El contrato de trabajo supone la existencia ineludible de
ciertos elementos: prestación de servicios, vínculo de subordinación y
dependencia del trabajador en relación a su empleador y, finalmente, el pago de
una determinada suma por tales servicios, que recibe el nombre de remuneración.
El pago de la remuneración es la principal obligación que
asume el empleador además de proporcionar el trabajo para el cual el trabajador
ha sido contratado. La remuneración en nuestra legislación reviste especial
importancia, por lo cual el legislador se ha preocupado de dictar una serie de
normas que tienden a su adecuada protección.
El propio legislador proporciona el concepto de remuneración
al disponer en el artículo 41 del Código del Trabajo que «se entiende por
remuneración las contraprestaciones en dinero y las adicionales en especie
avaluables en dinero que debe percibir el trabajador del empleador por causa
del contrato de trabajo».
De la citada norma aparece con claridad que un estipendio
para ser calificado como remuneración debe tener por causa el contrato de
trabajo. De lo anterior se sigue que, aquellos que no reúnan tal carácter, no
pueden ser calificados como tal.
El trabajador tiene derecho a percibir de su empleador la
retribución pactada en la medida que preste los servicios para los cuales fue
contratado. En otros términos, el trabajador tiene derecho a ser remunerado
sólo cuando cumple con su obligación correlativa de prestar servicios.
Excepcionalmente es posible encontrar remuneración sin prestación efectiva de
servicios, como ocurre en el caso del feriado anual y en el caso de los
permisos con goce de remuneraciones establecidos por la ley (por ejemplo: por
nacimiento de un hijo), situaciones que son especiales en el desarrollo de la relación
laboral.
El trabajador también tiene derecho a percibir remuneración
cuando dentro de la jornada convenida se ve impedido de prestar servicios por
razones ajenas a su voluntad. En efecto, el inciso segundo del artículo 21 del
Código del Trabajo, establece que se considera también jornada de trabajo el
tiempo que el trabajador se encuentra a disposición del empleador sin realizar
labor, por causas que no le sean imputables.
De esta manera, si el empleador no puede proporcionar el
trabajo pactado en el contrato por no haber materia prima para elaborar el
producto, o por haber paralización de faenas por no haber ventas de productos
nacionales, o por cualquiera otra causa que sea ajena al trabajador, el
empleador no se puede exonerar de su otra obligación principal, cual es pagar
la remuneración.
Ahora bien, conforme a la reiterada jurisprudencia de la
Dirección del Trabajo para remunerar los períodos de inactividad laboral debe
estarse, en primer término, a lo que las partes han convenido individual o colectivamente,
en forma expresa o tácita. Si no hay pacto escrito relativo a la forma de pagar
dichos períodos éstos deben pagarse en la forma como reiteradamente en el
tiempo lo ha hecho la empresa, forma que constituye una cláusula tácita
incorporada al contrato de trabajo. A falta de pacto tácito, la forma de
remunerar la inactividad laboral debe ser equivalente al promedio de lo
percibido por cada dependiente durante los últimos tres meses laborados, el que
no podrá ser inferior al ingreso mínimo.
Clasificación de las
remuneraciones
Existen diversas clasificaciones de las remuneraciones, como
las siguientes:
a) Ordinarias,
extraordinarias y especiales.
Remuneraciones ordinarias son aquellas que nacen como
consecuencia de la retribución de los servicios prestados, lo que determina que
su pago tenga lugar con cierta periodicidad como, por ejemplo, el sueldo, la
comisión, etc.
Remuneraciones extraordinarias son aquellas que nacen a
título de retribución de servicios prestados esporádicamente, en cuyo caso el
pago se verifica cuando se acredita el cumplimiento de los requisitos que se
fijan para impetrarlos. Un caso típico de este tipo de remuneración es el
sobresueldo u horas extraordinarias.
Remuneraciones especiales son aquellas que se originan en
razón de cumplirse condiciones especiales, tales como aguinaldos, bonos, etc.
b) Fijas y variables.
Remuneración fija es aquella que en forma periódica, semanal,
quincenal o mensual, percibe el trabajador, siendo fija en la medida que su
monto no varíe en sus períodos de pago, siendo el sueldo un ejemplo típico de
este tipo de remuneración.
