lunes, 19 de octubre de 2020

FRIDA KAHLO

(Magdalena Carmen Frida Kahlo; Coyoacán, México, 1907 - id., 1954) Pintora mexicana. Aunque se movió en el ambiente de los grandes muralistas mexicanos de su tiempo y compartió sus ideales, Frida Kahlo creó una pintura absolutamente personal, ingenua y profundamente metafórica al mismo tiempo, derivada de su exaltada sensibilidad y de varios acontecimientos que marcaron su vida.

Frida era hija de Guillermo Kahlo, quien era fotógrafo de éxito y a quien el gobierno mexicano   le   encargó   el   registro   del   patrimonio   arquitectónico   de   la   nación,  logro   extraordinario para un hombre que llegó a México 13 años antes sin grandes perspectivas. Sus padres,  Jakob  Heinrich  Kahlo  y  Henriette  Kaufman  Kahlo,  era  judíos  húngaros  de  Arad, ahora parte de Rumania, quienes emigraron a Alemania, estableciéndose en Baden-Baden, donde nació Wilhelm en 1972 (el padre de Frida). Jakob Kahlo era joyero y también comerciaba en  artículos  fotográficos.

 Pudo mandar  a  su  hijo  a  estudiar  en  la  Universidad  de  Nuremberg.  Alrededor  de  1890  la  prometedora  carrera  del  estudiante  Wilhelm  Kahlo  finalizó  debido  a  que  sufrió  heridas  en  el  cerebro  a  causa  de  una  caída  y  empezó  a   ́padecer ataques epilépticos. En 1891, con 19 años, viajó a méxico y se cambió el nombre a Guillermo y  no  regresó  jamás  a  su  país  de  origen. 

En 1894  se  casó  con  una  mujer  mexicana que murió cuatro años después luego de dar a luz dos hijas (hermanas de Frida).

La madre de Frida por otro lado, Matilde calderón, era hija de un fotógrafo de ascendencia indígena procedente de Morelia. Matilde había quedado particularmente sensible a causa de una aventura anterior que terminó de manera trágica. Frida recordaba que cuando tenía 14 años  su  madre  le  mostró  un  libro,  encuadernado  en  piel  rusa,  “donde  guardaba  las  cartas de su primer novio. En la última página estaba escrito que el autor de esas cartas, un joven alemán,  se  había  suicidado  en  su  presencia.  Ese hombre  vivía  siempre  en  su  memoria”.  (Herrera, 1985). 

Al  casarse  ambos  padres  de  Frida,  las  hijas  anteriores  del  padre fueron enviadas a un convento.

En 1913 A  la edad de  seis  años,  Frida  contrajo  poliomelitis.  Tuvo que  pasar  9  meses  en  su  cuarto:  “Todo comenzó con un dolor terrible en la pierna derecha, desde el muslo hacia abajo...Me lavaban la piernita en un tinita con agua de nogal y pañitos calientes”.

“Debo  haber  tenido  seis  años  cuando  viví  intensamente  la  amistad  imaginaria  con  una  niña  de  mi  misma  edad más o menos. En la vidriera del que entonces era mi cuarto y que daba a la calle de Allende. Sobre uno de  los  primeros  cristales  de  la  ventana  echaba  vaho  y  con  el  dedo  dibujaba  una  “puerta”.  Por  esa  puerta,  salía en la imaginación con gran alegría y urgencia. Atravesaba todo el llano que se miraba, hasta llegar a un la lechería que se llamaba “PINZÖN”... Por la “o” de PINZÓN entraba y bajaba impetuosamente al interior de la tierra, donde “mi amiga imaginaria” me esperaba siempre. No recuerdo su imagen ni su color. pero sí sé que era alegre, se reía mucho, sin sonidos. 

Era ágil y bailaba como si no tuviera peso alguno. Yo la seguía en todos sus movimientos y le contaba, mientras ella bailaba, mis problemas secretos. ¿Cuáles? No recuerdo. Pero ella sabía por mi voz todas mis cosas. Cuando ya regresaba a la ventana, entraba por la misma puerta dibujada en el cristal. ¿Cuándo? ¿Por cuánto tiempo había estado con ella? No sé. pudo ser un segundo o miles de años... Yo era feliz. Desdibujaba la “puerta” con la mano y “desaparecía”. Corría con mi secreto y mi alegría  hasta  el  último  rincón  del  patio  de  mi  casa  y  siempre  en  el  mismo  lugar  ,  debajo  de  un  árbol  de  cedrón, gritaba y reía, asombrada de estar sola con mi gran felicidad y el recuerdo tan vivo de la niña. Han pasado 34 años desde que viví esa amistad mágica y cada vez que la recuerdo, se aviva y se acrecienta más y más dentro de mis mundos.”

La Frida con poliomelitis quedó inmobilizada y dolorida en cama, mientras un doble de  ella  misma,  mantenía  la  omnipotencia  motriz  como  si  no  tuviera  peso  alguno,  no  del  modo en que por momentos el cuerpo de Frida parecía ser una carga tan pesada que llegó a  escribir  cuando  los  médicos  analizaban  la  posibilidad de amputarle la pierna “pies, para qué  los  quiero  si  tengo  alas  para  volar...  Estoy  preocupada,  mucho,  pero  a  la  vez  siento  que será una liberación”. 

Ahora bien, la polio fue tan sólo un anticipo de una serie de oportunidades en que su cuerpo la dejaba postrada en cama. Esta ocasión requirió mucha rehabilitación y dejó una secuela en una de sus piernas de por vida.

Frida  “pata  de  palo”,  como  era  nombrada  en  su  infancia  por  sus  compañeros,  fue  después  la  payasa  la  que  con  sus  vestidos  era  seguida  por  los  niños  que  preguntaban dónde   estaba   el   circo,   a   ella   parecía   no   importarle   e   inclusive   exageraba   estas   características de su vestir llamando la atención por su excentricismo.

 Sin embargo, la artista en ciernes comienza a demostrar su capacidad de superación desde muy joven y empieza a ayudar a su padre en su trabajo. La pequeña participa en tareas como el revelado o los retoques, y le asiste en la captura de imágenes: esta colaboración supone su primer (y fundamental) contacto con el arte.


En 1922 Frida Kahlo ingresa en la Escuela Nacional Preparatoria, donde entra en contacto con las ideas más progresistas de la época. Su inteligencia y su talento fueron su mejor defensa frente a las burlas ocasionadas por su cojera; su personalidad arrolladora se impuso y pasó a formar parte del grupo Los cachuchas, donde conoció a su primera pareja, Alejandro Gómez Arias.

La vida de Frida estuvo llena de desgracias y desafíos. Cuando tenía 18 años, un accidente de autobús le ocasionó muchas fracturas y achaques con los que sufrió por el resto de su vida.

Leer  a  sus  biógrafos  es  un  viaje  por  un  mundo  de  histrionismo,  excentricismo,  relaciones  con  personajes  célebres  de  una  época  para  ellos  cotidiana,  la  familiaridad  con  que se refería a pintores famosos, artistas y políticos, llama la atención al formar parte de una escenografía que ella sabía montar muy bien. Las ocurrencias que la llevaban a un no poder evitar sorprender, a veces, cínicamente, sarcásticamente y de modo tan directo que sus interlocutores quedaban azorados. Entonces, ese intento de impacto violento a veces se  tornaba  en  un  sentimiento  de  soledad  infinito  que  llevaba  a  Frida  a  consumir  morfina  más  allá  de  lo  indicado  por  el  médico  y  grandes  cantidades  de  alcohol,  además  de  su  adicción al tabaco que la acompaña en varias de sus fotografías.

Tomaremos en esta ocasión una serie de fragmentos de su diario personal, mezcla de cuaderno de dibujo y escritura verbal, todo él plagado de cambios de colores, hasta la escritura  verbal  tenía  algo  de  iconográfico  al  expresar  por  el  tipo  de  letra  momentos  particularmente  especiales  de  la  extensión  de  su  cuerpo  en  el grafismo. Retomamos este tema en Lenguaje y adicción: formas retóricas en Frida Kahlo.

Frida Kahlo era bisexual. Se le conocen romances con varias personas de ambos géneros, a la vez que estaba casada. Su matrimonio siempre tuvo infidelidades por ambas partes y aun así estuvieron casados más de 20 años, hasta el fallecimiento de la artista.

