domingo, 28 de abril de 2024

INMANUEL KANT, UN FILÓSOFO REVOLUCIONARIO EN CONTRA DE LA REVOLUCIÓN "ATRÉVETE A PENSAR"

Immanuel Kant - 1768

 Immanuel Kant fue un filósofo prusiano de la Ilustración.​​​​ 

Revolucionó el pensamiento, nos insta a usar el cerebro y cuestionar nuestras acciones. Kant aspiraba a la justicia y desarrolló principios que condujeran a la paz.

Immanuel Kant (1724-1804) nació hace trescientos años en la ciudad entonces prusiana de Königsberg, de la que apenas se movió durante sus casi 80 años de vida. Lo único que conoció su intimidad fue Martin Lampe, el criado que le despertaba cada día a las cinco menos cuarto de las cinco de la mañana, con tres trucos en la puerta y un grito invariable: "¡Ya es la hora!".

El prusiano Immanuel Kant fue uno de los pensadores más influyentes de la filosofía europea y universal.

¿Por qué su filosofía sigue siendo relevante?

La frase que acompaña este escrito fue popularizada por el filósofo alemán Immanuel Kant en su ensayo ¿Qué es la Ilustración?

Pionero de la Ilustración

Las enseñanzas y escritos de Immanuel Kant sentaron las bases de una nueva forma de pensar, posicionándolo como un pionero de la Ilustración. Este movimiento intelectual, que surgió en Europa a finales del siglo XVII, declaró que la razón humana (racionalidad) y su uso correcto eran la norma para todas las acciones.

En sus escritos, Kant llamaba a desprenderse de cualquier instrucción (como los mandamientos de Dios) y a asumir la responsabilidad de nuestras propias acciones. De él también proviene esta famosa frase: "Lo que no quieras que te hagan a ti, no se lo hagas a nadie más".

Immanuel Kant: ¡Atrévete a pensar!

“Sapere aude”, “atrévete a saber”, “atrévete a pensar”, “ten el valor de servirte de tu propia razón”. El “sapere aude” es una expresión clásica que también utilizó Kant a final del siglo XVIII, en un texto célebre. El ser humano, con el pensamiento durante tantos siglos sojuzgado por quienes no quieren que se piense por cuenta propia, se siente más cómodo en la pereza y en la seguridad de que razonen otros, porque pensar por cuenta propia cansa y exige sentido de la responsabilidad; permaneciendo en una infancia intelectual, se evita el esfuerzo del pensamiento crítico. A continuación incluyo ese fragmento de Kant, que ya he citado en otro post, del conocido opúsculo  “¿Qué es la Ilustración?”, sobre “Sapere aude”, texto completo aquí:

“La Ilustración es la liberación del ser humano de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro. Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino de decisión y valor para servirse por sí mismo de ella sin la tutela de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón! He aquí el lema de la Ilustración.

La pereza y la cobardía son causa de que una tan gran parte de los seres humanos continúe a gusto en su estado de pupilo, a pesar de que hace tiempo la Naturaleza los liberó de ajena tutela; también lo son que se haga tan fácil para otros erigirse en tutores. ¡Es tan cómodo no estar emancipado! […] no me hace falta pensar: ya habrá otros que tomen a su cargo, en mi nombre, tan fastidiosa tarea.

Es, pues, difícil para cada hombre en particular lograr salir de esa incapacidad, convertida casi en segunda naturaleza. Le ha cobrado afición y se siente realmente incapaz de servirse de su propia razón, porque nunca se le permitió intentar la aventura. Principios y fórmulas, instrumentos mecánicos de un uso o más bien abuso, racional de sus dotes naturales, hacen veces de ligaduras que le sujetan a ese estado. Quien se desprendiera de ellas apenas si se atrevería a dar un salto inseguro para salvar una pequeña zanja, pues no está acostumbrado a los movimientos desembarazados. Por esta razón, pocos son los que, con propio esfuerzo de su espíritu, han logrado superar esa incapacidad y proseguir, sin embargo, con paso firme. […]

Para esta ilustración no se requiere más que una cosa, libertad; y la más inocente entre todas las que llevan ese nombre, a saber: libertad de hacer uso público de su razón íntegramente.”

Kant planteaba esto por la religión, y en su época el problema era la coacción jurídica y religiosa, incluso física, a quien se atrevía a pensar por sí mismo. Pero las ideologías, sean o no de partido, resultan en nuestros días muy semejantes a las religiones en planteamiento de salvación y espíritu de grupo, ofrecen análogo asidero mental y análogos mentores y también con ellas es más cómodo intelectual y emocionalmente permanecer bajo la tutela ajena. La consecuencia es que el grupo ideológico al que cada cual pertenece jamás puede equivocarse porque, como no hace falta pensar individualmente, no se piensa, pues ya piensan el grupo y los mentores del grupo, y nunca se equivocan y por tanto siempre hay que apoyarlos, hagan lo que hagan, y reforzar esa idea previa leyendo solo lo que refuerza la idea mantenida por el grupo y descalificando a quien piensa distinto.

Muy cómodo, sí, pero también distante de la emancipación intelectual a la que, como seres humanos, quizá sería bueno que intentáramos aspirar, aunque sea mas difícil el pensamiento crítico que el borreguil. Y diría que indispensable para una verdadera independencia personal es intentar hacer frente a la realidad como es, no como nos dicen que es en el grupo o como nos cuentan que es los gurús del grupo o como nos interesaría que fuera, y teniendo en cuenta, como dijo el filósofo  Bertrand Russell en el siglo XX, y recogí en otro post, una sola cuestión, los hechos:

“cuando estés estudiando cualquier tema o examinando cualquier filosofía, pregúntate a ti mismo solamente: ¿cuáles son los hechos? ¿Y cuál es la verdad que los hechos sostienen? Nunca te dejes desviar ni por lo que tú deseas creer ni por lo que piensas que sería beneficioso para la sociedad si fuese creído.”

Voy a repetir esta frase de Russell: “Nunca te dejes desviar ni por lo que tú deseas creer ni por lo que piensas que sería beneficioso para la sociedad si fuese creído”. Observa únicamente cuáles son los hechos y nada más y cuál es la verdad que los hechos sostienen.

Un pensador revolucionario: Immanuel Kant

Revolucionó el pensamiento, nos insta a usar el cerebro y cuestionar nuestras acciones. Kant aspiraba a la justicia y desarrolló principios que condujeran a la paz. Hoy, 300 años después de su nacimiento, el filósofo es más relevante que nunca.


Concluyendo: INMANUEL KANT. Ilustración-Fenómeno-Teoría del conocimiento. 


El problema del conocimiento como problema político

¿Hasta dónde podemos conocer mediante la razón?


Sapere aude.

Pensar y conocer









FUENTE: Ara   // El otro blog de Veronica del Carpio  //

EDICIÓN: Erika Rojas Portilla

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