El
martes 26 de noviembre de 2019. Santiago – Chile - el director para las Américas
de la entidad reveló el informe realizado durante las últimas dos semanas donde
constató el uso excesivo de la fuerza por parte de Carabineros, por lo que se
recomendó " impulsar con la mayor urgencia una reforma policial".
El director para las Américas de
Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, presentó este martes el informe
realizado por la entidad durante las últimas semanas en el marco de las
manifestaciones que se desarrollan hace más de un mes en el país y que concluyó
que en Chile se han cometido "graves violaciones a los Derechos Humanos”
Chile: Llamado urgente a una reforma
policial tras las protestas Uso excesivo de la fuerza contra manifestantes y
transeúntes; graves abusos en detención.
Miembros de la policía nacional de
Chile(Carabineros)cometieron graves violaciones de derechos humanos, que
incluyen uso excesivo de la fuerza en las calles y abusos en detención, luego
de masivas protestas que comenzaron el 18 de octubre de 2019 y continuaron
durante varias semanas, señaló hoy Human Rights Watch.
Human Rights Watch se reunió con el
Presidente Sebastián Piñera el 26 de noviembre para hacerle entrega de un informe
que incluye evidencia sólida de uso excesivo de la fuerza contra manifestantes
y transeúntes y recomendaciones orientadas a prevenir abusos de Carabineros y a fortalecer sus mecanismos de supervisión.
Desde que comenzaron las manifestaciones y hasta el 21 de noviembre, el
Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) presentó ante el Ministerio
Público 442 querellasen representación de víctimas de presuntas lesiones,
tratos crueles, torturas, abusos sexuales, homicidios y tentativas de homicidios
atribuibles a fuerzas de seguridad.
“Hay centenares de preocupantes denuncias sobre
uso excesivo de la fuerza en las calles y abusos contra detenidos tales como golpizas
brutales y abusos sexuales, que no pueden quedar impunes y deben ser pronta y
rigurosamente investigadas y sancionadas”, expresó José Miguel Vivanco,
director para las Américas de Human Rights Watch.
“Factores como el uso
indiscriminado e indebido de armas y escopetas antidisturbios; los abusos
contra personas detenidas mientras estaban a disposición de las autoridades y
sistemas de control internos deficientes facilitaron que se produjeran graves
violaciones de los derechos de muchos chilenos.
Es justamente por ello que las autoridades
deben impulsar una reforma policial urgente”.
Las protestas comenzaron como una
reacción frente al aumento en las tarifas del transporte público y han
continuado durante más de un mes, reflejando un descontento masivo por
profundas deficiencias en los servicios públicos y la desigualdad económica.
El 18 de octubre, el presidente
Piñera declaró el estado de emergencia en varias regiones del país, desplegando
a los militares para asegurar su cumplimiento. El estado de emergencia, que incluyó un toque
de queda y restringió la libertad de circulación, fue levantado el 28de
octubre.
Si bien la mayoría de los manifestantes
actuaron de manera pacífica, algunos grupos cometieron graves actos de
violencia, como ataques a carabineros y a comisarias con piedras y bombas
Molotov, saqueos y quema de bienes públicos y privados.
El 21 de noviembre, la Dirección
General de Carabineros indicó que más de1.896 agentes resultaron heridos entre
el 18 de octubre y el 20 de noviembre, y que cerca de 127 de estos presentaban
lesiones graves.
Human Rights Watch entrevistó a más
de 70 personas en Santiago y Valparaíso en noviembre. Algunas víctimas fueron
heridas por perdigones disparados por escopetas o por el impacto directo de
cartuchos de gases lacrimógenos disparados con armas antidisturbios; otras
señalaron haber sufrido abusos policiales en las calles o en comisarías.
Human Rights Watch también
entrevistó a carabineros, algunos de los cuales habían sido heridos por
manifestantes, así como también a médicos, abogados, académicos, representantes
de la sociedad civil y altas autoridades, incluidos el Presidente de la Corte
Suprema de Justicia, el Fiscal Nacional, el Defensor Nacional de la Defensoría
Penal Pública, el General Director de Carabineros, y los ministros de
Relaciones Exteriores, Interior, Defensa y Justicia.
Human Rights Watch recabó pruebas
consistentes que Carabineros utilizó la fuerza de manera excesiva en respuesta
a las protestas e hirió a miles de personas, con independencia de si habían
participado en hechos violentos o no. Los servicios de urgencias médicas del
país atendieron a 11.564 personas heridas relacionadas a las manifestaciones
entre el 18 de octubre y el 22 de noviembre, informó a Human Rights Watch el
Ministerio de Salud.
De estas, más de 1.100presentaban
lesiones moderadas o graves. Una cuestión particularmente alarmante es el uso
de escopetas que disparan perdigones en forma indiscriminada y que, dependiendo
de la distancia, pueden herir gravemente a aquellos que se encuentren dentro de
su amplia zona de impacto, indicó Human Rights Watch.