Iniciación en la homosexualidad y su relación con los fragmentos psíquicos de Frida Kahlo

Según  Alejandro  Gómez  Arias  (su  novio  de  la  preparatoria),  durante  el  período  de  estar buscando trabajo, Frida conoció a una empleada de la biblioteca de la Secretaría de Educación   pública,   cuando   fue   a   solicitar   un   trabajo   allí.   Esta   la   sedujo.   Frida   probablemente se estaba refiriendo a ese incidente cuando en 1938 la platicó a una amiga que su iniciación a las relaciones homosexuales, por parte de una de sus “profesoras” (el entrecomillado es de Herrera), fue traumática, en particular porque sus padres se enteraron del asunto. Resultó un escándalo. “Estoy dominada por la más terrible tristeza”, le escribió a  Alejandro  el  primero  de  agosto,  “pero    sabes  que  no  todo  es  como  una  quisiera  que  fuese  y  qué  caso  tiene  hablar  de  ello...”Al  final  de  la  carta  dibujó  una  cara  cubierta  de  lágrimas. 

Si la historia es cierta, nos encontramos con una Frida preocupada por la necesidad de  dinero  para  la  casa,  por  no  conseguir  fácilmente  trabajo  y  el  encuentro  con  esta  empleada de la cual ella dependía.

La iniciación en la homosexualidad en 1925, a la edad de 18 años, pareciera haber sido un acto más de los que Frida se propugnaba para recibir “unos cuantos piquetitos” (según uno de sus cuadros), recibir un golpe aturdidor a los que se agrega que a pesar de referir que está sumamente triste y que no tiene caso hablar de ello, aplicando una desmentida. Posiblemente la edad correspondiente a la finalización de la adolescencia media implicara una reactualización de sus deseos homosexuales ya que la libido destinada a los procesos de crecimiento orgánico quedó liberada.

Sus  relaciones  homosexuales  conocidas  fueron  con  Dolores  Del  Rio,  Paulette  Goddard,  ambas  famosas  actrices,  Georgia  O'Keeffe,  Emmy  Lou  Packard,  Maria  Felix  y  entre los hombres se encontraron León Trotsky, Isamu Noguchi, Nickolas Muray

Respecto  de  los  celos,  transcribiremos  un  fragmento  de  una  carta  significativa  por  ser previa al accidente y previa a Rivera: “ Mi Alex: A las once  recogí tu carta, pero no te contesté ahora mismo porque como tú comprenderás no se puede escribir ni hacer nada cuando está uno rodeado de mandada, pero ahorita que son las 10 de la noche, que me encuentro sola y mi alma es el momento más apropiado para contarte lo que pienso... Acerca de lo que me dices de Anita Reyna, naturalmente ni de chiste me enojaría, en primer lugar, porque no dices más que la verdad, que es y será siempre muy guapa y muy chula y, en segundo lugar , que yo quiero a todas las gentes que tú quieres o has querido por la sencillísima razón de que tú las quieres. Sin embargo, eso  de  las  caricias  no  me  gustó    mucho,  porque  a  pesar  de  que  comprendo  que  es  muy  cierto  que  es  chulísima, siento algo así... vaya, cómo te diré, como envidia ¿sabes?, pero eso sólo es natural. El día que quieras acariciarla, aunque sea como recuerdo, me acaricias a mí y te haces ilusiones de que es ella ¿eh? “ (Herrera,1985. pág. 45-6)

 En 1925 el autobús en el que ambos viajan es arrollado por un tranvía: el accidente ocasiona a Frida múltiples fracturas en todo el cuerpo y agrava considerablemente los problemas ocasionados por la poliomelitis en su pierna derecha.

El accidente Frida lo recordó de la siguiente manera: “A poco de subir al camión empezó el choque. Antes habíamos tomado otro camión; pero a mí se me perdió una sombrillita y nos bajamos a buscarla, fue así que subimos  a  aquel  camión  que  me  destrozó.  El  accidente  ocurrió  en  una  esquina,  frente  al  mercado  de  San  Lucas,  exactamente  enfrente.  El  tranvía  marchaba  con  lentitud,  pero  nuestro  camionera  era  un  joven  muy  nervioso. El tranvía, al dar la vuelta, arrastró al camión contra la pared. Yo era una muchachita inteligente, pero no práctica, pese a la libertad que había conquistado. Quizá por eso no  medí  la  situación  ni  intuí  la  clase  de  heridas  que  tenía.  En  lo  primero  que  pensé  fue  en  un  balero  de  bonitos colores que compre ese día y que llevaba conmigo. Intenté buscarlo, creyendo que todo aquellos no tendría mayores consecuencias.

Mentiras que uno se da cuenta del choque, mentiras que se llora. En mí no hubo lágrimas. El choque nos botó hacia delante y a mi el pasamanos me atravesó como la espada a un toro. Un hombre me vio con una tremenda hemorragia, me cargó y me puso en una mesa de billar hasta que me recogió la Cruz Roja”.  Su  columna  vertebral  se  rompió  en  tres  lugares  de  la  región  lumbar.  También  se  fracturó la clavícula y la tercera y cuarta costillas. Su pierna derecha sufrió once fracturas y el  pie  derecho  fue  dislocado  y  aplastado.  El  hombro  izquierdo  estaba  fuera  de  lugar  y  la  pelvis,  rota  en  tres  sitios.

 El  pasamanos  de  acero,  literalmente,  la  atravesó  a  la  altura  del  abdomen; entró por el lado izquierdo y salió por la vagina. “perdí mi virginidad”, dijo luego. (Herrera, 1985). La columna como función de sostén fracturada, Frida no sólo fue sometida a  32  operaciones  a  lo  largo  de  su  vida  sino  que  pasó  gran  parte  de  ella  en  cama  por  recaídas o bien usando corsets de yeso o metal (28 en total) que hacían las veces de una prótesis de su propia columna.
 Postrada en la cama, la joven recibe de su padre una caja de pinturas y pinceles. Es el comienzo de una pasión desenfrenada por el arte, que acompañará a la artista durante sus incontables épocas de postración y atenuará psicológicamente sus constantes dolores, que no le abandonarán hasta la muerte. En palabras de la propia Frida, empezó a pintar la cama “con un corsé de yeso que iba desde la clavícula a la pelvis”, con la ayuda de “un dispositivo muy chistoso”: un artilugio ideado por su madre que sostenía una tabla donde se colocaban los papeles.

En una de sus primeras obras, Paisaje urbano (circa 1925).

En el Paisaje urbano (circa 1925), es posible distinguir ya algunas de las constantes de la trayectoria pictórica de la artista. La pintura no es un fin en sí misma, si no un medio para explorar la realidad y mostrar una serie de sensaciones. El paisaje, anodino y austero, no es lo importante: según la escritora y biógrafa Araceli Rico, la obra muestra un espacio “estrecho, reducido a dimensiones inconcebibles […], un pequeño teatro donde se pusiera en escena su propia vida.

La exploración de la identidad propia. Autorretratos

OBRA: 1925 Cabello rizado

En 1929 años después del trágico accidente, Frida conoce a Diego Rivera, un muralista de prestigio veintiún años mayor, y sucumbe a los encantos del talentoso artista pese a su fama de Don Juan. 
La madre de Frida adivina el futuro tormentoso que espera a la pareja y no duda en tachar la unión como la de ‘un elefante y una paloma’. 
Su padre, más cauto y práctico, ve en esta relación un aliciente económico, que podrá aliviar la trayectoria vital de su hija a la que, enferma y tras una treintena de operaciones quirúrgicas (a muchas de las cuales la artista se había prestado experimentalmente) le aguardaba un futuro pecuniariamente incierto. 
El 21 de agosto de 1929 una simple ceremonia en el Ayuntamiento de la ciudad natal de Frida, Coyoacán, une en matrimonio a la pareja.

La trayectoria matrimonial de la pareja merecería capítulo aparte: dominada por la pasión y la tortura, tan tormentosa como enriquecedora artísticamente, constituye un hito de la historia artística mexicana contemporánea.