Remuneración variable, es aquella que, conforme al contrato,
implica la posibilidad de que el resultado mensual total no sea constante entre
uno u otro mes como, por ejemplo, las comisiones.
Esta clasificación es importante, entre otras cosas, para la
determinación de la remuneración durante el feriado conforme al artículo 71 del
Código del Trabajo.
c) Principal y
accesoria.
Una remuneración puede ser clasificada de principal cuando
responde a la contraprestación fundamental pactada en el contrato, en términos
que no depende de otra para su procedencia y cálculo, por ejemplo, el sueldo,
bono de antigüedad, etc.
La remuneración es accesoria, cuando se calcula sobre la
remuneración principal, como por ejemplo, el sobresueldo u horas
extraordinarias.
Tipos de remuneraciones
El artículo 42 del Código del Trabajo enumera y define
algunos tipos de remuneraciones. A diferencia de la enumeración del inciso 2º
del artículo 41, que es taxativa, la que efectúa el citado artículo 42 es
meramente ejemplar, por lo cual, existen otros tipos de remuneraciones que
reciben diversas denominaciones, tales como aguinaldos, bonos, etc.
Todos los conceptos que contempla el artículo 42 constituyen
remuneración, existiendo entre ésta y aquéllos una relación de género a
especie.
De acuerdo al citado precepto legal constituyen remuneración:
a) Sueldo;
b) Sobresueldo;
c) Comisión;
d) Participación, y
e) Gratificación.
a) El Sueldo
Es definido como estipendio obligatorio y fijo, en dinero,
pagado por períodos iguales, determinados en el contrato, que recibe el
trabajador por la prestación de sus servicios, sin perjuicio de lo dispuesto en
el inciso 2º del artículo 10 del Código del Trabajo.
De acuerdo a la definición legal para que un estipendio pueda
ser calificado como sueldo, deben concurrir copulativamente los siguientes
requisitos:
- Que se trate de un
estipendio fijo.
El elemento fijeza que le da a un determinado beneficio el
carácter se sueldo, está representado por la posibilidad cierta de percibirlo
mensualmente y, además, porque su monto y forma de pago se encuentren
preestablecidos en el contrato de trabajo o en acto posterior.
- Que se pague en
dinero.
- Que se pague en
períodos iguales determinados en el contrato.
- Que responda a una
prestación de servicios.
De esta manera, aun cuando las partes le den otra
denominación, será sueldo todo pago que reúna los requisitos mencionados. La
importancia de determinar el sueldo dentro de una remuneración que tiene varios
componentes radica en que, por una parte, su monto no puede ser inferior al
ingreso mínimo (salvo el caso de los trabajadores no afectos a jornada) y, por
otra parte, debido al hecho de que el sueldo sirve de base para calcular
beneficios tales como el sobresueldo u horas extraordinarias.
b) Sobresueldo
El sobresueldo corresponde a la remuneración de las horas
extraordinarias de trabajo. Al tenor del artículo 30 del Código del Trabajo
constituye jornada extraordinaria la que excede del máximo legal o de la
pactada contractualmente, si fuese menor.
Las horas extraordinarias se pagan con un recargo del 50%
sobre el sueldo convenido para la jornada ordinaria y deben liquidarse y pagarse
conjuntamente con las remuneraciones ordinarias del respectivo período.
Las horas extraordinarias deben calcularse en relación al
sueldo convenido para la jornada ordinaria, no siendo jurídicamente procedente
considerar para estos efectos un sueldo de monto inferior al ingreso mínimo.
Ahora bien, el recargo legal del 50% se aplica de igual forma
cualquiera que sean los días y los horarios en que se laboren las horas
extraordinarias. En todo caso, no existe inconveniente jurídico en que las
partes pacten un recargo mayor al 50% que la ley establece como recargo mínimo.
c) La Comisión
Este tipo de remuneración corresponde al porcentaje sobre el
precio de las ventas o compras o sobre el monto de otras operaciones que el
empleador efectúa con la colaboración del trabajador.
