lunes, 22 de octubre de 2018

HIPERINFLACIÓN

La hiperinflación es una subida descontrolada de los precios de una economía. Cuando la inflación se acentúa y se sitúa fuera de control, se alcanza una situación en la que los precios de un país pierden su valor real.

 Generalmente se suele considerar hiperinflación cuando la inflación aumenta en tres dígitos anuales, es decir, más de 100%. 

De este modo, la hiperinflación provoca una situación que puede alcanzar lo surrealista y que, además, produce una reducción de la riqueza y pérdida muy notable del poder adquisitivo de los ciudadanos de un país.

Este fenómeno inflacionario puede ser provocado generalmente por la creación desenfrenada de dinero tras una política monetaria expansiva muy agresiva o al darse una repentina pérdida de valor de la economía. Se trata de un tipo de inflación tan extrema que pueden darse incluso subidas de precios de hasta un millón por ciento anual.

Aunque no existe una definición única, la mayoría de los economistas coinciden que cuando se habla de hiperinflación, cuando los precios aumentan al 100%, 200%, 300% anual.

Veamos, por ejemplo, una economía del 300% anual. Eso significa que al comienzo del año yo podía comprar con $ 3000, tres productos de $ 1000, al final del año podré comprar un producto porque su precio sea triplicado.

La inflación afecta hasta los aspectos más básicos del funcionamiento de una economía. La simple decisión de pedir prestado, para comprar una casa se puede convertir en un acto de consecuencias impredecibles.

Si las cuotas de pago en la compra de una casa, están atados a los aumentos de los precios, la hiperinflación terminará disparando los pagos del que se endeudó. En esos casos quienes más terminan perdiendo, son aquellos que tienen que pagar sus cuotas variables, pero tienen sus ingresos fijos. Como es el caso de los asalariados.

Una característica de la hiperinflación es su duración, ya que suele desarrollarse en periodos de tiempo cortos. Es decir, momentos puntuales de un ciclo económico. Históricamente, suele producirse en épocas de guerra de países por el gasto elevado que provoca el conflicto, en crisis políticas y graves momentos de depresión económica.


Cualquiera diría esa es una situación demasiado extrema para presentarse en la realidad. Pero en la historia, tiene muchos casos, por ejemplo... La hiperinflación que se vivió en Alemania, después de la primera guerra mundial.


Los países de la historia, han sufrido de hiperinflación:

1. Hungría, 1946
Tasa de inflación diaria: 207%
Los precios se duplicaban cada: 15 horas

En julio de 1946, la inflación en Hungría alcanzó un nivel impactante: 41,9% trillones. Es el peor caso de hiperinflación que haya quedado registrado.

Los precios se duplicaban cada 15 horas. El valor del dinero que los húngaros tenían en la cartera cada mañana quedaba reducido a la mitad por la noche, sin importar cuánto fuera. El billete más alto era de 100 trillones de pengos.

La Segunda Guerra Mundial había borrado el 40% de la riqueza de Hungría; el 80% de su capital, Budapest, estaba destruida; las vías férreas y las carreteras habían sido bombardeadas y el gobierno tuvo que pagar una indemnización millonaria después del conflicto.
El país realizó varios intentos de reanimar la divisa que llevaron a que los ciudadanos dejaran de referirse a los billetes según su valor y pasaran a diferenciarlos por su color.

El 1 de agosto de 1946, el gobierno adoptó un programa de estabilización radical que incluyó una reforma tributaria drástica, la recuperación de las reservas de oro que habían sido trasladadas al extranjero y la introducción de una nueva moneda, el florín húngaro, respaldado por sus reservas de oro y divisas extranjeras.

El florín se estrenó con un valor de 400.000 cuatrillones de pengos cada uno.

2. Zimbabue, 2008
Tasa de inflación diaria: 98%
Los precios se duplicaban cada: 25 horas

Tras aplicar a finales de los 90 una reforma agraria polémica que incluía la expropiación de tierras que pertenecían a hacendados blancos, Zimbabue sufrió un agudo declive agrícola.