Diego Rivera, tan genial como ‘monstruoso’, hace de su convivencia un infierno pero, al tiempo, abre a su esposa horizontes que sin él le hubiesen sido vedados: accede a un ambiente intelectual poblado de artistas de renombre y de políticos de envergadura

Frida y Diego

Frida trabajó en este retrato durante los primeros años de su matrimonio, los muestra a los dos mirando hacia al frente con expresiones serias pero tomados de la mano, como símbolo del gran amor que se tenían.

Frida se mantuvo apegada a la realidad en cuanto a la diferencia de sus tamaños: él, grande y ella, delgada y pequeña. Frida está vestida con un típico vestido mexicano, el favorito de Diego y el que empezó a usar casi al mismo tiempo que empezó su relación con él. Diego tiene en su mano derecha una paleta y pincel, lo que demuestra la admiración que ella tenía por el talento artístico de su esposo.

En este retrato no hay nada que distraiga la atención de los dos personajes en el fondo (como en muchas otras de Frida), dejando claro que, en su relación, no era necesario nada más.

 Frida pintó este retrato doble para el que tomó como modelo una foto de la reciente boda. La diferencia de tamaño ya era considerable en la realidad, pero aquí Frida la amplía, quizá para resaltar su dependencia del esposo.

Diego aparece con los útiles de pintura en la mano derecha, firmemente asentado en el suelo con sus grandes pies y sus gruesos zapatos. Sin embargo, Frida parece levitar, con sus delicados pies flotando en el suelo. Viste un sencillo atuendo campesino, identificándose de esta manera con su pueblo. 

 DIEGO RIVERA Principales Obras de Caballete 

Las fuentes de este retrato Frida y Diego, debemos buscarlas en el arte popular, inspirándose en la cultura precolombina y en los ingenuos retratos mexicanos del siglo XIX. El colorido vivo del manto contrasta con las tonalidades oscuras del vestido y el traje de Rivera, resultando una obra primitiva e ingenuista.

 Diego Rivera
((Guanajuato, 1886 - Ciudad de México, 1957) Muralista mexicano. Los artistas mexicanos Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco conforman la tríada de los máximos representantes del muralismo mexicano, escuela pictórica que floreció a partir de los años veinte del pasado siglo)).

  Tres años después sufrió un aborto que afectó en lo más hondo su delicada sensibilidad y le inspiró dos de sus obras más valoradas: Henry Ford Hospital y Frida y el aborto, cuya compleja simbología se conoce por las explicaciones de la propia pintora.

 OBRA: 1930 Autorretrato

La obligada postración de Frida Kahlo le induce a investigar su propia persona, su cuerpo y su identidad. Un dispositivo de espejos colocado sobre la cama le permite comenzar su famosísima serie de autorretratos, realizados a lo largo de toda su vida. En principio, las obras muestran el retrato austero de una mujer de intensa mirada; con el tiempo, los autorretratos reflejarían también emociones descarnadas, sufrimientos, pasiones y deseos. Estas obras convertirían a Frida Kahlo en un “objeto de deseo” por parte del movimiento surrealista liderado por André Breton. Sin embargo, ella nunca se vio como una pintora surrealista: en sus propias palabras, “el Surrealismo no corresponde a mi arte. Yo no pinto sueños o pesadillas sino mi realidad, mi propia vida”.

 OBRA: 1930 Frida y la operación cesaría.

 En 1930, después de tres meses de embarazo Frida sufrió un aborto, situación que plasmó en un célebre dibujo con Diego niño dentro de su vientre, visible por rayos X, titulado: “Frida y la operación cesárea”. Este fracaso como madre la afecta profundamente. A esto se suman las aventuras amorosas de Diego con su asistente Ione Robinson (1930), bajo esta situación, comentó una vez: “Sufrí dos accidentes graves en la vida”… “el primero cuando me atropelló el tranvía y el otro accidente es Diego”

 OBRA: 1932 Mi nacimiento

 Vida y muerte sobre una cama.

Frida Kahlo pinta el momento mismo de su nacimiento. La madre está dando a luz con una sábana tapándole la cabeza, como se cubre la cabeza de una muerta. La recién nacida sale al mundo con el rostro adulto de Frida. Todo pasa sobre una cama, en una habitación sencilla, con un solo testigo: esa pintura de la Virgen de las Angustias llorando.

Es como un ciclo, la rueda de la vida. la muerte que da vida y esta se muere y vuelve a vivir. Frida pintó este impactante cuadro con el fallecimiento de su madre, además de estar su arte asociado con sus trágicos abortos, por lo que la carga personal de la obra es tremenda.

También está México presente: la escena tiene ingredientes de catolicismo, paganismo, arte precolombino, y ese primitivismo naif de la artista, que amplifica los sentimientos y las emociones tan importantes para una pintora como ella.

 

La sangre, tantas veces presente en la obra de la mexicana (abortos, partos, asesinatos…) aparece aquí de nuevo. Es un líquido presente en el día a día de las mujeres, pero siempre se consideró tabú en la sociedad, no digamos ya en el arte. Frida no tuvo nunca miedo a mostrarlo, de manera aparentemente ingenua, pero con claras connotaciones políticas.

FRIDA KAHLO

Frida Kahlo creó una pintura absolutamente personal, ingenua y profundamente metafórica al mismo tiempo, derivada de su exaltada sensibilidad y de varios acontecimientos que marcaron su vida.
 
AUTORRETRATO CON COLLAR DE ESPINAS

Nos encontramos ante uno de los autorretratos más famosos de la artista mexicana Frida Khalo, quien se pinta a sí misma de frente para realzar su presencia. La artista pintó esta obra durante la época de crisis de su matrimonio con el muralista mexicano Diego Rivera. La obra de Frida Kahlo destaca por mostrar el dolor y la soledad que la asolaban a causa de sus continuos problemas físicos debido a enfermedades. Sus pinturas suelen calificarse de surrealistas porque están impregnadas de simbolismos.

OBRA: 1935 Unos cuantos piquetitos

Frida denuncia la violencia machista en esta desgarradora escena.

Frida Kahlo leyó en el periódico la siguiente noticia: un hombre mató a su mujer y en los tribunales se defendió diciendo que sólo le había dado «unos cuantos piquetitos». Según la policía, fueron veinte puñaladas.

La artista, comprometida con la causa feminista ya en el año 1935, decidió denunciar el atroz suceso mostrando con pelos y señales la sangrienta escena del asesinato, y a dos palomas portando una cinta con las palabras del individuo, para dejar clara la incongruencia.

El asesino está sonriendo satisfecho y se guarda un pañuelo con el que ha limpiado la sangre. Probablemente salió impune de su crimen.

Pero si algo sobra en el cuadro es sangre…

todo el lienzo está lleno de ella: en la cama, en el suelo, en la camisa del criminal e incluso en el marco, lleno de huellas que prueban el crimen.

Frida quiere romper la separación física entre espectador y obra para que el espectador se comprometa, que no sea cómplice de un asesinato que en esos años era considerado un «crimen pasional», con el consiguiente atenuante en la sentencia.

  Este  cuadro  hace  alusión  a  dos  aspectos  de  Frida,  por  un  lado  al  estado  en  que  se  encontraba  su  conciencia,  como  alcoholizada,  y  aunque  a  veces  lo  estaba,  sobre  todo  cuando  hacia  el  final  de  su  vida  su  estado  corporal  desmejoraba  irreversiblemente,  no  era  necesario  que  estuviera  alcoholizada  para  que  percibiera  la  realidad  como  luego  de  haber  ingerido  sustancias  que  la  aturdieran,  siguiendo  el  modelo  de  la  morfina  que  le  suministraban  los  médicos  luego  de  una  operación  (1946)  cuando  el  dolor  era  insoportable  y  que  luego  no  pudo  abandonar.  Este  modelo  fue  descripto  por  Freud  en  la  conferencia  24  (1916-17).  El  otro aspecto a que se refiere el cuadro, consiste en los “piquetitos”, la sucesión de golpes con que su cuerpo fue sometido a lo largo de la vida conformando una neurosis traumática, una  adicción  a  recibir  más  golpes  que  la  dejen  sin  conciencia,  como  estaba  la  mujer  del  cuadro, muerta con los cuchillazos abriendo heridas por donde manaba la  sangre sin fin, como manaba su libido cada vez que Frida quedaba arrasada por un golpe más.

