Un año más las lágrimas de San Lorenzo regarán nuestros
cielos. Esto es lo que debes saber para no perderte el espectáculo.
Las lágrimas de San Lorenzo, la lluvia de meteoros que sucede
cada año durante los meses de julio y agosto, se podrán apreciar en España en
su nivel máximo de actividad entre las 22.00 (hora Peninsular) del próximo
domingo 12 y hasta las 10.00 del lunes 13.
Este fenómeno astronómico visible en todo el hemisferio norte
se da habitualmente entre el 17 de julio y el 24 de agosto. Aunque suelen ser
las noches del 11 al 13 de agosto cuando estas "estrellas fugaces"
alcanzan un ritmo máximo de hasta 200 meteoros en una hora si las condiciones
de visibilidad son óptimas.
La Luna nueva del 11 de agosto garantiza una
oscuridad única en el cielo para poder disfrutar la lluvia de estrellas.
Los meteoros de las Perseidas provienen del cometa
109P/Swift-Tuttle, que tarda 133 años en completar un viaje alrededor del
sistema solar. Esta órbita está llena de partículas pequeñas, que han sido
liberadas por el cometa en sus pasos anteriores.
Las Perseidas se producen por el reguero de gases, polvo y materiales rocosos que dejan los cometas durante su órbita alrededor del Sol. Cada cometa va formando así un anillo en el que se encuentran numerosos fragmentos cometarios. Cuando la Tierra, en su movimiento en torno al Sol, encuentra uno de estos anillos, algunos de los fragmentos rocosos (meteoroides) son atrapados por su campo gravitatorio y caen a gran velocidad a través de la atmósfera formando una lluvia de meteoros. La fricción con los gases atmosféricos calcina y vaporiza los meteoros que aparecen brillantes durante una fracción de segundo formando lo que popularmente se denomina como "estrellas fugaces".
Las Perseidas se producen por el reguero de gases, polvo y materiales rocosos que dejan los cometas durante su órbita alrededor del Sol. Cada cometa va formando así un anillo en el que se encuentran numerosos fragmentos cometarios. Cuando la Tierra, en su movimiento en torno al Sol, encuentra uno de estos anillos, algunos de los fragmentos rocosos (meteoroides) son atrapados por su campo gravitatorio y caen a gran velocidad a través de la atmósfera formando una lluvia de meteoros. La fricción con los gases atmosféricos calcina y vaporiza los meteoros que aparecen brillantes durante una fracción de segundo formando lo que popularmente se denomina como "estrellas fugaces".
Las Perseidas, son consideradas la mejor lluvia estrellas
fugaces, porque pueden divisarse hasta 100 meteoros por hora en óptimas
condiciones. también conocidas como las Lágrimas de San Lorenzo por su cercanía
con la fecha en el santoral (10 de agosto, San Lorenzo). Esta lluvia de
estrellas recibe su nombre de perseidas, como se conoce en astronomía, por
tener su radiante en la constelación de Perseo. esto es, el punto del que
parecen partir los meteoros.
Narra la mitología griega que, en cierta ocasión, el rey de
la ciudad de Argos, de nombre Acrisio, escucho de boca de un oráculo que
moriría asesinado a manos de su propio nieto. Cuentan también los escritos que
este rey, quien tenía una única hija llamada Danae, temeroso de las palabras de
los dioses llegadas a sus oídos, y para tratar de evitar su fatal destino,
ordenó encerrar a esta en una torre de bronce para que jamás tuviera contacto
con varón alguno.
Sin embargo, son las divinidades griegas las que disponen y
los mortales quienes padecen sus caprichos. Y así, no era voluntad de Zeus que
Acrisio escapara del destino que, para él, los dioses habían reservado. Fue de
este modo que el siempre libidinoso dios de dioses, quien por Danae sentía una
especial predilección, decidió visitarla una noche en forma de lluvia de oro.
De aquella visita furtiva nacería un niño que con el tiempo se convertiría en
un héroe. Aquel niño, del que Ovidio relató su historia, se llamó Perseo.
La epopeya de Perseo, transcurre entre adversidades, batallas
y seres mitológicos. Entre sus muchas gestas, Perseo derrotó a reyes o acabó
con el titán Atlas convirtiéndolo en la cadena montañosa que lleva su nombre.
