martes, 19 de octubre de 2021

LOS AMISH, Un 19 de octubre 2021

 ¿Cómo es la vida de los AMISH?

Los amish ([ɑmɪʃ]) son un grupo etnorreligioso protestante anabaptista

El origen de la comunidad Amish lo encontramos en el año 1693 en Suiza.

con un líder anabaptista menonita llamado Jacob Ammann.

Jakob Ammann es un anabaptista que cuando tiene lugar la reforma radical protestante decide separarse del resto y formar su propia comunidad. 

Los amish viven en colonias repartidas por todo el mundo, principalmente por Canadá, Estados Unidos, México, Sudamérica y América Central.

Los Amish     no se han abierto a la tecnología y su forma de vida es la misma de hace tres siglos. Los avances son una tentación que no ayudan a la vida sencilla y contradicen las enseñanzas de la Biblia.

La comida casera, a falta de nevera, se cocina a diario, por lo que es fresca y rica en nutrientes.

La familia se reúne alrededor de la mesa, construida por su padre, sin interrupciones televisivas o de móviles, inexistentes en su comunidad.

Una comunidad en la que lo normal es ayudarse, a levantar una casa, hacer los muebles (los Amish son excelentes carpinteros) e incluso a sufragar los gastos, médicos o de otra índole, que un miembro de la comunidad necesite.

La comunidad Amish no permite la introducción de técnicas avanzadas en el campo

Amish paseando en uno de sus coches de caballos. Cada comunidad utiliza un carro de caballos diferente. Algunos de ellos hasta llevan un sistema de calefacción artesanal y muy rudimentario pero bastante eficaz para los largos días de invierno. Se conocen como buggy y en Arcola hasta han habilitado expresamente el arcén para que los carros puedan circular sin ser molestados por otros vehículos. 
Para conducir estos carros no se necesita tener carnet pero sí respetar las correspondientes normas de tráfico. 
Uno de los motivos por los que los amish se niegan a utilizar vehículos de motor (pueden montar en ellos pero no conducirlos) es porque consideran que estos son los culpables de que muchas familias vivan separadas y muy lejos unos de otros.

 Conocidos principalmente por su estilo de vida sencilla, vestimenta modesta y tradicional, su resistencia a adoptar comodidades y tecnologías modernas, como son las relacionadas con la electricidad.

Los amish son una comunidad cultural unida por religión, origen y tradiciones, organizados en más de cuarenta subgrupos, algunos de los cuales son bastante diferentes.

Son descendientes de inmigrantes de lengua alemana de origen suizo y del sur de Alemania, que llegaron al continente americano en dos oleadas desde alrededor de 1730 a 1880. Actualmente, las comunidades amish comprenden aproximadamente 700 asentamientos ubicados en Estados Unidos y Canadá.

Algunas de las características de los amish son la creencia en el Nuevo Testamento, la vida en asentamientos apartados de las metrópolis, el aislamiento del mundo exterior, la defensa de valores como el pacifismo, la humildad, la vida sencilla y el trabajo, así como la vestimenta al estilo del siglo XIX.

Cuando se habla de los amish hoy, casi siempre se refiere a los amish de la antigua orden (inglés: "Old Order Amish").

En la segunda mitad del siglo XIX, los amish se dividieron en varios subgrupos, de los cuales los amish de la antigua orden representan un tercio del total. La mayoría de los subgrupos amish han perdido sus peculiaridades amish y se han asimilado a la sociedad norteamericana. Además de los amish de la antigua orden, los menonitas amish de Kauffman ("Kauffman Amish Mennonites"), los Beachy amish y los amish de la nueva orden ("New Order Amish") han preservado partes de la antigua cultura amish.

Grupos en gran medida similares a los amish son los menonitas de la antigua orden y los hermanos de Schwarzenau tradicionales (por ejemplo los antiguos hermanos baptistas alemanes).

 Los menonitas alemanes de Rusia conservadores, que viven en su mayoría en Latinoamérica, y los huteritas que también se visten con el estilo del siglo XIX y hablan dialectos alemanes que son diferentes de los dialectos de los amish, emigraron de otras regiones europeas en diferentes épocas.

La comunidad amish se caracteriza por practicar una vida sencilla. Viven en áreas rurales y no se involucran en los temas de la sociedad, se apartan de toda tecnología y de temas políticos.

Piensan que Iglesia y Estado están totalmente separados. Por eso rechazan tanto las leyes civiles como las leyes eclesiásticas, optando por una Iglesia libre. Incluso hubo sectores de los amish que eran revolucionarios. De hecho, se asentaron en estas tierras de América huyendo de la persecución por Europa.

Son una comunidad con creencias arcaicas, especialmente en lo que compete a la mujer, la cual debe priorizar a la familia, a la comunidad y a la Iglesia y someterse a ellos dentro de una estructura patriarcal.

Pasan de estar bajo mandato de su padre a estar bajo el mandato de su esposo sin que sus intereses personales tengan valor ni sean escuchados.

Los amish visten ropas antiguas, tanto que sus atuendos son como un viaje al pasado regresando hasta el siglo XVIII. Tampoco usan electricidad, ni quieren ser fotografiados ni grabados en vídeo. No ven televisión ni escuchan radio y están apartados por completo del mundo exterior.