 OBRA: 1936 - Yo y mi muñeca

Tras haber sufrido tres abortos, la artista comenzó a coleccionar muñecas  mascotas para canalizar la soledad y el sufrimiento que le causaba no poder ser madre. En este cuadro, se la puede ver a Frida sentada en la cama acompañada de una de sus muñecas. Sin embargo, lo que podría ser una imagen tierna y maternal, es contrastada con la inmensidad del ambiente y la desorientación y falta de conexión entre la muñeca y Kahlo.

 Historias de vida - Frida Kahlo  

La obra de Frida Kahlo

La producción de la artista mexicana es un ejemplo de ese tipo de arte que sirve como poderoso instrumento con el que exorcizar la angustia de una realidad hostil.

 Video Casero de Frida Kahlo y Diego Rivera en la Casa Azul 

El baño de Frida

 Durante la convalecencia del accidente, sin poder ni siquiera incorporarse, comenzó a pintar tomándose ella misma como modelo principal. Le colocaron un espejo bajo el baldaquino de su cama y un carpintero le fabricó una especie de caballete que le permitía pintar estando acostada. Éste fue el inicio de una larga serie de autorretratos, tema que ocupa el grueso de su producción, de carácter fundamentalmente autobiográfico. En una ocasión afirmó: "Me retrato a mí misma porque paso mucho tiempo sola y porque soy el motivo que mejor conozco." En poco tiempo Frida desarrolló un vocabulario simbólico propio; con él acompañaba sus retratos para representar metafóricamente sus experiencias y sus pensamientos.

OBRA: 1937 Mi Nana y Yo

 La pequeña Frida fue amamantada por una ama indígena. En «Mi nana y yo» 1937, se autorepresenta como bebe-adulta sostenida por la ama con máscara precolombina. La nana recuerda a una diosa precolombina de la maternidad reforzando así el origen mestizo de la pintora. 
Cuando Frida con once meses de edad, su madre dio a luz a Cristina, la hija menor del matrimonio, por lo que la pequeña Frida fue encomendada a una indígena, que tenía la labor de alimentarla y cuidar de ella.
Frida se representa así misma con cara de adulta debido a que ella no posee recuerdos de aquel momento, por lo que se representa tal y como es ahora. La mujer de la que se amamanta no es su madre, sino una nodriza india que contrataron para alimentarla. La mujer no tiene rostro debido a que Frida no le atribuye ninguno por no tener recuerdos de ella. Se puede apreciar también como la nodriza simplemente sostiene a Frida, no abrazándola ni nada por el estilo. 
En su seno izquierdo se aprecian las glándulas mamarias que llevan la leche hasta la boca de una Frida - bebé, en tanto que del seno derecho emanan dos gotas de leche, a punto de caer sobre el vestido de la pequeña, como si estuviese formada a partir de esta sustancia. La lluvia lechosa, que aparece en segundo plano, obedece a la explicación que su nodriza le había dado sobre el fenómeno de la lluvia: "Las gotas de lluvia son leche de la virgen", y es esta leche la que da origen a una vegetación exuberante, de la que sobresale una nueva especie , una hoja de un blanco - lechoso.
En el pecho de la mujer se puede ver como una especie de campo de cereales, por lo que Frida solo se alimentaba de ella.
Frida intenta transmitirnos las dificultades por las que ha pasado en la vida, y como ejemplo nos muestra como fue amamantada por una persona que no es su madre, para ella una completa desconocida que no le mostraba cariño alguno, en una acción que es más personal y que necesita cierta conexión entre las personas.
 
 

En «Mis abuelos, mis padres y yo» Frida Kahlo se representa en el jardín de la Casa Azul, su casa natal y hoy museo Frida kahlo

. Acompañada de su madre, Matilde Calderón, hija de Isabel González de origen español y Antonio Calderón, un fotógrafo de origen indio.

OBRA: 1937 Recuerdo -el corazón-

Con el corazón roto, producto de la aventura de Diego con su hermana, Frida ilustra sus sentimientos de impotencia al pintarse sin manos. Con el pelo corto y la vestimenta europea, Kahlo termina por romper con el “estereotipo” que enamoró al muralista. Por otra parte, los vestidos de colegiala -época en la que conoció a Rivera- y el traje de tehuana, representan los “recuerdos” de su última relación. El elemento que aparece en su pie hace alusión a la amputación de dedos que la artista sufrió, producto de una gangrena.

OBRA: Entre cortinas, 1937

Después de haber vivido un romance con el político marxista León Trotsky, Frida le regaló un autorretrato en el que se representa segura y bella. Según sus biógrafos, esta transformación en su percepción se debe a la reacción que tuvo Rivera cuando se enteró del amorío entre su ex y el líder soviético. “Para León Trotsky, con todo mi amor, le dedico este cuadro el 7 de noviembre de 1937”, explica la dedicatoria.

---------------------------

En 1938  tuvo  su  primera  exposición  individual,  realizada  en  la  Galería  Julien  Levy  en  Nueva York,  que  celebra  con  un  texto  André  Bretón,  definiéndola  como  surrealista,  acepción  que  Frida rechazaba, aunque  en  el  librero  contiguo  a  su  cama  tenía  cerca  de  ella  literatura  sobre  esa corriente.  Lo mismo    participa  en  diversas  colectivas.

OBRA: 1939 Las dos Fridas

El cuadro Las Dos Fridas de Frida Kahlo (1907-1954) es un autorretrato doble pintado en óleo y terminado en 1939, año en que la artista se divorcia del muralista mexicano Diego Rivera. Mide 173 centímetros de largo por 173 de ancho y se encuentra actualmente en el Museo de Arte Moderno en la Ciudad de México, en México.

 Este retrato refleja las emociones que atravesó la artista tras su primera ruptura con Diego. A la derecha, se encuentra la Frida que Diego amaba, la Frida mexicana -con su corazón roto- que en sus manos sostiene un retrato de Rivera cuando era chico. A la izquierda se encuentra la Frida europea, con un vestido de novia victoriano -antagónico al que vistió durante su casamiento- representando sus raíces europeas, denostadas por Diego. Del retrato de su versión mexicana sale una vena cortada por la Frida europea, en un intento por ponerle fin a sus sentimientos. Sin embargo, la vena gotea y la Frida que Rivera amaba seguía viva, aunque desangrada.

En Las dos Fridas podemos encontrar dos imágenes de la artista. Ambas están sentadas en un banco y están tomadas de la mano. La Frida al lado derecho está vestida con un traje simple mexicano de estilo tehuano, y la Frida del lado izquierdo viste un traje blanco de estilo europeo.

Ambas tienen el corazón expuesto, con la diferencia de que la arteria del corazón de la Frida mexicana acaba en un pequeño retrato del artista Diego Rivera, y la arteria del corazón de la Frida europea acaba derramando sangre en la zona púbica, cortada intencionalmente con una tijera quirúrgica.

Esta obra representa temas claves y transversales de la trayectoria de la artista como lo son la dualidad, los opuestos, la herencia mestiza y la represión de la mujer, mezclado con la simbología que otorga a los objetos y a su propia anatomía.

 Artes - Las dos Fridas  


 OBRA: 1939 Lo que el agua me dio

Autorretrato de los pies de la artista

Este cuadro parece representar todo aquello que en su vida tuvo relevancia: Al fondo, un dedo del pie sangrando. Es todo lo que la vida le había dado, bueno y malo; pasado, presente y futuro. Sus pies deformados por la poliomielitis, la homosexualidad,  la  relación  entre  sus  padres,  el simbolismo  sexual  de  los  genitales  representados  por el  cráter  y un rascacielos  que se erige en él (evocando su estancia en Nueva York) y  su  maternidad frustrada a través de aquello que parece representar una cuna con un bebé en él.

Después podemos ver muchos símbolos implícitos y explícitos, cada uno son muy importante porque marcaron la artista.

En medio de esta visión aparece Frida, desnuda, flotando sobre el agua, y supuestamente ahogada por su pasado, presente y futuro. Parece estar agonizada, sin vida. También está sangrando por la esquina de su boca. Es una imagen muy fuerte ya que parece estar muerta. Se mantiene por medio de una cuerda que sirve como una cuerda floja para insectos y para una bailarina en miniatura. 