Para que una remuneración sea calificada como comisión debe
reunir la característica esencial de ser una suma porcentual calculada sobre el
valor de las ventas o compras, o sobre el monto de otras operaciones que
realice la empresa con la colaboración del trabajador. La existencia de la
comisión está subordinada a las ventas, compras u otras operaciones
comprendidas en el giro comercial de la empresa.
Ahora bien, la comisión no puede estar sujeta a una condición
ajena a las partes, por lo que no resulta procedente sujetar el nacimiento de
la comisión pactada a condición alguna que no sea la propia prestación de
servicios personales y subordinados, en los términos convenidos en el contrato
de trabajo. Es así que resultaría ilegal descontar de las comisiones sumas que
correspondan a cuentas pagadas con cheque de los clientes que resulten
protestados, o que estos dejen sin efecto la adquisición de un producto.
En efecto, la Dirección del Trabajo ha señalado en su
doctrina administrativa que el derecho al pago de la retribución pactada nace a
la vida jurídica en el momento mismo en que se efectúa la prestación como una
obligación simple y pura, sin que le afecte limitación alguna, no siendo
viable, por tanto, que el empleador la supedite a una condición suspensiva,
esto es, a un hecho futuro e incierto, el cual, mientras no se produzca,
suspende el ejercicio del derecho a tal remuneración.
d) La Participación
Se puede definir como la proporción en las utilidades de un
negocio determinado o de una empresa o sólo de la de una o más secciones o
sucursales de la misma.
Se tiende a confundir la participación con la gratificación
pues ambas suponen la existencia de utilidades, sin embargo, presentan
diferencias importantes, a saber:
a) La participación tiene un origen contractual, su
existencia, monto y condiciones dependen del acuerdo de las partes.
La gratificación tiene un origen legal, la ley obliga a
pagarla cuando concurren ciertos requisitos.
b) La participación se puede calcular sobre las utilidades de
un negocio, de una empresa o de una o más secciones de una empresa.
La gratificación se calcula sobre las utilidades de la
empresa en su conjunto.
e) La Gratificación
La letra e) del artículo 42 del Código del Trabajo prescribe
que corresponde a la parte de las utilidades con que el empleador beneficia el
sueldo del trabajador.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 47 del
referido Código, los empleadores que obtienen utilidades líquidas en su giro al
término del año, tienen la obligación de gratificar anualmente a sus
trabajadores, sea por la modalidad del señalado artículo 47, es decir, en
proporción no inferior al 30% de dichas utilidades o por la vía del artículo 50
del mismo cuerpo legal, esto es, pagando al trabajador el 25% de lo devengado
en el respectivo ejercicio comercial por concepto de remuneraciones mensuales
con un límite de 4,75 ingresos mínimos mensuales.
De esta manera, el
derecho a la gratificación nace de la ley y no del contrato y se genera desde
el momento que terminado el ejercicio comercial de que se trate, el resultado
contable al 31 de diciembre indique que el empleador ha obtenido utilidades
líquidas en su giro. En caso de existir utilidades líquidas la gratificación
debe pagarse a más tardar en el mes a abril del año siguiente al del ejercicio
comercial de que se trate.
V. Pago de los días de
descanso: Semana corrida
Además de las remuneraciones que menciona el artículo 42 del
Código del Trabajo, existen otras, como por ejemplo, los bonos que pueden
convenirse entre las partes para responder al cumplimiento de diversas
condiciones (producción, metas, puntualidad, responsabilidad, antigüedad, etc.)
y, la semana corrida, que se encuentra normada en el artículo 45 del señalado
cuerpo legal.
En lo que dice relación con la semana corrida, debe señalarse
que esta es una remuneración que sirve para remunerar los días domingos y los
festivos en que el trabajador no presta servicios, o bien, los días de descanso
compensatorio por el domingo y festivos laborados en el caso de los
trabajadores que realizan alguna labor exceptuada del descanso en días domingos
y festivos.
En efecto, si el trabajador tiene como remuneración una suma
mensual única y de monto fijo se entiende que el pago de los días domingos y
festivos o de los días de descanso compensatorio está incluido dentro de ella.