La situación empeoró debido a una costosa intervención en la Guerra del Congo en 1998 y a los efectos de las sanciones que Estados Unidos y la Unión Europea le impusieron en 2002 al gobierno del entonces presidente Robert Mugabe.

En los años siguientes, los precios empezaron a subir. En noviembre de 2008, la inflación había alcanzado una tasa mensual de 79.000.000.000%.

Las tiendas incrementaban los precios varias veces al día. Esta caída económica se tradujo para la población en frecuentes recortes de agua y energía, colas en los bancos y gasolineras, y una grave escasez de comida en los supermercados.

Muchos cruzaban la frontera a Sudáfrica o Botsuana para comprar bienes de primera necesidad y el dólar estadounidense y el rand sudafricano se convirtieron en divisas de facto.

En 2009, el Banco de la Reserva de Zimbabue dejó de usar la moneda nacional y adoptó la estadounidense y la sudafricana.

3. República Federal de Yugoslavia, 1994
Tasa de inflación diaria: 65%
Los precios se duplicaban cada: 34 horas

Yugoslavia era un país formado tras la Primera Guerra Mundial por la unión de Bosnia y Herzegovina, Croacia, Macedonia, Montenegro, Serbia y Eslovenia.

La crisis económica y política de la década de 1980 degeneró en guerras que acabaron dividiendo este Estado de vuelta a las naciones originarias. En 1992, solo Serbia y Montenegro quedaban unidas en la República federal de Yugoslavia.

Drenado por el conflicto y la pérdida de mercado interno, el gobierno empezó a imprimir dinero para llenar sus arcas. El gasto público descontrolado, la ineficiencia, la corrupción y las sanciones de Naciones Unidas en 1992 y 1993 empeoraron el problema.

A inicios de 1994, los precios subían un 313% millones al mes. La gente se apresuraba a gastar su dinero en cuanto recibían sus salarios; muchos en Serbia compraban sus suministros en la vecina Hungría. Desanimados por varios intentos de control de los precios, los agricultores paralizaron la producción.

El comercio en el mercado negro de marcos alemanes y dólares estadounidenses despegó.

Como forma de detener el descontento social y negociar el final de las sanciones de Naciones Unidas, el líder serbio Slobodan Milosevic, aceptó finalmente adoptar una nueva moneda -el nuevo dinar-, sustentada en las reservas de oro y divisas fuertes.

4. Alemania 1923
Tasa de inflación diaria: 21%
Los precios se duplicaban cada 3 días, 17 horas

Tras la Primera Guerra Mundial (1914-18), Alemania se quedó con grandes deudas y costes de reparación. El gobierno empezó a imprimir moneda en la divisa nacional, el marco, para comprar monedas fuertes y pagar las deudas.

A medida que se imprimían nuevos marcos, estos iban perdiendo valor. Pero lo peor de la crisis se produjo cuando Alemania no realizó los pagos que debía en 1923, lo que provocó la ocupación del valle del Ruhr -el corazón industrial alemán-por parte de las tropas francesas y belgas para exigir el pago en activos fuertes.

Esto provocó huelgas y detuvo la producción.

En octubre de 1923, la inflación se había disparado hasta el 29.500% mensual, con los precios duplicándose cada 3 o 4 días. Una rebanada de pan, que costaba 250 marcos en enero de ese año, subía hasta los 200.000 millones de marcos en noviembre.

La gente recogía sus salarios en maletas.

Historias anecdóticas sobre la crisis ilustran el drama: una persona dejó su maleta desatendida y cuando volvió se encontró con que le habían robado la maleta, pero no el dinero, mientras queun padre viajó a Berlín a comprar un par de zapatos y cuando llegó allí solo se podía permitir una taza de café y el billete de vuelta a casa en autobús.

Más tarde ese año, el gobierno introdujo una nueva moneda, el "marco seguro" o rentenmark, sustentado con las tierras agrarias. Los precios se estabilizaron y posteriormente los acreedores de Alemania acordaron reestructurar los pagos de la guerra.