La cuerda que parece estar estrangulando a Frida esta sostenida por un hombre acostado cerca de una especie de isla, por una cumbre de rocas. No se puede ver el rostro, pero el hombre puede encarnar el machismo, muy dominante en México a esa época, la presión de su esposo, y lo que le obliga a quedarse en Estados Unidos. Esta entonces estrangulada por la situación y a su vez tiene el vestido al lado como si se lo hubiera sacado. Una araña está como atrapándola. Parece estar impresionada por cada aspectos de su vida que la rodea, y solamente la muerte puede liberarla.

El vestido de Tehuana (que es un traje tradicional mexicano de los zapotecas) es muy significativo para Frida ya que le gustaba vestirse de tak, y representaban sus origines. Cuando estaba en Nueva york se sentía diferente, como si estuviera disfrazada.

Este vestido de color amarillo y rojo está flotando sobre el agua. Los colores vivos del vestido parecen ser la única manera de aportar alegría a su triste vida.

Al lado derecho del vestido se pueden ver unas flores como enredaderas con muchas hojas y raíces que están sosteniendo a una esponja, debajo de la representación de dos mujeres desnudas, que parecen estar en pareja. Representa su lesbianismo. Como su marido siempre tenía relaciones y la engañaba con muchas mujeres refleja su machismo y Frida lo canalizó de esa manera.

También se puede interpretar como sus raíces mestizas a través de esas mujeres desnudas como en el cuadro de « las dos Fridas » que se refieren al desdoblamiento de la mujer europea y la indígena mexicana.

Esas flores con bulbos sin abrir, enlazados con pasión sin florecer pueden representar a su maternidad frustrada, a causa de sus numerosos abortos.

Quedo muchas veces embarazada y nunca pudo ser madre. La representación de la flor supone la fertilidad y es una flor de cactus, como Frida, única pero rodeada de espinas y fertilidad secándose.

Detrás de las hojas aparecen el rostro de los padres de Frida. Su mama estaba enferma y el papa estaba muy desesperado.

Encontramos sus padres también en los cuadros « Mis abuelos, mis padres y yo »

Detrás de los padres a la derecha podemos ver un rascacielos que parece representar al Empire State dentro de un volcán. Ahi se sobrepone la cultura americana con la cultura centroamericana que era la que Frida prefería, los edificios y el concreto sobrepasan a la tierra y lo natural. Cuando Frida y su marido se fueron a vivir a Nueva York, estaba desesperada por regresar a su país.

También hay un esqueleto que parece estar sentado al pie del volcan. Es el símbolo de la muerte, la muerte a la que frida se enfrentó desde muy temprano en su vida con el accidente que por poco acababa con su existencia. Frida parece haber asimilado parte de las creencias de la antigua mitología mexicana indígena.

El pájaro muerto representa los vuelos caídos, porque se sentía estancada en New York y porque Diego ya no tenía trabajo en ese momento. También una araña está envolviendo un mosco y lo está matando, es como la sociedad que está infectada

Para concluir, Este cuadro, que parece ser la obra más surrealista de Frida representa entonces un mundo acuático donde aparecen de manera detallada raíces, plantas, cadáveres, flores secas, así como personajes que ya había pintado antes. Del mismo modo se trata sin duda de la obra más compleja por los detalles caóticos e intrigantes.

Se puede decir que «Lo que el agua me dio» nos muestra a ella, entramos en la mente de Frida, ya que proyecta su mundo interior y su físico atormentado, nos hacemos partícipes de su multiplicidad, de su imaginación, entre personas, personajes, duplicaciones y vegetaciones que flotan en el agua de la bañera. Es un trabajo simbólico que expone muchos acontecimientos de su vida incluyendo en esta pintura numerosos elementos de otras obras.

 

En este mundo acuático primitivo flotan y se reflejan raíces, plantas, flores, cadáveres, insectos, aves y personas conocidas suyas. Un rascacielos (evocando su estancia en Nueva York) sale de un volcán (uno de tantos de su Mexico natal). Una pequeña Frida desnuda se mantiene a flote en el centro por medio de una cuerda. Y al fondo, un dedo del pie sangrando. Es todo lo que la vida le había dado, bueno y malo; pasado, presente y futuro.

OBRA: 1939 Dos desnudos en el bosque (La tierra misma)

Muestra a dos mujeres desnudas descansando

Cuando André Breton ((Tinchebray, Francia, 1896 - París, 1966) Escritor francés. Participó durante tres años en el movimiento dadaísta, al tiempo que investigaba el automatismo psíquico a partir de las teorías de Jean-Martin Charcot y Sigmund Freud sobre el inconsciente, que había descubierto durante sus estudios de medicina) conoció la obra de Frida Kahlo, afirmó que la mexicana era una surrealista espontánea y la invitó a exponer en Nueva York y París, ciudad esta última en la que no tuvo una gran acogida. Frida nunca se sintió cerca del surrealismo, y al final de sus días rechazó abiertamente que su creación artística fuera encuadrada en esa tendencia.

Frida Kahlo pinta una versión posterior inconclusa de su árbol genealógico. Estas obras funcionan como las pinturas de castas, género propio del Virreinato de la Nueva España del siglo XVIII. Aquí la artista es resultado de la mezcla de razas del Nuevo México.

Frida: naturaleza viva, es una película mexicana dirigida por el cineasta mexicano Paul Leduc, protagonizada por la actriz Ofelia Medina. Película de bajo presupuesto y de alta calidad. Filmada en su mayoría en la casa de Frida Kahlo, la conocida Casa Azul, ahora la Casa-Museo de Frida. Existe una versión posterior intitulada Frida (2002) producida en Hollywood y multitud de obras de teatro.

En su búsqueda de las raíces estéticas de México, rasgo que compartió con Diego Rivera y los muralistas (David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco), Frida Kahlo realizó espléndidos retratos de niños y obras inspiradas en la iconografía mexicana anterior a la conquista, pero son las telas que se centran en ella misma y en su azarosa vida las que la han convertido en una figura destacada de la pintura mexicana del siglo XX.

La obra de Frida Kahlo

La producción de la artista mexicana es un ejemplo de ese tipo de arte que sirve como poderoso instrumento con el que exorcizar la angustia de una realidad hostil. El signo trágico de su existencia, marcada por la lucha contra la enfermedad, había comenzado cuando a los seis años contrajo una poliomielitis que le dejó importantes secuelas. En 1925 sufrió un grave accidente de tráfico que le fracturó la columna vertebral y la pelvis. Además de imposibilitarle tener hijos, el accidente fue la causa de numerosas operaciones futuras y de una salud siempre precaria.

A través de la pintura, que empezó a practicar en los largos meses de inmovilidad tras el accidente, Frida Kahlo reflejaría de forma soberbia la colisión entre su ansia de felicidad y la insistente amenaza de su destrucción, a la vez que conjuraba la dualidad irreductible entre los sueños (de amor, de hijos) y la realidad (dolor e impotencia).

Durante la convalecencia del accidente, sin poder ni siquiera incorporarse, comenzó a pintar tomándose ella misma como modelo principal. Le colocaron un espejo bajo el baldaquino de su cama y un carpintero le fabricó una especie de caballete que le permitía pintar estando acostada. Éste fue el inicio de una larga serie de autorretratos, tema que ocupa el grueso de su producción, de carácter fundamentalmente autobiográfico. En una ocasión afirmó: "Me retrato a mí misma porque paso mucho tiempo sola y porque soy el motivo que mejor conozco." En poco tiempo Frida desarrolló un vocabulario simbólico propio; con él acompañaba sus retratos para representar metafóricamente sus experiencias y sus pensamientos.

Frida Kahlo - La Cinta Que Envuelve Una Bomba

 Las  infidelidades  de  Diego  desataron  crisis  emocionales  de  la  artista.  Frida  se  divorció  del muralista en 1939 La relación entre la pareja era apasionada y creativa. Los conflictos eran igualmente frecuentes, derivados de las incontables infidelidades del pintor, acaso más de veinte, habría cuantificado Frida en algún momento.