También salvaría a quien se convertiría en su esposa, Andrómeda -hija de
Casiopea y Cefeo-, de la muerte a las fauces de un monstruo marino o derrotaría
a la Medusa, un ser femenino con cabello de serpientes que convertía en piedra
a todo aquel que la miraba. Esta última gesta le valió a Perseo el favor de la
diosa Atenea, la cual, desde aquel momento se convirtió en su protectora, y la
cual, como recompensa al final de su vida convirtió a Perseo, a su esposa
Andromeda, así como a sus padres Cefeo y Casiopea en constelaciones.
Una mirada hacia Perseo
Debido a su posición con respecto a nuestro planeta, este
conjunto de constelaciones es observable desde el hemisferio norte durante todo
el año. Se trata de una zona muy estudiada por los astrónomos, ya que se
establece como una región muy brillante en la que podemos encontrar estrellas o
conjuntos de ellas muy interesantes como Algol o la "estrella
endemoniada", una estrella binaria y parpadeante que representa a uno de
los ojos de la Medusa.
Sin embargo, otro de los motivos que hacen tan especial a la
constelación de Perseo es el espectáculo que entre los meses de julio y agosto
tiene lugar cada año en el horizonte. Hablamos de la lluvia de estrella de las
Perseidas, o Lágrimas de San Lorenzo, las cuales reciben su nombre por -lo que
se conoce en términos astronómicos- tener su radiante en la constelación de
Perseo, es decir, el punto del que parecen partir los meteoros.
La lluvia de las Perseidas es la más espectacular que podemos
ver en la actualidad. Si esto es posible, es debido a que, entre julio y
agosto, la órbita de la Tierra atraviesa la estela del cometa 109-Swift-Tuttle.
Este cometa, de 26 kilómetros de diámetro, completa una órbita alrededor del
sol cada 133 años. En su viaje por el sistema solar pierde parte del material
que lo compone. Y cuando la Tierra intercepta este material, lo atrae
gravitatoriamente, dando lugar a la lluvia de meteoros observables desde
nuestro planeta.
¿Cómo observar las Perseidas?
Ya desde finales de julio es posible, con mucha suerte, ver
algún que otro meteoro en el cielo, puesto que la Tierra tarda algunos días en
atravesar la estela del cometa 109-Swift-Tuttle. Sin embargo, durante 2018, las
mejores noches para observar las Perseidas serán las de las madrugadas del 10,
11 y 12 de agosto, aunque se presume que la mejor de todas será la de la noche
del 12 al 13, pues será en este momento en el que la Tierra atraviese la zona de
mayor densidad de la estela. Este año, además, contaremos con la suerte de que
la Luna nueva tendrá lugar el 10 de agosto, lo que propiciará unas condiciones
de oscuridad perfectas para observar el cielo, algo que no ocurre todos los
años.
Las mejores
fotos del eclipse de luna de julio 2018
Para localizar la constelación de Perseo, primero debes
localizar la Estrella Polar, la que marca el norte geográfico. Siguiendo una
trayectoria recta hacia el este, podremos encontrar una formación muy
reconocible de 5 estrellas en forma de "W" que corresponde con la
constelación de Casiopea. Si dirigimos la vista bajo Casiopea estaremos mirando
hacia Perseo y Andrómeda.
Lo mejor es mirar hacia el noroeste al comienzo de la noche
abarcando la mayor porción de cielo posible. Perseo se irá desplazando hacia el
este a medida que avance la noche. Lo más idóneo pues, es buscar un lugar
oscuro y con una amplia visión del horizonte alejado de la contaminación
lumínica de las ciudades y alzar la vista hacia el norte.
Se podrá observar un promedio 60 a 70 meteoros por
hora
La mejor manera de observar la lluvia es a simple vista. No
es necesario el empleo ni de prismáticos ni de telescopios. El brillo de la
Perseidas se caracteriza por ser bastante intenso y tener un tono blanquecino.
El promedio de meteoros que podemos observar en una hora es de 60 a 70, pero en
algunos momentos de la noche, con suerte, apuntan los astrónomos, pueden llegar
a contemplarse entre 150 y 200.
Esperamos que disfrutéis del espectáculo, que contará además
con la especial presencia en el cielo del planeta Marte, que en esta época del
año nos visita con su traje de gala.
REFERENCIA: https://www.nationalgeographic.com.es
¿Dónde buscarlas?
Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la
dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza antes
de su ocaso. Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a
la oscuridad. Aunque pueden aparecer en cualquier lugar, un buen punto donde
tratar de verlas es en la constelación de la Osa Mayor o El Carro.
«Este año, sin Luna, podremos detectar Perseidas más
débiles», ha explicado el astrónomo. «En quince minutos seguro que las contamos
por decenas si aguantamos la mirada en un punto fijo del cielo».
