Soldado asirio obligando a huir a un jinete enemigo
Autor:
Fecha: VIII a.C. Museo: Museo Nacional del Louvre Características: Estilo: Mesopotamia Material: Copyright: (C) ARTEHISTORIA |
Los
asirios
Antiguo pueblo del norte de Mesopotamia: los asirios se extendieron por gran parte de Asia entre el II y I milenio a. C.
Hacia
1.250 a.C., en el norte de
Mesopotamia se
estableció el pueblo asirio, quienes tomaron el
control de todo el país. Sus ciudades más
importantes fueron Assur
y Nínive, y entre sus
monarcas más ilustres destacaron
Assurnasirpal,
Assurbanipal, Salmanazar III, Sargón II y
Senaquerib.
Cuando,
en el año 689 a.C. el asirio Senaquerib
arrasa Babilonia y
pone fin al I imperio babilónico, Asiria era ya militarmente una
gran potencia. Sin embargo su historia se remonta mucho más atrás.
Mientras que sumerios, acadios o babilonios evolucionan en la Mesopotamia meridional, Asiria lo hace en el norte, en torno a una ciudad, Assur, en la orilla oeste del curso alto del Tigris.
Es
difícil conocer su historia durante el II milenio, existiendo
periodos de gran oscuridad.
Parece
ser que estuvo bajo el dominio de Akkad y
de la III
dinastía de Ur.
Pueblo de probable carácter nómada en origen, con el paso del
tiempo los asirios se fueron sedentarizando y orientándose hacia el
establecimiento en ciudades.
Hacia el año 1116, con el rey Tiglatpileser I, inician su expansión, continuada por los numerosos monarcas que le sucedieron. Los reyes, quienes se entendían a sí mismos como representantes del dios Assur, emprendieron grandes campañas de conquista, que hicieron de Asiria uno de los mayores imperios de la historia de Mesopotamia.
Pero la expansión de Asiria no fue sólo militar, pues también se basó en el comercio.
Los
comerciantes asirios mercadearon con estaño iraní o textiles
propios o babilónicos, una actividad que, aparte de ser
económicamente lucrativa, produjo la expansión de algunos rasgos
culturales asirios, como su lengua y escritura.
El
empuje comercial fue paralelo y se benefició del engrandecimiento
político asirio. Shamsi-Adad
I,
hijo de un príncipe de la región de Mari,
logró usurpar el trono a un soberano asirio y establecer su propia
dinastía.
Con
él, en Asiria entraron nuevas pautas culturales, principalmente
babilónicas, entre las cuales la más importante fue la imposición
del culto al dios
babilónico Enlil,
al mismo nivel que la deidad local Assur.
Paralelamente,
emprendió una política de alianzas y pactos con la que consiguió
situar a Asiria como gran potencia regional, cuyo territorio ahora
equivaldría a toda la Mesopotamia septentrional.
Su hijo Isme-Dagán, sin embargo, no tuvo la misma habilidad política y diplomática que su padre para sacar provecho del juego de las distintas potencias, con lo que Asiria quedó reducida nuevamente a su territorio original.
Por
si fuera poco, la penetración de pueblos nómadas desde el Irán y
la falta de ayuda o incluso el enfrentamiento con el
babilonio Hammurabi,
produjeron la decadencia de este incipiente Imperio. Al mismo tiempo
el comercio, una de sus bazas principales, quedó prácticamente
liquidado.
Con
Isme-Dagán acaba el reinado paleoasirio, durante la primera mitad
del siglo XVII, quedando Assur reducida
a una ciudad-estado. Aunque en un futuro estará
llamada a representar un papel muy importante en la historia de
Mesopotamia, Asiria aún habrá de vivir siglos en un segundo plano,
principalmente gracias al ascenso del reino
de Mitanni.
Los
asirios fueron especialmente crueles. Solían destruir por completo
las ciudades que capturaban y las tierras agrícolas que las
rodeaban. Se llevaban sus tesoros y los ciudadanos eran muertos,
convertidos en esclavos o exiliados en ciudades lejanas.
Los asirios: un pueblo indomable
Los
asirios eran guerreros por naturaleza y crueles por vocación. Cada
vez que invadían un nuevo pueblo, destruían las ciudades, se
apoderaban de sus tesoros, tomaban prisioneros y sometían a sus
enemigos a los más crueles suplicios.
El
imperio asirio alcanzó su mayor esplendor cerca de 700 a.C., cuando
sus territorios abarcaban desde Armenia hasta Egipto, y desde Asia
Menor hasta el Irán y el Golfo Pérsico por el sur.
El
último de los grandes emperadores asirios fue Assurbanipal, quien
fomentó las artes y letras y construyó grandes templos y palacios.
Sin embargo, un imperio como el asirio, cuyo poder se basaba en la
opresión no podía durar para siempre.
Y
es así como babilónicos y medos (pueblo del oeste de Asia que
ocupaba parte de Irán actual y parte de Azerbaiján) se aliaron y
entraron a Asiria desde la meseta de Irán, tomando e incendiando
Nínive el 612 a.C.
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