplaza hacia atrás y hacia
la izquierda, con lo cual es imposible que la bala viniera de atrás -el
almacén- sino de delante, el montículo de hierba.
Con ello, Garrison demostró que al menos dos tiradores
estuvieron implicados en el tiroteo, y quizá algunos más teniendo en cuenta las
múltiples heridas del gobernador; y que un rifle comprado por correo, según la
comisión Warren, con una mira telescópica de mala calidad y mal ajustada,
cargado con balas convencionales y apuntando sobre un objetivo en movimiento,
con toda probabilidad no podría producir tales heridas.
9. El asesinato de Oswald y las muertes siguientes.
Lo que sucedió después de la detención de Oswald, ya con la
investigación en curso, fue del todo sorprendente. Al ser detenido, Oswald
declaró que “era un cabeza de turco”. Nada sorprendente teniendo en cuenta que
un delincuente tiende normalmente a autoexculparse. Al día siguiente del
asesinato, Oswald es trasladado a la cárcel del condado. En el momento en que
la policía lleva del brazo a Oswald hacía el coche que le trasladará a prisión,
y que le espera estacionado en el parking subterráneo de las dependencias
policiales, Jack Ruby se abre paso entre la prensa, la policía y los curiosos,
y asesina sin oposición alguna a Oswald, que muere en el acto.
Jack Ruby era un empresario vinculado con la mafia que las
investigaciones de Garrison situaron en el lugar de los hechos el día del
asesinato del presidente, al volante de una furgoneta que supuestamente ayudó a
huir a uno de los tiradores. Garrison sostuvo que Ruby asesinó a Oswald como
parte del plan establecido, evitando así que testificara y contara lo sucedido.
Ruby declaró que mató a Oswald para evitar a la viuda del presidente la pena
por tener que aguantar el escarnio de un proceso judicial.
Ruby fue juzgado varias veces, quedando en libertad y
muriendo de cáncer en 1967. No fue el único que murió de cáncer, pues Clay Shaw
también falleció del mismo mal en 1974, con sólo 61 años. Garrison siempre
encontró sospechosas esas muertes ya que nunca hubo autopsias, aunque sin poder
recabar pruebas concluyentes.
A su vez, David Ferrie también moría en extrañas
circunstancias. Aparentemente se suicidó en su apartamento usando medicamentos,
horas antes de acudir a declarar para Garrison y contar todo lo que sabía. Las
pesquisas del fiscal, después de haberse reunido varias veces con él, habían
conseguido que accediera a confesar lo que sabía sobre el asesinato del
presidente. La autopsia declaró que Ferrie había muerto de un aneurisma.
Con todo ello, Garrison reunió información suficiente para
detener a Clay Shaw y juzgarle. Pero con la muerte de Ferrie, Oswald, Ruby,
también la de Banister, se quedaba sin testigos ni posibles imputados. El
jurado dictaminó que quedaba probado que había existido una conspiración, que
había intervenido más de un tirador, que las circunstancias parecían
preparadas… pero no había suficientes pruebas para condenar a Shaw, que quedó
libre.
Los medios de comunicación americanos empezaron una campaña
de acoso y derribo contra Garrison, basándose en supuestas corruptelas del
fiscal con empresas del juego en Nueva Orleans, sospechas de sobornos, y demás.
Garrison también fue juzgado, y evidentemente absuelto. Pero la campaña
erosionó mucho su imagen pública, y le privó del tiempo necesario para preparar
su reelección, de modo que los ciudadanos no se decantaron por él una tercera
vez.
10. El encuentro con el “Señor X”
Años más tarde, con Garrison ya fuera del cargo, alguien que
se definió como MR X se citó con él y le contó una serie de temas relativos al
asesinato. En la película JFK, de Oliver Stone, basada en el libro de Garrison,
queda el reflejado de manera excelente. Entre muchos detalles, el mentado MR X
había formado parte de un departamento no gubernamental de operaciones
encubiertas. Garrison confirmó que su línea de investigación era correcta, y
que quizá era demasiado pequeño para enfrentarse al monstruo que había
organizado la trama. Vale la pena ver el vídeo (en inglés).
Garrison continuó con sus investigaciones de modo particular,
que plasmó 25 años después en su libro In The Trail of the Assassins. Detalló
todo lo sucedido entonces más lo que descubrió posteriormente.
Especialmente interesante es la intervención que fue capaz de
conseguir en un espacio de TV, en el que se atrevió a contar a sus compatriotas
las conclusiones de sus investigaciones. Es admirable el gran valor que
demostró haciéndolo, enfrentándose a un todopoderoso “establishment”. Esperemos
que su trabajo forme parte algún día de la historia de aquellos que empezaron a
desmontar el oscuro sistema que nos envuelve y tan frecuentemente nos engaña.
REFERENCIA: http://www.elblogalternativo.com/
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