jueves, 25 de abril de 2024

"A DIFERENCIA DE UNA MUJER UN HOMBRE SÍ SE PUEDE DESHACER DE SU CONDICIÓN DE GORDO"

María Alejandra Energici.
Doctora en Sociología de la Universidad Alberto Hurtado. Jefa del Área Social Comunitaria e la Facultad de Psicología de la Universidad Alberto Hurtado y Co-directora del Affect and Subjectivity Lab. Actualmente lidera el FONDECYT Regular "Cuerpo, gordura y diseño: Sobre la discriminación hacia la gordura y como “la estigmatización de la gordura amplifica otras violencias sociales.

El extraño caso de la ‘Gordofobia’


Las personas con sobrepeso duran menos en sus trabajos, ganan menos y son menos contratados que las personas dentro del peso “normal”, muestra esta columna. La autora estudia la discriminación hacia la gordura, y en más de una oportunidad le han preguntado por qué no investiga un “verdadero” problema social, pues se entiende que lo que les pasa es culpa de ellas. Argumenta que “la estigmatización de la gordura amplifica otras violencias sociales” en Chile.


Desde hace tiempo muchos gordos denuncian la supuesta gordofobia que sufren en distintos ámbitos sociales. ¿Por qué sienten que nuestras sociedades odian a las personas con obesidad y sobrepeso?

‘Gordofobia’, palabra rara ¿Nos dan miedo los gordos? ¿las gordas? Son grandes, sin duda, pero de ahí a ser monstruosos como para producir terror, parece ser una exageración. ‘Gordo/gorda’ no suenan como palabras tan graves. Incluso tienen connotaciones positivas en algunos contextos. Sin embargo, hoy surgen como un campo de estudio que involucra discriminación, violencia y miedo.



DISCRIMINACIÓN

Pero ¿por qué se siente fobia a la gordura? Para contestar esta pregunta vamos a revisar primero los efectos que sufren los y las gordas por esta condición tan desdeñable socialmente.

«A mayor violencia hacia la corporalidad grande, más le tememos»

Esta discriminación afecta casi todas las esferas de la vida cotidiana (Sobal, 2011). Por ejemplo, si se toma el paso de la etapa escolar al trabajo, la exclusión está siempre presente. 

En la educación, una de las estigmatizaciones más comunes mostrada en estudios anglosajones son los profesores y profesoras de educación física; esto tiene como efecto que se desincentiva el ejercicio de las estudiantes gordas (Readdy & Wallhead, 2016; Rice, 2007; Sykes & McPhail, 2008). 

Los controles de peso en el contexto escolar (ese traumático momento en la enfermería) se han asociado:

- A baja autoestima.
. Síntomas depresivos.
. Insatisfacción corporal.
. Comportamiento para el control del peso 

(Lampard, MacLehose, Eisenberg, Neumark-Sztainer, & Davison, 2014).


La discriminación escolar hace que gordos y gordas anticipen en la educación universitaria un fenómeno llamado hyper(in)visibility, esto es, ser visibles e invisibles simultáneamente (Stevens, 2018). La exclusión producto del estigma continúa en el mundo del trabajo (Fernández-Ramírez, Baleriola Escudero, & Esquirol Arias, 2011; Magallares, Morales, & Rubio, 2011; Pattison, Eixmann, & McClung, 2016). Se vive discriminación en la contratación (Merritt et al., 2018), en la empleabilidad y los salarios (Caliendo & Lee, 2013; Johansson, Böckerman, Kiiskinen, & Heliövaara, 2009).



La evidencia de esta exclusión es alta. Sin embargo, hay grupos a los que les cuesta tomarse este asunto en serio.

«A los gordos se les atribuyen las mismas cualidades que los pobres: perezosos, sucios y deformes (…) Es un refinamiento de una vieja forma de discriminación»

Pero esta exclusión es, valga la redundancia, más social de lo que parece: la estigmatización de la gordura amplifica otras violencias sociales. La discriminación no cae sobre un vacío, sino sobre inequidades e injusticias anteriores que se intensifican. En la investigación se le ha prestado atención principalmente a tres otras violencias:


La estigmatización a las personas con exceso de peso, la presión sobre los cuerpos y los debates pendientes. “Siempre en nombre de nuestra salud se nos acosa, se nos ataca, se nos critica”, expresa Brenda Mato, modelo y activista por la diversidad corporal. La presión sobre los cuerpos no es novedad y la manera en la que la sociedad estigmatiza a las personas gordas tampoco.


La discriminación de género: en un artículo emblemático titulado ‘Is Fat a Feminist Issue? Exploring the Gendered Nature of Weight Bias’ 

¿Es la gordura es un tema feminista?


Explorando la naturaleza del género del sesgo por el peso corporal), Janna Fikkan y Esther Rothblum (2012) analizan que las mujeres gordas son más discriminadas que sus congéneres delgadas y que los hombres gordos.

Esto en los campos de la educación, el empleo, las relaciones románticas, la salud física y mental y en la aparición en medios de comunicación, entre otros. A modo de ejemplo, sobre las relaciones de pareja, en el artículo mencionado, las autoras muestran un estudio que encontró que por cada punto de IMC que aumenta una mujer, las posibilidades de estar en una relación romántica disminuyen entre 6-7%.

Las gordas tienen una tasa de cohabitación y de matrimonio más baja que las delgadas; y tienden a casarse con hombres de menor nivel educacional, menos ingresos, menor estatura y menos atractivos físicamente. Una investigación con estudiantes universitarios norteamericanos mostró que los sujetos prefieren como pareja a una cocainómana o con antecedentes de enfermedades de transmisión sexual que a una gorda (Guzman, del Castillo, & García, 2010).

La gordura en mujeres es un facilitador de la violencia física y sexual 

La discriminación de la gordura es también una forma de clasismo: en un artículo analizamos:

 “Las formas de exclusión tradicionales de las clases bajas construyen a los pobres con atributos morales como la pereza, la suciedad e incluso la fealdad. 

La pereza es una de las características centrales para individualizar la pobreza, responsabilizando a quien la padece y omitiendo las dimensiones estructurales de la desigualdad e inequidad. 

A los gordos se le atribuyen las mismas cualidades que los pobres: son perezosos, sucios y deformes (…) Así, es un refinamiento de una vieja forma de discriminación, donde no se excluye por ser pobre, sino gordo. En otras palabras, la exclusión por el tamaño del cuerpo puede ser una nueva forma de clasismo donde el cuerpo marca o materializa la pereza y la falta de autocontrol”.

Esto se entremezcla con que la gordura es más prevalente en los grupos de nivel socioeconómico bajo, reforzándose la asociación entre gordo, pobre y flojo.

"En Estados Unidos se ha teorizado que la discriminación hacia la gordura proviene históricamente del racismo hacia las mujeres negras"

















FUENTE: Samuel Mena Onell, periodista y fotógrafo U.Chile    // La Segunda   // Tecera dosis    //
EDICIÓN: Erika Rojas Portilla



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