viernes, 4 de octubre de 2024

LA JOVEN DE LA PERLA - Johannes Vermeer

El cuadro La joven de la perla es una de las obras más famosas del pintor Johannes Vermeer de Delft, quien la elaboró hacia 1665. Conocida también como Muchacha con turbante o La Mona Lisa holandesa, es una de las piezas más representativas del barroco flamenco.

La joven de la perla ganó gran notoriedad gracias a su belleza expresiva y su perfección técnica. Además, la obra resultó enigmática para el público moderno, al punto de inspirar una novela y una película homónimas. ¿Con qué propósito Vermeer habrá dado vida a este lienzo tan pequeño y tan esmerado al mismo tiempo? ¿Cuáles son los misterios que se le atribuyen?

Significado del cuadro

La joven de la perla — 1665

Johannes Vermeer: La joven de la perla, h. 1665, óleo sobre tela,
46,5 x 40, Galería Real de Pinturas Mauritshuis, La Haya.

La joven de la perla, también conocida como Muchacha con turbanteLa Mona Lisa holandesa La Mona Lisa del norte (en holandés Het meisje met de parelLa joven con la perla), es una de las obras maestras del pintor holandés Johannes Vermeer y, como el nombre implica, utiliza un pendiente de perla como punto focal. La pintura se encuentra en el Mauritshuis en La Haya.

Historia

La Joven de la perla fue pintada por Vermeer hacia 1665. Su primer propietario fue el mecenas de Vermeer, y luego pasó a manos del yerno. Sin embargo, no se supo de su paradero durante los dos siglos siguientes.

La obra apareció en una subasta en La Haya en 1881. Andries des Tombe, oficial de la armada holandesa y coleccionista de arte, la adquirió entonces para impedir que cayera en manos extranjeras. Al coleccionista le costó la ridícula suma de dos florines, que equivalen actualmente a un dólar.

Tras la muerte del oficial, el lienzo fue donado a la Galería Real de Pinturas Mauritshuis en La Haya en 1902, donde ha permanecido desde entonces, con excepción de las exhibiciones itinerantes que se han realizado alrededor del mundo.

Por ejemplo, la pieza se exhibió en la Galería Nacional de Arte en Washington DC, en 1965 y 1966. Más recientemente, se exhibió en el Museo Nacional de Arte Occidental de Tokio en 2012. Entre 2013 y 2014 regresó de nuevo a los Estados Unidos, y se exhibió en el High Museum de Atlanta, en el Young Museum en San Francisco y en la Colección Frick en Nueva York. Su última exhibición itinerante ocurrió en 2014 en Bolonia.


En el año 2003 se realiza una película: LA JOVEN DE LA PERLA




Basada en 1665. La joven Griet entra a servir en casa de Johannes Vermeer.

Éste, consciente de la intuición de Griet con la luz y el color, va introduciéndola poco a poco en el misterioso mundo de su pintura.

 Por otro lado, María Thins, suegra de Vermeer, viendo que Griet lo inspira, decide permitir la relación entre ambos a fin de que su yerno aumente su exigua producción de cuadros.

Griet se rinde cada vez más a los encantos de Vermeer, si bien no puede estar segura de los sentimientos del pintor hacia ella.

El maquiavélico Van Ruijven, consciente del grado de intimidad existente entre los dos, se las ingenia para que Vermeer reciba el encargo de pintar a Griet sola. El resultado será una de las mayores obras de arte jamás creadas, pero ¿a qué precio para Griet?

Análisis

El cuadro La joven de la perla fue pintado con la técnica de óleo sobre tela. Sus dimensiones son pequeñas: apenas 46,5 cm de alto por 40 cm de ancho. Representa el busto de una joven (cabeza y hombros). El cuerpo aparece totalmente de perfil, mientras su cabeza se ladea suavemente en medio perfil, orientando la mirada al espectador.