La pérdida de valor fue tan grande, que su relación frente al dólar paso de 4,2 marcos por dólar en 1914. A 4,2   billones de marcos en 1923. La moneda perdía su valor tan rápidamente. Que lo trabajadores iban a cobrar su salario a fin de mes, con carretillas para poder transportar los billetes.


5. Grecia 1944
Tasa de inflación diaria: 18%
Los precios se duplicaban cada 4 días, 6 horas

La economía griega sufrió mucho durante la ocupación por parte de los países del Eje en la Segunda Guerra Mundial. Ya había sentido el impacto de varios ataques a finales de 1940, que se convirtieron en abrumadores en la primavera de 1941.

Los ocupantes se llevaron materias primas, ganado y alimentos, y el gobierno títere fue obligado a asumir los costes de la ocupación.

Una caída de la producción agrícola provocó una escasez severa de alimentos en las principales ciudades y un periodo conocido como la Gran Hambruna.

Los decrecientes ingresos impositivos contribuyeron al aumento de la inflación, que alcanzó el pico del 13.800% al mes en noviembre de 1944.

Aunque los aumentos de precios no eran tan intensos como en la Hungría o Alemania de postguerra, los esfuerzos de estabilización de Grecia duraron más.


Tras la liberación del país, en octubre de 1944, el gobierno hizo tres intentos a lo largo de 18 meses antes de lograr cierta estabilidad a través de una reforma fiscal, préstamos y la introducción de una nueva moneda.

En América Latina, también hubo casos muy graves, como los que se presentaron en Perú, Brasil, Argentina hace unas cuantas décadas.


Venezuela vive uno de los peores episodios de hiperinflación registrados en todo el planeta desde la Segunda Guerra Mundial.

Los precios alcanzaron un nuevo máximo en agosto 2018, por encima del 65.000% anual, según Steve Hanke, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore (Estados Unidos), y uno de los mayores expertos en hiperinflación.

Hanke es uno de los autores de la "Tabla de Hiperinflación Mundial", a la que el país sudamericano ingresó en noviembre de 2016. Entonces, los precios subían a un ritmo mensual del 219% y se duplicaban cada 18 días.

La situación, sin embargo, empeoró todavía más y, en un contexto de grave escasez de comida y medicina, los ciudadanos se vieron forzados a usar pilas de billetes para pagar sus necesidades básicas y diarias.

Y la introducción de una nueva moneda, el bolívar soberano, que le quitó 5 ceros a su antecesor, el bolívar fuerte, no ha solucionado el problema hiperinflacionario.

Argentina en el año 1989, la inflación alcanzó al 12.000% anual. Esto significa que si un producto al iniciar el año costaba $ 100 al final del año ya superaba los $ 12.000.



Pero ¿cómo se puede dar un fenómeno tan delicado como este?

Para que se dé una condición de hiperinflación se requieren tres condiciones:

-         - Existencia de una inflación inicial.
-        -  Causas persistentes
-    - Puja (subasta) ente los distintos agentes económicos, para poder tratar de mantener su poder adquisitivo. De esta manera se produce un espiral inflacionario.

Supongamos el caso de un país que sufre un severo factor climático que echa a perder las cosechas y hace que aumenten los precios de los alimentos. En la medida que se mantenga esa situación extrema; escasez de alimentos con aumento persistentes de los precios, se producirá, una puja entre los agentes económicos, que detonará una espiral inflacionaria.

En la medida que se mantenga el aumento de los precios, los clientes de los supermercados verán, que ya no les alcanza para comprar lo que necesitan (pérdida del poder adquisitivo) y pedirán un reajuste salarial.  Si el poder negociador de los trabajadores es muy grande, los empresarios aumentarán los salarios. Lo que les elevarán sus costos laborales y tarde o temprano, elevarán los precios de sus productos, para tratar que no se vean afectadas sus ganancias. 


Ese aumento de los precios de los productos volverá a reducir el poder adquisitivo de los trabajadores quienes una vez más presionarán por un aumento salarial, que en caso de concretarse seguirán repitiendo una y otra vez, el mismo proceso de produciendo y acelerando el aumento de precios, que constituyen la Hiperinflación.

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