Este principio establece la imposibilidad de privarse, aún
por voluntad de parte, de los derechos concedidos por la legislación laboral.
La irrenunciabilidad de derechos se ha convertido en un
principio ÚNICO, PROPIO Y ESPECÍFICO del Derecho del Trabajo.
Libertad del trabajo Nadie puede ser asignado a una función ni
se le puede impedir el legítimo derecho a la renuncia.
“Nadie te obliga a
seguir en el trabajo” o "Nadie te impide la legítima renuncia”.
Nota: Al contratar los servicios de una persona se debe
especificar muy bien sus funciones.
CARGO - FUNCIONES
Ejemplo: Si se contrata a un conserje: El controlará quién
entra o sale del edificio. Abrirá la puerta pero no abandonará su puesto de
trabajo.
Ejemplo: Si se contrata a un contador general: El llevará el
libro diario,….
En general se han señalado ciertas consecuencias ligadas a
este principio, entre ellas:
a) implica una indisponibilidad de los derechos que la ley
otorga. Esto significa que atendiendo al carácter que los derechos establecidos
en la ley tienen no sólo para el trabajador sino para su familia, sino también
para sus compañeros de labores, se impide que las renuncias y transacciones se den
en detrimento de esos derechos. Implica una intransigibilidad de derechos
mínimos y ciertos.
b) También se vincula este principio con la imperatividad de
las normas en razón del orden público que tienen las leyes de trabajo,
Las leyes laborales son imperativas en cuanto establecen
condiciones MÍNIMAS de cumplimiento obligatorio para las partes (trabajadores y
patronos). Esto quiere decir, que por supuesto pueden ser superadas por
voluntad o acuerdo de las partes
c) Carácter de orden público: De ninguna forma debe pensarse
que esta derivación del principio de la irrenunciabilidad de derechos significa
que el Derecho del Trabajo es una rama del Derecho Público. El Derecho del
Trabajo es una rama del Derecho Privado. Con la enunciación de este carácter lo
que se quiere reafirmar, tal y como lo hemos venido indicando, es que el Estado
ha considerado que debe excluirse del ámbito de los particulares la decisión de
regular su conducta en forma distinta o contraria de cómo lo ha establecido el
legislador. Una definición de orden público ha sido expresada por Moraes Filho
(Plá Rodríguez, op.cit, Pág. 78) de la siguiente forma:
"Orden público significa lo que no puede ser derogado,
renunciado, por simple voluntad de los particulares. Es aquello que el Estado
juzga imprescindible y esencial para la supervivencia de la propia sociedad, el
bien común, la utilidad general..."
Así, la irrenunciabilidad de los derechos deriva del carácter
de orden público que tienen las normas del Derecho Laboral.
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