Si las Perseidas tienen este nombre es porque esta lluvia de
estrellas tiene su radiante, el punto del cielo del que parecen provenir, en la
constelación de Perseo. Esta constelación estará al noreste, cerca de las
constelaciones de Andrómeda y Casiopea, pero Serra-Ricart ha recomendado no
mirar en esa dirección. El motivo es que las estelas en ese lugar serán muy
cortas o aparecerán como un punto, mientras que en otros lugares más alejados,
las estelas serán más alargadas.
Granos de arena incandescentes
La lluvia de estrellas de las Perseidas ocurre cada año el 12
de agosto cuando el planeta atraviesa un campo de polvo y partículas dejado
atrás por el Swift-Tuttle, un cometa de 24 kilómetros de diámetro que pasó por
las cercanías en el año 1992 y que no volverá hasta 2126.
Según ha explicado Rene Duffard, este cometa crea un «tubo de
polvo cometario» que se asemeja al «polvo levantado por un coche en un camino».
Año a año, según este astrónomo, la Tierra atraviesa esa nube de polvo y va
topándose con algunas partículas.
Curiosamente, la proximidad del máximo de la lluvia de
meteoros al 10 de agosto, día de la festividad del mártir español San Lorenzo,
hace que las Perseidas sean conocidas también como Lágrimas de San Lorenzo.
A pesar del nombre, las estrellas fugaces no son estrellas
moviéndose por el cielo. Son partículas, normalmente del tamaño de un grano de
arena, con las que se topa la Tierra y que entran en la atmósfera a altas
velocidades, que pueden estar entre los 10 y los 50 kilómetros por segundo,
según Serra-Ricart. Estas velocidades son tan altas que la fricción las
calienta lo suficiente como para desintegrarlas y emitir luz. Por tanto, la
lluvia de estrellas de las Perseidas no está compuesta de estrellas, sino de
partículas de polvo incandescentes.
Estas partículas entran con distintos ángulos, tienen
distinta masa y provienen de puntos diferentes, de forma que generan una
colección muy variada de meteoros o estelas luminosas. En general, serán de
colores verdosos brillantes. Normalmente, las estelas luminosas aparecen a 80 a
100 kilómetros de altura, en el punto donde la atmófera se hace más densa y
provoca la suficiente fricción sobre estas partículas.
Los restos del Swift-Tuttle
Se puede recordar que en los casos en los que los fragmentos
que entran en la atmósfera son pesados (de al menos un kilogramo) y tienen una
composición consistente (rocosa o metálica), los objetos pueden atravesar la
atmósfera y caer al suelo, convertidos en meteoritos.
Esta nube de polvo dejada por el Swift-Tuttle se originó en
las ocasiones anteriores en las que el cometa se ha acercado al Sol, al pasar
por el punto de su órbita conocido como perihelio. Cuando esto ocurre, el hielo
que lo forma (compuesto de agua, monóxido de carbono y dióxido de carbono), se
calienta de forma abrupta y se convierte rápidamente en gas (este proceso se
llama sublimación). Este proceso es violento y genera explosiones o géiseres
que dejan detrás del cometa un reguero de gases, polvo y pequeños escombros.
De esta forma, cada cometa forma un anillo en el que se
acumulan sus restos. En el caso del Swift-Tuttle, ocurre que la Tierra
atraviesa la zona en agosto. Al toparse con estos fragmentos del cometa
(llamados meteoroides), los atrapa con su gravedad y los destruye con su
atmósfera.
Este año la actividad, el número de meteoros, será normal,
pero la ausencia de Luna facilitará que puedan verse con claridad. Otros años,
sin embargo, la cercanía de la última pasada del cometa puede aumentar el
número de meteoros. En otras ocasiones, puede haber auténticos estallidos de
actividad, provocados por la influencia gravitatoria de Júpiter y Saturno sobre
las nubes de polvo eyectadas por el cometa en el pasado. En estos casos, la
actividad puede llegar a los 400-500 meteoros por hora.
La noche del domingo al lunes el evento será retransmitido en
directo, a partir de la 01.15 de la madrugada, desde el Observatorio del Teide
(Izaña, Tenerife) y desde El Anillo (Cáceres), a través del canal
«sky-live.tv», con la colaboración del proyecto europeo STARS4ALL y la
iniciativa impulsada por la Junta de Extremadura, «Extremadura, Buenas Noches».
Además, el proyecto de ciencia ciudadana «Contadores de estrellas», financiado
por la FECYT, lanza una propuesta de observación para toda la familia.
REFERENCIA: https://www.abc.es/ciencia
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