La escopeta antidisturbios causó más
de 220 lesiones oculares documentadas por el INDH. El 17 de noviembre, el
Ministerio de Salud reportó que 16 personas habían perdido la visión total en
un ojo y que 34 habían sufrido heridas graves en un ojo que podrían resultaren
pérdida de visión total o parcial, de acuerdo con su evolución en los
siguientes tres meses.
El 19 de noviembre, Carabineros
suspendió en forma provisoria el uso de escopetas antidisturbios durante
manifestaciones, mientras no se determine la composición de los perdigones.
Debido a la falta de precisión propia de estas armas, su impacto indiscriminado
y las pruebas de las graves lesiones que han causado, su uso debería
suspenderse en forma indefinida en todas las circunstancias, hasta que autoridades
idóneas se independientes lleven a cabo una amplia auditoría para determinar
los riesgos que entrañan, sostuvo Human Rights Watch.
Miembros de Carabineros también
golpearon ferozmente a manifestantes, dispararon con municiones llamadas “bean
bag” (que consisten en perdigones de plomo dentro de una bolsa de tela) o con cartuchos
de gases lacrimógenos dirigidos directamente a los manifestantes, y atropellaron
a algunos con vehículos o motocicletas oficiales.
La Fiscalía Nacional está investigando
26 muertes. Entre ellas está el caso de un manifestante que murió después de
presuntamente recibir una golpiza de carabineros en la calle, tres personas que
habrían recibido disparos letales con armas de fuego por militares y una
persona que fue atropellada por un vehículo de Infantería de Marina, según
información de la Fiscalía Nacional.
Personal médico indicó que un manifestante
con una afección cardíaca murió al no poder recibir atención de emergencia
adecuada, debido a que algunos carabineros emplearon armas contra manifestantes
y profesionales de la salud que lo estaban atendiendo. La Fiscalía Nacional.
También está investigando la muerte
de dos hombres bajo custodia de carabineros, que actualmente consideran suicidios.
Human Rights Watch tomó conocimiento de al menos otras 18 personas que murieron
en incendios durante los saqueos, fueron atropelladas por vehículos particulares
durante las manifestaciones, o murieron por otras causas sin que haya pruebas,
hasta el momento, de que estuvieran implicados agentes del Estado.
Carabineros detuvo a más de 15.000
personas y cometió abusos contra algunas de ellas. De las 442 querellas presentadas
por el INDH en representación de víctimas de abusos, 341 se refieren a
señalamientos de torturas y trato inhumano, y 74 a denuncias de abusos
sexuales.
Numerosos detenidos afirman haber
sido golpeados brutalmente por carabineros. Otra de las acusaciones más
frecuentes fue que carabineros obligaron a detenidos, incluidos niños y niñas,
a desvestirse y hacer sentadillas totalmente desnudas en comisarías. Esta práctica
de desnudamientos se encuentra prohibida en los protocolos de Carabineros desde
marzo de 2019 pero todavía ocurre, y ocurría incluso antes de las
manifestaciones.
Los carabineros parecen ser más
propensos a obligar a desnudarse a mujeres y niñas que a hombres, según
estadísticas del INDH y entrevistas realizadas por Human Rights Watch.
Una abogada chilena de derechos
humanos nos contó de un caso en donde, a pesar de que hombres y mujeres habían
sido detenidos en las mismas circunstancias, carabineros obligaron a
desvestirse únicamente a las mujeres.
También mencionó otros casos en que
carabineros tocaron los genitales de las mujeres tras obligarlas a quitarse la
ropa.
Los abusos durante el período de detención y las graves lesiones sufridas
por cientos de manifestantes ocurrieron en gran medida debido a falencias
estructurales para asegurar una adecuada supervisión y rendición de cuentas por
las actuaciones de carabineros, que ya existían antes de las manifestaciones del
último mes, observó Human Rights Watch.