En cambio, si el trabajador tiene una remuneración
exclusivamente variable, como por ejemplo, comisiones, o un valor hora o un
valor día, ello implicaría que solo generaría derecho a remuneración por los
días en que efectivamente labora y no percibiría remuneración por los días en
que ejerce su derecho al descanso, por lo cual, para evitar tal situación el
legislador establece la figura de la semana corrida.
Recientemente la ley se ha modificado para permitir que el
beneficio de la semana corrida también se aplique respecto de aquellos
trabajadores que tienen una remuneración mixta, esto es, que perciben una parte
fija y otra variable, pero en este caso, la semana corrida solo se calcula
considerando la parte variable de la remuneración.
Con ello se obtiene que el valor a pagar por los días de
descanso de un trabajador con remuneración mixta no solo considere el sueldo o
sueldo base, sino que también el pago de la parte variable de la remuneración
que ha pactado.
El artículo 45 del Código del Trabajo establece que el
trabajador remunerado exclusivamente por día tiene derecho a la remuneración en
dinero por los días domingo y festivos, la que equivale al promedio de lo
devengado en el respectivo período de pago, el que se determina dividiendo la
suma total de las remuneraciones diarias devengadas por el número de días que
legalmente debió laborar en la semana.
Tal como se ha señalado anteriormente, igual derecho tiene el
trabajador remunerado con un sueldo mensual más remuneraciones variables, tales
como comisiones o tratos, pero, en este caso, el promedio se calcula sólo en
relación a la parte variable de sus remuneraciones.
El derecho a la semana corrida respecto de los trabajadores
con remuneración mixta fue establecido mediante la ley Nº 20.281, publicada en
el Diario Oficial el 21.07.2008, que modificó el artículo 45 del Código del
Trabajo.
De esta forma, le
asiste el derecho a la semana corrida a todo trabajador que está contratado
exclusivamente con remuneración diaria, sea sueldo diario o por hora,
comisiones, trato u otra remuneración variable, o que teniendo pactado un
sueldo mensual, percibe remuneración variable, tales como comisiones y tratos,
caso en el cual la semana corrida se calcula sólo sobre el variable.
Vl. Periodicidad de
pago de las remuneraciones
Por la importancia que reviste para el trabajador la
remuneración el legislador ha regulado la periodicidad con que debe ser pagada.
El artículo 55 del Código del Trabajo dispone que se pagará con la periodicidad
estipulada en el contrato, pero los períodos que se convengan no podrán exceder
de un mes.
Agrega el artículo 44 que la remuneración podrá fijarse por
unidad de tiempo, día, semana, quincena o mes o bien por pieza, medida u obra.
En ningún caso la unidad de tiempo podrá exceder de un mes.
De lo expuesto, es posible deducir que la remuneración debe
ser pagada en períodos iguales, entre un día de pago otro debe mediar la misma
cantidad de tiempo que puede ser una semana, quincena o un mes. Convenido el
período de pago por las partes, debe ser respetado y cumplido, sin que sea
procedente ser modificado unilateralmente por una de ellas.
Es preciso recordar que el artículo 10, Nº 4 del citado
Código, ordena indicar en el contrato de trabajo el monto, la forma y período
de pago de la remuneración acordada.
Las partes contratantes no pueden pactar períodos de pago de
remuneraciones superiores a un mes.
La Dirección del Trabajo ha precisado que el concepto de
"mes" para estos efectos, es aquella unidad de tiempo que dura un
período continuo que se cuenta desde un día señalado hasta otro de igual fecha
en el mes siguiente, sin que sea necesario que se extienda del día primero al
28, 29, 30 ó 31, de suerte que resulta posible considerar como tal, también,
por vía de ejemplo, el que va del día 20 de enero al 20 de febrero, o del 15 de
enero al 15 de febrero etc.
Por tanto, resulta jurídicamente procedente establecer un
sistema de pago de las remuneraciones por períodos de un mes, comprendiéndose
en él 10 u 11 días del mes anterior y 20 días del mes en el cual se verifica el
pago de las mismas. Dicho sistema de pago no tiene incidencia alguna en materia
previsional.