Por el contrario, están sometidos al antiguo Evangelio, leyendo la Biblia antigua en alemán por los ancianos de la congregación.

NORMAS EN LA VIDA DE LOS AMISH

El patriarcado amish

A Sarah, de niña, le parece normal que cualquier decisión, desde comprar un utensilio casero hasta el plan de los domingos, venga de su padre.

La mujer Amish está subordinada al hombre, padre, hermano, marido… “si complace al esposo, complace a Dios”. Aunque, supuestamente, sus principales cometidos pasan por tener muchos hijos y hacer las tareas del hogar, la mujer cada vez consigue más voz y voto en las resoluciones de la comunidad que se discuten en las casas –no existen las iglesias– bajo la autoridad de los líderes eclesiásticos, siempre varones.

Las niñas finalizan su formación a los 14 años

Cuando cumplen 14 años el programa escolar llega a su fin, los chicos se marchan al campo con el padre, las muchachas se quedan en casa, amasando el pan, cosiendo, dando de comer a los animales de la granja e incluso ayudando en los barracones a modo de restaurantes gestionados por los propios Amish a donde acude a comer “gente extraña de peculiar vestir con los que hay que hablar en inglés, se sientan apiñados en las largas mesas y se vuelven locos por su sencilla gastronomía”.

Entre esos platos, la carne de cerdo con sauerkraut y las albóndigas de jamón, servidas con puré de patata o el potaje de pollo y maíz (chicken corn chowder) que Sarah está harta de comer.

También le “molesta” a Sarah el empeño de los foráneos en hacerles fotos, prohibido por la Biblia: “no te harás escultura ni imagen ni del que hay arriba en el cielo ni del que hay abajo en la tierra, ni del que hay en las aguas de la tierra”

¿Cómo es ser mujer en tierra de los 

Prohibido cortarse el cabello

Habla con cariño de aquellas noches cuando, antes de meterse en el mullido edredón cosido por las mujeres de la familia, cepillaba la larga melena de su madre.

A las mujeres amish no se les permite cortarse el pelo.

Por su parte, los hombres se dejan barba a partir del matrimonio, nunca el bigote que recuerda a los militares, como lo hacen los botones y las cremalleras obviadas en el mundo Amish que es pacifista por excelencia.

Desde muy corta edad, Sarah trabaja en la casa ayudando a su madre, recogiendo esa ropa tendida que huele a sol y a hierba. Ropa poco variada.

Las mujeres amish cambian escasamente de indumentaria.

El vestido de bodas, azul, también lo vestirá el día de su entierro, el resto de su existencia lo pasan con una simple y asexuada prenda gris en tonos opacos coronada por un bonete negro que habla de su soltería, blanco si está casada, el gorro de la oración.

Así Es La Vida De Las Esposas Amish

Así Es La Vida De Las Esposas Amish. Los Amish son una sociedad muy estricta, pero sin duda, las mujeres se llevan la peor parte. Si rompen cualquiera de las normas impuestas por sus maridos pueden sufrir graves consecuencias. 

Así Es La Vida De Las Esposas Amish

Las Esposas Amish ⛪ Cuando eres una mujer Amish la vida no es sencilla, y aunque ellas digan que son felices dentro de su comunidad, sin duda, no todas son capaces de soportar las estrictas reglas que los hombres les hacen cumplir. Entonces, ¿cómo viven las esposas Amish? ¿Cómo afrontan el embarazo estas mujeres de religión protestante?

Así es la vida de las mujeres Amish embarazadas 🤰 ⛪

Cada mujer es un mundo y dependiendo de su cultura, de sus ideologías, de su religión o del país donde resida vivirá de una forma u otra. ¿Pero qué pasa cuando una mujer pertenece a los Amish, esa comunidad que ha inventado sus propias reglas y leyes? Hoy en CURIOSEANDO acompáñame a conocer cómo es la vida de las mujeres Amish embarazadas.

Esta es la difícil vida de los Amish y sus costumbres 😲⛪🤠

Tienes curiosidad por la comunidad Amish y menonita y lo entiendo. Son muchas las películas y series donde hemos podido ver algunos detalles acerca de la manera en que viven, y no cabe duda de que se diferencia muchísimo de la nuestra. Sin embargo, ¿sabías que en su cultura los que se llevan la peor parte son las mujeres y los niños? Hoy en CURIOSEANDO damos un recorrido por la cultura Amish para conocer cuales son sus costumbres y cómo es su vida.


El nombre de Amish posiblemente te resultará conocido de haberlos visto en alguna película. Pero te diremos que no son personajes de otra época aunque bien podrían parecerlo. Hoy, en pleno siglo XXI, en plena era tecnológica, en plena sociedad industrial y llena de redes sociales e internautas, todavía quedan comunidades que viven al margen de la comunicación social y hasta de los electrodomésticos.

Viven en la más absoluta austeridad aunque poco a poco la van abandonando y apostando un poco más hacia el progreso. 

Amish o menonitas son un pueblo que tienen su propio idioma, sus propias costumbres y sus propias reglas de comportamiento. Es posible verlos repartidos por el mundo, sin embargo, permanecen apartados y no se hacen a las formas de vida del lugar, sino que continúan con sus tradiciones.








 


EDICIÓN: Erika Rijas Portilla

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