Reformas
recomendadas
-Revisar las facultades de
detención por control de identidad de los carabineros para que, haya garantías
contra el uso arbitrario de la facultad de interceptar y detener personas y que
haya rendición de cuentas por su uso;
-Asegurar que existan mecanismos
internos de control para, investigar y sancionar abusos y el uso indebido de
armas menos letales por parte de Carabineros;
-Reformar el sistema de disciplina
de Carabineros para que las decisiones disciplinarias las adopte una autoridad
que no esté en la cadena directa de mando de la persona implicada, y
cerciorarse de que el personal que trabaja en asuntos internos no tenga que
trabajar con aquellos a quienes ha investigado o sancionado, ni quedar
subordinado a ellos;
-Adoptar un protocolo junto, con
las autoridades de salud para que, los detenidos sean sometidos a revisiones
forenses independientes, que no se realicen frente a carabineros y ocurran a
una distancia en la que no puedan ser escuchados;
-Hacer cumplir la prohibición
vigente sobre desnudamiento de detenidos en protestas y sancionar a aquellos
que continúen con esta práctica;
-Instalar cámaras en todas las
áreas de todas las comisarías, tomando medidas para garantizar la privacidad de
los detenidos, y establecer un sistema de almacenamiento de grabaciones que
pueda ser empleado por autoridades judiciales o de otro tipo;
-Suspender cualquier uso de perdigones
—no solo durante manifestaciones—hasta que autoridades idóneas se
independientes realicen un estudio adecuado de todos sus riesgos;
-Estudiar el uso de equipos menos
letales alternativos que minimicen las lesiones;
-Reforzar el entrenamiento de todos
los carabineros relacionado con armas menos letales para el control de
manifestaciones, incluidas, las Fuerzas Especiales, entre otras; y
-Cerciorarse de que los carabineros
cuenten con equipos de protección adecuados, tiempo de descanso y remuneración
de horas extra.
Además, el Ministerio Público y la
Defensoría Pública deberían monitorear de cerca y regularmente el papel de
Carabineros, por ejemplo, instruyéndoles a fiscales y defensores que
inspeccionen periódicamente las comisarías y entrevisten a los detenidos.
Uso indiscriminado e indebido de
armas de fuego Desde el 18 de octubre, al menos 1.015 personas resultaron
heridas por impacto de perdigones disparados por carabineros en el contexto de
las protestas contra el gobierno. Según el INDH, estas heridas afectaron tanto la
parte superior como inferior del cuerpo. Entre las heridas más graves se
incluyen las lesiones oculares.
En el Hospital Del Salvador, donde
se ha atendido a la gran mayoría de los heridos, al 19 de noviembre el 77 % de
las lesiones oculares habían sido causadas por perdigones, conforme indicó a
Human Rights Watch el Ministerio de Salud. La segunda causa más frecuente
fueron impactos de cartuchos de gases lacrimógenos.
•
Marlene Morales Canales, de 33
años, se aproximó a una multitud cerca de su vivienda en Santiago el 19 de
octubre, acompañada de su hija de 14 años, contó a Human Rights Watch. Vio
carabineros a unos 20 metros de distancia, escuchó disparos y sintió el impacto
de un perdigón en el ojo derecho. “Perdí la visión inmediatamente. Había mucha
sangre”, afirmó.
Marlene Morales el 15 de noviembre. |
Tras los disparos, los carabineros también empezaron a
disparar cartuchos de gases lacrimógenos. Los médicos le dijeron que no hay
posibilidades de que recupere la vista en el ojo derecho.
Algunos de los heridos fueron
alcanzados por múltiples perdigones, lo que sugiere que les dispararon de cerca
debido a que los perdigones se dispersan luego del disparo.
•
En una manifestación en el centro de Santiago el 11 de
noviembre cuando un grupo de personas empezó a arrojarle piedras a un camión de
Carabineros. Barrales intentaba pasar caminando por allí cuando un carabinero
abrió la puerta del acompañante del vehículo, le apuntó con un arma desde una
distancia de ocho metros y disparó. Los perdigones le dieron en el abdomen, el
pecho y el ojo izquierdo. Los médicos le dijeron que no hay posibilidades de
que recupere la vista en ese ojo.
Ronald Barrales el 11 de noviembre |
· •El 29 de octubre, carabineros hirieron a Jorge
Ortiz, director de la Unidad de Finanzas del INDH, mientras monitoreaba las
protestas en la Alameda. Ortiz llevaba un chaleco y un casco amarillos, ampliamente
reconocidos en Chile como el uniforme del equipo del INDH. Recibió seis heridas
de perdigones en la espalda, los glúteos y la parte trasera de la pierna
izquierda, mientras se alejaba corriendo de los carabineros, que disparaban
hacia una zona donde había manifestantes, cerca de donde se encontraba el
equipo del INDH, señaló Ortiz.
El general Mario Rozas, Director
General de Carabineros, señaló el 13 de noviembre que los carabineros usan
escopetas antidisturbios de 12mm que disparan cartuchos con 12 perdigones de 8
mm y que se les permite abrir fuego cuando se encuentre “en peligro de su vida
o cuando hay un civil en peligro”.
Los carabineros las han usado en
respuesta a agresiones de manifestantes que arrojaron piedras u otros
proyectiles, según señalaron carabineros y testigos. Para estar autorizados a
disparar el arma, los carabineros deben completar un curso de dos semanas y
renovar su certificación, cada año.
Si bien al momento del disparo los
perdigones están concentrados, se van separando unos de otros y pueden alcanzar
un radio de varios decímetros a pocos metros de haber sido disparados.
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