La relación  con  Rivera  y  su  relación  con  su  propio cuerpo enfermo. Leer  a  sus  biógrafos  es  un  viaje  por  un  mundo  de  histrionismo,  excentricismo,  relaciones  con  personajes  célebres  de  una  época  para  ellos  cotidiana,  la  familiaridad  con  que se refería a pintores famosos, artistas y políticos, llama la atención al formar parte de una escenografía que ella sabía montar muy bien. Las ocurrencias que la llevaban a un no poder evitar sorprender, a veces, cínicamente, sarcásticamente y de modo tan directo que sus interlocutores quedaban azorados. Entonces, ese intento de impacto violento a veces se  tornaba  en  un  sentimiento  de  soledad  infinito  que  llevaba  a  Frida  a  consumir  morfina  más  allá  de  lo  indicado  por  el  médico  y  grandes  cantidades  de  alcohol,  además  de  su  adicción al tabaco que la acompaña en varias de sus fotografías.

Este es uno  de  los  dolores  posiblemente  más  poderosos  en  su  vida,  fueron  sus  celos  pasionales que no alcanzaban a ser mitigados. Había una expresión muda de ellos en una pelea  que  Frida  llevaba  con  su  propia  conciencia  de  los  celos  que  las  relaciones  extramatrimoniales  de  su  marido  le  provocaban,  y  aún  antes  de  que  la  realidad  se  lo  confirmara.  Esta  se  realizaba  a  dos  niveles,  promoviendo  ella  misma  sus  relaciones  extramatrimoniales,  homo  y  heterosexuales,  y  intentando  sofocar  el  dolor  consumiendo  alcohol, morfina, fumando tabaco.

En  1939 forma  parte  de  la  exposición Mexique en la Galería Renou et Colle de París.

OBRA: 1940 Autorretrato con pelo corto.

 “Mira que, si te quise, fue por el pelo. Ahora que estás pelona, ya no te quiero”, explica la leyenda escrita por la artista en el margen superior del retrato. Esta pintura, quizás una de las más emblemáticas, representa la imperiosa necesidad de Frida de deshacerse de todas aquellas características que su ex marido amaba de ella. Alejada ya de sus típicos trajes mexicanos y ostentando una imagen masculina, Kahlo retrata el momento en el que decidió cortarse el pelo -símbolo femenino y atributo que amaba Rivera- y, de algún modo, liberarse finalmente de la dependencia que tenía con Diego.

Los artistas se divorcian en 1939, y vuelven a casarse en 1940, bajo un acuerdo común: vidas sexuales autónomas. Diego toleraba más las relaciones lésbicas de Frida, pero no tanto las heterosexuales.

En tiene la exposición en 1940, Veinte siglos de arte mexicano. Retratos  del  siglo  XX,  ambas en  el  Museo  de  Arte  Moderno  de  Nueva  York,  incluyen  obra  de  su autoría. 

Los años 40 fueron para Frida Kahlo una década de intensa actividad artística. Durante mucho tiempo se pensó que su figura había quedado eclipsada en vida por la poderosa presencia de Diego Rivera; si bien la pintora no alcanzó entonces la fama de su esposo, lo cierto es que su obra fue reconocida por artistas como André Bretón, Picasso o Kandinsky, entre otros. En 1938, la Galería Julien Levy de Nueva York organiza su primera exposición individual y empieza a participar en muestras colectivas. Su obra se expone en México, París, Nueva York, Boston y otras capitales norteamericanas. 

En 1942 entra a formar parte del Seminario de Cultura Mexicana en calidad de miembra fundadora, y en 1943 se incorpora como maestra a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda. En 1953, año previo a su fallecimiento, la Galería Lola Álvarez Bravo un exposición individual de su obra en Ciudad de México: será la única que se celebrará en el país en vida de la artista.

OBRA: 1940 El sueño -la cama

 La preocupación de Frida por la muerte es quizás una de las sombras más reiterativas en sus pinturas. “Judas”, el esqueleto de papel maché que la artista tenía en el dosel de su cama, es representado en el cuadro como la muerte; mientras que las plantas, enredadas en su cuerpo pero sin raíces con la tierra, representan la vida. En este período de su vida, Kahlo vuelve a sufrir una infinidad de complicaciones médicas.

En 1941 muere Guillermo Kahlo.

En  1941  el  Instituto  de  Arte  Contemporáneo  de  Boston  la  incluye  en  la  muestra  Pintores modernos  mexicanos  y  en  1943  el  Museo  de  Arte  de  Filadelfia en  Arte  mexicano  de  hoy,  entre otras.

OBRA: 1943 Autorretrato como Tehuana, 

Después de una reconciliación, la necesidad de Frida por impedir nuevas infidelidades por parte de Rivera se vuelve una obsesión para la artista. La imagen de Diego en el centro de su frente manifiesta el amor obsesivo que Kahlo sentía por el muralista y las hojas que lleva en su cabello se convierten en una suerte de tela de araña que, según sus biógrafos, podría representar una obsesión por atrapar a Diego.

OBRA: 1943 Raíces

Su vientre despedazado y atravesado por las raíces demuestran la angustia de la artista por su imposibilidad de convertirse en madre, además de su obsesión por la causa política de su país (representada en la conexión entre sus venas y la tierra).  

OBRA: Pensando en la muerte, 1943 

 La salud de la artista se encontraba cada vez peor. Confinada a una cama, la autoestima y los pensamientos de Frida se convirtieron en uno de sus peores enemigos. Según sus biógrafos, Kahlo estaba obsesionada con la muerte y comenzó a manifestar sus incertidumbres en su pintura. Según las tradiciones mexicanas, la muerte tiene un doble significado en donde el papel de la reencarnación es uno de los principales. Las espinas, ubicadas como fondo de la pintura, son una derivación de la mitología precolombina que concebía a la muerte como la transición de una vida a otra.

Frida Kahlo. México, 1943

 También son muy apreciados sus autorretratos, asimismo de compleja interpretación: Autorretrato con monos.

 Frida Kahlo

México, 1943

Aparece en el lienzo una mujer madura y serena, sin joyería (pareciera que esta posando coqueta para su padre fotógrafo), pulcramente ataviada con una blusa indígena y luciendo orgullosa "una golondrina en pleno vuelo," como calificaría Chavela Vargas a su sempiterna ceja única. 

Cuatro monos ojipláticos la rodean, mostrando dos de ellos gran afectividad, ya que enroscan su cola en su brazo y acarician con sus peludas manos su cuello y sus pechos yermos. La mexicana confesó que tales criaturas representaban en su imaginario a los hijos que nunca pudo tener, estableciendo así un fuerte vínculo emocional con sus pupilos como madre educadora.

OBRA: Diego y Frida, 1929-1944, 1944

Cuando Diego cumplió 58 años, su mujer le regaló un doble retrato en el que simbolizaba el amor de la pareja. Con un rostro único, unido y complementado por ramas carentes de hojas -quizás la falta de vida en la unión sea un mensaje sobre la imposibilidad de poder traer al mundo un bebé-, la artista logra plasmar la fusión que sufrió luego de conocer al que sin dudas fue el amor de su vida.

Al poco tiempo de terminar la pintura, Frida comienza la elaboración de una copia para ella; algo que no resulta extraño si se tiene en cuenta que ambos, antes de convivir en la casa azul -residencia de los Kahlo- vivieron en un complejo compuesto por dos casas comunicadas por un puente. “Somos dos personas diferentes, con espacios diferentes”, habría explicado la artista plástica a una amiga.

OBRA: La columna rota, 1944

 Cuando Kahlo comenzó con la pintura de este autorretrato, su médico le había ordenado que utilizara un corsé de acero para poder mantener su cuerpo unido. Una columna de estilo jónico representa su deteriorada columna vertebral, mientras que las aberturas en su cuerpo y los clavos que la atraviesan sustentan el mensaje de dolor y desolación de la artista. La pintura original la mostraba completamente desnuda, pero fue modificada porque Frida consideró que un desnudo integral distraería al observador y lo alejaría del foco central del cuadro.
OBRA: Sin esperanza, 1945

Después de haber sufrido más de treinta operaciones y de encontrarse a sí misma con una imagen deplorable, Frida comenzó a perder su apetito y fue obligada a seguir una estricta dieta para recuperar su peso. La estructura de madera, que en la realidad era lo que la ayudaba a continuar con sus pinturas, sostiene un gran embudo que le es impuesto a una mujer que no tiene la posibilidad de negarse. Está ahí, en su cama, con los brazos tapados y con una mirada desolada.