Por lo demás, según lo dispuesto por el 56 del Código del
Trabajo, las remuneraciones deben pagarse en día de trabajo, entre lunes y
viernes, en el lugar en que el trabajador preste sus servicios y dentro de la
hora siguiente a la terminación de la jornada, no obstante lo cual las partes
pueden acordar otros días u horas de pago.
De esta forma, resulta improcedente e ilegal que si las
partes convinieron como fecha de pago, por ejemplo, el último día del mes, el
empleador pretenda pagar dentro de los cinco primeros días del mes siguiente.
La dirección del Trabajo ha establecido que, en el evento que el día de pago de
las remuneraciones recaiga en domingo en un festivo, necesariamente debe
anticiparse el pago al viernes inmediatamente anterior, toda vez que, de lo
contrario aparecería excediendo la periodicidad máxima prevista por el
legislador para el pago de las remuneraciones (dictamen 2093/033 de 13.05.2011).
Vll. Asignaciones que
no constituyen remuneración
Precisado por el artículo 41 del Código del Trabajo el
concepto de remuneración, el inciso 2º, del mismo precepto legal, realiza una
enumeración taxativa de las asignaciones que no constituyen remuneración. Es de
suma importancia resaltar el carácter taxativo de la enumeración que efectúa el
citado inciso 2º, ya que, constituirán remuneración, todos aquellos estipendios
que no se encuentren descritos en el inciso 2º del citado artículo del Código
del Trabajo.
No constituyen remuneración los siguientes conceptos:
a) La asignación de movilización;
b) La asignación de pérdida de caja;
c) La asignación de desgaste de herramientas;
d) La asignación de colación;
e) Los viáticos;
f) Las prestaciones familiares otorgadas en conformidad a la
ley;
g) La indemnización por años de servicios establecida en el
artículo 163 del Código del Trabajo;
h) Las indemnizaciones
que proceda pagar al extinguirse la relación laboral, y
i) En general, las
devoluciones de gastos en que se incurra por causa del trabajo.
Por la importancia que revisten, ya que solamente estas
asignaciones no constituyen remuneración, y con el propósito que el lector
adquiera un adecuado conocimiento que le permitan determinarlas con precisión, a
continuación nos referimos brevemente a cada una de ellas.
La asignación de pérdida de caja, que tienen por objeto
resarcir a los cajeros de posibles pérdidas, hurtos o extravíos de dinero; y la
asignación de desgaste de herramientas, cuya finalidad es reponer al trabajador
el valor de sus herramientas disminuidas por el uso que han tenido al servicio
del empleador, presentan un carácter eminentemente indemnizatorio.
La asignación de movilización y colación presentan un
carácter compensatorio, toda vez que tienen por objeto cubrir los gastos en que
incurre el trabajador para ir y volver del trabajo, y los gastos que debe
efectuar para su alimentación, respectivamente.
No obstante, y según lo ha dicho la Dirección del Trabajo, la
asignación de colación, aun cuando haya sido excluida del concepto de
remuneración conforme al inciso 2º del artículo 41, adquirirá tal carácter, en
la medida que la suma otorgada por tal concepto exceda del gasto razonable de
alimentación en que el dependiente deba incurrir con ocasión del desempeño de
sus funciones, correspondiendo al Inspector del Trabajo respectivo, calificar
esta circunstancia en cada caso particular.
El viático puede ser definido como la suma de dinero de monto
razonable y prudente que los empleadores pagan a los trabajadores a fin de que
éstos solventen los gastos de alimentación, alojamiento y traslado en que
incurran con motivo del desempeño de sus labores, siempre que para dicho efecto
deban ausentarse del lugar de su residencia habitual.
Del mismo modo, la naturaleza compensatoria del viático
obliga a tener en vista otros aspectos para resolver en definitiva si las sumas
que se pagan para los fines y en las condiciones ya señaladas, pueden o no ser
excluidas del concepto de remuneración, precisando que para tal efecto el
viático debe, además, ser de un monto razonable y prudente, lo que sucederá
cuando los montos que se entreguen guarden relación con el costo real o
aproximado que según el caso y el dependiente de que se trate, signifiquen los
gastos de alimentación, alojamiento y traslado, cuestión de hecho que
corresponderá calificar al respectivo Inspector del Trabajo en cada caso
particular.
