Se produce un mayor beneficio por cada unidad extra que producimos. Esta
reducción del coste de fabricación unitario no se reduce porque baje el precio
de las materias primas sino de aprovechar un material que tenemos ya comprado y
en el que invertimos dinero en el pasado.
Por tanto, se da sobre todo en situaciones en las que la empresa compra
más instalaciones. Si compramos una maquinaria, la forma de sacarle partido es
produciendo más ya que es la forma de que consigamos un beneficio mayor, al
aprovechar la misma maquinaria para producir más productos, el coste unitario
de cada producto es menor. Y sacaremos más beneficio cuanto más produzcamos.
Este beneficio va a ser mayor ya que no vamos a tener que incrementar los
costes de fabricación dado que ya lo hemos tenido anteriormente.
En el momento en el que hayamos cubierto el gasto que nos supuso comprar
la maquinaria, podremos producir a coste cero. Esto es porque estaremos en una
situación en la que habremos conseguido ganar lo que gastamos en su día. A
partir de entonces, nuestro beneficio será mayor porque lo que ganemos de
producir no tendremos que descontarle lo que nos ha costado fabricarlo.
Efecto de las economía de escala en el coste unitario
Se dice que el coste por unidad producida será menor cuanto más
produzcamos porque el cálculo se hace con una media dividiendo el gasto de la
maquinaria entre el número de productos que hemos fabricado.
Coste unitario
Por ello, cuanto más producto se produzcan, más barato resulta fabricar
cada producto.
Sin embargo, la reducción del coste de fabricación de las economías de
escala tiene un límite. Cuando la empresa alcanza un determinado tamaño, aunque
la economía de escala haga que los costes unitarios sean menores, empieza a ser
más complicado gestionar una empresa enorme por su necesidad de coordinación y
naturaleza burocrática. Cuando una empresa reduce su beneficio unitario cuanto
más produce se dice que está en una situación de economía desescala.
¿Qué clases de economía de escala conocemos?
Ahora bien, dentro de la economía de escala conviene distinguir ciertos
detalles que dan lugar a dos tipos de modelo. Veamos en qué consisten:
a. Economía a escala interna:
En este caso, la economía a escala responde a una estrategia planificada
dentro de la empresa. Es decir, es la respuesta a una serie de medidas
orientadas a la adopción de nuevas técnicas de producción. La dirección es,
generalmente, el ente encargado de implementar este modelo y de comunicarlo al
resto de áreas o dependencias de la compañía. El resultado siempre debe ser el
mismo: menor inversión para obtener una mayor producción de artículos.
b. Economía a escala externa:
Por el contrario, este tipo de economía a escala es la que se genera por
razones ajenas a la empresa, por ejemplo las circunstancias geográficas,
sociopolíticas, culturales, económicas, entre otras. Un ejemplo que ilustra
este tipo de modelo es la bajada preferencial de impuestos de una empresa por
parte del Gobierno o la autoridad tributaria, lo cual le ayudará a disminuir
los costes de producción. En otras ocasiones, la mejora de factores como las
carreteras o los recursos de comunicación también influyen positivamente en ese
sentido.
Economía de escala y economía de alcance, ¿son lo mismo?
Los conceptos de economía de escala y economía de alcance suelen
confundirse con frecuencia. De hecho, no pocos emprendedores creen que hacen
referencia a lo mismo. No obstante, las diferencias entre ambos son
sustanciales.
Como hemos visto, la economía de escala trata principalmente de las
estrategias para reducir los costes tras el aumento de la producción.
La economía de alcance, por el contrario, habla sobre las distintas
líneas de producción de un negocio y de cómo se pueden ayudar entre ellas para
garantizar la continuidad, la productividad y la financiación de un negocio.
Por ejemplo, supongamos que una empresa de alimentación se dedica a la
venta de legumbres y frutas y, al mismo tiempo, al menaje de utensilios para el
hogar. En caso de que alguna de las dos líneas de producción no diera los
beneficios esperados, la otra podría suplir dichas deficiencias para evitar que
la línea deje de existir.
Tampoco debemos confundir la economía de escala con el aprendizaje, que
es como se conoce al proceso en el que las empresas reducen sus costes tras
superar las etapas propias de la adaptación al mercado; es decir, nada tendría
que ver la reducción de los costes, sino más bien la madurez del negocio en sí
mismo.
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