OBRA: El venado herido, 1946

 Tras pasar muchos meses postrada en su cama, Frida decidió operarse otra vez en Nueva York. Las secuelas fueron desastrosas: no sólo los dolores no pararon, sino que aumentaron conforme pasaron los días. El venado, al igual que Frida, se encuentra fatalmente herido.

0BRA: Autorretrato con el pelo suelto, 1947

 “Aquí me pinté yo, Frida Kahlo, con mi reflejo en el espejo. Tengo 37 años y es Julio de 1947. En Coyoacán, México, el sitio en donde nació”, explica la leyenda del cuadro.

En primer lugar, la artista tenía 40 años en el momento en el que realizó la pintura, aunque fiel a su estilo controvertido ella atrasó tres años su verdadera fecha de nacimiento para que coincidiera con la fecha de la revolución mexicana. Según sus biógrafos, luego de la última fusión espinal que tuvo en Estados Unidos, la salud de Frida comenzaría a vivir su última etapa de debacle. Su rostro apagado y su mirada cansada simbolizan la resignación de la artista.

OBRA: Los ojos de Frida


Los problemas físicos y de salud de Frida Kahlo la mantienen postrada durante largas temporadas. La artista sigue su actividad pictórica y crea magníficos retratos, llenos de simbolismo profundidad y personalidad. Es el caso de Los ojos de Frida (1948), obra que refleja dos de las constantes de su pintura: el sufrimiento y la pasión por la tradición mexicana. El dolor y la cercanía de la muerte, que la artista siente cercana, son temas recurrentes en sus lienzos.

OBRA: Diego y yo, 1949

 Los desamores, así como su dolor por no poder convertirse en madre, son una de las temáticas clásicas en los cuadros de Kahlo. Diego y yo fue pintado en el momento en el que se hace público el romance entre su marido y María Félix, una famosa estrella de cine mexicana que, además, era amiga de la artista. El pelo, símbolo de unión y adoración de la pareja, se encuentra estrangulando a una Kahlo que, pese a todo lo que estaba atravesando a nivel físico, no podía dejar de pensar en Diego.

El accidente que destruyó el esqueleto de la pintora nunca fue un obstáculo para su actividad social y cultural. Frida frecuentó desde su juventud los círculos artísticos y políticos de Ciudad de México; a través de la fotógrafa Tina Modotti entra en contacto con el pintor muralista Diego Rivera, que sería el amor de su vida y con quien mantendría una relación caracterizada por la pasión, el desencanto, los celos y las infidelidades. La artista retrató a su pareja en distintas ocasiones y escribió sus sentimientos hacia él en su diario. Frases como “Siento que desde nuestro lugar de origen hemos estado juntos, que somos de la misma materia, de las mismas ondas, que llevamos dentro el mismo sentido”, dejan clara la intensidad del amor que Frida sentía por Diego. Un amor poderoso, pero también destructivo.

En Frida Kalho, tomaremos en  consideración  tres  rasgos  patológicos  del  carácter  para  las  patologías  tóxicas:  abúlico,  viscoso,  cínico  (Maldavsky,  1995). 

  • El más  evidente  en  Frida  resulta  el  tercero. En un intento de obtener beneficios secundarios con la propia desgracia.

·     Encontramos   facetas   de   una   viscosidad   deducible   en   ciertas   frases   dirigidas  en  la  correspondencia  ya  sea  a  su  médico,  marido,  amigos  o  amantes,  donde  apela  a  una  postura  lastimera  que  ruega  cariño  a  un  interlocutor  que  se  supone  deseoso  de  la  eliminación  mortífera  del  paciente. 

Termina  constituyéndose  en  un  goce  en  la  autocomplacencia  en el lamento, de lo cual encontramos numerosas expresiones tanto en su  escritura  como  sus  pinturas. 

En  una  de  sus  cartas  a  su  novio  de  la  adolescencia  posterior  al  accidente:  “10  de  enero  de  1927.  Alex:  Ya  quiero  que  te  vengas,  no  sabes  cómo  te  he  necesitado este tiempo y cómo, cada día, te quiero más. Estoy como siempre, mala, ya ves qué aburrido es esto, yo ya no sé qué hacer, pues ya hace más de un año que estoy así y es una cosa que ya me tiene hasta el copete, tener tantos achaques, como vieja, no sé cómo estaré cuando tenga treinta años, me tendrás que traer  envuelta  en  algodón  todo  el  día  y  cargada...Oye,  cuéntame  qué  tal  te  has  paseado  en  Oaxaca  y  qué  clase de cosas suaves has visto, pues necesito que me digas algo nuevo, porque yo, de veras que nací para maceta y no salgo del corredor... ¡Estoy buten buten de aburrida...! (aquí dibuja una cara con lágrimas)... Esta casa en donde tengo un cuarto ya la sueño todas las noches y por más que le doy vueltas y más vueltas ya no sé ni cómo borrar su imagen de mi cabeza (que además cada día parece más un bazar). ¡Bueno! qué le vamos a hacer, esperar y esperar... La única que se ha acordado de mí es Carmen James (Jaime) y eso una sola vez, me escribió una carta nada más... nadie, nadie más...”

  • ·     A  partir  de  aquí  el  estilo  parece  tornarse  un  tanto  sarcástico  y  los  podemos  considerar  a  la  luz  del  rasgo  de  carácter  cínico:  “¡Yo  que  tantas  veces  soñé  con  ser  navegante  y  viajera! Patiño me contestaría que es One ironía de la vida. ¡ja ja ja ja! (no te rías). Pero son sólo 17 años (en realidad  19)  los  que  me  he  estacionado  en  mi  pueblo.  Seguramente  más  tarde  ya  podré  decir...  Voy  de  pasada, no tengo tiempo de hablarte... (aquí apunta un compás con siete notas musicales). Bueno, después de  todo,  el  conocer  China,  India  y  otros  países  viene  en  segundo  lugar...  en  primero  (aquí  cambia  nuevamente el estilo) ¿Cuándo te vienes..? Espero que sea mucho muy pronto, no para ofrecerte algo nuevo pero sí  para  que  pueda  besarte  la  misma  Frida  de  siempre...Oye,  a  ver  si  por  ahí  entre  tus  conocencias   saben de alguna receta buena para engüerar el pelo (no se te olvide). Y haz de cuenta que está en Oaxaca contigo tu Frieda.
  • ·     También  hay  expresiones  de  discurso  inconsistente,  ligado  a  un  rasgo  de  carácter  abúlico, que es la expresión de un núcleo letárgico, desvitalizado, expresión de una tristeza sin sujeto y oculta tras un amurallamiento colérico, se corresponde al momento final de su diario  donde  el  recrudecimiento  de  su  malestar  orgánico  culminaba  en  la  amputación  del  pie. Transcribo parte de su diario donde se esclarece lo que describo aquí: “Esquema  de  mi  vida. 1910. Nací en el cuarto de la esquina entre Londres y Allende Coyoacán. A la una de la mañana. Mis abuelos paternos húngaros –nacidos en Arat Hungría – ya casados fueron a vivir a Alemania donde nacieron varios  de  sus  hijos  entre  ellos  mi  padre...”  (Pág.  151)    ...  Ayer  siete  de  mayo  de  1953  al  caerme  en  las  baldosas  de  piedra  se  me  enterró  en  una  nalga  (nalga  de  perro)  una  abuja  (figura  así  en  el  original).  Me  trajeron inmediatamente al Hospital en una ambulancia. Sufriendo enormes dolores y gritando en la distancia de casa al Hospital inglés – me tomaron una radiografía – varias localizaron la abuja y me la van a sacar uno de  estos  días  con  imán  .  Gracias  mi  Diego  amor  de  mi  vida  gracias  a  los  Doctores.”  (pág.  157).  Asimismo, este rasgo se expresa en las múltiples relaciones con amantes de ambos sexos donde pareciera haber una aniquilación de quien podría subjetivar un dolor, por ejemplo, el de saberse excluida por Diego Rivera.