Las asignaciones familiares no son pagadas por el empleador,
quien se limita a ser intermediario de los organismos de seguridad social, que
son los que otorgan este beneficio; razón por la cual, resulta de toda lógica,
su exclusión del carácter de remuneración.
La indemnización por años de servicios y aquellas que proceda
pagar al extinguirse la relación laboral, como la indemnización por feriado,
legal o proporcional, no son conceptos remuneratorios.
Finalmente, debe señalarse que las asignaciones
precedentemente señaladas al no constituir remuneración, no están afectas a
cotizaciones previsionales.
Vlll. Descuentos a las
remuneraciones
El artículo 58 del Código del Trabajo es la norma legal que
regula los descuentos que pueden afectar las remuneraciones de los
trabajadores. Así, en su inciso 1° el legislador ha señalado taxativamente los
descuentos que el empleador está obligado a efectuar de las remuneraciones de
sus trabajadores, a saber:
a) los impuestos que
las graven
b) las cotizaciones de la seguridad social
c) las cuotas sindicales
d) las obligaciones con instituciones de previsión o con organismos
públicos
e) las cuotas de dividendos hipotecarios por compra de
vivienda
f) las cantidades indicadas por el trabajador para ser
depositadas en cuenta de ahorro para la vivienda a su nombre en una institución
financiera o en una cooperativa de vivienda, las que, en todo caso, no pueden
exceder del 30% de su remuneración total.
Por su parte, el inciso 2° de la señalada norma legal permite
descontar de las remuneraciones totales del trabajador sumas destinadas a
efectuar pagos de cualquier naturaleza hasta un máximo de 15% de su
remuneración total, siempre y cuando exista acuerdo del empleador y el
trabajador, que deberá constar por escrito.
Finalmente, el inciso 3° del señalado artículo 58 prohíbe al
empleador efectuar ciertos descuentos, entre los que se cuentan el arriendo de
habitación, luz, entrega de agua, uso de herramientas, entrega de medicinas,
atención médica y otras prestaciones en especie o por multas no autorizadas en
el respectivo reglamento interno de la empresa. La ley Nº 20.425 (D.O.
13.02.2010) ha venido a modificar el Art. 58 del Código del Trabajo agregando
los siguientes nuevos incisos:
"Asimismo, no podrá deducir, retener o compensar suma
alguna por el no pago de efectos de comercio que el empleador hubiera
autorizado recibir como medio de pago por los bienes suministrados o servicios
prestados a terceros en su establecimiento.
La autorización del empleador, señalada en el inciso
anterior, deberá constar por escrito, así como también los procedimientos que
el trabajador debe cumplir para recibir como forma de pago los respectivos
efectos de comercio.
En caso de robo, hurto, pérdida o destrucción por parte de
terceros de bienes de la empresa sin que haya mediado responsabilidad del
trabajador, el empleador no podrá descontar de la remuneración del o de los
trabajadores el monto de lo robado, hurtado, perdido o dañado.
La infracción a esta prohibición será sancionada con la
restitución obligatoria, por parte del empleador, de la cifra descontada,
debidamente reajustada, sin perjuicio de las multas que procedan de conformidad
a este Código".
De esta forma, la norma legal recoge el denominado
"principio de la ajenidad". En efecto, la doctrina de la Dirección
del Trabajo ha señalado que los dependientes que prestan servicio en virtud de un
contrato de trabajo, realizan sus funciones "por cuenta de otro" o
"por cuenta ajena" lo que de acuerdo al principio de la ajenidad que
caracteriza la relación jurídico laboral se traduce en que éstos son
simplemente una de las partes del contrato de trabajo, que tiene derecho a una
remuneración y la obligación correlativa de prestar servicios, en tanto que el
empleador estará obligado a pagar la respectiva remuneración y a adoptar todas
las medidas de resguardo y de protección que garanticen el normal desempeño de
las funciones que a aquellos les corresponde desarrollar, recayendo sobre él,
esto es, sobre el empleador, el riesgo de la empresa, vale decir, el resultado
económico favorable, menos favorable o adverso de su gestión.
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