Los rasgos de la joven son caucásicos: piel muy blanca, ojos grandes y claros y nariz fina. Como la Mona Lisa, pareciera que la joven no tuviera cejas. En cambio, sus labios se muestran entreabiertos y relajados, encarnados, húmedos y brillantes como una fruta fresca. Apenas se sugiere la dentadura en la pequeña apertura de su boca, mientras una delicada pincelada en la comisura de los labios le otorga vivacidad.

Su nariz tiene una particularidad: el tabique no es visible sino una ilusión visual. Este se funde con la mejilla iluminada. Con este recurso, Vermeer deja al espectador la capacidad de completar la imagen en la mente. De hecho, en una vista al descuido no logramos percibir la omisión, pues nuestro cerebro nos hace imaginar la presencia del tabique.

Vestimenta

El aspecto europeo de la joven contrasta con su vestimenta: la chica lleva un turbante oriental en su cabeza con los colores azul y amarillo. Viste una chaqueta exótica en paleta de ocres, en el que Vermeer logra un tratamiento exquisito de la textura de la tela. A la altura del cuello, destaca una gola blanca.

En aquella época, no era costumbre que las mujeres llevaran turbantes a la turca. Lo más probable es que Vermeer le haya facilitado a la modelo este accesorio para poder realizar su estudio. En medio de ese conjunto, la atención se dirige al pendiente, cuyo brillo sobresale en una atmósfera oscura.

El pendiente, ¿una perla?

Desde 1995, esta pieza es llamada La joven de la perla a causa del pendiente que luce. ¿Pero es verdaderamente una perla? Hace algunos años, el investigador Vincent Icke, astrónomo y artista, concluyó que las dimensiones y el brillo del pendiente no corresponden con el verdadero aspecto de una perla. Fue entonces cuando sugirió otra posibilidad: podría tratarse de un pendiente de metal pulido en forma de lágrima, hecho en plata o estaño.

La hipótesis más aceptada sostiene que sí es una perla, pero podría ser una perla de imitación o una perla que ha brotado de la imaginación del pintor. Esto explicaría el gran tamaño del pendiente. Pero se trate de una perla o no, lo interesante es cómo Vermeer crea otra ilusión visual: la presencia de un pendiente.

Si nos detenemos con atención, veremos que el pendiente no tiene ni siquiera un gancho para sostenerse. Vermeer aplica apenas dos pinceladas maestras en blanco: una en la base y otra más arriba, reflejando la luz que entra por la izquierda. Solo con eso, Vermeer nos ofrece todo un tema a debatir. Vermeer es, pues, un maestro de la ilusión y el efectismo.

brillantes y perlas para ataviar a sus personajes. Lo vemos en Estudio de una mujer joven; Joven con sombrero rojo o Ama con su sirvienta sosteniendo una carta.

Fondo

Los colores del atuendo de la joven y la palidez de su rostro contrastan con el fondo verde oscuro de la pieza. Estudios recientes señalan que este fondo se trataba originalmente de una cortina. Sin embargo, el desgaste que ha sufrido la pintura en el tiempo deterioró la definición del color y la textura. Por eso en la actualidad tiene el aspecto de un fondo neutro.

Iluminación

La iluminación procede del lado izquierdo del lienzo. Apenas la descubrimos porque se refleja directamente en el rostro de la chica, acentuando su frente, nariz y pómulos. Su espalda, nuca y oreja permanecen en la oscuridad, mientras que el pendiente y parte del turbante que cae reciben un toque luminoso.

Estamos en presencia de una interpretación muy particular del tenebrismo, pues en medio de una atmósfera oscura, el pintor destaca el alto contraste entre luces y sombras. Pudiera recordarnos a Caravaggio, pero se diferencia de este en la ausencia de dramatismo y en la tranquilidad de la escena, algo muy propio del estilo de Vermeer.












FUENTE: Cutura Genial   //
EDICIÓN: Erika Rojas Portilla


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