Al  final  de  su  vida,  la  salud  de  la  artista  decayó. Los  últimos  años  son  tortuosos,  ante  las  constantes  recaídas  de  su  salud  y  la  proximidad  de  la muerte. En 1950 permanece prácticamente todo el año convaleciente en el hospital a causa de una infección derivada de un negligente injerto en su columna.  De  1950  al  51,  permaneció  internada  en  el Hospital Inglés.

OBRA: Autorretrato con el retrato del doctor Farill, 1951

 Se trata de el último autorretrato firmado de la artista. Después de siete operaciones y nueve meses de internación, Frida retomó sus actividades y decidió homenajear a su cirujano. “Estuve enferma durante un año. Siete operaciones en mi columna vertebral. El doctor Farril me salvó”, escribió Frida en su diario íntimo. Se trata de la primera mención a la silla de ruedas con la que la artista tuvo que convivir en el final de su vida.

OBRA: 1952 Retrato de mi padre 

Frida Kahlo toma como modelo un retrato de Guillermo Kahlo de 1925. En la obra incorpora una dedicatoria de admiración hacia su padre. 

 Respecto  justamente  del  padre  encontramos  el  hecho  de  haber  abandonado  a  su  familia  en  su  país  de  origen  y  haberse  adaptado  a  costumbres  totalmente  disímiles.  Entonces, en él se da una pérdida de un contexto, de una cultura dentro de otra (judaísmo dentro  de  Alemania),  una  religión.  De  él  describen  los  biógrafos  su  silencio  y  su  trabajo.  Ahora bien, en él se encuentra un antecedente de la pérdida de un sujeto capaz de sentir, capaz de conciencia, cuyo origen fue atribuido a un golpe en la cabeza. La epilepsia como un golpe anterior, posiblemente sin conciencia y resuelto por el padre con el abandono de la universidad y de su país, no hay relato posterior, y podemos presumir que tampoco hubo elaboración  ya  que  los  ataques  continuaron  en  México  y  luego  fueron  “copiados”  por  la  madre quien también padecía ataques. Posiblemente ya estuviéramos frente a una familia con  modalidades  de  procesamiento  pulsional  tóxico.  Introducimos  aquí  los  conceptos  de  criptograma   y   telescopaje   como   marcas   familiares   que   se   repiten   con   muy   pocas   variaciones determinando en ocasiones verdaderas marcas en el cuerpo., que culminaron en  el  cuerpo  de  Frida,  como  si  en  él  se  concentraran  toda  la  memoria  de  tantos  dolores  desestimados. 

Por otro lado, el abuelo materno de Frida era indígena mexicano, de ello hay pocos datos  pero  podemos  suponer  una  serie  de  pérdidas  de  la  propia  identidad  por  las  colonizaciones que quedaron en el olvido y que aparecían como intentos de procesamiento en  la  vestimenta  tradicional  de  Frida  que  a  pesar  de  que  desentonaba  en  su  grupo  de  pares, ella se empeñaba en usar.

 Si  bien  Frida  padeció  polio  y  un  accidente,  las  formas  de  lo  negativo  ya  estaban  presentes como una modalidad familiar, evidenciada en los mareos y crisis epilépticas así como en los secretos maternos ocultos.

  En 1953 llegaría, contra las indicaciones médicas, a  la  inauguración  de  su  única  exposición  en  México  en  una  ambulancia,  de  donde sería bajada en su cama de hospital. Es el año en el que, ante la amenaza de gangrena, se le amputó la pierna derecha.

 

OBRA: Autorretrato con Diego en el pecho y María entre las cejas, 1954

Después del comentado romance entre María Félix y Rivera, Kahlo volvió a asumir una posición superada e irónica e incluyó a la amante de su marido en el cuadro. El motivo de la involución -al menos en materia estética- del trabajo de Frida se debe a que la fuerte medicación que le suministraban distorsionaba su vista y su metodología de trabajo.

OBRA: 1954 Viva la vida

Para  1954  Frida  no  tendrá  más  alas  para  volar.  Los  dolores  y  el  desánimo  la  orillan  a  dos intentos de suicidio, con sobredosis de opiáceos, el 19 de abril y el seis de mayo.

Teniendo en cuenta que durante los últimos años de su vida Frida sufrió una involución en la calidad de sus obras, sus biógrafos descreen que este cuadro haya sido su última creación. Sin embargo, sus biógrafos estiman que durante los últimos ocho días antes de su muerte, Kahlo agregó la frase “Viva la vida - Coyoacán 1954 - México” a la pintura.

“Espero alegre la salida y espero no volver jamás”, es la última inscripción que tiene el diario personal de Kahlo. Mientras que la mayoría de sus fanáticos interpretan al mensaje como una despedida, la realidad es que esas palabras fueron escritas meses atrás, cuando la artista abandonó el hospital -durante su última internación-.

 

¿Acaso   sería   la   tristeza   que   siente,   por   las situaciones que ha tenido que vivir: la burla de la gente por padecer poliomielitis, las secuelas de su accidente en  el  autobús,  la  incapacidad  para  tener  hijos,  las múltiples  infidelidades  de  las  que  su  esposo  la  hizo objeto hasta con su propia hermana?

Si nos  ceñimos  al  estricto  análisis  del  lenguaje corporal,  nos  queda  claro  que  por  sus  autorretratos, en los que nos deja apreciar su absoluta desconfianza, inferida de su mirada autosuficiente, de la elevación de  sus  cejas  que  se  muestran  amenazadoras,  de  sus labios apretados con intensidad y de la notoria presión y rigidez de su garganta.

En cuanto a la motivación de su obra, tenemos a una artista que nos dice: “Pinto mi propia realidad. Lo que sé es que pinto porque necesito hacerlo, y siempre pinto lo  que  me  entre  en  la  cabeza  sin  ninguna  otra consideración”.  Para  Frida,  la  creación  artística,  no parece  significar  otra  cosa,  que  la  descarga  de  sus sentimientos   y   emociones;   especialmente   aquellas que  la  atormentan.  Esta  situación,  es  suficiente  para descartar que su obra sea producto de la sublimación, ya  que  esta  última  es  un  proceso  que  implica  más elaboración   y   no   la   simple   catarsis   o   descarga emocional.

Irreverente, ácida, sarcástica, comprometida, enamorada y talentosa. Frida Kahlo cumplió y no volvió, porque jamás se fue.

-------------------------------------------------

En 1953, el mismo año de su muerte, la Galería de Arte Contemporáneo de la ciudad de México organizó la primera exposición de Kahlo en su tierra natal. Con una salud deteriorada y estigmatizada tanto por su médico como por Rivera, Frida recibe el mensaje de que si asiste al evento podría llegar a morir debido a su delicado estado de salud. Fiel a su personalidad temperamental, la artista decidió asistir e irrumpió en la sala -interrumpiendo el discurso de su marido- recostada en su cama. Esa fue su última aparición pública.

 13 JULIO  1954 MUERE FRIDA KHALO

Frida  Kahlo  murió  en  la  Casa  Azul  en  la  Ciudad  de  México  el  13  de  julio  de  1954,  cuando  el Instituto   Nacional   de   Bellas   Artes   le   preparaba,   como   Homenaje   Nacional,   una   muestra retrospectiva.

Video Casero de Frida Kahlo y Diego Rivera en la Casa Azul 

  Frida fallece a los 47 años de edad. Es velada en el Palacio de Bellas Artes.
 

Frida Kahlo - 40 pinturas. Arte Naíf. Surrealismo.

Frida Kahlo (Coyoacán, 1907 – 1954) fue una pintora mexicana conocida por sus numerosos retratos, autorretratos y obras inspiradas en la naturaleza y los artefactos de México Inspirada en la cultura popular del paí , empleó un estilo de arte popular ingenuo para explorar cuestiones de identidad, poscolonialismo , género, clase y raza en la sociedad mexicana.

FRIDA KAHLO PINTORA MEXICANA SURREALISMO EXPRESIONISMO

El estilo de FRIDA KAHLO    


 

FUENTE: BIG BAN NEWS - Otros

No hay comentarios:

Publicar un comentario

TU COMENTARIO O SUGERENCIA NOS HARÁ CRECER

Translate