viernes, 12 de agosto de 2022

 La disputa que mantienen China y Taiwán desde 1949 ha privado a este último de acceso a los organismos internacionales y le otorga un estatus indefinido y un reconocimiento internacional limitado.

Sin embargo, tras años de hostilidades y tensiones, Taiwán encontró  Una estrategia que la ayuda a su supervivencia nacional en este conflicto tan asimétrico y con el que a conseguido alejar el fantasma de una invasión china. El llamado “Escudo de Silicio”


















La relevancia de Taiwán como productor mundial de microchips hará que China lo piense dos veces antes de usar la fuerza contra el país, el territorio insular que Pekín considera una provincia rebelde.

La poderosa industria de semiconductores que protege a Taiwán de China

Taiwán, a solo 180 kilómetros de la República Popular de China, vive mirando a su eterno enemigo con el que comparte misma lengua y mismos ancestros, pero diferente régimen político.

A un lado del estrecho, Pekín lidera una China comunista de 1.300 millones de habitantes bajo el mando de un partido único.

En el otro, Taipéi dirige una república democrática con 23 millones de habitantes.

La disputa que mantienen ambos países desde 1949 -que se agudizó en los últimos días con la visita a la isla de la presidenta del Congreso de EE.UU., Nancy Pelosi- ha privado a Taiwán de acceso a los organismos internacionales y le otorga un estatus indefinido y un reconocimiento internacional limitado.

Pero, tras años de hostilidades y tensiones, Taiwán tiene una estrategia que ayuda a su supervivencia nacional y con la que ha conseguido alejar el fantasma de una invasión china: el llamado "escudo de silicio", una industria clave de la que depende desde la fabricación de aviones de combate hasta paneles solares, pasando por videojuegos o instrumentos médicos.

Pero, ¿Cómo podemos explicar qué es el escudo de silicio?

Significa que la posición de Taiwán como principal fabricante mundial de chips semiconductores avanzados actúa como elemento disuasorio de una acción militar de China. El gigante asiático, como el resto de la economía mundial, depende de los chips supersofisticados fabricados en Taiwán.

El escudo de silicio es parecido al concepto de la guerra fría de MAD (destrucción mutua asegurada), porque cualquier acción militar en el estrecho de Taiwán sería tan dañina para China como para Taiwán y Estados Unidos. El impacto de una guerra en esta parte del mundo sería tan grande que China pagaría un precio muy alto, incluido un daño severo a su propia economía.

El hecho de que el gobierno chino no haya podido seguir adelante con su intención declarada de tomar Taiwán por la fuerza si es necesario muestra que el “escudo de silicio” está funcionando.


Entonces, ¿en qué lado del conflicto se sitúa Estados Unidos?

La mayoría de los expertos militares están de acuerdo en que China no tiene la capacidad militar para lanzar un ataque a gran escala contra Taiwán.

En su testimonio ante el Congreso de Estados Unidos en junio, el general Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto, dijo que un ataque sería "extraordinariamente complicado y costoso" para China.

Al decidir emprender una acción militar contra Taiwán, China también debe considerar si Estados Unidos acudirá en defensa de la isla.

Es difícil creer que Estados Unidos se sentaría y dejaría que China se apoderara de Taiwán por la fuerza.

¿Por qué?

Además de la disrupción masiva que traería a la cadena de suministro global de alta tecnología y a la propia economía estadounidense, una invasión le daría a China el control sobre las fábricas de chips más avanzadas del mundo.

Y el gigante asiático se apoderaría de las armas bélicas avanzadas que Washington ha vendido a Taipéi a lo largo de los años.

¿Alguien cree que Estados Unidos se va a cruzar de brazos y dejar que eso pase?





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