Tras la reunión de 1775 a la que asistieron los
representantes de la 13 colonias británicas de América del Norte parecía que
las cosas estaban a punto de cambiar para el imperio británico. Indignados por
los tratos y condiciones que les ofrecía la Corona Británica, los
norteamericanos estaban dispuestos a luchar por una mejora de las condiciones
económicas respecto a las relaciones con Gran Bretaña.
Bloqueados en Boston por las milicias americanas, los británicos intentaron romper el sitio en Breed's Hill y Bunker Hill, perdiendo 230 hombres durante la ofensiva. La causa americana ganó entonces uno de sus primeros mártires, el médico Joseph Warren, abatido por los británicos en su último ataque (en la imagen 1).
Washington era nombrado primer presidente de los Estados Unidos.
LA DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA.
En mayo de 1776, mientras Washington defendía Nueva York del
asedio inglés, los representantes de las colonias en el Segundo Congreso
Continental tomaron una decisión irreversible: separarse de la Gran Bretaña.
Para justificarse ante sus compatriotas y ante el mundo entero decidieron
publicar una proclamación solemne, cuya elaboración quedó a cargo de un comité
de cinco representantes.
La Declaración de Independencia, redactada en lo
esencial por Thomas Jefferson y aprobada el 4 de julio de 1776, sintetizó para
la posteridad los principios de la Revolución americana. Entre los hombres que
se encuentran de pie en el centro de la imagen se distingue a John Adams
(izquierda), Jefferson (el más alto), Benjamin Franklin (izquierda) y, sentado
de espaldas con las piernas cruzadas, el presidente del Congreso, Hancock,
recibiendo el borrador de la Declaración elaborado por el Comité de los Cinco.
LA DECLARACIÓN DE LA INDEPENDENCIA
Fue firmada por los representantes de las trece colonias de
Norteamérica. Su párrafo inicial fue leído con avidez por revolucionarios de
todo el mundo: "Sostenemos que las siguientes verdades son evidentes: que
todos los hombres son creados iguales: que Dios les ha dotado de algunos
derechos inalienables, entre ellos la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad: que los gobiernos se han erigido para asegurar esos derechos: y que
cuando algún gobierno los destruye, el pueblo tiene el derecho de alterar o
abolir el gobierno e instituir uno nuevo".
LA CAPITAL DE LA NUEVA NACIÓN
Al término de la guerra, las antiguas colonias americanas
formaban una simple confederación, sin más instituciones comunes que el
Congreso Continental. La aprobación de la Constitución federal de 1787 cambió
la situación e hizo comprender la necesidad de establecer una verdadera capital
nacional. Durante su primera presidencia Washington se estableció en Nueva
York, y en 1790 Filadelfia fue designada capital para un periodo de diez años.
La decisión sobre la capital definitiva se produjo en 1791, y fue el resultado de una negociación entre los representantes de los estados del norte y del sur: los virginianos lograron que se emplazara en su área. El punto exacto en el que surgiría la nueva capital fue elegido por Washington, y desde ese momento se sobreentendió que la nueva ciudad llevaría su nombre, aunque él siempre se refirió a ella como Federal City.
Medalla conmemorativa de la guerra de Independencia americana.
El lema "Rebelarse contra los tiranos es obedecer a
Dios" fue propuesto por Franklin en 1776.
Cosiendo un
símbolo
Betsy Ross
cose la primera bandera de EE.UU ante George Washington, óleo por J. L. Ferris, siglo XIX.
LA ESCLAVITUD, EL
DILEMA DE WASHINGTON.
Cuando solo tenía 11 años, George Washington heredó 10
esclavos: al morir tenía 123, aunque en sus tierras trabajaban más de 300, alguna
propiedad de su mujer y otros alquilados a otros terratenientes. Nacido en un
ambiente en que la esclavitud era aceptada, el héroe de la independencia
americana no parece haber tenido escrúpulos morales al respecto hasta bien
entrado en años. En algún momento al término de la guerra se convenció de que
la esclavitud y contraria al "espíritu del 76", pero rehuyó hablar
del tema en público, quizá porque temía que destruyera la federación tan
difícilmente lograda.
Al hablar en privado de liberar a sus propios esclavos
descubrió que sus amigos y familiares no estaban del todo convencidos, por lo
que decidió actuar a través de su testamento. En él ordenó que a la muerte de
su mujer se liberara a todos sus esclavos, estipulando, además, que los jóvenes
debían ser adiestrados en un oficio, y debía cuidarse de los viejos y los
incapaces de trabajar. Al contrario que Jefferson o Madison, Washington no era
un pensador y rara vez habló o escribió contra la esclavitud: pero fue el único
de los virginianos que liberó a sus esclavos.
Mount Vernon
Fue la
propiedad familiar de George Washington. Bajo su dirección, la hacienda pasó de
2.000 a 8.000 acres (casi 3.300 ha), empleando un total de 300 esclavos negros.
EL CAPITOLIO
Ha sido sede el Congreso de los Estados Unidos desde 1800,
cuando l
a capital federal fue trasladada de Filadelfia a la ciudad fundada por
el mismo Washington en 1790. Su estilo neoclásico y su nombre reflejan la
influencia del modelo de la antigua República de Roma en la revolución
americana.
LA CASA DEL
ESTADO
En
Massachusetts, Boston. En 1776, y tras un largo sitio, los ingleses abandonaron
Boston. Washington lograba, así, su primera victoria.
REFERENCIA: http://www.nationalgeographic.com.es/ |
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